Monday, April 30, 2007

La edad es la resaca... también sus usos.


Aún con la resaca puesta de mi viaje EDITA, con el motero muertecito posado entre los ojos, como una gaviota que me devora, tosiendo todo el jodido tabaco que me he metido en vena y haciendo de feriante ocasional con su comedia. Aún casi sin voz, me estoy quitando de la resaca para volver al latido normal, aunque es jodidamente difícil cuando se anuncia el lustre de los cincuenta en el ánimo.
(17:06 horas) La muerte como un boomerang lanzado que acabará golpeándome en algún lugar del cuerpo para dejarme tendido, y sin embargo es vida esa fleha lanzada hacia la nada. Ayer sentí que lo que más temo de la muerte es verla de cerca, tenerla junto a mis pies y sentirla deslatiendo un cuerpo joven. No es bella la muerte, ya lo he dicho muchas veces y lo he escrito otras cuantas, porque deja un gesto grotesco en la cara y una postura incómoda para los ojos. Y es muerte más para lo demás que para el que tomó su último traguito de oxígeno.
Ayer la muerte me produjo un par de vómitos y llegó a dejarme tan sin defensas, que hoy cojeo de nuevo de mi mal de entrepierna. Y aunque todos vamos hacia su guadaña, es jodido que mueran antes los que debieran morir después.
No me gusta la muerte, coño.
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Sunday, April 29, 2007

Soy alma de coquina cuando vuelvo de Punta.


Llego ahora de EDITA 2007 con el cuerpo ‘biemperomal’ y con la cabeza chungalí, jodida, destruida… Pasé Jabugo y a unos pocos kilómetros me topé con un accidente bestial en el que la víctima era un joven motero. Le vi inerme, tirado en la carretera como un pajarillo muerto, con una pose inquietante por imposible. El asunto me hizo vomitar de purito mal rollo, de jodida rabia y de absoluta tristeza.
Estamos todos locos. Completamente locos.
Me meteré en el viaje obviando este desastre para ver si me voy olvidando un poquitillo.
Al grano.
Cinco conocimientos memorables que van a darme vida [creo que larga] y que son dignos de ser anotados antes de empezar: Carmen Palacios y Manuela Martínez [LALATA], Natividad de la Puerta, Paco y Fabio.
El encuentro, de chuparse los dedos; y es que yo ya tenía hambre, pues hacía la friolera de tres años que no pisaba por EDITA… Los amigos de siempre, tan jóvenes y ya tan viejos, las nuevas lagartijas de la palabra enredada separando sus colas para tomar la calle, las nuevas amistades que han nacido a la par de una nieta Juan Carlos [segundo… digo], las coquinas a tres, las gambitas Lalata de factura oriental pero que no se enteren, la cosa gutural entre medida y risas, la playa con sus ninfas de pechos generosos [¿te sintonizo, nena?], el trasnoche de ‘Havana’, la mejicana y miedo, el turbulento ardor de la madre Manuela con su inocencia pérfida, la abuela de la Puerta para comerla toda [entera], Carmen superstar, Fabio tranquilo y todo, Paco pa merendarlo… Y aquella cosa del ‘mira que son majos, coño, pero no saben ligar´. Poco más que decir, que se pueda decir, que se deba decir… Y Uberto para hacerlo posible.

PIZQUITAS

• Barreiros (sic) [barrales]. Casta de gente rechula, con su Toño, con su Barry, con sus nenas de ‘bibe’ y venga [una de ‘bibe’ y otra de venga], con su hermana escondida [‘es la mejor en todo y hasta nos sacó pelo’]. Capaces… y de todo, hasta de la politoxicomanía accidental, que es algo parecido a un teniente coronel que me humilló en la mili pacense.
No puedes dejar de quererlos, prestan tanto…

• Nati de la Puerta Rueda. Tanta cosa en apellidos para terminar abriendo el mejor melón del año, el más dulce, el más delicioso. Solo esta niña feroz hace que merezca la pena viajar, comer, no dormir y pillar estreñimiento temporal. Su cuento es otro cuento y su calidad de mujer es de la de dos cojones, y bien puestos. Su problema: que no quiere helados, pero luego se los come enteros. Su virtud: todo lo demás… y va creciendo.
Para merendársela [véase ‘afortiori’]… y del mismo Bilbo.

• Paco. Dulce, jamón, algo Propercio [pero con un puntito Catulo], puesto, fácil de querer [incluso con su cosita universitaria, que en su caso no molesta]. Sonrisa Adonis [de momento no ‘Adonáis’] y tanto encanto de trato como de coco.
Sabe reír los chistes, come con las manos y habla de cine con cierto fundamento.
Muy recomendable para viajes largos. No molesta.

• Lalata [Carmen Palacios y Manuela Martínez]. Los ojos de la antepenúltima muñeca Barbie saben volverse sin quedarse vueltos y la boca liquida sin más… que si te abrazo con las piernas, que si las medias de rejilla, que si un puntito de recato para darle valor a la espetera, que si el baile se ensaya, que si me estoy meando [que esta Barbie hace pipí… atentos/as coleccionistas, que es la primera]… y con ella, entre sor y estricta gobernanta, un juego lúbrico entre cándido y suicida, con su cosa coquina, con su blonda en los pechos, con sus dos arruguitas de pura perversión en la nariz… dulzura ácida, tremendismo entre pepino y muslos, pura estética en ambas, arte exacto, sugerencia entera.
Ellas son el mismo arte. No necesitan Lalata.

• Morante [José Luis]. El justito perplejo, aunque matando al recibir, como Marcial Lalanda o el mismito Morante de la Puebla. Piel de slip como los puntos umbríos de las noches de playa. Tan jaranero como una rotonda con estatuas a la que le echas polvos pica-pica. Enorme y algo mayor, ¿eh?, que no te enteras.
Todo un machote de la experiencia poética con barquitos al fondo.

• Fabio [erre y de la Flor]. Sardónico el bebé de Fernando, como la sonrisa de Welles; brillante como una enana roja… y todo con un look entre Brutus y un Maciste de antesdeayer. De cine, lo que quieras; de risas, las que pidas; de comer, lo que haya.
Al volver hacia casa me pasé para pedirle a la Blanca Paloma que alguno de mis hijos sea como él.

• Berros [Javier]. Algo así como aquello de ‘quien quiso lo que yo quiero sabe lo que me gusta’. El gesto de la duda tiende a hacerte envejecer por la frente, pero a la vez te otorga un estado de absoluta belleza que es como la placidez de una mujer dormida.
Su compañía calma, sosiega, tranquiliza. Es mejor que esos balium’s que venden en cajitas.

• Alexandra [Botto (a bríos), exvoto]. Ranchera de miedo para después de cenar, casi como ver una peli del tipo de Calanda ['tú no estabas a salvo mientras sonaba el tambor en la tierra'], pero sin tambores. Los ojos, ofidios; los tacones, lejanos; el escote, correcto; la presión, perturbadora.
Méjico la echa de menos. Yo huyo sin saber por qué.

• Norio [Braulio García Noriega]: Lo más de lo mejor, cultito, generoso, locuaz… sólo le falta echarse a volar en uno de sus gestos. Su espíritu es de antes, de un antes que apenas nadie puede entender, pero que llena. Su monólogo del gato que se estira pudiera ser best seller si se anima a editarlo. Estrella que no luce porque no le da la gana. Árbol al que agarrarse buscando melopea.
Extraordinario el tipo, extraordinario.

• Huete [Isabel y su García S.]. Si hay ejemplos de amor, este es de los altos y bellísimos, una Isabel luchando a tumba abierta por su García [hombre de punto en boca e inteligencia abstracta, un perro verde inmenso que rezuma ternura]. Isabel es la isla, el sol, el alimento… y la risa también, como el afecto eterno.
Guardo en una esquinita su imagen y le rezo despacio con un cubata a medias.
Os quiero, campeones.

• Moya [Manuel y Violeta]. El pelo sobre todo, el pelo. Un sensible en la sierra de Aracena es lógico y normal, pero no así, de tal categoría y cual envergadura. Hay ‘filin’ para años con este fendetestas que escribe como nadie y duerme como él solo. Le apunté a mi familia ya hace años y no renegaré jamás de esa hermosa calidad de hermano.
Si Violeta existiera le echaría mil polvos.

• Franco [Rodolfo]. Palíndromo de samba emeritense sin falete que echarse a la barriga. Mordaz y vivo a ratos, brillante y serio a veces, temeroso y tenaz, creativo y lleno de palabras mezclándose en busca de sentido.
Él es el sinsentido de lo absurdo.
Te espero por mi tierra, saltimbanqui.

• Antonio Gómez [Antonio]. El rey Matusalén hubiera huido temeroso de la presencia Gómez. Insomne el magisterio que rezuma, su paz es indecible, sus ojos son de ciego visionario. Le habita un mar de dudas que son nuestras certezas.
Sin él no habría nada que no fuese san Brossa, con él hay mil poetas concretos, perdularios.
La bondad tiene nombre y no voy a decirlo.

• Uberto Stabile [el brujo que no cesa]. Le conocí locuaz y nocherniego y envejecimos juntos y a distancia. Ahora está más señor, aunque agotado de todo el cielo hecho hasta la fecha. Apenas pude hablarle en esta etapa, no estaba para nadie entre su gente. Es Dios y no hay más hostias.
Gracias, tío, por ser el sí y el no, la luz, las sombras…

PAPELES Pillados

“Días de viento” de Alexandra Botto (Homo Scriptum) [Lo leí en un tris y me ha gustado. Lo recomiendo].
“Mi psicópata” de José Luis Piquero [pendiente de lectura].
“Vagabundo de la oscuridad” de Arturo Accio [pendiente de lectura].
“Villa Bella” de La más bella [Una pasada que debes encontrar, comprar y degustar].
“René Rená” de Lourdes Barrera & Martorrev [pendiente de lectura].
“CD biblioteca Huebra” [pendiente de visualizar]
4 joyas de La última canana de Pancho Villa [pendientes de lectura].
“Arte moderno y poder” de Roberto Girón [pendiente de lectura].
“Los árboles de resistencia” de Javier Berros (Baile del Sol) [Imprescindible… ¡Jo!]
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Wednesday, April 25, 2007

Los claveles como símbolo de la sangre no derramada.

Día de claveles y portugueses trabajando en la feria de muestras y en el futuro hotel de arriba, de claveles he dicho, revolucionarios, rojos, lusos y republicanos. Día también de lluvia en los cristales con sensación de cielo llorando y un mareo constante y pequeño que me lleva nublando la vista todo el día… y hay que trabajar [¿porque el trabajo ‘dignifica’? No, porque hay que pagar todas las jodidas deudas].
No estoy bien y no importa, porque siempre hay alguien que está mucho peor y tampoco importa.
Feliz aniversario clavelino a todos los colegas lusitanos y mi deseo fiera de que se acabe la explotación con tintes europeos.
No estoy para más a esta hora, para nada más.
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Tuesday, April 24, 2007

Un hurra para don Antonio.


Ayer sentí un hermoso pellizquito mientras miraba en la tele cómo recibía Antonio Gamoneda el Premio Cervantes. Hay cierta justicia que acaba llegando con los años y afecta incluso a los que han caminado por libre, circunstancia que tiene poco que ver con esa historia Baudelaire de que quien recibe méritos o castigos lo hace porque se somete a ser juzgado por el príncipe y acepta tal sometimiento. No es el caso porque no me apetece que lo sea, ya que Antonio, al igual que Pepe Hierro lo fue en su día, es un poeta que sólo puede juzgarse a sí mismo.
Ahora sería tiempo de reconocer también a un tipo tan grande como persona y como poeta, un tipo que reúne una voz y una vida extraordinarias. Me gustaría ver en los laureles al bueno de Ángel García López… y, por qué no, también al loco magnífico de Jesús Hilario Tundidor. Dos vidas dedicadas a la poesía de vivir y de sentir, dos silencios forzados y dos ejemplos clave de la voz del cincuenta que no han tenido hasta hoy el reconocimiento que han degustado sus compañeros de viaje. La edad es una resta, pero también un marco en el que poner el dedo para decir con fuerza: “tú también… y tú”.
Mi enhorabuena al maestro Gamoneda y a toda su familia, y mi enhorabuena a la poesía española viva, esa poesía que causa risa en Chile o en Venezuela, pero que alumbra caminos que ellos aún no han sabido encontrar, porque la poesía también la hace el paisaje y la forma de entender el idioma encajado en la propia tierra.
(12:10 horas) Keats llamaba a Byron “el del dolor amable” [“the tale of pleasing woe”] y se felicitaba de la dulce tristeza de la voz del colega. No es mal hallazgo el de la amabilidad del dolor, aunque a mí me parezca mentir al que se acerca buscando los datos del dolor. Y sé que mentir para no perturbar es bueno y necesario, aunque no inocente. A mí, en todo caso, me gusta más la sobrevaloración por arriba del dolor, hacerlo irresistible para que produzca la reacción de ese “pues no era para tanto”. La tesis Keats es buena para antes del dolor y la mía para durante y después.
(15:16 horas) Hoy, mi padre, al conocer las listas del partido de la derecha, me dijo: “los padres de muchos de ellos pasaron hambre, hijo, lo pasaron muy mal en los años de Franco… no me puedo creer lo que veo porque yo sé de dónde vienen muchos de ellos”. Ya, le dije, no te preocupes, que el mundo es así, olvido y mesa puesta. Y no te sorprendas, porque ya llevamos tres legislaturas con esta nueva clase de obreros de derechas. Su dolor es su olvido, y no saber de dónde vienes es también no saber hacia dónde vas. Le tranquilicé contándole que esto es un síntoma de que se han superado muchas cosas malas y que ahora hay cierta naturalidad para bandearse en el mundo pseudoideológico, sobre todo si uno se mueve por intereses y no por convicciones firmes y bien trabadas. Mi padre sonrió dejándome patente que lo que yo le decía no le convencía para nada [yo me alegro en el fondo de que así sea].
Cuento esto porque me impresiona vivamente que mi padre, un hombre de instinto y, por desgracia y por la mala suerte de haber nacido en un tiempo cabrón, sin una formación académica que le dé vigor a sus palabras, sepa trazar su línea de pensamiento y su criterio hacia las personas y las cosas con una base tan sólida y tan simple a la vez: no olvidar de dónde vienes y con quién debes estar. Su espíritu de clase es intachable y su respeto a los valores de los más desfavorecidos es digno de la excelencia. Él sabe lo que es compartir un huevo frito para cinco o el ‘delicioso’ sabor de las mondas de patata hervidas con sal y agua, como sabe que mientras él y sus hermanos debían alimentarse con esos restos del naufragio de su clase, otras despensas rebosaban de harina, aceite y huevos. Yo le he visto salir adelante con dos cojones, jugándosela cada mañana a todo o nada, he visto cómo era parte de una clase obrera que no se merece ni un ápice de olvido, le he visto luchar por mí, por mi hermana y por mi madre hasta el punto de que nos dio siempre la sensación de que no nos faltaba nada… por eso sus palabras simples son auténtico magisterio y sus sentencias contienen una sabiduría precisa y colectiva.
Quiero a mi padre hasta el respeto y después de él. Su ejemplo me hace crecer y sentirme digno y su postura ante la vida, la sociedad y la política es de una coherencia aplastante.
No importa, papá, no te preocupes por los demás. Tú sigue caminando y en tus trece.

(19:29 horas) ¿Qué nos fue concedido y por qué? Esta tarde he leído un ratito algunos poemas de William Blake, a pesar de que sospecho que la traducción hecha para Orbis Fabri por Elena Valenti no es maravillosa, y tengo que reconocer que aunque el tipo envuelve todo en un halo de tartita fantástica, me ha dejado algunos latigazos [flojitos] frutos de su “Canto de experiencia”. Lo que más me molesta es esa cosita tan típica de los poetas de finales del XVIII y principios del XIX que pone todo en manos de un hado misterioso y puñeteramente adjunto a cierto sometimiento incomprensible del más allá. Me jode un punto ese “lo que nos ha sido concedido”, aunque me encanta que Blake fuera uno de los precursores del pensamiento de Nietzsche y que siguiera con empeño las revoluciones francesa y norteamericana: “¿Es esto cosa de ver / en una tierra rica y fértil, / los niños sumidos en la miseria, / alimentados con mano usurera y fría? // ¿Es acaso una canción este grito tembloroso? / ¿Podrá esto ser un cantar de alegría? / ¿Y con tantos niños pobres? ¡Estamos en una tierra de pobreza! // Y su sol nunca brilla, y sus campos están yertos, y sus caminos están llenos de espinas, siempre es invierno. // Porque donde el sol reluce / y donde cae la lluvia / los niños no pasan hambre / ni la pobreza es espanto de la mente.”
Es estupendo encontrarse esta ternura terrenal entre tanta referencia a dioses, a mitos y a lugares bíblicos, entre tanto paraíso dado, entre tanto vacío. Por eso me gusta Blake, porque alumbra en un tiempo de poetas olímpicos cosas de los poetas que pisan la calle.
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* "Les anarchistes" por Leo Ferre.

Monday, April 23, 2007

Escapar también es querer quedarse.

Relajarse consiste en hacer lo que te apetece hacer, no en quedarte quieto mirando a un punto fijo y escuchando una música bella, vibrar en lo que te apasiona sin que te moleste otra cosa. Yo me relajo escribiendo y dibujando, y dedico mis días de asueto a esa actividad [ésta] que actúa como la valvulita de la olla a presión de mi casa. Las ideas se agolpan y empujan mientras yo les voy dando una salida lenta y anárquica. Si logro vaciarme un poquito, voy notando cómo mejora mi estado de ánimo y sube mi euforia.
(11:28 horas) ¿Qué puedo vender yo? Alberto y Antonio venden esporádicamente sus trabajos plásticos para ser colgados en las zonas más nobles de las casas o en algunos locales públicos, incluso en instituciones. Apenas saben ponerle precio a sus obras, pero terminan haciéndolas entrar en el juego de mercado porque tienen tirón artístico y verdad. Con eso se come mal, pero se come. Yo podría vender ideas, pero en este tiempo no se cotizan; y salir adelante con un trabajo mediocre me llena de vacío y de una extraña sensación de fracaso. Un poema no vale nada si no tienes la capacidad antipoética de trabajarte un premio literario –yo lo he hecho varias veces y siempre me deja un mal sabor de boca–. Quizás pudiera vender palabras, como mi amigo Fernando Beltrán, o vender proceso creativo a esa pandillita de personas que piensan que a escribir se aprende en talleres literarios [de esto viven mal muchos de mis amigos]. Todo es falso y no importa si se sabe y se dice que es falso… Pero hay que vender o venderse como sea para poder salir adelante, para poder seguir en esta cuerda floja que en uno de sus vaivenes nos dejará caer un día sobre la mierda misma.
Mientras llega ese día, estoy pensando en montar un escaparate de palabras en rebajas con jugosos descuentos y con ofertas que no podrán dejarse escapar.
Ya ando preparando la lista de ofertas:
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Manuscrito con firma: 10 euros
Manuscrito con firma y dedicatoria: 15 euros
Manuscrito con firma, dedicatoria y dibujo: 25 euros
Impreso digital con firma: 5 euros
Impreso digital con firma y dedicatoria: 8 euros
Impreso digital con firma, dedicatoria y dibujo: 17 euros
Por la compra de tres poemas un descuento del 10%
Por la compra de cinco poemas un descuento del 15%
Poemario completo manuscrito con firma: 200 euros
Poemario completo manuscrito con firma y dibujo: 250 euros
Poemario completo impreso digital con firma: 75 euros
Poemario completo impreso digital con firma y dibujo: 100 euros
Aforismo manuscrito con firma: 10 euros
Aforismo manuscrito con firma y dibujo: 20 euros
Dibujos sueltos con firma: 7 euros / unidad
Dibujos sueltos con firma y dedicatoria: 15 euros / unidad
Repentización con firma y dedicatoria [especial para bodas, comuniones y actos públicos]: 50 euros
Para encargos especiales estudio presupuesto.
[Envíos a portes debidos por agencia urgente]
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Lo mismo empiezo a ganarme la vida con esta chorrada mochuna y puedo dejar de una puñetera vez los rigores imprenteros.
Por si calara la idea, acepto trabajos ya mismo.
Encargos a mi mail.

(12:45 horas) Mientras en la cocina de arriba se hacen las tapas y todo ha subido diez céntimos de euro, las camareras cambian sus pantalones ajustados por esa ropa negra e impersonal que les pone cara de atención al cliente [antes tan carnales y ahora tan frías]. Apenas hay gente por la calle en este día Maldonado y yo permanezco medio infeliz de encierro oscuro, casi como las bellas camareras de arriba, pero menos agotado.
Suenan constantemente las cisternas y algunos golpes de martillo [no hay descanso para los inmigrantes con contrato basura] y el claxon de algún coche que se pierde poco a poco camino de la Plaza Mayor.
Si salgo a por tabaco me dará el sol de lleno y quizás me deshaga.
¿Cómo serán las camareras con toalla?
Subo sin más.
Y vuelvo.
Hay tres televisores encendidos y nadie mira porque no hay nadie. En cada uno un programa distinto y la prensa del día amontonada en la barra, sin usar.
Hoy interesa poco lo que haya sucedido, pues es día civil de vacaciones, que murió Maldonado sin que sepamos por qué ni para qué. Es fiesta y basta.
¿Cómo serán las camareras sin toalla?
Se oye ladrar a un perro y unos chiquillos gritan… pero no entiendo, pues sus gritos se mezclan con los ladridos y la cisterna y los golpes de martillo.
Hoy no hay bancos abiertos, ni se multan los tiempos de aparcamiento en ORA… sólo un retén de guardia con un par de guripas que escaquean a su horario una caña con morro… y las camareras… las camareras siempre en su lugar, por turnos, de festivo, sin el tiempo normal de los demás mortales.
Probablemente luego, cuando la tarde acuda, se llene el bar y encuentre justificación perfecta la señal de TV.
Ezra estaría feliz en estas circunstancias.
A mí me da lo mismo.
(18:27 horas) El café fue con Alberto y con Luisito. Arriba las cosas discurrían igual que en la mañana [los días Maldonado son de Carrefour placentino]: sonaban los martillos, ciscaban su puntito las cisternas y había una cosita Mamadou que flotaba en el ambiente. La camarería sopesaba su último bostezo mientras yo me admiraba con lo último en móviles de la mano prediestra de Albertito. Visita a la obra como afanados arquitectos, vistas abiertas, coñosquebien y esas historias.

(22:47 horas) Ya la noche. Me anida como un vértigo la semana que empiezo ya maquetando trípticos y postales para la feria de muestras bejarana. Todo será en tono de precampaña y me preparo para ello, como me preparo para recibir a Barral y a Norio la noche del próximo jueves, a Fabio el mismito viernes y a Morante, Uberto y mis mil amigos editores durante todo el fin de semana. Iré a Punta Umbría después de un largo receso de tres años y tengo muchas ganas de reencontrarme con esa pandilla de locos maravillosos que se reúnen allí cada año.
No niego que estoy algo nervioso por el viaje y por la ingente cantidad de curro que dejo aquí sobre las mesas y los estantes.
Leo un ratito a Buk y me imagino en aquellos días y en su piel áspera y forunculosa. Es un escritor que me llega y me impacta, que me obliga a escribir. Leerlo es un auténtico placer que me hace terminar el día encendido y relajado.
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* "Como tú" por Paco Ibáñez

Sunday, April 22, 2007

Una de electorandos.

Aquella derecha bejarana de señores/señoras [don/doña] con su ‘Casino’ [de los ‘Señores’ –era iterativo el término–] y sus fábricas, con su aquí sí y su aquí no, con su educación puesta como un traje de domingo y siempre… ya no existe. Ahora es una derecha de estanco y gasolinera, de ocioso matriarcado a lo mosto con guindita al marrasquino y de reserva generala. Y no está mal que a los unos se los hayan merendado los hunos, que este pueblo hispano nuestro siempre fue caníbal además de cainita [nunca un mejor ejemplo del cainismo democrático que el de este pueblo caldera], como tampoco está nada mal que los hijos de los obreros vayan pillando ínfulas y regustos poderosos, pasando del moco al pañuelo y del pañuelo al kleenex. El caso es que la nueva derecha ha revirado el término y ha pasado de magnífica a pollarda, que viene siendo algo más cercano al pueblo de andar por casa, porque entre los de la calle nos conocemos todos más y mejor, que no era bueno votar a un tipo al que sólo se le veía un par de veces al año y, cuando esto sucedía, era para hacerle un par de reverencias y llamarle de ‘don’. Ahora es mejor, vas al súper y coincides en la cola con el/la proconcejal/proconcejala de turno; te tomas un cafetín y allí los tienes, a tu justa vera con manzanilla y pastas; echas gasofa y te la sirve uno de esos prominicónsules; compras tabaco y lo mismo.
Así es mejor, coño, mucho mejor, porque haciendo cola se conoce más a la gente, y tomando cafés y echando gasofa y pillando Chester… Lo que ya no me cuadra es la milonga del asunto ideológico [no hablo de capacidad, que ese tema daría para tesis de varios doctorandos], y como no me cuadra, me encantaría detenerme con ellos en las colas Eroski para ver cómo andan de saber económico en entidades menores, para ver cómo sienten el urbanismo cercano y cuáles son sus normas, para saber si tienen idea de los problemas de gestión de una empresa tan grande como un ayuntamiento y cómo se solventan los jodidos problemas de personal y nóminas. Es más, me gustaría conocer su percepción de España sin los tintes políticos que norman los partidos para las elecciones, qué es lo que les molesta, qué es lo que les agrada, cómo se traza un pueblo con valor de futuro, cómo se arregla el tráfico, cuáles son los impuestos que animan o que joden, por qué se pierde empleo y cuál es su estrategia para que no suceda, su idea de cultura, su apuesta en enseñanza, sin van a ser ecuánimes con todos o sólo con los suyos, sin van a colocarse o a colocar a primos, si intentan escalar puestos en sus carreras...
No es mala baba, sino curiosidad e interés por saber hacia dónde, cómo, por qué y con qué mimbres se hará política pequeña. Y es que si no hay valor real en las personas que han de representarnos, lo más posible es que tampoco haya futuro. Y eso es lo que quiero sopesar, sus valores como individuos, sus conocimientos, sus percepciones, sus ganas, su proyecto político.
Me dirán que de los partidos de izquierda o del mismo UPS no hablo, pero es que a ellos los conozco de cerca, de mucho más cerca, y ya puedo trabajar con datos para elaborar una opinión más o menos formada de lo que me/se merecen.
No es mala baba, itero, es preocupación por no poder votar con una valoración personal completa y bien trabada.
Ya sé, pues siempre fue difícil hacer listas en Béjar, que siempre fue preciso tirar de gente extraña para hacer bulto y llenar candidatura, que se pillan paisanos con tirón e influencia en diversos sectores sin medir sus valores ni sopesar sus ‘deudas’, que se suman vacíos para llenar o incluso para fastidiar… pero esas imágenes no me interesan, quiero sus líneas de pensamiento, sus conocimientos, su experiencia…
No estaría nada mal que todos los ‘candidatos’ se prestaran a un encuentro con el público para responder a sus/nuestras preguntas. Todos acabaríamos con las ideas más claras.
(13:22 horas) Estoy convencido de que hay un momento para dejar de hacer en la vida todo lo que se supone salvífico y empezar a ser un tipo terrible e inaguantable… también debe haber un momento para dejar de leer y quemar tu biblioteca sin que quede posibilidad alguna de recurrir a esas palabras de otros que somos todos. Dejar de leer para empezar a ser uno mismo, dejar aflorar al miserable interior y recurrir al correlato de lo individual, escribir sin cordura, pero sabiendo lo que ya escribieron los demás… Y también debe existir un momento para dejar de escribir y tirarse al mundo sin medir consecuencias, pues sólo una es fruto de certeza, la muerte, y ésa no importa tanto, porque precisamente es la única importante [digo que no importa tanto en el decir]. De llegar a ese punto, circunstancia difícil para un fumador empedernido, me gustaría que no me gustara nada y decirlo con tranquilidad, ciscarme en todos los símbolos del mundo y dormir lo justo.

(17:40 horas) Me he leído en un ratito “La sed provocadora”, de Ricardo Virtanen, una recopilación de haikus y tankas que me regaló en nuestro encuentro madrileño de hace un par de días. Una brevería llena de sentimiento tranquilo y reposado. Lástima que no me dé por los haikus para llenar miles de páginas, pero siempre he pensado que no es un palo de nuestro idioma ni para nuestro idioma, de nuestra estrechura poética ni para nuestra voz. Prefiero las soleás mil veces… o por lo menos hasta que empiecen a rasgarse mis ojos y farfulle esa cosa entre nasal y rarofricativa del chinitojaponés. Ojo, que no me estoy metiendo con Ricardo, Dios me libre, que su libro tiene latido, sino que he aprovechado para meterme con esa forma poética extrañada y rapiñada para ser sucedáneo en nuestro idioma.
•••

Todo está bien o mal
y no me importa demasiado,
porque sentado
en esta silla pienso
en la arena que pisé un día
y que será voz de otros.

No tengo ganas
aunque sé que se fraguan atentados terribles,
muertes de hambre
y cenas a las nueve, cuando la luz eléctrica
es signo de otra vida.
No tengo demasiadas ganas
ni para el amor,
que ya es bastante decir,
ni para llevarme las manos a la cabeza
porque la vida es lo que yo quiera
y hoy no quiero.

Paseando por El Prado hace unos días
recordé que el latido se estrecha
como se estrecha el mundo
y no sirve decir
si no es para que alguien sufra
por lo que hizo
o por lo que habrá de hacer.

Me relamo de las uñas mordidas
sentado en esta silla
con una luz directa,
mirando el humo subir
con su afán de patinar el techo.
Esto ya me sucedió muchas veces,
demasiadas,
y sé que pasará como yo habré de hacerlo.

•••
De Tontopoemas ©...


* "Palabras para Julia" por Paco Ibáñez.

Saturday, April 21, 2007

Madrid y su millón de muertos.


Madrid es una ciudad de chulos por cojones que no se pueden ver entre la mixtura de gente interesante que deambula por sus calles… como Salamanca es una ciudad de tratantes de ganado que se ven por todas las esquinas helmánticas mirando lo culos extasiantes de norteamericanas becadas y rubísimas.
Y Madrid es para ir con gafas de sol oscuras que filtren con sabiduría las infinitas emociones que se meten por los ojos cada jodido segundo capitalino [Salamanca es mema en eso, pues en vez de unas gafas de sol debes ponerte una venda tupida y apretada].
Estuve en Madrid, sí, y pude volver indemne a pesar de los túneles chulescos con olor a mazmorra moderna y las promesas de soltar la teta al aire de la procoima bizca Esperanza Aguirre [miedo me daba encontrarme con esa pezonería al doblar cualquier esquina]… El caso es que me presenté en Rivas a los postres para ver a mi eterno Morante [antes me había metido entre pecho y espalda un bocata de atún con queso caliente entre pan de aceitunas en ‘Pans & Company’… toda la tarde repitiendo, coño]. Lo dicho, que mi Morante, como siempre, con los brazos abiertos hasta hacerse daño para quererme, llevarme, traerme, dejarme, regalarme… Gracias, tío, por esa amistad inquebrantable y por el lujo de “Noche de escupir cerveza y maldiciones” que ya estoy leyendo como si yo mismo fuese Charles Bukowski y Sheri Martinelli a la vez. Es un libro para devorar.
Y luego al centro con aparcamiento al primer intento [todos los tontos tenemos suerte] con el morro Korando mirando a la estupidez Moneo pegada como un mal cromo al Museo del Prado [cualquiera es arquitecto… o podría serlo en esos términos simples y anodinos y con esa pasta gansa y comunitaria].
Paseo. Del Jardín Botánico salían japonesas con helados en la mano y en la boca, blanquísimas, sin culo alguno con que dar aire a sus vestiditos de gasa negra… y dos yankees tetonas con sello de Virginia en la cabeza comiendo palomitas como palomas ávidas… sonaba mientras tanto un violín electrónico pidiendo unas monedas [era el ‘Desafinado´ más chulo de la tarde] tras las manos de un tipo con estética country y sonrisa Paradox… un argentino cutre vendía camisetas bandidas del ‘Madrí’, bufandas toro Osborne y banderas de España [aquella otra España… ésta] con el águila al viento. Me giré y me miraba fijamente Velázquez desde su silla negra, lo hacía como para pintarme y le daba la espalda al andamio de siempre que luce como fondo [le pregunté la hora… no sabía]. Crucé un par de semáforos como quien cruza el tiempo y en un salto de ciego me pasé de la zona del arte [atrás quedaba el Tissen con sus rostros mirándome] a la zona política… todo vileza y lujo marcando raya justito en una acera llena de guardaespaldas maximoduttis con cordón en la oreja y la mirada en grados escudriñando todo… coches de ensueño, cafés a cerochenta, helicóptero fijo como una garrapata agarradita al aire, putas de a mil/minuto… y enfrente el Barrio de las Letras [que ahora ya son de cambio, aunque no del que yo quisiera]. Hoteles de mil euros la noche miran aquellas letras que fueron hambre y rabia y son negocio a secas. Me enfadé, pero nada… Tomamos unas ‘Cokes’ en una tabernita con patatas servidas en flanera [por allí andaba el hijo de don Gonzalo Torrente Ballester con tres vestales, que me lo dijo Fernando con su sonrisa entera].
Visita al Ateneo… Vetusto, con solera, sin ese toque chungo de arquitectos horteras que han jodido en El Prado un antes que ya era, pesado en pensamiento [de peso, se me entienda], con flou republicano, con pátina de Ortega, con retintín Inclán, con olor Fendetestas… Me gustó el Ateneo… con su Miguel Losada [moreno hasta la médula, con camisa ahitiana y americana fresca], con María Antonia Ortega, con la niña francaise [la hija de Gamoneda], con el Bartol de siempre, con Marisol Perales, con Cereijo and Virtanen, con Juan Pastor y su luz desierta… Y todo sin Esther… me dio pena.
Andaba por allí la gente del poeta [Aníbal Núñez, coño], amigos, un sobrino copiado de las fotos Larraz y alguno que se queda en esta triste niebla que baja a mi memoria después de la tormenta.
Hablamos para el público sin más. Yo, de patética entrelengua [no soy para los actos ni para andar en ferias]; Fernando, delicioso, con auténtica ciencia de ponente con años, tranquilo en su perfecta perorata propoética; Germán, verbobrillante, fuente a chorro, videncia de la evidencia misma, como una cabra eterna de magistral, excelente en su misma excelencia [este tipo me mata cada vez que le escucho… me encanta, me asombra… y también me da un miedo extraño que no sé definir].
Terminó y nos perdimos [yo ya andaba perdido desde las tres p.m.] sin poder compartir una última cerveza con todos los presentes. Se hizo otra vez la ausencia.
Cañita con Virtanen, Cereijo, un encanto de niña y mi Morante eterno.
Viaje al interior según volvía a Béjar.

PINCELADAS SIN AGUA

José Luis Morante: Todo el agua bajo la superficie del agua.
María Antonia Ortega: Porcelana dispersa que busca fijamente un punto donde anclarse.
Fernando R. De la Flor: La justa referencia.
Germán Labrador: La nota al margen que supera al poema.
José Cereijo: Algún día de seguro ha de orinar estrellas.
Ricardo Virtanen: El silencio que acecha.
Gonzalo Alonso Bartol: Solo toma poesía si la ponen de tapa con la última cerveza.
Miguel Losada: La poesía se va de vacaciones y vuelve bien morena.
Marisol Perales: Escribir no se lleva… Tú ya eres el poema.
Juan Pastor: Siempre en pareja, siempre. En pareja.

ESTAMPITAS MATRITENSES

El guardia jurado en ventanuco hablando con una mujer gruesa de pechos generosos a la vista, el pobre arrodillado pidiendo en una súplica grotesca, la yonki en chándal Karhu mostrando sus bragorrias azules por entre el pantalón, el pijo con su perro luchando como un loco para que no se tirase a una pointer sin ‘pedigrí’ frente al Palacio de las Cortes, un negro con maleta, la japonesa en sostén sobre la hierba del jardín de El Prado, el chino de la tienda de conservas, la exsede MPDL [¿en qué quedará esto?], dos esculturas nubias haciendo bien su footing de miradas que buscan, diez tangas en los bancos del Paseo del Prado, una ciega comprando un bocata de anchoas, una guripa con los labios pintados de rojo intenso, el pelo rojo de una bedel sin dientes, la prensa en la basura, la mirada perfecta de aquella camarera era como de ambigú de cine de domingo, el olor ácido de la calle, el sudor. Cierta sensación Paso que se hizo insoportable, un apretón de tripa sin servicio a la vista, cistitis otra vez, la risa Fernandito [misteriosa y perfecta], un café con pastillas, una oriental goyesca con la cara aplastada mirando fijamente mis ojos verdegrises, cien posibilidades, cierto look Gallardón con sensación de plástico, un vómito de esquina, un beso a cuerpo abierto que me produjo envidia, más de cuarenta abrazos, libros viejos llamándome y mi bolsillo vacío, un amor, siete odios, el tren de cercanías, Santa Eugenia, pintadas…
Todo se me hace grande algunas tardes… ‘luego meriendo algo’ [y todo con permiso de don Ángel González].
(16:37 horas) Llego a casa para comer y me encuentro con un mensaje de Fernando R. De la Flor pidiendo explicaciones [con razón] por mi desaparición de ayer en Madrid. Me expliqué con el colega, pues me dejé llevar por el grupo y ya no supe más del resto de la gente [yo en Madrid soy nada]. Me comentó que a Gonzalo le jodió un puntito mi rara ausencia… le pedí el teléfono de Gonzalo, le llamé [andaba por Galicia entre ribeiros cambadinos] y todo volvió a su ser. Sólo me queda disculparme con los que no tengo contacto directo, y lo hago desde aquí con la esperanza de que me lean: Marisol, María Antonia, Germán, Juan, familia Núñez, niña Gamoneda y consorte… todos… me perdí en Madrid y no supe encotraros, se me hizo tarde para volver a Béjar y pillé carreterita y manta. Os debo una a lo grande. Queda pendiente, coño.
NOTA: Agradecimiento a Pepe Benito por hacer las fotos del encuentro y también las disculpas pertinentes por el despiste.
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* Leo Messi me quita el calor madrileño.

Thursday, April 19, 2007

Los hombres se visten por los pies.

* [Para los que anden perdidos mañana [viernes, 20 de abril] por Madrid, presentaré el libro de inéditos de Aníbal Núñez junto a Germán Labrador y Fernando R. de la Flor. Será en el Ateneo de Madrid a las 21 horas. Me encantará saludaros si aparecéis por allí]
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Wednesday, April 18, 2007

Rectificar llena de aire fresco los pulmones.

A primera hora recibo mail de José Ángel Cilleruelo explicándome las razones de su silencio y el desencuentro que yo creí que existía entre nosotros [él no tiene constancia de la llegada de mis mensajes escritos y telefónicos con relación a los materiales creativos de Rafael Pérez Estrada que obran en mi poder]. El caso es que en su día yo me ofusqué por su falta de respuesta y despotriqué en una entrada de este diario contra él, circunstancia por la que le pido públicas disculpas, reconociendo mi impulsividad desatada y su buena voluntad en este asunto.
Reitero aquí mi absoluta admiración por la excelencia creativa de Rafael Pérez Estrada y mi voluntad de que todo el material que poseo de él sea de disponibilidad absoluta para ser mostrado de cualquier forma y en cualquier soporte, sin más interés por mi parte que el divulgativo, y aprecio también en lo que valen las palabras de afecto de José Ángel Cilleruelo y su disponibilidad.
Gracias, amigo, y pelillos a la mar.
Eso sí, queda pendiente una cita con café, copa y puro, que me hace mucha ilusión que nos veamos y charlemos.
(22:25 horas) Soy de cuando le pedí a Mateo el del Español una caña y me contestó: “sí, mi niño, ha ganao Ocaña”. Entonces jugábamos a basket en el patio porticado de los salesianos durante el fin de semana completo con paradiñas para comer y merendar; nos hicimos unas camisetas de tirantes en canalé de algodón con vivos rojos y con unas letras de badana cosidas que rezaban “BT” [Béjar Troters]. Yo calzaba unas botas de lona TAO mientras me moría por otras americanas que vendía en exclusiva El Campeón. Cuando quedábamos agotados de basket, practicábamos un deporte inventado al que llamábamos ‘golcan’ [apócope de ‘gol cansancio’], que consistía en jugar a fútbol a cámara lenta tumbados en el suelo mientras narrábamos la jugada. Era absolutamente relajante y a mí me encantaba hacer de portero y ensayar estiradas de más de un minuto para parar los lentos balones que me lanzaba Riobó.
¿Y de tapa, Mateo?… “Sí, mi niño, la etapa, la etapa”.
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Tuesday, April 17, 2007

Despreocuparse es vivir mejor.

El destino es un uso de la mente para procurar descanso a las elucubraciones existenciales, por eso yo no creo en el destino más que como en un placebo capaz de procurarme arreglitos puntuales y sonrisas. Con la tinta me sucede lo mismo, me sirve para dar forma a los pensamientos y sacarme de abismos mínimos, pero en sí misma no contiene más valor que el que pueda salir de mi mano.
El destino y la tinta, dos nadas para llenar el tiempo con despreocupaciones.
(15:43 horas) Siempre nos movemos en un juego de ascenso/descenso, de querer ser y de querer no ser, estar y no estar, parecer y no parecer… de ahí quizás la idea de Dios y el Diablo, el valor de la duda y la dualidad, porque nos complace tanto ser fantásticos como perversos, listos como tontos, perfectos como imperfectos.
(17:59 horas) Como un resplandor, junto a la tormenta de esta tarde, me llegan las tardes don Mariano con su jodido estiramiento de patillas y los capones de nudillo solitario, las tardes de permanencias con castigo ejemplar, los campanazos en la mollera del jodido seglar salesiano que montaba las filas de muchachos para entrar en las aulas, los sonoros cachetes Víctor Lobo, El mear una chapa de Fanta en grupo bajo aquel soniquete de “el que no junta meao come mierda con salvao”, la cruz bajo la bola/canica de porro, los minicares, los indios de plastiquillo, el trompo tuneado con mi nombre y unos rombos de colores [y su cuerda para lanzarlo, con dos reales y un nudo para su mejor control], las trenzas de las crías de las “guérfanas”, el municipal de tráfico con su casco blanquísimo plantado en el centro de La Corredera, el churrero a las ocho, el cisco al puro peso, la lechera y su burro… Y luego las movidas Heliodoro en el pórtico añejo del colegio, el club de san Juan Bosco, los guateques de sábado con luces de colores y rojos sanfranciscos, los bailes agarrados con la mano dispersa buscando blandas cimas, los besos a hurtadillas, las peluchas Maciste, los helados “tresgustos”, los boletos de barra junto a una cocacola, las galletas María, la nata de la leche con azúcar y un bollo, las torrijas de madre, el muñeco de nieve siempre en mi cumpleaños, las tardes de Palé, los días de excursión, las noches de revancha… Y luego la utopía puesta como una marca en nuestras frentes, las manifestaciones con gritos contra el régimen, el miedo en los calzones, las reuniones de noche en el centro Sandino, los mítines cantando, las greñas, mi mochila, el halcón que murió una noche de viento mirándome a los ojos y agotado en mis manos, la jodida Botánica que suspendí seis veces, La Beato puteándome en aquellas históricas clases de Citología [históricas por la coña reinante desde que entraba el bicho], las clases magistrales del profesor Galán con la scheriquia coli, los dondiegos de noche y los pisum sativum; las queimadas de río, el sexo en La Latina, Muriel y el bueno de Iche, Caridad con sus ojos de musa para siempre, los ratos con Adares, la envidia Aníbal Núñez, el concierto Lluis Llach empapado de lágrimas, la muerte entre los ojos que le tocó a Manuel, los cráneos con garbanzos para abrir las suturas, mi cámara de fotos, los frascos con culebras, el herbario y la prensa, el Bonnier de los huevos, las cosas ADN y su aquél citosinaadeninatimina… los días de extranjeras paseando por la Plaza Mayor de Salamanca, la manchada Judío, el Farinato a tientas, el cineclub con novia, la tuna de cuchara, el ardor Montellano, Herráez, El Coleta, las noches de Novelty, los bartolos, las letras Víctor Jara…
Qué buena la tormenta, coño.
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* "Wave" de Tom Jobim y Toquinho.

Monday, April 16, 2007

La luz de Dios es negra y sórdida.

Hay una clase de hombres hechos para el trabajo, hombres que se pueden modelar al gusto de los poderosos, acostumbrados a recibir órdenes y a obedecer sin hacer ni hacerse preguntas. Esa clase de hombres alguna vez levantó la voz y produjo sangre propia [mucha] y también ajena [menos]. Sus levantamientos apenas produjeron resultados que cambiasen el rol de los poderosos y los sometidos, aunque sí lograron cambiar la forma, haciéndose ese sometimiento mucho más sutil.
Hay otra clase de hombres que no se someten jamás a pesar de tolerar la situación [entre otras cosas, porque no pueden hacer nada para cambiar el mundo], son los tipos creativos, los que vuelcan su vida en el arte, la música, la literatura… Su postura siempre está por encima de los sistemas [o por debajo, que depende del sistema al caso]. Ellos [no hablo de los que están en lo creativo por dinero, que son casi todos] guardan el espíritu humanista con fidelidad y lo alimentan. No se integran, pero aportan espacio donde crecer a los hombres hechos para el trabajo, los modelables; dan oxígeno y puertas abiertas.
Y hay otra clase de hombres que participan de las dos anteriores, pero se aprovechan de ellas. Son los espirituales, los que dirigen las mentes por caminos de moral, uso y costumbres [en nuestra sociedad católica son los curas, y en las demás sociedades son los dirigentes religiosos, ya sean pequeños o grandes]. Se arriman siempre al poder económico y al político poniendo pilares donde atar fieramente a las masas obreras con su dirigismo moral, sus normas y sus miedos. Coquetean con los creativos intentando formar parte de ellos y viven instalados en un poder autónomo y piramidal que les procura vivir de la nada con la máscara de ser norte y guía. Su función es perversa, pero el mundo los sigue con mirada fanática, incluso hasta la muerte.
El cristianismo, el islamismo, el judaísmo… son los poderes más pérfidos porque contienen las armas más afiladas, ya que saben jugar perfectamente con el alto porcentaje de mentes mal calibradas que pueblan el planeta.
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Saturday, April 14, 2007

Siempre las tuyas y dos más... [póker de damas]

Celebré la entrañable onomástica de la República Española cenando con cuatro amigos en la bodeguita de mi socio Ricardo: Risotto de hongos, guisado de langostinos, codorniz rellena de trufa, buen paté y postre delicioso… Café, copillas y una partidita de póker de las de antaño [hacía la friolera de veintitantos años que no jugaba una partidita de póker]. Y disfruté como un crío chico con mi ratito de gloria [un póker de damas] y mi hundimiento Titanic con un jodido full de sietes y reyes… Una noche perfecta con unos colegas majos de verdad, con conversación chula y con mi abuelo Felipe en la memoria [disfruté por ti, abuelo]. Nos retiramos a eso de las 05:30 de la madrugada con cierto dolor de cabeza por el tabaco consumido y esa copilla de más que pone clin y ardores.
No me gustan demasiado estas salidas de mi norma diaria, pero ayer/hoy lo pasé francamente bien. Gracias, Ricardito.
(18:05 horas) Hoy, antes de comer, como una obligación civil y familiar, realicé el rito de la tribu [de mi tribu] enseñando a mis hijos los papeles del abuelo Felipe y narrándoles el mito de su pasión y muerte para que lo retengan en sus [hasta ahora] frágiles memorias y lo lleven hasta su descendencia con la misma rabia que yo lo llevo y lo llevan mi madre y mi tía Toñi, para que lo retengan como una oración civil y profana o como esa cantiga matemática que se esconde en las tablas de multiplicar.
Mª Ángeles, que ya va entrenando su razón y desde ella llama a la sensibilidad, leyó en alto los papeles mientras un regatillo de lágrimas intentaba erosionar sus preciosas mejillas. Sintió al abuelo Felipe, a la abuela Antonia, al tío Pedro, al tío Felipe, a la tía Toñi y a su abuela Carmen igual que los he sentido yo desde que vivía con mi abuela Antonia en su casa del Solano y escuchaba las mismas palabras que ahora le pongo ante los ojos a mi hija. Sé que este ‘jápenin’ va a hacerla mucho más humana, mucho más sensible y mucho más solidaria… a mis otros hijos también, pero más adelante.
Luego comimos en silencio con un respeto tácito a esa memoria que debe mantenerse impoluta y vivísima para que ninguno de nosotros caiga en las redes de la barbarie y el odio feroz.
Me importa esto mucho más que la jodida Tecnología o las absurdas clases de Religión… mucho más.
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Nuestra memoria es su castigo.

13 de abril de 2007

Vino Antonio G. Turrión de las Islas Británicas cargado con un regalo chuli, una antigua edición en inglés de la obra de William Shakespeare [“The Works of William Shakespeare”, tomo ocho] de la firma Whitehall Edition [gracias mil por el regalote, compañero]. También me cursó invitación de su lectura poética en Madrid, de la que dejo nota por si alguno decidiera perderse por allí: Lunes, 16 de abril, a las 20:00 horas en el domicilio social del Hogar de Ávila, que está en la calle Caballero de Gracia, 18. Aviso de que habrá copita de vino epañol al final del acto y que lo presentará el gran José Luis Morante.
[Mi celebración particular del día de La República Española] Por otro lado, ando revisando en los papeles de mi abuelo Felipe algunas pistas sobre las que sentir al hombre que me ha puesto norte, nombre y voz durante estos años de vida.
Diré que mi abuelo, Felipe Sánchez Barbero, fue robado de su barrio junto a otros dos bejaranos, justo en la Plaza del Solano, al ladito de su casa y justo cuando su familia –la mía– esperaba a que llegase con una gran sandía para comerla y gozarla en común. Se lo llevaron en un camión fascista hasta una finca de Candelario propiedad de una conocida familia de la burguesía fabril bejarana y allí fue asesinado junto a su acompañantes después de haber celebrado una terrible corrida [de toros] con ellos. Una vez asesinados, sus cuerpos fueron abandonados en el camino que va de Guijuelo a Los Santos. Los cuerpos fueron recogidos por vecinos de Los Santos y enterrados en la fosa común del cementerio de ese pueblito. Más tarde hemos conocido de forma vaga que sus restos, junto a los de otros asesinados, fueron llevados a una fosa común del Valle de los Caídos. Fue exactamente el día 21 de septiembre de 1936… Mi abuela, mi madre y sus tres hermanos no pudieron gozar de aquella sandía jamás, como tampoco volverían a gozar del cobijo del abuelo Felipe, que por entonces contaba 31 años.
Pues bien, hasta el año 1951, exactamente el día 30 de octubre, no se reconoce por el Ministerio de Justicia la viudedad de mi abuela Antonia [y ello gracias a Juan Belén Cela y a Mateo Hernández]. En ese reconocimiento en acta de defunción [número 145, folio 93 del Ministerio de Justicia] figura le fecha exacta de la muerte de mi abuelo, el 21 de septiembre de 1936.
Lo curioso es que entre los papeles que tengo en mis manos figura un auto de procesamiento del juzgado de Béjar en el que se asegura que mi abuelo, al que se nombra en el mismo como “Felipe el Guguete” [‘Juguete’ era su apodo], murió en un ‘choque con las fuerzas públicas’ un día cercano al 19 de julio de 1936, dos meses antes de su muerte real.
El documento, toda una inmundicia de falsedades para justificar el asesinato de decenas de bejaranos, simula una suerte de levantamiento en el que matan o apresan a todos los que luego [o antes, como es el caso de mi abuelo] perderían la vida de forma violenta [muchos de ellos fueron asesinados en Salamanca el día 1 de enero de 1937 después de penar cárcel y lo que cayese, que debió ser bastante].
Paso a reproducir la manipulación judicial que hizo el fascio para acabar con la vida de tantos buenos trabajadores bejaranos:

[sic] “AUTO DE PROCESAMIENTO

RESULTANDO:
Que el 19 de Julio los del pueblo de Béjar enterados al parecer por Jose Juan Marcos telegrafista de la Estacion. Del paso de las fuerzas del Batallon de Plasencia que en dirección a Avila pasaban a oponerse al avance de los rojos y con conocimiento del movimiento Nacional en marcha; acuerdan oponerse de manera resuelta a el, para lo que se constituyen en partidas armadas destando exploraciones, cortando la carretera con árboles y maderos cruzando alambres de espino de lado a lado de ella, agrediéndola y causandola baja y con posterioridad, con el que se ensañaron despue de muerto arrastrándolo por las calles; ponen barricadas y patruyan por la población hasta que no les es posible resistir a las fuerzas que el Gobierno manda para restablecer el orden y aun después algunos elementos huyen a la sierra, donde constituyen focos que ha tenido que ser reducidos por las fuerzas de Falange y Guardia Civil, resultando algunos muertos y otros huidos sin has la fecha saber su paradero.

RESULTANDO:
Que como autores de este acto de rebeldia aparecen encabao Valentin Garrido Muñoz, Eloy González Banito, Manuel Francisco Crespo Pedro Miñana Regadera y Dámaso Hernandez Dominguez que en el ayuntamiento y en la Ciudad, se aprestan a repartir y a requisar armas para los revoltosos y aun se dirigen al Cuartel de la Guardia Civil a pedir mas y se ordena por un vale firmado por el alcalde Eloy Gonzalez la requisa de municiones en las diendas, dirigiendo tanto este como el Valentin Garrido los registros domiciliarios.

RESULTANDO:
Que le citando Pedro Miñana procesado en la causa Nº 520 unida a esta por reparto de las armas del citado Agente Sr. Cobaleda según folio 26 aparece de nuevo repartiendo armas mezclado con los directivos de este Movimiento.

RESULTANDO:
Que Alfonso [ilegible] con Tomas Corrales Sanchez [ilegible] digo Marcelino Aparicio Villagomez son destacados en la Venta de la Peregila con armas para dar aviso del paso de las fuerzas, que José Sáncez Montero Angel Garcia Jiménez y Miguel Carpintero Guij ponene por ordenes de la dirección del movimiento alambre de espino y maderos sobre la carretera para interceºtar esta.
Que el Valentin Garrido Sanchez Celestino Garcia Martín, Gregorio Nieto Muñoz, Félix Vallejo Garcia, Baltasar Alonso Aprea, Pedro Lices Moreno, Emilio Crespo Nieto, Benito Nieto Nieto, Vicente Garcia Marti Felix Carretero Hernández y Marcos Martin Matos, constituyen un grupo armado dirigidos por el Valentin Garrido Sánachez que ampado en el ventorro del Candil y tapias a el inmediatas hostilizan a la fuerza siendo causa del vuelco de una de las camionetas resultando heridos varios individuos entre ellos un Alfarez y un Sargento que los mandab Que el Miguel Santos Santos, Felipe Gonzalez Hoya, Candido Rozas Gutierrez Adolfo Izcaray Cegriano, Antonio Gutierrez Sánchez Enrique Castro Perez, Francisco Barroso Gonzalez y Raimundo Castellano aparecer bien constituyendo grupos armado que desde el Parque y Puerta la Villa hostilizan a la fuerza publica bien patryando pors barricada que por las calles que tenian distribuidas par impedir la entrada de las fuerzas.

RESULTANDO:
Que el Manuel Francisco Crespo, el Damaso Hernandez Domínguez y Raimundo Castellano encartados en esta causa han huido ignorandose aun su paradero que los otros encardos conocidos por Barreron El Furria Santos Gonzaes, Juan Rodríguez Molina, Valcarcel el Tuerto, El Genarin, Rufino, Manuel de Arriba, Cesareo Peña, El Alfonsito, El Felipe el Guguete, Martin Gorriato, Cuadrado el Mayor, Julian el Colorino Garcia Castellano han resultado muertos con choques con las fuerzas publica y otros huidos,

CONSIDERANDO:
Que los hechos y circunstancias anteriormente mencionadas constituyen un delito de Rebelion Militar y agresion a las fuerzas armadas previsto y penado en el Bando de claratorio del Estado de Guerra del que parecen responsables en el concepto de autores por parcicipacion directa y voluntaria los anteriormente citados

CONSIDERANDO:
Que le los hechos y circunstancias mencionadas en los anteriores Resultando constituyen un delito de Rebelion Militar previsto y penado en el Codigo de Justicia Militar y Bando dietado por la Autoridad Militar.
Vistos el citado Codigo y Bando declaratorio del Estado de Guerra el Sr. Juez Instructor Don Gaspar Hogado Manzanara por ante mi el Secretario: acuerdan declarar procesados a resultas de este Sumario los encartados Valentin Garrido Muñoz, Eloy Gonzalez Pedro Miñana Regadera, Alfonso Gomez Caceres, Tomas Corrales Marcelino Aparicio Villagomez, Jose Sánchez Montero Angel Garcia Jiménez Miguel Carpintero Guijo, Valentin Garrido Sánchez, Celestino Garcia Martín Gregorio Nieto Muñoz, Felix Vallejo Garcia Baltasar Alonso Aprea, Rufino Lopez Garcia, Fermin Lopez Garcia, Luis Fraile Parra, Pedro liceo Moreno, Emilio Crespo Nieto, Benito Nieto Nieto Vicente Garcia Martín, Felix Carretero Hernández Marcos Martín Matos, Miguel Santos Santos, Felipe Gonzalez Hoya, Candido Rozas Gutierrez, Adolfo Izcaray Cegriano, Antonio Gutierre Sánchez, Enrique Castro Perez, Francisco Barroso Gonzalez y Jose Juan Marcos con quienes entenderan los demas de la ley continuando en la Prisión Preventiva: notifíqueseles este acuerdo indagusle i tráiganse su datos estadísticos compruébense las citas que hagan y dese cuenta de esta acuerdo con copia del mismo a la Autoridad Fiscal y Jurídico Militar de la División.
Asi lo manda y rubrica S. S. En Salmanca a diecisiete de Octubre de mil novecientos treita y seis.”

Escalofriante el relato si se conoce a ciencia cierta por testimonios de familia, como sucede en varios de los hombres nombrados en él, que fueron robados de sus casas con el único fin de deshacerse de ellos bien por el método de la tortura y el paseo o bien por el del juicio sumarísimo y el paredón.
Si alguna persona está interesada en conocer este documento, gustoso le haré copia impresa.
Va en memoria de mi abuelo Felipe y de todos los que sufrieron la voraz agresión fascista de los golpistas asesinos del Movimiento Nacional.
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Thursday, April 12, 2007

La autoridad en el principio de todos los finales.

Admiro de los sacerdotes ese extraordinario poder de convicción con el que hacen tragarse a la plebe sus increíbles historias… Un tipo que resucita o que anda sobre las aguas o que multiplica panes y peces o que hace andar a un impedido… Y el Cielo, el jodido Cielo con sus parcelas para bondadosos, para fieles, para vírgenes, para castos, para caritativos… Es admirable que estos tipos hayan hecho profesión de la fe, de la necesidad del personal y de la buena voluntad del gentío. Un diez para ellos por ganarse la vida desde ese misterio que, si no da risa, da auténtico pavor.
Y luego, en el siguiente punto de mi lista de tipos para admirar, están los amantes de la autoridad [los que disfrutan sometiéndose a ella y los que la llevan como un arma con la que asestar palos]. Sumisos unos y bien estiraditos los otros, cagones los primeros e hijoputas los otros… Me admiro ante ellos, y son tantos.
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Wednesday, April 11, 2007

Habla como piensas y te taparán la boca.

¿Por qué caemos mal o bien incluso antes de que se tengan datos sobre nosotros? Todo química, pura química. Es lo que somos, una azarosa combinación de elementos químicos que se atraen y se repelen, que se necesitan y reaccionan.
Somos menos que nosotros mismos y mucho más que lo que podamos imaginar.
Ayer vi una mujer sentada en un banco del parque mientras llovía… ando imaginando una historia que la contenga o que la atrape.
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Tuesday, April 10, 2007

El agua de los ingratos no quita la sed. [ingratitud]

Si me paro a pensarlo detenidamente, quitando a mi familia, los que me han querido de verdad [porque yo lo he sentido así] han sido en su mayoría personas singulares que no encontraban en el mundo más que desprecio. Los otros mil ‘amigos’ siempre han crecido al amor del interés [y yo lo he percibido siempre, que no soy tonto del todo]… buscando la edición, la reseña, la buena crítica, el halago, la recomendación, puertas abiertas, cama, comida, vinos gratis…
Mi ventaja es que he sido capaz de verlos venir y pasar, de darles lo que querían y sentir luego su forzada sonrisa y su vacío… Siempre, y no es autohalago ensimismado, he sido profundamente generoso con quienes se han acercado a mí a pesar de que tenía muy claro su interés y su desprecio escondido. En mi generosidad crezco y eso vale sobradamente mucho más que los desaires en los que esos pequeños malvados no perciben que los que realmente pierden son ellos.
Sí, he dado mil espacios y multitud de bocanadas de oxígeno a esos ingratos aún a sabiendas de que lo eran, y me enorgullezco de ello, porque los he cargado de ese mal de conciencia que los hace más humanos de lo que eran cuando llegaron con intención de engañarme.
Si me paro a pensarlo, gracias a esos ingratos sé mucho más de lo que hubiera imaginado saber… y espero mucho menos de lo que alguna vez pensaba esperar.
Ojo, pero siempre ‘doy’… que no me dejo quitar.
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* "Blue moon"

Monday, April 9, 2007

Los burgueses decoran. Y ya es algo. [burguesía]

Existe aún una burguesía de imbéciles que se lleva las manos a la cara y lanza gritos al cielo cuando una idea innovadora, descarada o crítica es lanzada estéticamente hacia los ojos, los oídos o las manos.
El mal está en ellos, en su pacata mirada, en sus oídos sucios y en sus torpes apéndices.
Existe otra burguesía, más formada, que reduce todo a unos esquemas culturales vigentes y aceptados. Esa burguesía copa los periódicos, las revistas mediocres y algunos medios de comunicación de masas. Son nefastos porque ponen vendas en los ojos ajenos, vendas iguales a la que ellos llevan en los ojos.
Hay una clase de hombres que no precisan más que en casos muy sobresalientes acudir a la conciencia. No son burgueses ni podrán serlo nunca. Ellos mueven el mundo y lo modelan sin que el mundo quiera.
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* "Aberdeen Mississippi blues" de Booker White.

Sunday, April 8, 2007

Falla el sistema porque tú fallas... solo por eso. [elecciones municipales]

No es maravilloso el mundo de los hombres… y menos cuando se acercan unas elecciones municipales con su vorágine de carteles y mensajes falsos por su generalidad y sus palabras en letra gruesa. Y el error fundamental radica en que los prohombres [entre comillas] y las promujeres [faltaría más] no responden a la decisión convocada por los ciudadanos, sino que llegan desde la guerras interesadas de los partidos, guerras en las que solo se ponen en valor circunstancias como la antigüedad en las poltronas, los agradecimientos pacatos, la suma de apoyos en base a una ley extraña de oferta y demanda y, cómo no, la jodida y mal pensada cuota femenina [no me tomen por misógino a partir de esta afirmación, que mi postura es la de que la igualdad está en la cabeza y no en los gestos obligatorios ni en la imposición de cuotas absurdas]. Sólo pueden acceder a la opción del sillón representativo los que pertenecen a una secta [por norma con un funcionamiento piramidal y absolutamente antidemocrático]. Y para más ‘inri’, no hay listas abiertas en las que el ciudadano pueda escoger de lo malo lo mejor; y para más dolor, la ley electoral conculca la suma simple y se pierde en operaciones extrañas que dan voz a quienes apenas debieran tenerla y quita valor a quien lo posee por votos.
El resultado normal es una suma de mediocres sin sustancia dirigiendo los pequeños mundos que hacen del mundo entero una bomba de estupidez que amenaza constantemente con estallar y deshacerse.
Sólo sé a esta hora temprana del domingo que en cada partido hay siempre personas mucho más válidas que las que van a la foto del cartel… y que fuera de los partidos hay individuos geométricamente más importantes [en su intelectualidad y en su pensamiento social] que los más valiosos personajes de los partidos políticos.
Desde este punto de vista… ¿no sería mejor que los partidos y los demás grupos ciudadanos se reunieran antes de las elecciones e hicieran propuestas de personas con valores reales de integridad, gestión, formación y percepción del mundo para formar sus propuestas de gobierno sin tener que ceñirse a su pertenencia o no a una secta política, a una sexo político o a un grosero paquete de intereses?
La democracia es un sistema que nunca funcionará en lo común si no funciona en sus niveles celulares [que no funciona ni de coña]… También es cierto que tampoco se me ocurre otro sistema que propicie que los mejores nos lideren, pero para eso están los filósofos profesionales, los sociólogos y los que se dedican a la historiografía [aunque me temo que con ellos tampoco llegaríamos a ninguna meta aceptable].
(16:41 horas) He de reconocer que soy un hijo del ocio, por mucho que me pese, coño. Y con el ocio [en el ocio] he conseguido poder acceder a cierto estado de sensibilidad, a escalar poco a poco algunas escaleras del conocimiento, a dotar de un perfume de realidad la medida de mi imaginación, a meditar sobre el mundo y la gente, a escribir como me da la gana… de él también han nacido proyectos que, paradójicamente, me han llevado al trabajo y a las deudas, al riesgo y al juego de tener más de lo que necesito para vivir. Del ocio he aprendido que hay demasiados escritores que son solo empleados por palabras o esclavos de una reseña, que no escriben por vocación/evocación , aunque lo hacen por dinero… Yo ya entendí hace unos años que el ocio procura mi salvación como hombre y sabe marcar mi dignidad como escritor [malo o bueno, que eso no es del interés propio, sino del ajeno].
El ocio también me ha llevado al consumo… a un consumo para el ocio, claro.
Debo y no me va mal. Tengo y no me sirve para casi nada. Me arriesgo y respiro. Juego y lleno la vida. Escribo y me voy reconociendo. Muero poco a poco y me importa bastante, porque morir es jodido a pesar de los que elevan las palabras y los gestos para gritar que la muerte no importa. Soy un tipo de mi tiempo y me adapto a regañadientes. Sé quién es el que lo jode todo y también sé que no puedo hacer nada contra él [ellos]. No me importa demasiado el presente porque vivo en un pasado perfecto… y el futuro no sé si llegará algún día.
En fin, que soy un jodido hijo del ocio.
De Tontopoemas ©...


* "Our country" de John Mellencamp.

Saturday, April 7, 2007

Dónde escribes y con qué escribes supone un 80% de tu éxito como escritor. [visitas]


Anoche llegaron Urceloy y Marisol y salimos a cenar con copita incluida. Yo andaba cansado y aguanté poco, que llevo unas semanas en baja forma. Me dejaron una deliciosa edición de Anagrama con textos de Paul Auster y pinturas de Sam Messer: “La historia de mi máquina de escribir”.
Es curioso cómo en un corto espacio de tiempo me llegan textos sobre la escritura que se refieren a los ámbitos en los que se escribe [Fernando R. De la Flor] y a uno de los instrumentos de escritura más entrañables [Paul Auster].

(11:36 horas) Lo primero que hice al salir de casa esta mañana fue acercarme hasta la tiendita de mi librero favorito para reponer algunos títulos de mi cosecha y pillar tinta china para gastarla en mi libro objeto. Ignacio lo tenía todo, como siempre: cuatro ejemplares de mi “Amante discreto…”, cuatro de “Con la muerte en los talones” y tinta sepia, negra, mostaza y azul. Reí con él un rato [Ignacio tiene una retranca especial] y me vine corriendo a mi estudio como un niño con pinturas nuevas, loco por gastarlas sobre el soporte Gironella. Y en eso ando a esta hora.
De Tontopoemas ©...


* "Take five" de Dave Brubeck.

Friday, April 6, 2007

Me encanta que hablen de mí los desconocidos. [reseña]


Poco acostumbrado a ver mi poesía reseñada o sometida a crítica [ni para bien ni para mal], me he quedado sorprendido esta mañana al descubrir en una búsqueda Google mi nombre junto a una crítica de J. A. Arcediano en la página de la revista “Caravanasari” [http://www.caravansari.com/imgs/Caravansari_p.pdf] en su número 1 del primer trimestre de 2006. Habla de un libro ya viejo que publiqué en 2004 [“Con la muerte en los talones”] y lo hace a partir de una buena lectura [o eso me parece a mí desde este subjetivo punto de vista de autor]. Dejo copia del texto de Arcediano por su valor de oasis y de oxígeno, y lo hago dándole las gracias encarecidamente por echar un rato en mis versos. Gracias, tío.


[Con la muerte en los talones
Luis Felipe Comendador
De la luna libros, Mérida, 2004
J. A. ARCEDIANO

Luis Felipe Comendador (Béjar, 1957) aborda una vez más, en su última entrega poética, Con la muerte en los talones (De la luna libros, Mérida, 2004) el tema de la muerte, confiriéndole importantes dosis de extrañeza y ACCIDENTALIDAD, en tanto no está al alcance del individuo mantener el más mínimo control sobre ella. Nos hallamos, a mi juicio, ante un poemario en el que no debe buscarse una impresión general –no porque carezca de la suficiente unidad y coherencia– sino aceptar las dosis de verdad que nos sobrevienen paso a paso, poema a poema, a lo largo de su lectura.
Así, vamos hallando en el camino la exposición de toda una serie de sensaciones e impresiones absoluta y radicalmente humanas, personales, privadas, pero susceptibles de universalizarse, por la incidencia abrumadora en el resto de los individuos. La ansiedad ante la potencialidad de la existencia, ante lo posible y ante el hecho de que lo posible nos sea inabarcable. El miedo (a la muerte, a la vida) que produce hallarse en la soledad más absoluta, en la carencia de referentes y en la constatación de que no hay salida, de que las cosas, los hechos, las personas empiezan y se acaban, algo consustancial a la existencia y, por tanto, completamente natural. Esto produce en el personaje de Comendador una reacción inmediata: la de la autoinvitación a quemar las naves, a huir del fracaso por la vía de la participación activa en los acontecimientos, aunque actuemos a ciegas, pues la lucidez –nos dice Comendador– es muerte / porque es final, ocaso.
En todo un repertorio de impresiones acerca de la soledad, van apareciendo una serie de matices destacables: Una soledad al servicio del otro, de quien quiera aprovecharla, sacarle partido con fines cualesquiera. Una soledad que tiene como consecuencia el distanciamiento, la frialdad, y como origen remarcable la extrañeza respecto del entorno. Una soledad que se traduce, asimismo, en inidentidad, en incapacidad para afrontar la vida de forma original, personal, y que puede constituirse en detonante para que se desarrolle, sin ir más lejos, la propia capacidad de matar, de aniquilar la vida. Una soledad que nace, en cierta medida, de la presión ejercida por la figura divina como otro elemento de tensión sobre ese frágil hilo que es el individuo. Una soledad de la que no es posible desembarazarse ni tan siquiera en la huida, pues el individuo que huye está también abrumadoramente solo. Tal vez sea esa soledad tan profunda la que empuja al personaje de Comendador al descubrimiento del “otro”, descubrimiento éste que no deja de producirle miedo e incertidumbre, aunque representa una importante novedad respecto a este sujeto conformado por una sustancia porosa, a través de la cual discurren los días, uno tras otro, sin dejar el más mínimo rastro de su paso, y que va adquiriendo plena conciencia de que carece en absoluto de importancia, estando a merced del azar. Únicamente parece intuirse o apuntarse una salida a la soledad en ese descubrimiento del “otro”. En ese sentido, el otro quedaría fijado principalmente en la mujer, traída al papel de compañera y ocupando el espectro más íntimo del yo, en un ejercicio de alteridad, de empatía y de reconocimiento de ese “otro” femenino, que se erige en medio de supervivencia, en receptáculo del propio yo, aunque se intuye tal vez insuficiente ante la sed de aislamiento e individualidad del personaje: Algunas tardes meriendo algo / y siento que me llena esa mujer / que me abraza y me alimenta / cuando estoy solo.
El otro eje del libro, la idea de la muerte, que subyace en esa enfermedad incurable que es la soledad, la alimenta y la hace crecer y desarrollarse como un cáncer del espíritu, da lugar también a una importante sucesión de impresiones plasmadas en la letra y en el verso de Con la muerte en los talones, título de por sí significativo y esclarecedor y que –dicho sea de paso– rinde tributo a los escenarios y personajes cinematográficos a los que alude también el autor en otras de sus obras. La obsesión por la muerte transluce en versos como nací para la tierra, esto es, en la seguridad de que el ser humano nace para morir, por lo que resultaría incomprensible el miedo a vivir, a volar; o la de que la vida, como huida de la muerte, es un hecho imposible, ya que la muerte se encuentra inexorablemente en todas direcciones. La dialéctica entre atracción y rechazo lleva al personaje de Comendador a situaciones paradójicas. Así, se alternan la huida y la espera del momento crucial, componentes indispensables de toda relación y enfrentamiento obsesivos.
La profundización en el hecho de la muerte conduce también a una idea podríamos decir “metafísica” de la misma, abarcando en ella un aspecto más amplio que el de la mera muerte física y tomándola como un hecho previo al nacimiento de nuevas cosas, como punto de inflexión en el discurrir hacia nuevos ciclos, en la observancia de una norma ineludible, la de que para alcanzar un nuevo ciclo debe producirse la degradación y acabamiento del anterior.
En el punto intermedio de la dialéctica atracción / rechazo, el retrato de una postura de serenidad ante el advenimiento del final, en el sentimental y excelente “Expreso a ninguna parte”, o la invitación a vivir intensamente y sin miedo de “Un coche rozando los precipicios”, junto con la exhortación a convivir con la idea de nuestra propia mortalidad (la amenaza es sólo posibilidad) del magnífico “Policía en la puerta”.
Otro de los aspectos inherentes a la muerte, la herencia, no es pasado por alto por Comendador, quien conjuga desde un punto de vista existencial la expresión del legado y de las últimas voluntades de su yo poético, atendiendo formalmente a ese aspecto extensivo de la muerte, como es la expresión de lo póstumo.
Finalmente, destacar la familiaridad del individuo con la muerte, expresada en pequeñas figuras muy explícitas y tremendamente certeras, tales como voy
a casa como a la muerte (Documento traducido al búlgaro) o despreciar el cadáver/ que te escupe el espejo (“Amordazado en el maletero de un Continental”).
Todo un discurso, en fin, vertebrado de principio a fin con la presunta (y ampliamente conseguida intención) de situar al individuo ante el hecho definitivo y
crucial de su existencia, siempre presente y raramente bien digerido y asimilado, pero que por su importancia no deja de ser constantemente abordado de forma intuitiva y/o reflexiva, y ante el cual es fundamental detenerse y pensarlo, para rentabilizar al máximo esa ficción que designamos con el sustantivo “vida”.]

En el mismo número de esta revista figura un amplio artículo de Eduardo Moga que, bajo el título de “La limpieza del realismo sucio”, da un repaso a esa tradición poética que nació en los sesenta. En ese artículo me incluye Eduardo Moga como parte de tal tradición dentro de la poesía española, alumbrando que mis poemas beben en la fuente de Roger Wolfe y dejando caer cierta sensación de emulación epigónica. Suma mi nombre a los de Karmelo Iribarren, David González y Manuel Moya.
En este punto considero que debo puntualizar algo:
1º Sí, me encanta la poesía de Roger Wolfe y reconozco que durante un breve periodo ensayé ese tono descarnado y directo, pero pronto entendí que no era el mío, ya que mi vida no respondía ni de lejos a esa estética. En todo caso, supone para mí un alto honor que se me sume a cierta epigonía wolfina.
2º Me encantan los compañeros de viaje, pues admiro sin sonrojo a Karmelo, a David y a Manolillo Moya, pero sólo me veo cercano en la propuesta poética a Manolo, y eso cuando no toma la máscara de Violeta C. Rangel [Manolo y yo estamos muy unidos por sus “Islas sumergidas”].
3º Es patente que mi amigo Eduardo, al que no veo desde aquellos deliciosos cursos de El Escorial en los que trabamos una amistad simpática, no ha vuelto a leer mi poesía [pues no sé dónde puede encontrar mi amigo a Roger Wolfe en “El amante discreto de Lauren Bacall”, en “Paraísos del suicida”, en “Travelling”, en “Con la muerte en los talones” o en “El gato solo quería Harry”].
Los citados poemarios se alejan tranquilamente del realismo sucio para entrar en una suerte de 'poesía de la conciencia' mezclada con ciertos toques de 'poesía de la disidencia' y un poquito de cierta 'estética de la resistencia' [es una coña personal; perdón, colega Eduardo]. En ellos desaparece totalmente el feísmo por voluntad propia así como las presentaciones directas y conversacionales que tanto se patentizan en el realismo sucio; tomo conscientemente un tono más filosófico y trabajo con cuidado la forma de mis poemas intentando, eso sí, no impostar mi voz.
En este punto y en este día, amigo Eduardo, me considero instalado en una poética individual y solitaria que es mezcla heterogénea de todo lo que leo y me emociona y de todo lo que vivo y me impacta o me deja hundido.
No pertenezco ni por estética ni por obra ni por prebendas a ninguna de las tradiciones establecidas por los culos planos para llenar de letras sus folios interminables. Estoy sólo en contra y a favor de mí mismo y no me interesa nada que me ubiquen en una forma de hacer o deshacer porque, entre otras cosas, no me interesa el mundo de la taxonomía poética, ya que está fuera del mundo creativo y se mueve únicamente en la especulación [que por cierto, da de vivir a demasiada gente sin valor formal, estético o literario].
Muchas gracias por acordarte de mí después de tanto tiempo, amigo, y queda aquí mi casa abierta para ti cuando desees, con una copa puesta y un montón de abrazos.
(17:24 horas) Escribir es también un acto reflejo o exclusivamente un acto reflejo… y antes está la vida, siempre antes.
Acabo de recibir llamada de Jesús Urceloy para decirme que viene hasta Béjar con Marisol a visitarme. También el viaje es un acto reflejo y antes de él está la vida.
(21:29 horas) Me he pasado toda la tarde trabajando en un libro objeto [llevo ya dos meses de curro con él] y me ha sentado francamente bien estar sentado frente a sus páginas con las manos manchadas de tinta y buscando formas y contenido.
El soporte es una edición de “Los cipreses creen en Dios”, de José María Gironella, fechada en 1970 y realizada por Círculo de Lectores. Mi intención es que el libro consiga la capacidad de leer al lector a través de figuras que le miran desde sus páginas. Es un proyecto a largo plazo, pues no en vano el volumen cuenta con 785 página que he de tunear una a una. Esta tarde he llegado a la 211, por lo que calculo que al ritmo que llevo pueden quedarle del orden de seis meses de trabajo.
Cuando me cansé de libro objeto, me acerqué hasta mi casa paseando. Béjar está a tope de gente y salir a la calle en estas circunstancias supone para mí un costoso trabajo, pues cada día llevo peor el asunto de las multitudes y también me jode un punto encontrarme rostros desconocidos que no me da tiempo a escrutar.
Olía a muerte, y no sé por qué. Me ha quedado una sensación de tragedia que no acierto a saber de dónde viene.
No me gusta la Semana Santa en ninguna de sus ofertas. Lo siento… o no.
De Tontopoemas ©...


* "Diez años atrás" de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.