Friday, September 9, 2011



Durante los días de fiesta local me pongo nostalgicón y mimosorro mientras se me viene a la boca el sabor de las pipas de calabaza que me daba la abuela para matar a las lombrices intestinales o el dulce tostado de las almendras garrapiñadas de las ferias... entonces todo era mágico... el chirrido del pizarrín en las pizarras chiquitillas, el rascar de los plumines en el papel, agotados de tinta; los cuajarones de la nata de la leche embebidos de azúcar sobre el pan reciente, los tirantes de pinza para sujetar las calzonas, el imán de herradura, la taba, las sandalias de tirillas con dos cierres, el primer paraguas automático [todo un lujo], las cajetillas de ‘Ducados’ de mi tío Ricardo, la peonza con su cordel acabado en una moneda de dos reales, el rinche de los primeros besos, las lluvias de septiembre, el olor de mi madre, las pantuflas de cuadros, las torrijas con leche, las interminables horas de futbolín donde el churrero, las cosas de Cañanda, El Moreno y su burro, Tito y su enorme moto negra, las niñas con flequillo y faldita corta, las gorras de visera, la corbata de goma en los bautizos, el hipo y siete tragos seguidos de agua, el asperón, el olor a naftalina en los armarios, los baños en el balde gris de zinc, la Citrania en domingo y una gamba con gabardina, el limón de los vasos en las noches de fiesta, las bodas con sus pastas de cereza, ir a buscar piñones, estrenar una muda blanca algún domingo, mi padre haciendo cuentas en la mesa con su afilado lápiz en la oreja, las gomas Milán, el panadero danzando en la tahona enharinado, los polos de hielo, el Fru-frú, las coletas con enormes lazos blancos, las pastas de piñones donde Cela, el almíbar del melocotón bebido directamente del bote, los huesitos de santo, los geranios y los días de Reyes con abrigo cheviot y bufanda de cuadros... todo se viene a golpes deliciosos, como una estantería que se quiebra y descubre secretos olvidados.
Ya no salgo de fiesta... me quedo en el recuerdo de los días que fueron y son ya parte tranquila de lo que yace inerte... entonces fui feliz... eso es bien cierto.

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