Friday, August 31, 2007

Filípicas y Molineras.

Tomarse un día para dejarlo en blanco a veces es un lujo inalcanzable. Yo lo he intentado hoy, pero la brasa telefónica lo ha fastidiado todo.
En fin.
Decía el gran Pavese que “es pecado lo que inflige remordimiento”, y a mí me remuerde hoy la conciencia por haber contestado a todas y cada una de las llamadas que me han hecho. Soy un pecador en línea… y, encima, cabreado.
A primera hora intenté que me pudiese la poesía y me empapé de ‘El canto y la ceniza’, buscando el frío lírico de Anna Ajmátova y la tierna dureza de Marina Tsvetáiva, pero solo encontré consuelo por mi falta de palabras y una envidia amoratada por sus versos [‘Cuando alguien muere / cambian sus retratos. / Miran de otro modo sus ojos, y sus labios / sonríen con distinta sonrisa…’ (A.A.”] • [‘Perderlo todo de un golpe, / un tajo limpio. / Suburbio, arrabal: / el día se acaba… // Se acaba la ternura –piedras–, / las casa, los días y nosotros –se acaban. // Mansiones vaciándose: las honro / como a una madre anciana. / Porque vaciarse –madre– es acción: / lo vacío no se puede vaciar. // (Mansiones medio vacías, mejor sería / que os quemaran.) // Que un gesto rudo / no abra la herida. / Suburbios, arrabal, / costura que se rompe. // Sin desmesura verbal, / el amor es sutura. // Sutura: ni venda ni escudo / –no pidas ayuda– / Sutura: el muerto cosido al suelo / como yo cosida a ti. // (Con qué hilo, lo ha de decir el tiempo, / si endeble o fuerte.) // … // Quien rompe no pierde. / Oh, arrabal, / suburbio, divorcio seguro / de dos frentes. / Cerebros al aire, / patíbulo de las afueras. // Nunca pierde quien rompe / y huye al alba. Yo en la noche / me he cosido a ti / toda una vida sin bastas… // … // Es éste el último farol’ (M. Svt.)].
Y debo escribir como sea, sin miedo a ser vulgar, sin temor a dejar sin su gesto a las palabras del hambre de palabras.
El tedio no es excusa, porque es tedio y contiene una voz que puede ser definiva, y yo debo buscarla y practicarla hasta rendirla… descoserle sus retales ajados y coserlos de nuevo de una forma extraña y extranjera, como esas mantas incas con dioses geométricos, y encontrar en su nuevo firmamento algún duelo perdido, una sonrisa tierna o un inútil canto de victoria… El poema, amigo Pablo F. M. [lo intuyo ahora] es darle una vuelta del revés a lo prosaico y hacerlo mágicamente extraño y atractivo, un juego tan insentato como poco práctico, un acto de decir de otra manera lo que será obviedad y antes fue nada.
No es prudente definir lo que ‘es’, pues en su ‘ser’ ya se define con toda la plasticidad del silencio… quizás sea eso lo que la poesía le roba al ‘ser’ y lo que consigue significarse en poema: el silencio que define sin nombrar y tiene vocación de nebulosa.
Se cose el poema a quien lo recibe y se torna disfraz de muchos y verdad o mentira de uno solo. Yo soy el poema… mientras el mundo es prosa, una prosa segada o consumida por los omnívoros que igual hacen a carne que a verduras, a pan templado que a manteca fría… el poema/la poesía es la piedra que muele, pero que no alimenta; el tronco viejo de un árbol muerto que sirve de guarida a los gusanos, pero jamás podría contener una mesa o un armario. No sé, Diego, Pablo, Álvaro… pero siento esa voz tan adentro… que, sin saberlo, poseo la certeza del espacio poético, presiento cada trocha que lo surca y lo temo también…
Veréis que es inconcreto todo lo que farfullo, pero sé que es camino de conocimiento que late entre mis vísceras.
•••

Quiero rescatar una entrada de este diario que data del día 31 de octubre de 2004, y lo hago en respuesta a mi anónimo interlocutor de la entrada anterior. Yo me equivoco, claro, cada cinco segundos, pero mantengo mis posturas si creo en ellas, como es el caso.
Va la entrada aquella:
“31 de octubre de 2004
Leo en «Mundolibro» que César Antonio Molina hace un elogio de la poética de José Ángel Valente tildando a las nuevas voces españolas de «perezosas», armando sus argumentos en que Valente supo estudiar idiomas para indagar en las voces de su tiempo, y todo para vender el nuevo volumen que saca a la luz en estos días «Galaxia Gutemberg». Y el colega es Director del Instituto Cervantes. Juan Gelman, en el mismo artículo, sin embargo, se ciñe a hablar del autor en clave positiva y contando la relación poética que existió entre ambos: «Siempre nos preocupó, por razones distintas, el misticismo, la cábala, lo sufí y la sensación de la preocupación ausente de lo amado ... Siempre transcurre por la búsqueda del amor y la palabra como pasado que va a ocurrir. Él habla de la ceguera y de los ojos acostumbrados a no ver nada, el deseo de poseer es la negación del ser, decía Valente, siempre siguiendo la razón del corazón». Y uno, pobre payaso, casi «último mono» –como bien escribía Lorenzo Oliván hace unos días– tiene que aguantarse la risa de ver a los poetas políticos lanzando elogios por comparación al poeta muerto, pero no por una comparación normal, sino por una de esas comparaciones genéricas tan parecidas a esa de Gila que decía «alguien ha matao a alguien». Yo, sinceramente, cada día entiendo menos que para que una multinacional se hinche a vender libros tenga que salir el poetita oficial que vive del dinero de todos –y que hasta quizás «aprenda idiomas con él»– a poner su jodido dedo en los pobres ojos de los que no tenemos ni editor, ni pelas para aprender, ni poepolíticos para que nos soben el lomo por comparación. ¡Me cago en todo lo que se mueve! Y mi respeto enterito para Juan Gelman, al que he admirado siempre y leo con verdadero placer. Con bastante más placer que a José Ángel Valente, aunque quizás con menos vértigo. Y no se me sume ahora en la lista de los que denostan su poética, ¡por Dios!, no. Lo que sucede es que mi gusto estético no encaja tanto con la poesía intelectual y desnudada de palabras, aunque respeto esa concepción críptica del poema. Siempre he pensado que el conocimiento hay que democratizarlo, pues la orientación intelectual puede convivir perfectamente con la claridad. Vamos, que no entiendo esa historia de «conocer para esconder» que lleva a la poesía críptica buscando la dificultad. Tampoco la belleza está reñida con la claridad, faltaría más. Y no se me acuse ahora de defender una escritura que piense en el lector sobre todas las cosas, que no lo acepto. Sólo pienso que la baja catadura intelectual y la pose propugnan la dificultad como escondite de las carencias, circunstancia que se patentiza en los textos oscurísimos de multitud de autores. Repito que respeto el hermetismo, la cábala o el retorcimiento, pero no comulgo con esa forma de ofrecer sin querer dar. En todo caso, dejo uno de los mejores poemas de César Antonio Molina, editado por la Agencia EFE como titular de una de sus noticias: «Un buen gestor nunca se preocupa del dinero, y yo me considero un buen gestor». Pues yo tampoco; aunque mi pena es de euros que no me dejan viajar a París, a Viena, a New York, a Madagascar, a Oslo... ni siquiera a Barcelona para intentar quitarme esa «pereza» poética de la que habla en voz alta Cesarín. ¡Me cago en russss! Oye, y, por cierto, ¿cuánto habrá cobrado este César/Cervantes de las arcas de Galaxia Gutemberg por mordernos con la excusa de hablar de Valente? Lo mismo nada, como no le preocupa el dinero.”
[puedes verlo en su entrada original en: http://64.233.183.104/search?q=cache:HJmZ0uW7Z5sJ:www.lfediciones.com/comendador/diario.asp%3Ffecha%3D20041031+mundolibro+cesr+antonio+molina+valente&hl=es&ct=clnk&cd=1&client=safari”].
Queda respondida la entrada de mi amigo/a… y queda claro que ya ponía yo en solfa a este señor hace unos añitos… pero lo mismo soy un equivocado.
De Carmen Calvo no he hablado nunca… ni la conozco… ni la he ‘leído’
•••

Y luego un hervor de tirolinas en la Plaza Mayor con un Cubino [llamémosle con cariño 'el cuarenta', tal como indican él y su hermano] mirando anodadado el vuelo de muchachos sobre ese mar de piedras recientes [granito hortera] que tanto dieron a unos y tanto les quitaron… Y luego respirar unos Chester y beber cocacolas, empeñarme en un verso y fracasar, enredarme en un absurdo acopio de imágenes y quedarme saciado hasta mañana… que viene Felipe Benítez Reyes [ya veremos].

UN BELLO DETALLE DE ANÓNIMO [Gracias]
De LECTORAS

Thursday, August 30, 2007

Un Nescuí frío a las doce.

Las cuadrículas de los astrados cuadernos de Felipe, el poder de los necios, la absurda decisión [e incomprensible] de hacer Ministro de Cultura a César Antonio Molina [pesetero y narciso como pocos… y además va de poeta], el poder de la banca, las rosas desnatadas del parque de mi pueblo, el imbécil de turno cruzándose a mi paso, la esbelta limpiadora del emporio PdT, un Nescuí frío a las doce [pe] [eme], las cosas Sánchez Paso que me cuenta Paquito, el dormido pasar de mis hijos en verano, la empecinada occidentalización de Malick [valiente cabezorro], el preambiente de fiesta, un viento de noviembre que amanece y luego se hace agosto, la risa de Mondrian, un cuadro de Albertito que me tiene jodido, el cura de la plaza con su moto a remolque, el aire de vendetta que portan unos ojos [esa cosa calabresa del oeste de España], el PP con recambios por dentro y voceos por fuera, la cara más enorme que ha pintado Pajares, llamadas de M. Ambrosio, el destino a su bola, un atasco en Las Armas que cabrea bastante, el cielo para amarte, la luz insospechada de un gañán de provincias, los pezones erectos de una bruja de viernes, cocacola a las cinco, un vaso, dos entradas carísimas para ver a Serrat, el CD de Carita Boronska se ha trabado en mi Imac, hace frío en Perú y hemos buscado ropa que llevar a Cruz Roja, Juanito que no está ya para casi nadie, las 1028 olas de Juanjete Barral, un poema Bk. Para pasar la tarde, textos de Pasolini con los que arder un rato, la máquina perfecta de liar cigarrillos que fue de Mª Jiménez y ahora es mía, la paz pactada/pacata, los hermosos vencidos llevan siempre el apellido Magdaleno, cartas que no recibo, un mail, un fiel sin su balanza, las cartas marcadas de PM, el azul como rosa, el parque hecho bullicio, unas piernas de muerte me caminan delante, unos ojos azules que no miro hace tiempo, hay una prisa Eroski flotando en el ambiente, una tapa de rabas, el ‘Café y cañas’ más Ortega, la rusa vendepolvos, el tonto de la puerta, los gitanos de abajo, la vecina cabrona que me ha jodido la pintura del coche, el canto de sirena llamando a muerte súbita, los muertos importantes y los que ya no importan, tres pitos y entro a grande, la Cruz del Sur, el corte de mangas con mi polo Lacoste, una foto de ayer, esas noches contigo, el pelo que blanquea hasta en el pecho, el dolor de riñones, el mar de los estúpidos que sortean las olas, un naufragio en la sierra, el deseo constante de una tormenta eterna que haga a los hombres verdes, las ganas de morir y de no hacerlo, el sopor, el ardor, el terror, la frontera…
La llorona no puede soportar que la mire.
De LECTORAS

Wednesday, August 29, 2007

Felicidades, Antoñito.


Ayer concelebramos el enésimo cumpleaños de Antoñito G. Turrión con merendola piscinera y un puntito de rasca que me dejó grogui, pues no en vano ya iba yo con mi cosita cistítica apuntando, fruto del jodido estrés que me he pillado durante estos días de actividad frenética.

Me jodió un chis no estar vivo para animar la fiesta y celebrar al mejor cuñado por roce y palabras y al amigo [otra vez será, Antonio, que tu cumple siempre me pilla en momentos extremos]. El caso es que le vi feliz y con buena disposición a sobrevivir, que es lo que se pretende a estas alturas.
Los críos estuvieron enredones y simpaticorros [a mí eso me distorsionaba aún más, pues no me dejaba concentrarme en mi malestar para calmarlo por autoconvicción, pero entiendo su vitalidad y aguanté hasta donde pude].

El caso es que mi percepción doliente de la movida es la de que tengo una familia estupenda y a la que quiero un montón… Julia está pletórica y siempre anima verla sonreír y hablar con esa gracia que es su mayor poder, Julina es una delicia turca digna de pasar a los anales de la belleza particular y serena [cada día la quiero más y creo que ella lo percibe], Nena es una bomba de actividad que no conoce rendiciones y sabe perfectamente cómo llevarlo todo a su justo lugar [su dinamismo es admirable y agotador], Antonio vive una madurez tranquila de la que se puede aprender mucho [el tiempo le ha limado esas esquinas afiladas que a veces ponían distancia y está configurándolo como un tipo muy interesante de tratar y de frecuentar], Ángel es la desesperación quieta y noto en él que vive ahora las dudas que debiera haber vivido hace muchos años [dudar a su altura, después de haber molido siempre una fe ciega, debe ser desesperante y lo entiendo… pero cada uno es libre de ponerle pendiente a su cuesta. Yo le deseo luz y ese difícil entendimiento de que hay que gastar los días con intensidad y no con derrota].

Magdalena es el amor entero y la justa exasperación [su no estar es indecible y casi invivible, pero suma siempre en el plano de la sensibilidad]. Felipe es mi chaval, yo mismo hecho hormonas y actividad pura, mis defectos adolescentes y mis valores utópicos [me puede siempre… pero aún no ha ganado la batalla precisa]. Guillermo es la paz extrema [otra belleza intrínseca que anotar para un siempre que es ahora] y mi Ángeles es la luz entera y necesaria, el amor sin medida desde la actitud tranquila y responsable [no voy a hablar ahora de los que no estuvieron presentes… precisamente porque no estuvieron presentes –a todos los adoro, que quede claro–].

(17:49 horas) Recibo ‘Los caprichos de Ceres’, el último poemario del amigo Ezequías Blanco [al que hace un montón de años que no veo], editado por Devenir y prologado por Juana Rosa Pita. Lo leo en un pispás y disfruto del sentido homenaje que Exequias hace en esta obra a los hombres abrazados a la tierra que regala y quita. Su estilo es depurado en esta entrega y juega a la belleza que mueve cosas adentro [conmigo lo ha conseguido]. Elementos y vida para decir sencillamente que en el paso está ‘la verdadera sombra de la dicha’. Enhorabuena, hermano.
De LECTORAS

Monday, August 27, 2007

La luna llena de esta noche.


Al lupanar bejarano le va muy bien la luna llena de esta noche. Una luna perfecta colgada al fondo de mi plaza lúgubre y faraónica… poniendo luz al lumpen de ratillas y gitanos con sus perros y sus botellonas de cerveza… y a los cenones de diario veraniego, que buscan en el Pavón su banquete mejor antes de pasear el silencio local de la entrenoche.
Hoy me encontré a un pesetilla meando en la plaza como si nada, regándola a ver si crecía alguno de los árboles cortados [eso decía]… ‘me daban sombra y fresquito, hermano… Ahora tengo que esconderme en los soportales pa huir del calor… con mi birrita y mis cigarritos, ya sabes… Por cierto, ¿me das un pitillo?… ¡Gracias, salao! Tú siempre me has caído bien, pero caerme bien a mí no es gran cosa, ¿verdá?… Un día te voy a comprar un paquete pa que te lo fumes tú solito… Mear es bueno, coleguita, sobre todo cuando te lo pide el cuerpo, que la chorrita sirva pa algo, ¿no?, que como estamos, ya es mucho mear, hermano, ya es mucho mear…’ Y le dejé disfrutando del humo y del seguro olor a orines de sus manos… ‘No curres mucho… que no es bueno’, me gritó cuando ya le sacaba distancia.
Y remiré la luna como si fuera un ojo par, allí puestito para verme subir como cansado la cuesta de Las Armas… Los hombre lobo tienen a sus lobas sentadas en tajuelas pillando el fresco de la noche, y a sus niños de suelta por la plaza jugando al escondite de rallar coches o a pintar con tiza pitos de mentira en las paredes o a saberse sus cuerpos en lo oscuro en un comosinada.
No aúllan, aunque saben hacerlo, porque cansa.
De LECTORAS

Sunday, August 26, 2007

Enhorabuena con la boca chica, Marinín


Se muere el mes que peor llevo y un alivio de rayos y truenos vino a traerme serenidad y ganas.
No andaba bien la cosa ayer a eso de las ocho de la tarde, justo cuando me recogió mi hijo Felipe para que viéramos juntos el partido Madrid-Atlético en Piel de Toro, pero todo se iba configurando para ponerse mejor: justo cuando pedía mi tapa de patatas con mahonesa, le clavaron el primer golito al Madrid [‘pal Marinito’, me dije yo, jeje]… los pijos ‘ossseaban’ a la izquierda llenando una mesa con su mondongo ‘overbuquin’ veraniego y se notaban del Madrid hasta sus pijas cejas… un tipo se meaba a dos metros de la tele, pero aguantó como un cosaco hasta el descanso para no perderse detalle… El resto, solteronas de pseudopicospardos pachulero [que a esas edades ya no estamos pa ná], familias completas con mosto y tapa, bejaragüis con señorona repeinada, sección de separados por lo civil, críos haciendo el salto de la rana, jubilados de soledad manifiesta, un par de mozas de porcelana policromada, un herrero, dos Arriba, el architecte Antúnez con señora, Miguelón con su Elsa hecha una gloria… y la cosa cubina de postbarra con ese azore de día de partido grande, sonriendo [a lo sucedáneo], sudando y echándole vivas al jodido Día del Trabajo.
Al tiempo del empate merenguito, un pijo regordete de no más de quince años pidió una Fanta de naranja [me da que no pagó el muy puñetero] y se enchiló en una serie de saltos de alegría que le dejaron sin resuello [mi hijo se partía el culo de ver a aquel mangante –mangó la Fanta supuestamente– hacer el mono pijo con su cara de Oli y dándole a sus lorzas –generosas– un oleaje intenso que asustó a algunos tipos con su cosita de agorafobia [un júligan pijote y madridista bailando descosido entre la gente puede saldar cualquier minuto en tragedia]. Se calmó el big Pitito [no sé si era Ridruejo] y todos respiramos por la ausencia de oink’s.
Y así llegó el descanso [con la esperanza puesta en que marcaran los colchoneros o que, incluso, la cosa quedara en empate, que el antimadridismo se conforma con un empate en casa y su pérdida de puntos consiguiente]. Salimos a echar un respirito callejero y ya se iba notando un olor a tormenta que me daba buen rollo.
Los pijos aprovecharon entonces para hacer sus cositas: uno se fue a duchar y volvió repeinado como un gigoló de los sesenta, otro cargó su coche [mal aparcado, por supuesto] con bebidas de sospechoso botellón y otras viandas, otro pidió un enchufe para cargar su móvil y una niña resúper que los acompañaba hablaba enfadadita con otra casi par de no sé qué cosita que le había hecho Jorge [de alta literatura el coversorio].
Entramos de nuevo a ver el segundo tiempo como si fuéramos al ‘ara’ crucigramera, decididos a morirnos de vergüenza por haber ido a ver ganar al Madrid [la vida es bella, ¿eh?]. Así que… otras cocalocas con empanadilla, sufrimiento hasta el gol del tal ‘Esneider’ y un descojono enorme al oír al colega disgasero gritar aquello de “¡¡¡Sois más tontos que el Pepe del Madrí, coño, que está tonto…!!!” sin que nadie chistase… Un monumento habría que hacerle al gigantón del butano a domicilio.
Y nos fuimos a ver al dragón de fuego en La Puerta del Pico, y nos encontramos con madre, Guillermo y las Julinas, y comimos hornazo, y tronó hasta agitarnos, y llovió a mares bien entrada la noche… luego dormí como hacía meses.
Nada es totalmente perfecto… si hubiera sido del Madrid…
[Enhorabuena con la boca chica, Marinín].
(17:35 horas) Disentir, ahora que estamos ahogados en esa moda política y social de los consensos, es una buena medicina para poner en valor la individualidad y, por ende, armar el mundo de una forma menos injusta para cada uno de los que lo habitamos.
El consenso es una medida de tono medio que no deja satisfecho a nadie, pero que permite que los grupos avancen groseramente en sus postulados y en sus intenciones, de tal forma que todo lo sometido a consenso acaba paniaguado y nadando en un mar de absoluta mediocridad.
Donde realmente nada el triunfo y el fracaso es en el disenso, en sentirte diferente y demostrarlo contra viento y marea sin ceder ni un ápice en tus planteamientos.
Disentir es mostrarse capaz y ofrecer a la vez una alternativa [pues no existe la disensión sin alternativas], actuar con determinación y convencimiento, defender la diferencia y no aceptar el cambio de avenidas inmensas por caminos o trochas [un cambio que siempre presupone un porcentaje terrible de individuos derrotados y destruidos].
Pues eso, que viva el disenso.
(18:24 horas) Los hombres somos especialistas en contrastes, y eso es bueno, buenísimo. Acabo de subir hasta PdT para pillar tabaco y la postal era flou con su cosita vintage: una mesa con tres pijitas finas hablando de lo suyo con gestos estilosos y al lado justito un par de funcionarias de la calle haciéndole cucamonas a un hermoso cincuentón que no hacía más que buscar la forma de meterles mano [¿será por dinero?]… un anciano al fondo, leyendo la prensa, y Edu con su café [creo que era un café] y los ojos entornados a su eterna costumbre. Los bares ven historias que se cruzan, gente viva y latiendo, deseos y derrotas, frustraciones y risas, cabalgaduras potenciales, aparcamientos de la sed, hastío, superficialidad, costumbre, muerte proyectada y vida en trámite… yo me imaginé uno de esos típicos cambios de contexto y puse a las pijas con el viejo verde, a las funcionarias de puntita en blanco y gestos finolis, a Edu leyendo el ABC y al vejete meando en el metálico lavabo de señoras… Licencias para pasar la tarde, pero nada alejadas de la realidad neta.
De LECTORAS

Saturday, August 25, 2007

Merenguitos y cagones...


En mi Treblinka particular hace calor estos días y huele a tabacorro que tira para atrás porque se me ha acabado el ambientador hortera que se conecta a la red. Así y todo, trabajo como un imbécil sin saber por qué ni para qué. En fin…
Que vinieron de visitilla los Marinos con su Ana y tomamos café y charlamos un poquitillo de todo lo habido y por haber… y disfruté del Marinín, que está rechulo [aunque sea un cagalera madridista], y todo a pesar de que me llamaba ‘Chúster’ para putearme desde sus envidiables diez años.
Verás, Marinín, que el Madrí es el equipo del régimen y se nutre de poca imaginación [hasta para elegir colores]… ¿que habéis ganao mil ligas y nosecuantas copas?… pues sí, pero es un equipo de sosos peseterillos con complejo de superioridad, coño. Además… ¿a qué otros deportes apoya el Madrí que no sean el fútbol negociero y el basket morcillón? Cuando tengan equipo de balonmano, de ciclismo, de piragüismo, de atletismo, de tenis de mesa, de hokey, de fórmula 3, de mus… empezarán a ser un club en condiciones… y eso siempre que pilléis a un presi que no sea tan rechuleta [de lo que hay solo me gusta el ‘Chúster’, y ya está quemao].
Y ya más medio en serio, vi a mis amigos en su tono de siempre, con ganas de confirmarse como sólidos editores [a pesar de los jodidos problemas que se suman siempre al mundo editorial] y con más moral que el mítico Alcoyano.
Un besote para ellos y todo el ánimo del mundo.
De LECTORAS

Wednesday, August 22, 2007

Lunares.

Hay lunares para todos los cuerpos de faralaes.
Por ejemplo, amigo Pablo, el par de lunares de E. Medel [enormes sobre el cuerpo embikinado de su poesía- –proesía–]… o los lunares móviles del cuerpo bizantino y muerto de Pepe Hierro [que no era peor que José Ángel Valente, pero sí mucho más majete]… o el lunar de la Pizarnik cuando escribe “no sé si amo u odio… eres muy capaz de suicidarte, no por lo que eres sino por lo que no eres…”… o esa galaxia de lunares itinerantes que corren desde tu hermano Diego hacia mí y luego regresan [entrañables lunares que más que de melamina están hechos de silencios]… o los lunares blancos de aquel grito Pavese en forma de pregunta [“¿O no es quizá la verdadera caridad este lanzamiento violento de sí mismo?”]… o ese lunar canalla que corola algún pecho de mujer deseada… o el lunar del rijoso personaje mediocre que medra y lo tatúa… o el lunar infinito de Youssouph o Malick… o el lunar del dinero [postizo y practicable, como la peor poesía].
Conozco mis lunares y eso es un grave síntoma de edad… sé si laten o brillan, si se tornan sedosos o si encierran el cáncer que me haga ser, sin más.
Yo convivo con ellos [también con los de otros] y juego a decorarlos con palabras absurdas para que se aparezcan a los ojos extraños como mi piel normal.
Hay lunares, amigo, que nos nombran y hieren… yo los estoy contando en un nunca acabar.
De LECTORAS


Para Pablete

Tuesday, August 21, 2007

Cuando mis hijos duermen...

Cuando mis hijos duermen, yo no sé velar su sueño, pues se me ha caído esa piel protectora que daba seguridad y no me ha crecido una nueva.
Pero los miro, los miro fijamente por las noches, cuando están derrotados, y siento un temor hermoso y lleno de contrastes. Son magníficos y vulnerables, pero van aprendiendo a saberse y a ser por sí mismos… su seguridad me hace sentirme inseguro, su fuerza me llena de debilidad y sus ganas de comerse el mundo entre sonrisas me hace temer como nunca he temido.

Guillermo es abrazable, campeón de la más hermosa de las fantasías y absolutamente vivaz. Dibuja con auténtica vocación y su valor es el blanco impoluto, la divina candidez y el saberse querido. Cuando le observo mientras duerme siempre se me viene a los ojos aquel día cabrón en que una puerta le descolgó la falange de su dedito meñique… la sangre aparatosa, sus gritos incosolables de dolor y mi incapacidad absoluta por evitarle el daño. Aún derramo lágrimas por aquello.
Es como yo era de niño… manejable, bondadoso, infinitamente alegre y muy observador. Me veo en él y me siento en su mirada franca.

Felipe es ya un zangolotino de armas tomar, imparable, exagerado, generoso en extremo, disperso y atento a la vez… Ha crecido fuerte y conoce su encanto [y lo utiliza]. Su ardor vuelve loco a cualquiera y su actividad agota, pero es amor entero y también decepción, una decepción chica que va quemando y que va a quemarle, porque entre sus valores está el de ser un hombre justo y solidario. Le quiero a muerte porque es mi exacto contrapunto, el no imposible, la jarana eterna, el bullicio y la ausencia de silencio. Me harta y me enamora cada dos minutos, me alegra la vida y me la arruina como doce veces cada media hora.
Es mi motor y mi agotamiento entero.

Mª Ángeles ya va por su cuenta… solo alcanzo a verla dormida por las mañanas… y también casi a verla. Es revoltosa aún y tiene ese genio García que tanto me hace reír… Vivaz, inteligente y agotadoramente incostante, puede hacerte reír aunque estés muerto de asco o dar las voces más sonoras del vecindario. Es exactamente como yo era a su edad, soñadora y vaga, de pensamiento utópico y de razón al gusto, encantadora y absolutamente odiosa si se lo propone, amiga y nada.
Verla me hace sentir que ya voy viejo, que he perdido esa fuerza extraordinaria que me hacía vivir intensamente.. y es mi miedo mayor, el de que se me vaya, el de que me olvide y no vuelva, el de que desaparezca como por arte de magia y me deje hundido.
Yo ya no sé velar el sueño de mis hijos, pero mantengo la tensión de que sean felices [con esa cosita del contraste que está entre la risa y el llanto] y el oscuro deseo de verlos manejarse con autonomía, sin necesitarme, sin precisar mi sonrisa de aprobación o mi cara de ogro para recriminarles algo.
Son yo porque decidí hace mucho tiempo que sus vidas fueran el contenido y la razón de la mía… Los quiero… pero casi no sé gestionarlos.
De LECTORAS

Monday, August 20, 2007

El loco.

El loco me vomitó en la cara a media tarde y me dejó restos de su vehemencia para masticar… y salté, y me rompí en un estallido de ira hecho de la irresponsabilidad de otros, y grité como aturdido contra el mundo cercano.
Un tipo que estaba al lado me dijo algo así como: ‘esto te pasa por ser empresario’… y yo le contesté que me pasa por ser gilipollas.
Hacía mucho tiempo que no perdía los nervios de esta manera y salí corriendo hasta mi casa, a quitarme la ropa y a tumbarme en el sofá buscando calma… Este mundo de ingratos y vagos y burladores y sinvergüenzas me solivianta.
¿Cuál es mi meta?, ¿a quién y a qué me debo?, ¿por qué trabajo… si sé que el curro es mierda para sumar a la mierda y restarme?
Y todo en un día que debiera haber sido redondo, con visita Ortega [incluidos su santa y uno de sus hermosos zagales], con entrañable llamada de Fernando R. De la Flor, con mi Joselín cargado de marisco caro para la cena y con Guille y Felipe besándome.
Creo que voy a decidir estar reñido con el mundo otra vez, que volveré a encerrarme como un apestado y que me cagaré de nuevo en todos los símbolos del mundo.
El loco piensa, pero no sabe moderar sus gestos… El loco tiene perfectamente claro el lugar que ocupa cada uno, pero no puede callarlo… El loco se orina en las aceras sin sentir el rubor… por eso es libre y no tiene que aguantar las mediocres cadenas de los botarates con dinero ni a esos cuatro bebidos que se piensan tunantes y solo son escoria… la peor escoria.
La vida es tan sencilla como estar en ella o apartarse… igual que la poesía, amigo Pablo.
¡Bebamos y amemos, Lesbia! Hasta el final o hasta ver la porqueriza con ojos preclaros y bien abiertos.
De LECTORAS

Sunday, August 19, 2007

La noche americana.


La tarde de ayer fue como la noche americana: una sombra de luz con grill al raso y olor a carne churrascadita. Yo le eché un rato a mi nuevo cuadro-palé [cuadro-pallet] y casi me cargo la vieja Mont Blanc que me acompaña en las salidas… merendola, sonrisas, partidilla de tenis con los críos, mosqueo de Felipe y luego besos, puteíllos a Antonio [viejo lobo del mismito Valero que siente terremotos], miradas a la abuela enfrascada en su añil melopea, guiñitos a Julina y ganas de jugar a ser feliz por un ratito.

Se diría que estábamos en aquella USA sesenta de cine de verano y falditas de vuelo, de Coke con muchachas y de baile en la calle… pero ese paraíso solo existe en el cine [americano]… su verdad es de pobres, putas y vaqueros rechulos, de inmigrantes hispanos, de negros sin futuro y de landrias riquísimos con esa jodida e inaguantable cara de republicanos de culo lavado y cocorota repeinada.

Pinté tranquilamente al fresco Palomares con interludios de justo sumiller y paradiñas de horror cárnico [según cambiaba el aire subían los hedores del matadero cruel e ilegal]. Me preguntaba entonces cuándo llegará el día de la destrucción de tal monumento al desatino urbano.
Entonces me dio por imaginar un Palomares idílico, agachándose a Béjar desde sus casas con jardín, envolviendo el paraje de El Bosque con estilo y con gente… no sé.

(16:14 horas) En un ratito marcho con Guille y un coleguilla suyo, Juan, a ver una peli de pingüinos [‘Locos por el surf’], pero mientras contestaré como sin ganas a la última entrada de Pablo Fernández Magdaleno en su blog molón [http://lablogse.blogspot.com/2007/08/bejarana-potica.html]: La poesía, amigo Pablo, es oxígeno que se respira sin saberlo o sabiéndolo, pero se respira siempre, constantemente.
La forma suele adocenarla, pues un poema no puede ser ‘forma’, y el fondo tiende a hacerla prosaica. La poesía debe ser siempre portadora de indicio [por ello no puede ser descriptiva ni cerrada] y ha de contener al hombre que la escupe y a la vez a todos los demás hombres… pero sin contenerlos.
La poesía no debe servir para nada, porque la poesía no sirve, solo destella y muere, pues su mundo pertenece sin duda a ese ‘vacío cuántico’ que es motor sin espacio posible y sin tiempo probable.
La poesía es estúpida si el poeta es estúpido, y también si lo es el lector… se mimetiza bien y su función mejor es no funcionar nunca… pero es buena salida para algunos mediocres que medran en versitos.
La poesía, Pablete, es vivir simplemente y, en algunos momentos, anotar lo vivido.
Es no ser y ser nada.
En fin, gilipolleces grandilocuentes para que vivan muchos y otros mueran de hambre.
(12:12 horas) El cine era un desierto [no me extraña que los dueños se lo piensen] y en él estaba yo con sed de otra cosa muy distinta a esa peli de libreto previsible americano, con tres críos dándome guerra [que si se caen las palomitas, que vamos a pillar otras butacas, que si estoy cansado, que si qué hora es ya, que si Felipedejayadejoderatuhermano… ¡harto!] y un sueño del carajo.
A la salida respiré un Chester con hambre y me quedé pasmado ante un grupo de pijos neonada [cómo se reproduce esta gente, coño, si parece que les sobra el dinero] con motinas de mierda y cascos de medio cráneo, con niñinas calientes vestidinas con blusones de cuadrines vichy y la mirada lánguida y superior [siempre la jodida mirada superior, hasta en su pija adolescencia]. Hacía años que no veía yo grupos tan numerosos de bandarras de marca y pito chico… y me preocupa que esto sea culpa del cambio climático y nos llenen el garito con sus cosas pollardas y sus remilgos de clase.
Pasé de los mimones y me centré en buscar la merienda Palomares, sentadito al fresco de olor a matadero y con los gritines de los cuatro aficionados futboleros del Béjar Industrial… miré por sobre el muro y justo les metieron un gol a los textiles [soy gafe para estas cosas]
Y hasta ahora, que es casi como hasta nunca.
De LECTORAS

Saturday, August 18, 2007

Contestación a Martín Buber.


En el juego de ‘el par de vocablos’ sobre el que se sostiene la filosofía de Martín Buber [véase/léase su obra ‘Yo y tú’] hay algo que me lleva inexorablemente a la sonrisa [y no por el tipo, Dios me libre, que me merece un respeto especial].
Buber engancha una relación y la complica en vez de simplificarla, la exprime con ardor guerrero hasta casi conseguir que se haga críptica… e incluso hasta determinar que solo se puede vivir en el pasado en función del ‘vacío’ alimento de la experiencia en su modo más transitivo. Llega a afirmar que “solo desde el pasado se puede organizar una vida” [estoy de acuerdo si se le quita ese ‘solo’ excluyente] y sugiere que el carpe –vivir el presente– diem “devora la vida”.
Yo, sin embargo –pobre de mí–, entiendo que una vida se puede organizar también desde el justo presente y hasta desde el nebuloso futuro… y siempre, claro, desde esa propuesta relacional de Buber en la que se hacen imprenscindibles el ‘yo’ y el ‘tú’.
La pregunta inmediata a mi afirmación sería: ¿Cómo se puede organizar una vida sobre algo que no se tiene [porque está en proceso o porque aún no existe]?… Pues perfectamente, porque se posee la conciencia del tiempo y la hermosa impronta de ‘la posibilidad’ [lo que es posible, lo que puede ser posible]
Además, me parece mucho más fácil organizar lo que no se tiene aún que lo que ya gastó su cuota de posibilidad y ‘es’… Más fácil y, probablemente, mucho más productivo en parámetros humanistas, pues tal decisión de orden implica voluntad de crecimiento [contra el riesgo de anquilosamiento y conservadurismo que conlleva el orden basado únicamente en el pasado].
Las grandes revoluciones, los cambios fundamentales, llegan siempre de una experiencia del pasado [sí] y precisan una voluntad desde el presente hacia el futuro, con un alto valor en el desarrollo [y por tanto en el orden] de la posibilidad.
Entonces –quede claro– entiendo el pasado como ‘generador de impronta’ [es por ello que resulta imprescindible como propiciador de una voluntad de cambio], pero acuño el presente y el futuro en el orden de lo ‘real’, y no para ser gastado, sino para ser ordenado con voluntad positiva.
Tal visión no es otra que la del hombre lanzado a la vida [lanzado a la muerte], tan distinta y distante a la del estatismo conservador que busca quietud donde hay movimiento. Así las cosas, entiendo que la misión humanista consiste tanto en ‘estar’ como en ‘ser’, hundiéndose en un error quien estime que solo se puede crecer en una de ellas mientras se desdeña la otra.
‘Estar’, por sí mismo, es simplemente fracasar.
‘Ser’ solamente, implica volatilidad y desaparición.
El hombre se hace inexcusablemente desde su pasado, en su presente y hacia su futuro. No sirven las partes sueltas para hacer el ‘uno’.

(12:27 horas) Esta mañana pillé por fin un ratito para leer los intentos literarios de Sandra García Gómez [la hija de mi amigo Javier] y me transporté a un tiempo de barcos de papel y ganas de comerme el mundo, a un tiempo en el que el amor tenía su cosita Cinemascope y todo era divertido en la realidad y dramático en el papel.
Me envía textos escritos desde los doce hasta los dieciséis años que son como espejitos mágicos en los que reconocerme y rebuscarme. Textos blancos, limpios, de justo crecimiento en un intentar hacerse de alguna manera, indagando en una técnica intuitiva que, de seguro, habrá de llegar a un paraíso hermoso de palabras y gestos.
Que Sandra sienta el empujón de la escritura desde tan temprana edad ya es un baluarte importante, un punto de partida fundamental para llegar a donde le apetezca.

PALABRAS PARA SANDRA

Dos cosas importantes convocan la escritura –la buena escritura–, coleguilla:
La primera consiste tan solo en percibir, en estar justo en todo lo que tienes al lado, en notarlo y tomarlo como material de memoria y razón, en sumarlo a la trama de tus cosas de diario y ser consciente de ello [un color, un sabor, una mirada, una espalda, un gesto, el movimiento de alguien que camina delante de ti, un nublado… todo]… y que esas percepciones se conviertan en parte de tu mundo. Es un juego sencillo y divertido, Sandra, ese buscar el detalle imperceptible que le otorga belleza, rudeza, razón, alma… a todo lo que te rodea.
Si eres capaz de montarte ese juego en la cabeza y conseguir que sea constante, ya tendrás un porcentaje altísimo de acierto y un paquetón de cosas que expresar cuando llegue la urgente necesidad de la escritura. Es un trabajo potencial que te hace única.
En resumen: PERCEPCIÓN [de lo interior –ésta ya la tienes, pues se ve en tus escritos– y de lo externo, de todo lo que te rodea].
La segunda es LECTURA. En ella encontrarás las formas y lugares de la escritura, descubrirás las técnicas mientras te quedas boquiabierta o defraudada, pulirás ese estilo que ya asoma e irás sabiendo poco a poco cómo debe ser tu ‘decir’ [tendrás ‘criterio’].
El resto llega solo… puedes quedarte en la lectura, llegar a la poesía sin quererlo o dormir meses enteros en un relato como una fiebre.
Ya te comentaré en privado tus escritos y sabes que me tienes para lo que precises.
Un beso, reina mora.
De LECTORAS

Friday, August 17, 2007

Proselitas.

Como una película de Jacques Tati con música, por ejemplo, de Eric Satie, ha sido mi tarde noche con Guillermito. El chaval empeñado en asistir a la última entrega de “La hora feliz” del colectivo evangélico bejarano –tan bien liderada por la familia Vaquero y su gente afín–. Su empeño fue obligación para mí, igual que otros veranos, y me comí la hora y media de proselitismo juguetón de medio tono.
Antes de seguir debo explicar que me encanta esa gente, su fuerza y el ardor luminoso que ponen en todo lo que hacen, el valor de bondad –que imagino que también será máscara– y el empeño feligrés.
Lo que me molesta un poquito es que ‘ataquen’ –no sé si este término es el más adecuado– por la debilidad infantil, que intenten vender ideología religiosa por la facilidad del regalo y la puerta de la risa.
En fin… no me parece un gran problema… y más si se compara con la milonga diaria de la Iglesia Católica, pues estos tipos me parecen mucho mejores, más dispuestos a currarse en la calle sus convicciones y a mostrarlas con cierta desnudez. Es más, Andrés me parece un tipo magnífico y le considero una gran persona y con bastante altura moral.
El caso es que atendí al juego proselitista con cierta atención y me gustaría hacer un comentario que arañó mi razón por un buen rato.
La cosa iba de un tal Darío [rey] y de un tal Daniel [fervoroso y rezón]… y de unos tipos que odiaban al tal Daniel y propiciaron que fuera echado a los leones por rezar a su dios [hasta aquí la cosa va de humanos, a lo que se puede imaginar]. El caso es que cuando el rezón se planta ante los hambrientos felinos, baja un ángel y les deja pegadas sus fauces [esto ya va teniendo cierta tela divina]. Pues bien, hecho el milagro angelero, el rey Darío cae en la cuenta de quién era el bueno [el rezón] y quiénes los malos [los que propiciaron la cosa leonera] y se pilla tal cabreo que ordena que los jodidos malos sean echados a los leones [yo creo que lo hizo el hombrito por curiosidad… a ver qué pasaba]. Oye, y que los leones se merendaron a toda aquella malería… Ahí fue donde me quedé lívido. Solté mi cigarrito Chester en el acto y me puse de pie [estaba sentado en el suelo]… ¿Pero cómo puede un dios ser así, coño? ¿Qué estamos hablando de un dios omnipotente y magnánimo? Con lo jodido que es que te merienden unos leones… oye, y hasta desagradable.
Al crío le regalaron unas pinturinas y pudimos irnos a cenar. Él no cayó en la cuenta y yo estoy jodido.
Y antes de todo esto, en la horina del café, Pedrito se nos mostró algo exotérico y a mí me dio un reflux de risa. Mira que es mayor el tío y anda en esas cosas, pero le quiero, coño.
De LECTORAS

Thursday, August 16, 2007

En fin… otro día sin más.


El día ha dado para un agudo ataque de ciática que se venía gestando desde hace una semana, y lo llevo relativamente bien porque, entre otras cosas, ayer perdió el Madrid en el último minuto [todo dicho sin acritud y, en todo caso, para que los madridistas piensen que en el castigo está la penitencia]. En fin, que sobrellevé el día de costado y con la cruz ominosa de tener que currarme los anuncios de la revista de ferias [castigo autoimpuesto por mi falta de decisión y por no haber aprendido aún a decir que no taxativamente].
Lo mejor fue la visita apresurada de los hermanos Fernández Magdaleno [casta de músicos grandes y pichones de la mejor sensibilidad imaginada]. Los quiero yo a estos tíos por todo, haciendo énfasis especial en Diego.
La otra visita también fue chula, aunque con más calidad de relámpago [todo por mi culpa, claro]. Unos amigos majetes de mi hermana vinieron a visitarme con ella y solo dio para un mosto con tapita por las jodidas urgencias imprenteras.
Y la tarde… reunitiva y de mediaciones, con buen rollo final.
En fin… otro día sin más.
De LECTORAS

Wednesday, August 15, 2007

Hasta donde lleguemos...


Ayer comí con Paco Ortega [y su mirada canalla], con Anita [y su generoso escote] y con Pedrillo Cubino [bienhechor del sarao –mil gracias–].
Y dio la cosa para un ratito de relax molón, pues, entre otras cosas, a Paco le llamó la bella Mónica Molina cuando iba a arrancarse en un florerito de anécdotas con protagonismo Sabina en el escenario de su biblioteca [también hubo lugar para Camarón, el taxista de Camarón y la floripondista María Jiménez]… y Ana en tiernecito mirando a un bebé [yo también me encandilé del crío], y Pedrito gesticulando, como para alzar el vuelo, mientras nos relataba su gatomaquia y su murcielagofobia con ese énfasis magnífico y cubinero que siempre pone en las cosas.
Las viandas, a fuer de raras, no estaban malas [solo memoricé del menú la palabra “reno”], y mira que yo soy especial para esto del meter por boca.
El caso es que los colegas propiciaron que mi estresado mosqueo tomase itinerancia y cogiera descanso [no en vano llegaba de una reunión tensa con los zorolos Cámara en la que me autoimpuse un imposible compromiso de curro para quitármelos de encima]. Tal circunstancia es más de agradecer que el amago de zorrionda prometida e incluso que la comida misma.
Y ya en la tarde, un sustillo: golpazo por alcance al coche de mi Julia [llevaba de pasajeros a los abuelos, a mis dos chicos y a la mujer que quiero]. No pasó nada que no pueda solventar el seguro y todos acabamos en tarde de piscina.
•••

Hoy hace 25 años que contraje matrimonio con Mª Ángeles y el resumen no es malo: tres hijos lanzados a la vida para que sean libres, una casa común, cien mil proyectos, millones de sonrisas y un par de lágrimas, mucho amor compartido y espacio para arder sin dimisiones ni celos.
Ahora recuerdo que aquel día jugué un partido de tenis con Gerardo para abrir boca [mi amigo, siempre tan ocurrente, decidió que el partido sería entre Perú –él– y Camerún –yo–, siendo su nombre en la lid “Samy” y el mío “Sao”. Bajo estas premisas, cada vez que yo tenía el saque, Gerardo gritaba descojonao de risa: “Saca Sao”]. El testigo de aquella contienda preboda fue el amigo Justo [hoy jodido por una enfermedad rijosa y puta… va mi recuerdo más entrañable para él]. Después del partido hubo ducha y acicale [camisa blanca nueva, calzoncillos de seda, corbata granatita de corte beat, traje Yuste en marino, calcetines ejecutivo y zapatos dos tonos de Yanko]… y otra vez con Gerardo a tomarnos cocacolas en el bar de abajo [entonces era el Bar Samuel].
La boda fue a las once en El Castañar y solo el finado padre Julio [que más adelante llegaría a expulsarme del templo junto a mi amigo César durante una festividad de la Virgen] puso la nota anacrónica cuando, sabiendo de antemano mi voluntad de no comulgar y mi calidad de no creyente, se detuvo frente a mí con el copón en una mano y una hostia en la otra durante un largo minuto buscando mi reacción [pasé del cura y mi merienda divina le tocó al siguiente].
Recuerdo que Mª Ángeles estaba bellísma [lo sigue estando] con un traje de ceremonia corto y sencillo que consiguió que fuera el centro de todas mis miradas.
Del resto del día solo me queda el recuerdo de un agobio cabrón y la compañía de un montón de desconocidos celebrando lo que solo debiera haber sido de nosotros [las jodidas bodas bejaranas].
El caso es que hemos sido capaces de llegar aquí a base de amor y de comprensión, de saber dejarnos espacios para respirar y de acometer abrazados cualquier dificultad.
Soy mayor, y lo siento en las cachas, pero me encanta haber llegado hasta hoy junto a Mª Ángeles, como si nada y como si todo, sabiendo que mi piel es su piel y que sus ojos son los míos.
Y desde ahora… hasta donde lleguemos.

(21:25 horas) Y que se nos fue Estibalina como rendida a sus labores bohoyas, y que a mí me da como penina, aunque sé que va a estar más cerquita de su Raúl y que va a ser algo más feliz por una parte chiquitita y algo menos feliz por otra parte [ésta algo más grande]. Me consta que sus coleguillas de curro la quieren y afirmo taxativamente que los clientes [yo mismo] la veíamos profesional y encantadora.
Que tengas suerte, reina.
Va para ti esta canción bellísima de Madeleine Peyroux:

De LECTORAS

Tuesday, August 14, 2007

Cerrallana gráfica

Ante la ingente demanda de imágenes sobre el estado actual de la Cerrallana, copio parte de mi archivo fotográfico, tomado hace cuatro días en un paseo por el lugar.