Saturday, October 31, 2009

Poesía en El Corral de Comedias

Me envía este documento el colega Matías Escalera para invitarme a asistir... no podré, pero lo dejo aquí para quienes sí puedan.
POESÍA EN EL CORRAL DE COMEDIAS. Programa 2009-2010

Thursday, October 29, 2009

Café negro...


Me llenaron la taza con el café negro mientras pensaba en mi destino de mañana… hielo en un vaso y dos azucarillos, pues quizás no haya risas ni cantos de victoria, ni siquiera un pañuelo de algodón para enjugar las lágrimas… y abrí la cartera para pagar y todo cayó al suelo por mi torpeza natural… el documento de identidad con esa cara de delincuente consumado que le pongo siempre a los fotomatones, la tarjetita naranja de Alcer con la que aseguro a cualquiera que he donado mis órganos, el antiguo carnet de desplazado a Tanzania en calidad de humanitarian aid officer con fecha de 1999, mi antiguo carnet de alumno de Biológicas en la Universidad de Salamanca, el carnet de colaborador con la enseñanza [una pieza roja y blanca que me ha procurado varias entradas gratis en diversos museos], mi antigua acreditación como miembro de WWF, la tarjeta de donante de sangre [hace ya demasiado tiempo que no suelto esas gotas rojitas], un par de tarjetas Visa caducadas, una foto con mi viejo y fallecido halcón peregrino en el brazo fechada a lápiz en 1976, un posavasos del Club Inglés de Arusha, varios comprobantes de cajero, dos fotos antiguas de carnet con carita de gaznápiro y perilla, un poema de Ángel González manuscrito y dedicado por él en una servilleta [“Vivir para ver: ¡joven poeta de cuarenta años! /¿Último logro de la geriatría? / No; retrasado mental, sencillamente.”], varias tarjetas de visita con los bordes comidos y algunos teléfonos en una hoja cuadriculada… todo un pasado perfecto a la hora del café, y yo con el destino de mañana en la cabeza, con la pregunta constante de qué me hará girar o cómo mantendré mi pose ausente en un mundo que empuja y acelera… y pagué… y me acerqué hasta el banco, pero resultó inútil hacer la operación que pretendía [la chica que me atiende –me entiende– normalmente está de vacaciones y su sustituta no me pasa ni una… y yo estoy para que me las pasen todas], así que desistí y me largué a ese mundo absurdo de calendarios y talonarios con dos copias, de libros por alzar y vinilos que pelar, de gaitas con Hacienda y la SS [que se pasan el día enviándome jodidas cartas con acuse de recibo].
Y volví al banco para cambiar euros en dólares, y que me cambiaron los euros a 1,41, mientras el mercado marca a 1,47, y que encima me cobraron 10,30 euros de comisión… quizás para paliar los males de esa ONG llamada “banca” que compra dinero a un uno y poco en el interbancario y lo vende a lo que le sale de los cojones… esto no va bien, colegas… los medios destapan cada día asuntos turbios de partidos y ayuntamientos, pero no hablan nada de los mayores ladrones de la historia del hombre, los peores, los que roban a diario a quienes tenemos poquito y lo hacen con chaqueta y corbata, amparados en la legalidad de un sistema que los mantiene con dinero público en esa peana de poder y dinero a espuertas… hay que acabar con este sistema como sea y hacerles sufrir sus latrocinios expuestos en las plazas públicas, y quitarles todo, pero todo todo.
Meca….

Y que ya he tocado mi nuevo librito nuevo con mis manos calendarias... y es suavito y chuli.

Tuesday, October 27, 2009

Qué ganas de ese viento...


Qué ganas de ese viento que lo levanta todo mientras mi cámara le arrebata el alma a algunos hombres… y que las hojas de los castaños asientan con su vaivén a cada uno de mis robos, porque ellos saben que también han de morir y en las noches de invierno el frío es insoportable si no hay un bosque en el que guarecerse… ¡los árboles!... lo que daría hoy por ser el leñador con el hacha en la mano, y sentirme dichoso ante la cicatriz como ese dios de los finales necesarios… el árbol en mi mesa, en la ventana, en la silla, en el incómodo ataúd… y echar un trago de ron caliente sintiendo el latido de las manos hinchadas por la labor de muerte, y remangarme los pantalones frente al fuego donde cruje una carpa o una pieza cobrada en las trampas.
No sé, pero me apetece un mundo de helechos que pisar y el sonido del agua jugando a ser libélula en el aire… un bosque frondoso y lleno de sonidos… y humo al fondo, un humo de hogar viejo y casi inaccesible, y ortigas a los lados de la casa, como custodiándola, y ese olor de manzanas puestas a madurar en el altillo sobre una manta vieja.
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Oye, viejo F, que me reí de ti esta mañana un motón mientras atendías a esa chica que vino a informarte de cómo manejar con efectividad los recursos para empresarios de la Oficina de Empleo bejarana… estabas atendiéndola con tu socio Ricardo y de pronto te preguntó: “¿le explico esto a usted o a su hijo?”… noté que te molestó un poco, aunque reías, viejo… pero hay lo que hay… además, la oronda funcionaria te habló como si nada de las personas mayores de 52 años, explicándote que tienen beneficios diversos por edad al contratarlos y que en esas edades puedes hacerte con buenos profesionales sin tener que agotarte en el empleo, pues son tipos con la vejez a cuestas que ya ven la luz de la jubilación al fondo… sé que la habrías acorralado si no es porque tuviste que correr a hacerle la comida a uno de tus hijos de verdad… y es que estas jovencillas de hoy con el futuro asegurado no respentan las canas, ¿verdad, viejo?... y luego el remate de tu socio, el jodío, que se merendó con un “nosotros somos analfabetos” ante las preguntas constantes de la moza… todo un éxito de reunión, viejo, que hizo que la muchacha quedase medio estupefacta.
Noto que últimamente te afectan más de lo normal los asuntos de edad… no le des muchas vueltas, viejo, que eso no tiene arreglo.
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En unos días tendré en mis manos mi nuevo librito nuevo... os dejo en esta entrada la cubierta.

Monday, October 26, 2009

Otra vez Juanito.



A primera hora recibo llamada de Juanito, que había viajado esta mañana a Salamanca con You para conocer el resultado de las pruebas de su rodilla, y me cuenta que la resonancia magnética indica que tiene muy dañada la rodilla [menisco y ligamentos incluidos], por lo que tendrá que someterse a una operación complicada… ya me parecía a mí que la cosa no tenía muy buena pinta cuando el sábado vi el volumen de la inflamación… así que a descansar, amigo Juan, a tomarse unos meses con calma y a madurar cosas nuevas mientras descansas [que las necesitamos todos un montón].
Mi amigo –me consta– se ha metido entre pecho y espalda un par de años de curro a lo bestia [durante ese tiempo apenas hemos contactado para cosas puntuales], así que este impás seguro que le va a venir de perlas para volver a encontrarse en el mundo como la persona enorme y hermosa que es… yo prometo desde estas líneas estar a tu lado y no dejarte parar con mis charletas pesadas y con nuevos proyectos que te van a ilusionar [se me ha ocurrido una historia para Perú que puede ser flipante, pero prefiero madurarla y traerla magrita de mi viaje para enredarte mucho más de lo que nunca lo has estado, que ya es decir].
Ponte bueno pronto, amiguito, que te necesito mucho.


Sunday, October 25, 2009

No busco atlántidas.


No busco atlántidas ni quiero trazar puentes indestructibles sobre los mares nuevos… solo preciso un humilde corcho y estar despierto para lo que haya de venir… y quizás un par de cigarrillos rubios.
Mis días son de calles en las que los colores se cansan por las noches, de hombres arrojados a la quietud diaria de un estatismo absurdo, de pan por la mañana y gestos de cansancio por la tarde… mis días son días sin balas, con muertos familiares de cuando en cuando [muertos que solo saben declarar su independencia con la muerte], sin cánones precisos [pero ciertos] y un poco de sudor si no hace frío… mis días son de ensaladas y macarrones y filetes muy hechos, son siempre laterales [sin llegar a ese margen que te muestra el peligro en el abismo], son días sin juicio universal ni cuerpo humano, sin Dios y sin penumbras en su sombra… mis días van sin héroes, tranquilos; discurren lentamente, sin agobios; no saben de un océano existente [porque el monte cercano oculta todo]… mis días son de euphorbias si paseo, de folios y verjuras si trabajo, de horizontal mirada si descanso…

Saturday, October 24, 2009

Juanito.


A primera hora llamé a mi Juanito para interesarme por su salud, que hacía un par de semanas que no tenía noticias de él, y me dijo que andaba paseando por el parque y que había quedado con Pepe y con Sonia para tomar un cafetillo… así que corrí hasta el parque para pasar un ratito con mi amigo del alma [echo mucho de menos su presencia diaria, pues siempre fue mi apoyo, además de un conversador extraordinario y un loco maravilloso]. Andaba Juanito con una muleta cuando lo encontré, renqueante, pues tiene la rodilla izquierda muy inflamada, y después de unas semanas todavía no se sabe lo que le sucede. Caminamos juntos, como antes, y nos pusimos al día de todos los avatares… él me contó su estado anímico y físico –siempre lo lleva todo con una sonrisa admirable y un ánimo que da envidia– y yo le puse al día de los asuntos SBQ, le expliqué cómo será mi viaje y le di algunos detalles sobre los proyectos… luego llegaron Pepe y Sonia [gente buena como no puede imaginarse] y juntos nos fuimos de cañitas… primero una con tapa en el 12&23 y luego otra de las mismas características en La Alquitara… y allí fue donde Sonia y Pepe nos dieron la noticia grata del día [que no la debo decir… mmm, qué rabia], una noticia que me llenó de ganitas de abrazarlos a la vez que de risas… y se nos unió Paco Tejeda –otro tipo grande de verdad–… y así gasté la mañana, entre amigos buenos y hermosos, riendo y sintiéndome estupendamente.
Ver a Juan siempre me proporciona oxígeno… y ahora lo necesito mucho. A ver si mi amigo se pone bueno pronto, coño.
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Tiro la tarde entre el café y la preocupación por los vuelos de Air Comet [el día seis de noviembre ocupo plaza en uno de ellos y parece que las cosas están chungas con la huelga], y me empapo los proyectos peruanos de Ad-Paiján que quiero visitar en La Libertad, un hermoso trabajo de Ayuda en Acción que beneficia desde hace años a una población de más de 29.000 almas [http://www.cttusanjose.org.pe/] en colaboración con Cordaid, Incagro, el Banco Mundial, Magis y Fundetec… este proyecto, curiosamente, está conectado sin querer y sin buscarlo con el de SBQ, pues muchos de los futuros beneficiados por nuestro centro de acogida infantil trabajan en los campos de espárragos de Paiján, en el valle de Chicama, y en Ancash, en el valle de Lacramarca Santa… así que se van acumulando mis tareas pendientes y la agenda se va llenando de ideas, direcciones y nombres de personas con las que contactar, de tal forma que esto puede acabar en algo mucho más grande de lo previsto [importante será contactar con Juan Ignacio Gutiérrez, responsable de Ayuda en Acción en Perú, que ya estuvo hace años en Béjar y puede ser un punto importante en mi viaje… lo estoy intentando por todos los medios].
No niego mis ganas de marchar a Perú, y los días se me pasan entre buscar datos de lo más peregrino y empaparme de todo el material que encuentro.
En mis apuntes personales figuran datos que me resultan de mucho valor para viajar con la cabeza centrada en mi cometido, datos que quizás resulten de interés para alguno: Perú cuenta, según los últimos indicadores, con un 23,9 % de su población en situación de pobreza extrema, alcazándose el 51,3 % en las zonas rurales, considerándose muy alta la tasa de mortalidad en niños menores de cinco años por malnutrición [se estima que un 65,5 % de la población infantil está por dabajo de la línea de pobreza]… en lo que se refiere a educación, un estudio consultado indica que el 81% de los niños entre 10 y 14 años no comprenden lo que leen y que solo un 34 % de la población infantil es atendida por el sistema educativo peruano, ya que el 33 % de los gastos educativos deben ser cubiertos por las familias [que no alcanzan a hacer tal esfuerzo]… se estima, así, que más de un millón de niños peruanos entre 6 y 16 años no asisten a la escuela… otro dato importante a tener en cuenta es que siete de cada diez analfabetos peruanos son mujeres.
En lo relativo a la salud, el 50 % de la población infantil sufre anemia y el 25 % desnutrición, y solo el 66 % de los niños enfermos pueden recibir atención médica. Las mayores causas de muertes maternas devienen por hemorragias, infecciones y toxemia, mientras que las muertes infantiles [una media de 19.000 al año] proceden fundamentalmente de la falta de atención médica.
Con este panorama resumido [mi cuadernito de trabajo está lleno de datos actualizados que dan auténtico pavor], creo que mi labor de zapa y gestión debe afinarse mucho para poder concretar las actuaciones de SBQ con fiabilidad y con garantías en su gestión. También llevo como meta el determinar de una forma lógica cuál será la mejor opción de ayuda con nuestros mimbres [que son pocos, pero valiosísimos]…
Y en eso estoy desde hace unas semanas, con planos, mapas, informes… y con una ilusión realmente hermosa, una ilusión que no sentía desde hace un montón de años.
Figura en mi agenda visitar la sede de la AECID en Perú y conversar con Patricia Ramos, la Coordinadora de Necesidades Sociales; visitar la Fundación Telefónica –con la que ya tuvimos contacto hace unos meses, gracias a la gestión de la encantadora amiga Bárbara Blasco, sin conseguir nada concreto– e intentar conversar con Rafael Varón o alguno de los apoderados de la fundación… además de otras visitas previstas ya cerradas y alguna aún por confirmar [sería magnífico que me recibiera Alan García… ya contacté con el Despacho de Presidencia y me comunicaron que hiciese la petición por burofax, gestión que realicé hace dos semanas y de la que aún no tengo respuesta].
En fin, que estoy en una vorágine molona que me hace olvidar esta puta crisis de mierda, y que voy tirando.

Friday, October 23, 2009

Dámaso Alonso


¿Cuánto podrá durar esto?... y averiguo sin más que el miedo es la pregunta, las interrogaciones cerrando unas palabras que buscan tiempo y cantidad.
Y el resto es presentir que un día no podré conciliar el sueño o que el teléfono sonará a media noche con un mensaje eléctrico que agote o que vuelva lo peor del pasado con su maleta hecha o la cara de la muerta que me ate en ansiedad y desconsuelo o que alguien querido se muera antes que yo o que el tiempo se extienda en mis tejidos hasta que no sea más que un trozo de algo…
En fin… hace frío esta mañana y apenas hay trabajo… me centro en buscarle a mi hija documentación sobre los romances que hablan del ciclo de la pérdida de España y la conquista de Al-Andalus en el periodo del 711 al 716… nado por los trabajos de Menéndez Pidal y Dámaso Alonso… y me disperso, pues encuentro mi ejemplar anotado de “Hijos de la ira”, un libro magnífico de Dámaso escrito en un tiempo de ruptura, con la censura nadando en el sistema y el mundo cultural muy anudado por el régimen franquista… todo era desesperanza y los caminos poéticos llevaban al individualismo expresivo [y real], como ahora… y me detengo a pensar en que ese poemario me llevó a una escritura larga en el tiempo, a una forma de hacer que terminó siendo mi forma, una forma absolutamente existencial de la que quise huir algunas veces, pero que caló tanto, que he vuelto a ella como un vómito…
Llega el correo con sus jodidos acuses de recibo y me doy cuenta de la suerte que tengo al ser protagonista de la crisis, de lo chulo que será contarle a mis nietos que pasé el trago y sobreviví a este morder continuo de bancos e instituciones… es otra forma de verlo, ¿no?... ni secundario ni nada, protagonista compartido de una peli cabrona de serie B en la que apenas queda esperanza… ¿un thriller?... yo qué sé… lo mismo sí… o lo mismo acaba en melodrama romántico y caramelero, todos queriéndonos como amiguitos y todos chungos…
Yo, LFC, protagonista de la crisis financiera, social, mundial, galáctica, mediática… un protagonista madurito con banda sonora de fondo que va al banco cada mañana a cagarse en la puta madre de quien sea y mirando a cámara, que visita la Hacienda Pública [¿púbica?] como si fuera a la casa de empeño, un protagonista al que no se le levanta ya ni el pizarrín, pero que presiente una salida y la busca; un tipo duro con cara de escupir de lado, un fumador empedernido y chusco que usa parfum Loewe y formas progres con ropilla de marca, un campeón del jodido fracaso que aún se mantiene en pie y se descojona… un nieto de la ira.

Thursday, October 22, 2009

Tennyson.




Siempre en camino, combatiendo a las noches con sus constelaciones y a las claras mañanas con una vela que desplegar al viento, sintiendo un hambre atroz que no es el hambre de los pobres de espíritu, buscando el mundo ignoto que te hará ser lo que has visto… y jamás detenerse, sabiendo que la chispa es el aire que entra y sale del cuerpo… y dejar en los hijos la frente del criterio mientras envejecemos, dejarles la medida anotada en el cartabón –pero no grabada a fuego–… y dejarnos llevar por el vigor que falte hasta donde la nave quiera sujetarnos.
Cargad, hambrientos de sueños, contra los días que restan… cabalgad vuestras monturas hasta agotarlas buscando el horizonte… que el polvo se zambulla en el aire siempre atrás, que no exista la palabra regreso en vuestro idioma ni podáis ver cómo crece el alerce que plantasteis un día…
Los rizos habrán de abandonar la calavera y no habrá mar de fondo entonces, ni besos atrevidos, ni siquiera un deseo que cumplir… entonces comprenderéis que no hay un dios posible aunque las plantas sigan arraigando en el muro de piedra, que no existe una muerte con después ni los grajos de invierno encuentran el fulgor en las ramás peladas de los castaños indios.
Todo será arrasado… el resto es mientras tanto.
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Me envía el amigo Victorino unas imágenes entrañables de su visita a Béjar junto a Fernando de la Flor y Manuel Ambrosio... también va una de mi viajecillo a Helmántica.






Wednesday, October 21, 2009

Carne.


Somos carne que acontece y se traba, que a veces se divide o descansa como las jarras de Morandi, carne roja que poco tiene que ver con la vida que llevamos o con la lógica absurda de los días urbanos… somos carne tapada por el fieltro o el algodón tintado, carne sin demasiada importancia para quienes trafican con ella, carne tierna a veces y también bien servida en la pose simétrica de los banquetes… somos carne ensayada y a veces también débil… carne que toma asiento y sorbe un café o se detiene en unas líneas, carne pasada que se pudre sin más una tarde de otoño y se amontona en el seco tictac de los relojes, carne que hizo lo que pudo y administra las muertes de los significados… carne sin más misterio que ese azar que cubre lo impalpable, carne como un vuelo de pájaros que apenas reconocen el último árbol que les sirvió de cobijo, carne que fuera intacta un día y que hoy ha sido escrita por otras carnes pares con embriaguez de lirios y promesas.
Las rosas del jardín posan espléndidas y hay un bistec de ayer en la nevera.

Tuesday, October 20, 2009

Otra vez como la tullidita...


Otra vez el renglón seguido de los riñones, la manta eléctrica jugando a ser compañera de sofá y de cama, el descojonarme de risa por los artilugios que tengo que inventarme para levantarme de cualquier sitio, la mano marcando siempre el dolor [como sujetándolo], la quejita en la boca [me encanta], los gayumbos subidos hasta la marca de las orejas… otra vez limitado porque el viernes me quedé congeladito en Salamanca, porque el sábado me descargué con Felipe todo el material que Marqués de Valero le entregó a SBQ [que era mucho y pesado, así como 16 cajas grandonas llenas de libros], porque el domingo trasegué a medio gas con Manolo Casadiego, Youssouph y Adrián algunos asuntos mercadilleros, porque el lunes me descargué por la mañana todos los restos del mercata solidario [con el agravante de que mi padre se ha ido de vacaciones y se ha llevado la llave de la puerta a pie de calle de mi local, con lo que me ha tocado bajar y subir tres tramos de escalera para las cargas y las descargas]… y hoy he tirado todo el día con la primera camada de calendarios 2010, un trabajo que me exige posturas constantes e inadecuadas para mi estatura.
Así que otra vez como la tullidita, con el mal del orfebre, en ángulo constante y, como digo, descojonadito de la risa… porque a mí este dolor de en medio me da la risa, una risa floja de cojo de atar.
Y que Malick –el hijo recuperado– me ha traído una mazorca de maíz desde Gambia con un rematito de cuentas de colores en el tronquete junto a la noticia de que empieza trabajar de nuevo en Aldeanueva del Camino, y que You parece que mañana también es posible que sea contratado para un nuevo curro, y que Guille me ha traído de Toledo un flamante mechero “Dora” de gasolina con una foto enorme de la ciudad alcázara, y que Felipe hoy ha estudiado un poquito [cosa de festejar], y que llueve a mares, como hacía meses, que se nos cae el cielo encima cada veinte minutos… y que eso me gusta mucho, coño.

Monday, October 19, 2009

Gregory Corso


Leo a Gregory Corso y me detengo en su referencia a “la triste y desesperada pistola de Verlaine, Pushkin, Dillinger, Bogart”… ¿por qué estos personajes en su poema “Bomb”?... me gusta y me sorprende… y quizás nada más. Luego, esa reflexión sobre la muerte, sobre la preferencia de los hombres por unas formas de muerte sobre otras… ¿no es solo muerte?... y, como tal, resulta una extravagancia preguntarse si morir cayendo de una pared mientras la escalas o hacerlo postrado por un cáncer… la muerte es muerte y una… y basta… y ya está.
Y puede ser en la justa hora en la que metes el chicle de menta en la boca, cuando vas a besar o mientras duermes, volando a cualquier parte o haciendo el repetido trabajo diario, sobre la nieve o bajo las vigas de tu tejado, saliendo de la escuela o entrando en el bar de copas, en la cama propia o en una ajena, comiendo magdalenas o sentado en el parque… solo muerte… y una… ¿y luego?... ¿habrá jamón y dulce de membrillo… o todo será mármol?... en todo caso, hay que estar dispuesto, sin nervios, con ganas de infinito y disfrutando la lluvia o los rigores del invierno, disfrutando la tez de cada tarde o el agua por beber, disfrutando el clamor de las otras vidas que rozan o acarician suave, disfrutando el momento de salir o de entrar, el de ser o el de estar en donde sea… pero siempre dispuesto a ese tornarse glup y ser cadáver quieto y bien vestido… hay que abrir los sentido, utilizar los ojos y quedarse pasmado con cada tacto o con cada leve sonido, arder en la saliva y profanar cada uno de los templos, que a veces son de carne o de piedras enormes o de adobe, no importa… arder como los fósforos antiguos encerados, dejarse salpicar por lo que sea, gritar o incluso guardar silencio, pero entendiendo y no entendiendo a la vez…
Y tal vez deba importarme que el glaciar de tres lenguas haya comenzado a fundirse o aprender a volar remando con los brazos en el aire… porque en el proscenio aún quedan jergones y cajas cerradas, porque hay ángulos muertos en las calles y la gente viaja hacia el Oeste los fines de semana, porque aún quedan relámpagos que habrán de sobrecogerme y estaré desprevenido cuando estallen, porque algo se tamiza mientras llega el futuro y el mar rompe las rocas cada día…
Ya hace demasiados años que no existen los sábados y siento cómo la soga ahoga mi garganta… porque no nací preparado para esto, ni me lo enseñó mi padre, ni siquiera supe aprenderlo viendo a las muertecitas en sus féretros… y es que solo me enseñaron que el mundo es esto, esto y esto… pero nada de anatomía, que es la patria del cuerpo, nada de malaeducación [que es la libertad, coño]… solo que hay que ser sensato, que hay que permanecer sumiso, que hay que temer, que hay que respetar, que hay que ser correcto… y todo es un pantano sin caminos ni cruces, todo es como los vientos alisos que mojan sin que llueva, todo es exactamente lo que está sucediendo y existe a veces solo el momento en el que el pájaro lanza su graznido… y todos creen en espíritus que vigilan o se burlan, en pies que se ponen sobre su huella con puntualidad y en que hay vida privada.
Me siento y balanceo los pies hasta que pierdo las chanclas por alguna ley física de huida, una ley centrífuga que es exactamente igual a la condición humana, que se balancea y pierde hombres en cada oscilación… y miro los ladrillos rodeando al único tejado de pizarra que queda al alcance de mi vista.
Soy puntual para que me ignoren los intolerantes… y también para envejecer.

Llegó Malick.


Estoy realmente feliz esta mañana, pues a primera hora llegó Malick, después de su viaje a Gambia, y me dio todas las explicaciones que yo necesitaba, ya que me había quedado muy intranquilo con su marcha y con su forma de proceder entonces… así que nos dimos un abrazo fuerte y nos prometimos un “a seguir” que me llena de satisfacción. Tomando un cafetillo me explicó de forma somera su viaje, que había sido feliz estando después de tantos años junto a su familia y que había tomado las medidas oportunas para poner en marcha la construcción de la escuelita de Wuli Baro Kunda, abriendo una cuenta en un banco local y dejando las órdenes oportunas para comenzar con la construcción.
Así que estoy estupendamente esta mañana, aunque me siento realmente agotado después del día de ayer, que fue intenso y largo… y en un ratito llegará mi Guille de su periplo toledano… y ya entraré en euforia junto a mi chico.
En fin… un buen día, ¿no?

Sunday, October 18, 2009

Sigue escribiendo...


Sigue escribiendo para tu satisfacción, viejo, en esos papeles perdidos de tu mesa o en los cuadernitos hechos a trasmano, que estás enamorado de tu vida y lo sabes… sigue siendo ese loco que pareces y escribe aunque no entiendas, escribe y sueña y revuélcate por dentro con esa magia de lo desinhibido, persiste en hablarte a solas cada tardenoche, después de cada tic y sus señales, siente el genio que llevas en las papilas y en el vórtice… y sé indisciplinado con tu escritura, que no existe la noche americana ni hay una luz que sepa llegar antes de que tú te des cuenta… sé un poco Kerouac, viejo, y lárgate a algún sitio aunque sea para llegar tarde y ser solo la sombra de lo que hubo… no mueras rancio o hecho, viejo, eso ni se te ocurra, que la muerte no es tan aborrecible si dejas algo pendiente… y aún puedes permitirte cualquier sueño…
La chica te saludó con deferencia antesdeayer, y lo notaste, narciso cabrón… notaste que la chica sentía algo especial que vino de tus palabras… yo sé que te decías a ti mismo: “soy más que el de la pared, soy mucho más”, y sonreías a la muchacha mientras le dabas las gracias y pensabas en sus dientes blancos y en su gesto nervioso… estaba nerviosa porque tú la pusiste nerviosa, viejo, exactamente porque llegó a pensar que eres más que lo que en verdad eres… y dejaste que lo sintiera… así no vamos bien, te lo digo con franqueza, viejo… como me sale de las vísceras… que no vamos bien, de verdad… si aún piensas en el tonto placer de sentirte admirado, es que aún no has aprendido…
Sigue escribiendo, sigue… pero solo para tu satisfacción.
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Y que el día fue de mercadillo solidario SBQ… cansadote, pero molón… cuánta gente maja hay a mi alrededor, coño.
Un abrazote para todos.

Saturday, October 17, 2009

Murió el Teatro Bretón... lo asesinaron.




La jornada fue fría de temperatura, pero hubo calorcito en el encuentro del Palacio de Anaya, donde me encantó ver a Celestino Miguel, a Mayca, a Jesús Málaga, a Floren, al Paco de la eterna sonrisa inteligente y, cómo no, reencontrarme con Orihuela y Mar, con los hermosos de la Flor, con Manolo Ambrosio y un montón de gente conocida y nueva… y, como siempre, me fui del guión sobre el que había trabajado durante dos semanas, y lo hice, también como siempre, a la primera de cambio… no obstante, al llegar a la zona alta del patio interior de Anaya, me quedé perplejo al encontrarme con un “victor” bajo el que figuraba el nombre de mi amigo Paulino Matas Gil con fecha de 1988… perplejo es el término exacto, sobre todo porque Paulino y yo empezamos nuestros estudios universitarios en 1974, y esa diferencia de 14 años en la pintada académica no me cuadraba de forma alguna… en fin, enhorabuena al amigo si es que tal señal de éxito se refiere a él, que no lo sé… como digo, de esa perplejidad me salió un tono distinto al que llevaba preparado en los papeles, por lo que decidí cambiar el rumbo de mi charla y salir al cuadrilátero pomposo de Anaya con palabras fresquitas y recién nacidas… creo que no me salió mal la cosa y me pareció que el público asistente dio la tarde por ‘utilizada’, que ya es bastante en estos tiempos, la ‘utilidad’.
Después del trámite cumplido, unas cañitas, el intento de conseguir unos libros de Derecho que me han encargado desde Perú –fue baldío y le dejé mi encargo a Fabio–, y visita imprescindible al doloso derribo del Teatro Bretón salmantino, donde se me cayeron los palos del sombrajo ante la barbarie realizada por quienes solo ven en el paso de las horas el jodido color del dinerito fácil… no sé explicar la desazón que me dejó absolutamente conmovido, pero sí diré que en el Bretón y en sus cercanías se desarrollaron algunos de los momentos más señalados de mi vida, algunos que marcarían en mí una línea política e intelectual muy determinada… enm fin, una mierda pinchá en un palo.
Luego, cenita chula con amigos grandes y lectura de poemas en “El Savor” junto a Antonio Orihuela para presentar nuestros nuevos poemarios en Editorial Delirio [creo que estarán en la calle en un par de semanas].
Eso fue todo, que es bastante, junto a la constatación de que mantengo amistades grandes y de lazo fuerte con Fernando, Fabio, Manolo y Antoñito [la conversación con Fernando de la Flor mientras paseábamos Salamanca fue de tomar apuntes].
Un abrazo para todos los que estuvieron presentes y un ramo de gracias recién cortadas por el afecto que me dieron en todo momento.

Ahora dejo aquí copiado el guión fallido de mi charla, el material sobre el que trabajé en los días anteriores y que luego no llegué a utilizar… ya que me lo curré, pues por lo menos que quede en este espacio:

¿POR QUÉ NOS QUEDAMOS EN LA PROVINCIA?
© Luis Felipe Comendador
Béjar, 11 de octubre de 2009


Resulta algo difícil para mí, que soy muy torpe, enfocar el asunto que me trae ante vosotros… más si os explico que suelo trabajar siempre por comparación y, en este caso, apenas he tenido una experiencia urbanita que poner frente a mis vivencias de orden rural [Béjar, el lugar donde vivo, es un pueblo, una aldea pequeña y cerrada con ciertas ínfulas de ciudad, pero solo eso… aunque os recomiendo que no hagáis esto público, pues probablemente me desterrarían, y quizás sea benevolente en mi presupuesto].
Veréis… Béjar es una localidad venida a menos desde la caída de la industria textil en el periodo postfranquista, de tal forma que llevamos la friolera de sesenta años en crisis [lo de España y el mundo mundial a nuestro lado es una broma], una crisis propiciada siempre por la cerrazón de sus gentes y, fundamentalmente, por la estrechez de miras de sus políticos y de sus empresarios [que hubo en su día propuestas importantes de giro en el camino económico de la ciudad –no en vano se ofreció la implantación de una gran empresa de automoción–, pero se tronzaron por los prebostes de la industria textil –a la sazón propietarios entonces del poder político– al sopesar que los salarios medios del sector del automóvil eran francamente superiores a los del textil, lo que propiciaría un movimiento de trabajadores de un sector al otro, con la consiguiente fluctuación de salarios de ajuste para mantener empleados y la seguida y supuesta pérdida en la magra ración de beneficios de los ya millonarios empresarios del hilo y los tintes [entonces se bienvivía de las estupendísimas contratas militares para realizar mantas y tela de caqui… contratas que procedían de la estirada, católica y apostólica afección al régimen franquista… y, quizás, como pago de favor al acojono al que los textiles sometieron a una importante comunidad obrera que pudiera haber sido un puñetero grano en el culo de aquella España tan “una, grande y libre”. El caso, y por resumir, es que en Béjar se apagó aquel orgullo obrero de “muy liberal y muy noble” a base de sangre [no somos pocas las familias bejaranas que contamos asesinados de aquella purga terrorífica], se impuso la ley de los empresarios textiles y se implantó el monocultivo económico que nos ha traído pobres y críticos –de crisis– hasta nuestro días [aunque con ínfulas, como ya dije antes].
De todo lo expuesto, y de otras historias anteriores en el tiempo, historias que tienen que ver con los Duques de Béjar y con sus delfines, resultó que Béjar mantuvo en los años, y aún mantiene, una estructura social de corte claramente medieval, en la que las clases sociales están absolutamente definidas y separadas unas de otras, hasta el punto de que aún se mantienen costumbres endogámicas ancestrales, combinándose los mismos apellidos generación tras generación, manteniendo espacios físicos separados para asuntos de carácter social [aún permanecen restos vivos de los casinos locales: el obrero y el de los señores] o se administran los tratamientos de don-doña, señor-señora, en función de la clase a la que se pertenece, y no por educación precisamente.
Así, aún permanecen tres clases muy diferenciadas en la localidad:

• La clase obrera: que ha perdido sus peculiaridades tradicionales por la caída en picado del textil, y ahora tiene pequeños negocios que van mal, trabajan en las empresas cárnicas de Guijuelo o hacen cola en el INEM esperando a las cortas bocanadas de oxígeno del PLAN E o a las contratas temporales de última opción del ayuntamiento.

• La nueva burguesía: formada por la que fuera hace cincuenta años “clase media bejarana”, que procedía fundamentalmente de los ambientes salesianos, que, patrocinados por los empresarios textiles, formaron a algunos hijos de la clase obrera para que hicieran de forma barata las cuantiosas labores administrativas de las empresas textiles [su salto no era tanto económico como aparente, pues se les cambiaba el mono de trabajo y el cabás de mimbre con la comida del día por el traje, la corbata y el libro de cuentas… además de cierto integrismo católico que era la gabela salesiana a tan buenos contables formados ‘gratis’ como mano de obra especializada y muy barata]. Con la caída del textil, esta clase montó negocios nuevos y pudo darle carrera a sus hijos, que huyeron de la ciudad por falta de posibilidades reales para instalarse, generalmente como funcionarios del Estado, en otros lugares.

• La nobleza bejarana: casta que aún persiste en su endogamia, que mantiene fábricas y casonas enormes cerradas [en trance de ruina] y que se ha ido en masa a gastarse los beneficios de tantos años de monocultivo textil en la capital de reino [éstos suelen venir con sus vástagos los fines de semana y los días de fiesta para enseñorearse por la ciudad, y mantienen el mando en cofradías religiosas –con las que siempre aparecen presidiendo procesiones y actos litúrgicos–].


Y a todo ello habría que sumar, cómo no, el lujo del paisaje, esa calidad de oasis de Castilla en el erial de Extremadura que le concediera al sitio Gabriel y Galán –poeta que levanta pasiones entre los ancianitos y las ancianitas del lugar–. Un paisaje diverso y absolutamente determinado por las estaciones, un paisaje en el que vivir y del que no irse nunca jamás.

Bueno, y ahora empiezan las preguntas que me hago con respecto al tema de este invento que han venido a llamar sus organizadores “¿Por qué me quedo en la provincia?”

• Lo primero que se me ocurre… el primer sentimiento que me llega ante esta pregunta, es que me puede el paisaje, que no sé amanecer sin que mi mirada se tope de frente con el voluptuoso monte de El Castañar o con las cimas de la Sierra de Francia, mientras me meto entre pecho y espalda una taza de leche fría con Nestcuik… ya pasé seis años como universitario en Salamanca y mis amanecidas se conformaban con una depresión diaria de tejados horrorosos y niebla, de luz mortecina y biliosa que me dejaba tiradito y con ganas de huir hasta mi casa bejarana.

• El segundo asunto que me llega con fuerza no es ni más ni menos que el enfoque nítido que hay de todo lo que me rodea en ese hábitat pequeño y cerrado… todo lo conozco al milímetro, a todos los tengo descritos milimétricamente en mi cabeza… el bueno es bueno por donde lo mires, el malvado lo es entero, la loca es constantemente la loca… sé lo que debo saber de sus vidas, pero también lo que quiero saber de sus vidas, pues no en vano las compartimos apretados cada día… y sé, sobre todo, gracias a ese enfoque, lo que sus vidas tiene que ver con la mía, percibo con nitidez los lazos y los cortes de tijera, las afinidades y los desencuentros, cada tristeza y cada alegría, los arañazos de la muerte, las pasiones, el ardor, la miseria… sé quién no pagará nunca en el bar si va en compañía, cómo reaccionará la vieja de la ventanita de enfrente si aparco mal el coche, cuándo hablará cada uno en una conversación y qué dirá… nada me es negado a la mirada, ni los sentimientos… y eso me resulta fundamental a la hora del intento creativo, tenerlo todo meridianamente claro y poder escoger entre mi nutrido fruterito de personajes reales al que le dará más valor a mi idea… si mi mundo fuera el de la narrativa… sería de seguro campeón del mundo con estos mimbres.

• Y el tercer asunto es una mezcla irregular de situaciones prácticas que le aportan a mi soledad un espacio que me gusta mucho, cada día más. Aquí podemos anotar que, viviendo en un lugar pequeño, me libro del anonadamiento de los grandes espacios –yo soy un tipo absolutamente disperso– y logro algo de concentración… veréis, para que se entienda mejor, os explicaré de forma somera algo de mi proceso creativo: procuro estar constantemente en alerta perceptiva [esto es algo que he educado en mí y ya se ha hecho costumbre y rito diario], de tal forma que, desde que me despierto al amanecer hasta que me duermo, entrada la noche, juego a percibir y a anotar mentalmente todo lo que me llame la atención… un gesto, un dolor en la espalda, una mancha en la pared, una mirada, una forma de caminar, una frase escuchada… todo lo que me llega y despierta en mí curiosidad, admiración, preguntas… lo anoto en mi cuadernito diario en horario de tres a cuatro de la tarde y de 9:30 a 12:00 de la noche [que son las horas que componen mi tiempo disciplinado de escritura]… y quedan ahí para lo que vaya surgiendo, que nunca sé qué será… ni cuándo, ni de qué forma surgirá… a veces son dibujos rápidos o collages, a veces son microcuentos, a veces terminan siendo poemas… y todo acaba concretándose en un diario enorme y casi enciclopédico de mí, un diario que admite cualquier material y cualquier formato… por tanto, y volviendo al tema que nos ocupa, el hecho de vivir en un espacio muy determinado, con los mismos personajes y el mismo decorado, me lleva a concentrarme mejor y a obtener cada día pensamientos más afinados en el camino creativo que me apetezca seguir.
También me resulta muy interesante, de este espacio cerrado y apartado, la distancia que ayuda a poner con el resto del mundo en sentidos muy diversos… estás alejado de los centros de poder literarios o artísticos donde los tipos se despedazan a diario por tontas migajas [aunque en mi espacio cerrado sucede lo mismo… si os contara… pero ya os dije que en mi espacio el malvado es exactamente el malvado… y todos lo conocemos al milímetro, lo que acaba quitándole hierro a los desgarros], por lo que dependes más de ti mismo y no focalizas tanto tu atención en el ‘estar’, sino que te dedicas a ‘hacer’ con intensidad y apenas sin perturbaciones externas… y si necesitas acercarte alguna vez a los centros de poder, pues te acercas, pero siempre en base a lo que haces y no a lo que te propicie el querer ‘estar’.
Otro asunto que me proporciona muchas alegrías, viviendo tan apartado de casi todo, es el de la precariedad de medios, el no tener al alcance de la mano todo lo que necesito… así, obtener un libro que quiero leer, poder asistir a una exposición, conseguir mostrar mi obra es algo que me proporciona la sensación de quien encuentra un tesoro… yo qué sé, puedo entrar en euforia por haber conseguido la última edición de la revista “Paraíso”, por poder ver en vivo un solo cuadro del fauvismo alemán o porque me llamen Marino González o Fabio de la Flor para decirme que si quiero editar un libro en sus hermosas editoriales… y luego la fiesta que supone recibir a amigos, esos con los que quizás solo cruzase un par de palabras al año si viviéramos en la misma ciudad grande… recibirlos en mi espacio cerrado es una fiesta de intensidad y abrazos, de miradas llenas de cosas que dicen y de tiempo compartido de verdad… solo por el hecho de que vengan a visitarme semanalmente amigos de otras tierras, ya merece la pena quedarse en la provincia para recibirlos y sentirlos.
También hay un asunto muy prosaico que le otorga algo de valor a este quedarse en la provincia… y es que conoces desde chiquitillo a los que llevan los temas culturales en la zona, y eso te proporciona una facilidad de acceso que no tendrías de otra forma, una facilidad que te permite organizar encuentros, hacer exposiciones y preparar cualquier tipo de acto cultural que se te ocurra sin más dificultades que las que ponga el eterno contrario oficial… pero como está bien enfocado, y todos le conocemos, pues no va más allá de un levantar la voz y santas pascuas.

Resumiendo, y terminando, puedo decir que si encuentro soledad, soy capaz de ponerme a crear o de intentarlo, esté donde esté, pero es bien cierto que un ambiente cerrado y apartado lo encuentro más propicio para mi forma de trabajo, porque , como ya dije, soy disperso y me cuesta enfocar si hay demasiadas cosas nuevas que mirar.
Me quedo con mi paisaje y con mis gentes, con mi estudio chiquito y desordenado, en Béjar, hasta donde vienen a verme mis amigos y donde he escrito cada cosa, mala o buena, que ha sido publicada. ‘Hago’ diariamente… esa es mi suerte.




Friday, October 16, 2009

¿En qué nos hemos convertido?



En qué nos hemos convertido es algo que sabremos mucho más adelante, pero estoy seguro de que lo vamos intuyendo… y lo mismo no andamos descaminados.
Quizás seamos seres incompletos [ERES… je, je], mientras manejamos por la ciudad sin pensar en los viandantes… pero, ¿incompletos de qué o de quién?...
La mano busca pañuelos y hay ojos que me ven más delgado que nunca, pero no me doblego y sigo en la tensión de los semáforos o persigo mejillas de grosella o miradas de vértigo… y me dejo juzgar por quien me mira [aunque anuncio señales de respuesta, y eso dicta silencios]…
Hay que engordar dos kilos por lo menos… y voy a la nevera y me atiborro de fruta, yogures o natillas… y corro al aparador y hago mi mundo de galletas con chocolate o magdalenas al limón, o viajo a ese paraíso de bocatas rellenos de todo lo que sobra… luego, al peso, a medirme en el peso como un quinto o una bulímica, a saberme en el peso si soy menos o más por lo que ocupo… y nada, ochenta y seis y medio, como ayer, como antesdeayer, como hace tres semanas…
Y me pregunto si me sucederá algo, si esto será algún signo que debo tramitar o simplemente un volver a aquel peso de los años setenta, cuando era un muchacho tranquilo que viajaba y reía… reír, eso es lo que debo hacer, seguir riendo, pero ahora un poco sílfide… en fin, que en este peso no me encuentro tan mal, aunque es un poco molesto el constante caer de pantalones y ese escuchar cada doce segundos los “te veo más delgado” que se tiran como queriendo decirte “¿estás malo, tío?”, pero sin intención, ¿eh?… y a lo mejor es que uno ya se va convirtiendo poquito a poco en esa nada chusca y lavativa que tiene como apóstofre milongo la vejez… y vuelve el viejo F a ser de mí más que yo mismo, y con él las preguntas inocentes del cómo y hasta cuándo, de qué pasará entonces… pero el viejo es majete, y ve el mundo con ojos de hasta luego, y se siente capaz de cualquier cosa, y mira con ardor a cada espacio con su paisaje puesto.
En qué nos hemos convertido quizás lo sabrán nuestros hijos algún día, pero no sabrán llevarse las manos a la cabeza, precisamente porque les entrará la duda de en qué se estarán convirtiendo ellos mismos.
Y eso, que me voy a Helmántica a hablar en público sobre las razones que me atan a lo semirrural, esas razones que me impiden viajar lo que debiera para ensanchar mi mundo. Lo haré mal, como siempre, pero eso nunca importa.

Wednesday, October 14, 2009

Jo.


Sin rastro de la nada, esta mañana salí al mundo solito, y me costó levantarme de la cama ante la falta de mi Guille apresurándome para no llegar tarde al cole. Ayer llamó a casa como cinco veces, y también llamó a los abuelos y a su hermana en un par de ocasiones… a mí me contó que había cenado macarrones y pollo y que estaba todo muy bueno, que le había tocado en una habitación con otros cinco niños, entre los que destacaba con risas a uno de sus compañeros favoritos. Y dormí mal pensando en mi chiquitillo.
Hoy ya sabía que no podría tener noticias suyas hasta pasadas las 8 de la tarde, pero andaba ansiosillo y piporrín, hasta el punto de que un par de veces tuve el teléfono en la mano con intención de marcar –no lo hice, claro–… me despistó del asunto el alzado de un libro de los talleres de Jesusote Urceloy, mezclado con visita y llamada de Manuel Casadiego, consulta con Luisillo, un porte importante para recoger con Paquito una estupenda donación de libros de Marqués de Valero a SBQ y la magnífica noticia de que es muy probable que Alan García, el Presidente de la República de Perú, me reciba durante mi viaje a ese hermoso país [recibí notificación al respecto de la Oficina de Trámite Documentario y Archivo del Despacho Presidencial con la indicación de que formalice mi solicitud mediante burofax para que sea tramitada]… es para estar contento, ¿no?, pues el que Alan García me reciba supondrá un apoyo importantísimo a los proyectos SBQ dentro de Perú… pero mi niño chico sigue separado de mí y volvieron las lástimas de padre tontorrón… a las nueve, más o menos, me llamó mi chico, y le noté tristino, aunque me contó que se lo ha pasado estupendamente y que todo es muy chuli [todo con un fondo de gritos infantiles que apenas me dejaban entender lo que Guille me decía]. Yo, que le conozco como si le hubiera parido –no obstante me pasé una hora entera hablando con él cuando acababa de ver la luz, mientras atendían a su mami en quirófano– sé que la noche es su debilidad y que seguro que antes de meterse en la camita se le van a escapar unas lágrimas, pues a esa hora siempre peluchamos, nos besamos, reímos y nos hacemos bromillas… en fin, que ya queda un día menos para poder mordisquear a mi gañán en las orejillas.
Jo.

Tuesday, October 13, 2009

Se me fue Guillermo, jo.


Jo, que se ha marchado mi Guillermito a una de las escuelas viajeras de la Comunidad de Castilla La Mancha y me he quedado como gatinino y medio solito, ya que él es mi compañerito inseparable por circunstancia de horarios familiares… y que ya le echo de menos y solo hace un ratito que le dejé montadito en el bus con sus coleguillas y su profe… le he prometido que el siguiente fin de semana, después de su regreso, nos iremos toda la familia a Salamanca para ponernos ciegos a comida basura y a pasteles.
Mi chico llevaba la miradita entre triste y alegre, se le notaba algo atemorizado, pues es su primera salida larga a solas [sin los cercanos, se entienda] y todo en él son dudas y preguntas gansitas que vienen como a decirme que en el fondo no se quería marchar… pero ya está todo en un palante y sé que le vendrá de perlas a mi chico este viaje.
Y es que los hijos son cadenitas colgadas que toman peso si alguien o algo tira de ellas… así que nada… que me quedo como solito una semana entera sin mi chiquitillo, atontolinao, con cierta cosinina en el estómago que no sé cómo quitármela de encima, un vertiguito de noria o algo parecido, coño.
Que te quiero un montón, Guille… ¿sabes?

Monday, October 12, 2009

Margaret Atwood


Me apetecía ser feliz esta mañana, sin callarme, pero también sin heroísmo… pero me di cuenta de pronto que todo anda desbordado, que hay demasiadas fugas en esta olla a presión, que la mosca que revolotea a mi alrededor es un monstruo horrible y que la gente no se muere cayendo hacia atrás con aspavientos… pero me apetecía ser feliz, coño, aunque fuera un ratito… y abrí las puertas, las liberé de sus cerrojos y sus llaves… y perfumé el ambiente con ese olor a pino tan sintético, tan como plástico… y me comí las uñas en la puerta, mirando a los viandantes subir por la callecita de Las Armas, y no temí ni me temí, porque quería ser feliz, me apetecía… no había helechos, pero tampoco luto… subían las familias por la cuesta como agotadas, pero sonriendo… no había serpentinas, ni tampoco mecedoras en las puertas, a pesar de ser fiesta, pero la vieja cantaba en la ventana –cosa que nunca hace– y eso es ya de guardar… y me dije: “qué día tan bueno, coño, qué día”… y como toda alabanza es siempre un desafío, pues que subí a por tabaco, despacito, con calma… escudriñé monedas en mi bolsillo, y no alcanzaba para un Chester, pero sí para un jodido Pall Mall de esos que saben a colonia… en fin… mejor un Pall Mall que nada… y que volví a la boca de mi gruta, y le puse las llaves al portón y me encerré de nuevo para volver a ser cabeza y hombros, brazos y piernas, abdomen lleno de vísceras y pies encerrados como presos en sus botas de piel marrón… resoplé como buscando un Acab particular dispuesto a mi caza, pensé un momento en Eurídice y me senté a escribir… no salió nada.

Para los amantes del cine

Me deja Javier, mi sobrinillo, una web magnífica que deben conocer todos los amantes del cine... vais a flipar, lo prometo:

http://www.europafilmtreasures.es/PY/248/ver-la-pelicula-proyeccion_del_ansia

Viajar me pone muy nervioso...


Ya lo puedo contar, y estoy nervioso, no lo niego [viajar me pone muy nervioso]… gracias a la AECID, a Globalia y al empujón decidido de algunos amigos buenos [quiero agradecer la ayuda de Antonio Caldera, Verónica y Santiago Nieto, así como los contactos que en su día me proporcionaron de forma eficiente Jesús Caldera y Ramón Hernández Garrido con la Embajada de Perú y con la Casa de España en Lima], viajaré a Perú a principios de noviembre para cerrar temas constructivos en Moche y firmar los convenios precisos para que el centro de acogida infantil que allí me he planteado tome camino recto… ya tengo itinerario y algunos encuentros medio atados, como serán el visitar a mi amiga Sonia Luz, excelente poeta y catedrático en la Universidad de Lima, donde quizás pueda hacer una lectura pública de mi poesía [tengo ganas de volver a charlar con ella y de conocer a su esposo, del que tanto me habló cuando estuvimos juntos en el Encuentro Iberoamericano de Poesía que se celebró en Salamanca ya hace un año], visitaré también –si nada se tuerce– a Alfredo Pita, escritor amigo afincado en París, que, por suerte, coincidirá conmigo en Perú los mismos días [tengo unas ganas enormes de saludarle y de poder darle un abrazo fuerte], visitaré la Casa de España en Perú, con la que he tenido ya algún contacto, con el fin de presentar mis proyectos y afianzar lazos para el futuro… y tengo solicitada visita al Presidente de la República del Perú, Alan García, para hacerle entrega de un dossier con nuestros proyectos próximos y futuros, y buscar ese apoyo institucional que resulta tan necesario cuando se trabaja en un país extranjero.
Desde Lima viajaré a Trujillo, donde conoceré por fin a toda la familia Pajares, que tan importante ha sido en hacer viable este proyecto, y a las personas diversas que han colaborado con SBQ en las diversas campañas que hemos hecho en Alto Moche [la fiestita de Navidad, las campañas de higiene dental, las jornadas informativas…], con las que quiero reunirme para afianzar la contraparte y que nuestro proyecto no sea un asunto aislado. En Trujillo debo dejar cerrado el asunto constructivo, para lo que tengo previsto reunirme con tres constructores de la zona y valorar quién y de qué manera se ocupará de las obras, así como las condiciones de pago por fases. También debo reunirme con algunos arquitectos para decidir la dirección de obra y dejarla cerrada y firmada documentalmente.
Desde Trujillo me moveré a Moche para reunirme con la municipalidad que nos ha cedido los terrenos y tener una conversación con Roger Quispe, alcalde de Moche, en la que le propondré la elaboración de un borrador para el convenio de uso del centro de acogida infantil, un documento en el que debemos trabajar ambas partes con tesón y finura, de tal forma que podamos negociarlo luego con el ministerio al caso o con la institución adecuada del distrito de La Libertad [también tengo en agenda alguna reunión con responsables del distrito y con la alcaldía de Trujillo… está todo en proceso… vaya lío].
Por supuesto que haré varias visitas a Alto Moche para conocer la forma de vida de sus gentes y compartir con ellos alguna jornada en las que les explicaré nuestros planes de futuro y les haré entrega de algún pequeño presente [estoy valorando qué puede ser necesario para esa gente y, así, tomar una determinación al respecto, porque ir con camisetas o algo parecido no creo que sea la mejor idea… ya veré].
Y en mi tiempo libre, que no sé si lo tendré, me gustaría visitar las ciudades por las que pase, conocer las ruinas de Chan-chan, que me quedan muy cerquita… y quizás hacer alguna lectura en Trujillo y Arequipa [estoy trabajando en ello con mis contactos universitarios y literarios]… y , quién sabe, si me quedasen dos o tres días de sobra y algo de dinerillo, acercarme hasta Cuzco, que debe ser la hostia de bonito.
En fin, que voy a mil por hora en mi trabajo de gestión del viaje, contactando con amigos que puedan echarme una mano para poder recitar en algunos lugares de Perú [que me hace mucha ilusión] y no desperdiciar ni un solo minuto de mi tiempo allí… voy con el programa absolutamente abierto, y eso me gusta.

Sunday, October 11, 2009

Magníficas las palabras de Carl Sagan

Me encanta esta sugerencia de mi amigo Diego F. Magdaleno... aquí os la dejo:

Saturday, October 10, 2009

Apilad los cadáveres...


La memoria murmura los nombres olvidados de las cosas, los paisajes que fueron arrasados por las constructoras y aquellos espacios que alguna vez parecieron vacíos… pero hay gente que existe y baila y llora y sueña mientras escribe solicitudes para ocupar todos los espacios que parecen vacíos… y lo curioso es que el lugar de la huella no es de nadie, pues el tiempo macera su venganza tranquila y deja que la vida consiga ser rumor y no otra cosa… luego, la muerte avanza, siempre avanza, y lo hace con sus pancartas viejas, como manifestándose, con sus gritos ajados para arengar al hombre… “tú eres la más elevada criatura, el perfecto, el sublime, el que ocupa los tronos, el fuerte, el que razona, el que conmueve, el capaz de cualquier heroísmo, el que contiene el genio y lo administra, el que encuentra la gloria, el que domina todo cuanto mira, el que administra el espacio y lo somete… pero el tiempo no es tuyo…”… la muerte avanza, y ríe, pues sabe que la tetera permanecerá junto a las tazas, que en Londres lloverá y hasta la mancha que cayó en el cemento podrán sobrevivirte sin tanto alboroto como tú levantaste…

Apilad los cadáveres, porque yo soy la hierba y necesito abono.

Friday, October 9, 2009

Que el ritmo no pare...

A lo que se ve, en España aún mantenemos ese swing que tanto nos envidia centroeuropa.
A disfrutarlo.

Thursday, October 8, 2009

Guillaume Apollinaire


Cuando Guillaume Apollinaire veía banderas ondeando, se decía a sí mismo: “he aquí la rica indumentaria de los pobres”… y todos celebraban con comida en la mesa un día de la victoria sobre alguien, un día con muchos muertos de ambos bandos –los que fueran¬–, un día sin trabajo y con traje de fiesta replanchado…
Luego de ver banderas y de pensar en pobres, en los pobres, Guillaume se quejaba de que la Patria aún no había aprendido a colgar de una soga a aquellos que no sabían gozar de la vida –pensaba en la poesía entonces, en esa poesía que enseña a reír y a masticarse, en la que cambia el rostro de los críos o invita a que el amor se expanda y trepe–. También caían las tardes sobre Guillaume y las banderas seguían ondeando en las ventanas con esa cosa suya tan correcta que le dicen a cada hombre: “aún tienes algo que defender, patriota”, y caía la melancolía como la miel, despacio, y le quemaban llamas mientras sesteaba sentado junto a un muelle del Sena, mientras gritaba al cielo “¿por qué no vas más rápido, Dios mío, más rápido, más rápido…?”… y seguían las banderas siendo Patria de trapo.

La gente aún tiene ojos como fogatas mal apagadas… oye, pues que quizás quede esperanza.

•••

Hay algunos manjares afectivos que debieran ser eternos: esas alas de ángel que te echan los padres sobre el cuerpo, con su seguridad y con su abrigo; las dulces dependencias de las cosas que están y no desaparecen… y esa sensación de eternidad que proporciona el no ser responsable de nada ni de nadie [cuando te vuelves padre y cabeza de familia, todo desaparece y quisieras volver como un poseso a aquel lugar seguro].

Wednesday, October 7, 2009

La lluvia no puede ayudarte...


No, la lluvia no puede ayudarte, aunque caiga lenta y codicie tu cuerpo, porque los impostores entran y salen de los lugares sagrados con su sonrisa quieta, porque yo también soy un impostor y así es la historia… y tampoco es preciso que vivas a base de píldoras, pues cualquier depresión es de sentido común, pero también hay puertas abiertas de par en par y quizás algo nazca mañana para ti… la lluvia no puede ayudarte y es mejor que te dé igual no ser tan bueno como Proust o Cohen, o no tener la voz de Etta, que disfrutes tus noches sin arrepentimiento y te dejes caer agotado sobre el mantel… pero habla con claridad, expresa el lirio o la abutarda que crecen en tus labios, camina firme, con la cabeza alta, que se quiebren los códigos que no fueron hechos para ti, que caigan a tus pies las convenciones como recién asesinadas… escucha a Charlie Manson y no vuelvas a pisar por tus huellas de ayer, que están gastadas, pues he visto el futuro y no está hecho… la lluvia no puede ayudarte, y te harás viejo, porque todo se pasa y envejece… y quizás no llegues a lograr jamás que alguien se gire a tu paso con asombro… quizás… no, estoy seguro… si volvieras a nacer y fueras otro, harías sin dudar las mismas cosas.
Espera a que cada uno se atreva a confesar lo que no ha sido, lo que no ha hecho, y tendrás tu coartada.
¿Qué hago aquí?, habrás de preguntarte.
Nada, amigo, no haces nada.

Monday, October 5, 2009

Homenaje a Joseph Brodsky


Tampoco tras de mí vendrá el diluvio, porque solo soy aquello que tu acariciabas con tus manos, el que veías bajar las escaleras, al que le hablabas como intentando un vacío nuevo que llenar… ni los truenos siquiera llegarán después de mí, porque no hay nada mejor como que te aceche la muerte y tiembles para seguir viviendo. Y no me estoy volviendo loco, ni son las píldoras blancas que me quitan el dolor de cabeza; es que me siento regalado y tengo las camisas dobladas en el cajón y aún puedo leer lo que me plazca y soy consciente de cada invierno que pasó con sus desvanes y sus asesinadas… no se acabará el cosmos cuando yo me haya ido, ni siquiera la vendedora de cosméticos se tomará el día libre, ni habrá un fragor de rocas bajo tus pies, porque la risa seguirá siendo risa y basta con eso, porque los tipos que tienen seguirán temiendo por sus huesos y su hacienda… no sucederá nada, de verdad, no temas, porque habrá vino que escanciar y carne hecha, porque saldrá humo de las chimeneas y las bandadas de estorninos volverán a caer sobre los árboles al atardecer… tampoco habrá un viento especial, ni se pudrirá el metal. Solo las sábanas que me acogieron buscarán el oreo en el balcón y ondearán con gracia mientras la fruta sigua mostrándose en las calles y midan las cinturas de las chicas más bellas para hacerles vestidos… nada se borrará, solo yo mismo, y habrá tanto polvo que limpiar como hasta ahora, porque no es culpa mía ni va a serlo este saldo de limo acumulado. También seguirán las amenazas y los escolares con mochilita y botas gruesas, seguirán las prisiones y los tinteros llenos por falta de palabras que decir, seguirán los puntos suspensivos y la gente que vive con lo puesto, seguirán los silencios como carreras en las medias de la vida, las cartas que llegan tarde y hasta los tejados con gatos detenidos.
Se apagará mi fuego y el incendio continuará como si nada, y permanecerán las fases de la Luna y las mareas, los días de carnaval, las decepciones, el amor en la cama e Isla Negra.
Después de tantos años, todas las islas le parecen iguales al viajero.

Sunday, October 4, 2009

Recuerdo Stromboli.





Del colegio me quedó aquello de Stromboli como el paradigma de la aventura y de la vida disfrutada…
Es curioso cómo se van transformando en mí los recuerdos infantiles y juveniles, hasta el punto de conformar una especie de paraíso pasado y nebuloso al que me gustaría volver con los ojos de hoy… de aquellos días luminosos y felices quizás no quede más que una sensación falsa de lo que fue, pero es una sensación que me pone entre gatinino y cocolín… las natillas de la abuela Antonia con galleta maría y Chantillí [y su puntito de canela] puestas sobre la mesa camilla a enfriar en tazones diversos y distintos, los faldones de cura en clase de latín [volando por el aula mientras la odiosa regla de madera marcaba el soniquete de la primera declinación del singular… “a-a-am-ae-ae-a-ae”], las cantinelas de la formulación química cantadas en grupo bajo la batuta de don nomeacuerdo… “hipo-oso-oso-ico y perico”, el ejemplo finisecular de ancabalgamiento dicho de carrerilla para que no cayese el capón que se cernía sobre tu cocotera…”cuadrupedanteputremsonituquatitungulacampum”, los recreos de ‘hinque’ o de canicas, las tardes escondidos en El Torreón hablando del futuro [“¿tendremos coche, Javi, cuando seamos mayores?... yo sí, seguro que sí, me gusta el Gordini de color rojo… lo mismo vuelan y van por debajo del agua, Javi, y tienen cine dentro… y máquina de helaos de cucurucho, no te digo, tas tonto, Feli; los coches serán coches como el Gordini rojo, macho… jo, a mí me gustaría que volaran, Javi, que les salieran dos alas apretando un botón y a Salamanca en dos minutos; jo, macho, yo quiero un coche de esos, te lo juro… ¿tas tonto o qué?, que no van a volar los coches, macho, que no van a volar, se chocarían con los aviones, macho, y, a ver, ¿cómo iban a poner las señales en el cielo?, ¿con globitos?, tas tonto, no te digo… jo, pero y ¿si fuera verdad y alguien los inventara para cuando fuéramos mayores, Javi?, tendríamos que viajar con paracaídas… de verdad, macho, cuando te pones tonto, te pones tonto; yo voy a tener un Gordini rojo y a lo mejor una Vespa de marchas…”], el amor a lo francés [a base de escuchar en el tocadiscos de don Jesús a Léo Ferré –aún recuerdo las audiciones de “Les vieux copains”–, a Fred Gouin, a René Debuxeuil, a Maurice Chevalier, a Jean Sablon, a Charles Trenet –me acuerdo perfectamente de su canción “France dimanche”–, a Edith Piaf, a Mouloudji, a Patachou, a Aznavour, a Yves Montand, a Georges Brassens…], las noches con Gerardo en el portal de casa [“las chicas se saltan pasos, Pipe, se saltan pasos”], el patinete rojo de madera, mi padre agotadito dándome un beso por las noches mientras creía que yo estaba dormido, mi madre mirándose en el espejo para ver cómo crecía su tripita [que entonces contenía a mi hermana bonita], los juegos en la calle [a guardias y ladrones, a la taba, a los minicares, a los indios, al dardo de agujita, a pídola, al dao, al escondite…], las tardes de toreo en la Puerta de Ávila con mi montera puesta toreando a Joaquinito, los días de Fru-frú y Citrania, mi primer paraguas automático [fardaba que no veas], las charlas en el club [“yo voy a tener más de diez hijos, Vicen, porque así luego me tienen rico pa siempre… pos yo voy a tener solo perros, pastores alemanes y pointers de caza, como Angelito… yo, mira, cuando tenga cinco hijos, ya esos pueden pagar lo de los otros cinco hijos y así yo a pasármelo bien… pos yo perros, que no se necesitan chicas, que no hay quien las aguante, macho… lo malo será que tendré que comprarme una casa grande, Vi, pero una casa que ya verás, hará la comida sola y se limpiará con robots, tú dices Mirinda y te sale un vaso de Mirinda, macho… tendrás que decir de naranja o de limón, ¿no?... claro, Vicen, Mirinda de naranja y te sale un vaso de Mirinda de naranja… pos yo voy a tener una casa igual, pero con perros, como el Angelito… a mí los perros me dan miedo, macho, fíjate el Jano, que casi me muerde el otro día… bah, tú eres un cagón, macho, son peor las chicas… sí, pero con diez hijos y esa casa de robots, las chicas ya no son problema, entiendes, ellas van a sus cosas de coser y eso y te dejan tranquilo, y dices un helao de fresa, y te sale un helao de fresa, macho… ¿con chocolate?... claro, macho, con chocolate… ya, yo me quedo con la casa y con los perros, como Angelito”]… y la moto de Tito Varillas… vaya moto.

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SIGUEN LOS ANÓNIMOS... Y EL QUE VERÉIS AHORA ES LA HOSTIA

Es el colmo de la superchería y la mala baba… veréis, a media mañana recibo una llamada de Lola González Canalejo para preguntarme si voy a estar en mi estudio, pues ha recibido una carta a mi nombre en el apartado del Centro de Estudios Bejaranos y, amablemente, me la quería entregar. Me indica Lola que tiene la cabecera de la Real Academia Española. Le digo que estaré en mi estudio toda la mañana y que se pase cuando mejor le venga… Lola llega a eso de la una, me saluda con afecto y me entrega la carta. Yo la abro en su presencia y leo para mí sin entender nada, se la paso para que coteje mi perplejidad y me sonríe con satisfacción… qué bien, Luis Felipe, ¿no?... y yo le digo que sí, que no entiendo nada, pero que sí, que muy bien. La carta contiene un texto escrito con la aparente corrección [solo aparente] de un comunicado de la RAE en el que se me indica que he sido propuesto para el sillón g minúscula. Lola me pide una fotocopia –se la hago–, me felicita muy contenta y se va. Entonces yo leo la carta con tranquilidad y enseguida me doy cuenta de que es una agresión más a sumar a todas las que he recibido durante las pasadas semanas a raíz de la historia de Voces del Extremo, una agresión grotesca que procede de algún imbécil que pretende humillarme. La analizo con detalle y encuentro cierto parecido a la pseudoliteratura farragosa de un tipo al que conozco, pero como no tengo pruebas tangibles, no puedo escribir su nombre, aunque sí haré cuenta de los datos que extraigo de esta superchería escrita para hacerme daño y que cada uno saque sus conclusiones:
• El sobre figura matasellado en Madrid con fecha 02-10-2009 y está impreso con impresora de chorro de tinta, lo que indica que si quien la envió es un bejarano, ese día estaba en Madrid o se la había dado a alguien que viajase allí para que la echase al correo. El tipo en el que pienso tiene casa en Madrid y vive allí largas temporadas... y es bejarano y muy cercano a la derecha local.
• La carta fue enviada a mi nombre, pero a la dirección del Centro de Estudios Bejaranos [que no figura ni en su web y solo la conocemos los cercanos a esa institución bejarana], lo que indica que es una persona que conoce esa dirección y puede estar cercano al CEB o, incluso, pertenecer a él, ¿por qué no? ¿Se va centrando el asunto?
• Quien escribió la carta conoce el mecanismo de comunicaciones que utilizan instituciones como la RAE [todas las academias utilizan unos textos similares que apenas son del conocimiento de la gente de a pie] y también el proceso que se sigue para escoger a un nuevo miembro. No me extrañaría que quien escribió esta mierda tenga o haya tenido algún vínculo con el mundo de las academias de la lengua. Ahí queda el dato.
• Y quien la haya enviado, debe haberse sentido atacado por mí de alguna forma, quizás porque yo haya organizado en Béjar un encuentro de escritores… no sé… a lo mejor puede ser un escritor no invitado a ese encuentro o alguien al que le ha sentado mal que yo organice algo que quizás hubiera debido organizar él. En fin.
El caso es que, quien la ha enviado, se ha atrevido a poner nombres y apellidos de importantes miembros de la RAE, involucrándolos en un asunto feo por donde se mire, así como –y esto me parece lo peor– ha decidido firmar el escrito de forma manuscrita con el nombre de Víctor García de la Concha [y lo ha hecho con pluma… el tipo que me imagino usa pluma casi siempre], lo que convierte a esta agresión en un delito de falsificación documental.
Si, por casualidad, el panoli que ha escrito y enviado esta notificación gozara de algún privilegio o alguna gloria mundana [ya sabéis, esos nombramientos que hacen las diversas instituciones, cosas como ciudadano del día o primo favorito del alcalde], estaría muy bien que lo guardase bajo llave para que no se lo quiten un día de estos.
Ya basta, ¿no?, de querer hacerme daño… aunque presumo que quien me otorga tan alto falso honor quizás esté pensando que un día le pueda hacer sombra –si es que ya no se la hago– y mis medallas [siempre tontas y sin valor] dejen por el suelo a las suyas [también sin valor alguno].
En todo caso, creo que le haré llegar este documento a Víctor García de la Concha para que lo valore.