Sunday, January 31, 2010

Fin de semana de pasión...


Fin de semana de pasión, cojones... comenzó todo ayer con un jodido dolor de muelas y hoy se ha concretado en un agudo dolor en mi oído derecho que apenas me permite abrir los ojos y no me deja comer ni mover mi cabeza con soltura... y mira que sé que la experiencia del ‘sufrimiento’ [y lo pongo entre comillas para que nadie se ponga en comparaciones y me machaque] es un acto de vida, una señal magnífica de que lates y estás, que se caracteriza porque reduce nuestra capacidad natural de ser y estar, a la vez que focaliza toda nuestra atención [en forma de tensión] en esa pulsión dolorosa que late... pero también hemos de ver la llegada del dolor como el necesario contrapunto del placer, ya que uno no podría existir sin el otro.
Sabiendo, pues, que el dolor ha de llegarnos en mil formas y, normalmente, sin aviso... me parece una buena actitud la de estar preparados para recibirlo, ya que la sorpresa del dolor termina haciéndolo mucho más intenso y menos soportable, y lo hace por ‘consternación’ [ese sentimiento que ligado al dolor lo multiplica]... así, cuando pasa la sorpresa del dolor y nos tomamos como normal la idea de padecerlo, ese daño parece que se aminora y se va haciendo soportable.
Otro aspecto a tener en cuenta es un añadido que suele traer el dolor en forma de ruptura de muchos de nuestros hábitos... circunstancia que también proporciona intensidad al golpe [si todos los días acostumbras a fumarte unos cigarrillos y tomas café con unos colegas a la misma hora, si sueles escribir un par de horas diarias, si te gusta dar un paseo después de comer... y no puedes hacerlo por causa del dolor, éste tiende a ser más agudo]... entonces debemos tener preparados otros hábitos alternativos y factibles que se puedan hacer con el dolor puesto para que se aminore.
A más, está el miedo cerval que le tenemos al sufrimiento, que es otra circunstancia que tiende a magnificarlo... y debemos atacar a ese miedo con el convencimiento previo de que el dolor es una parte irrenunciable de nuestras vidas que vamos a tener en diversos tramos y en distintas facetas e intensidades, aceptándolo con tranquilidad y, sobre todo, como parte de nuestra existencia... pero no con resignación, ojo, sino con ímpetu por salir adelante, intentando modificar las condiciones que nos han llevado al dolor [debemos tener siempre muy en cuenta que nuestro comportamiento funciona por comparación y, por tanto, las valoraciones de nuestro propio dolor también están atadas a ser comparadas con el dolor de los demás, y a ser medidas por esos dolores ajenos... patentes son los ejemplo de los accidentados que apenas sienten el dolor de su herida mientras atienden al compañero que está más grave]... la intensidad del dolor va siempre en función de la perspectiva que tomemos con respecto a él, de la familiaridad con la que nos lo tomemos, del valor con el que lo enfrentemos y con la fuerza con la que intentemos huir de la angustia [ese estado mental de final que nos acucia siempre ante situaciones complicadas o terribles].
Que el dolor no nos paralice es lo importante... que no nos paralice y que nos refuerce ante los próximos estados de desesperación, que nos enseñe a tramitar la vida en los más adecuados estados de calma, que nos proporcione paciencia y nuevos horizontes a los que atacar... y que nos haga sentirnos vivos, sobre todo eso, vivos porque dolemos y gozamos.
Este puñetero oído derecho me tiene hoy frito, coño.

* En la foto, mi madre y yo.

Palabras para Claudia (IV). Sobre la ética.


Claudia, decía Aristóteles que “ético es lo que hace deseable la vida”, pero siempre desde esa capacidad humana que nos lleva a distinguir lo bueno de lo malo mediante nuestra conciencia [eso sin necesidad alguna de estudios profundos y racionalizaciones complicadas], que ya desde los primeros apuntes de civilización, el hombre, de forma intuitiva, establece normas éticas que permanecen hasta nuestros días [el mejor ejemplo es el no matarás]... visto así, podría no entenderse que existan continuos conflictos éticos entre los hombres, pero es que todo es mucho más complicado que ese proceso lógico que reza: “lo que no quiero para mí, no debo quererlo para los demás”, ya que siempre aparecen intereses individuales o sectarios que idean sibilinamente una contraética [nadie puede ser un juez decente cuando alberga intereses en lo que juzga]. Con todo ello, en la historia, el hombre pasa de tomar posturas éticas por necesaria lógica [que son asumidas sin dudarlo por la mayoría] a la ‘imposición’ de éticas fraguadas sobre los intereses de algún grupo [he aquí el camino de los jodidos integrismos religiosos y de los puñeteros fundamentalismos políticos]... hay algún ejemplo impresionante en la conquista de América por los españoles en el que se cita que parece lícito dar tortura y muerte a los indígenas que se negaban a tomar la fe cristiana, mientras que se cargan las tintas en que matarlos para robarles su oro era un acto criminal... a todo esto, amiga Claudia, se le llama ‘relativismo moral’.
Con el fin de poner algunas soluciones generales, las sociedades diversas, unidas en una sociedad de naciones, determinaron hace unos años establecer unos derechos inalienables y obligatorios para todos los hombres, una ética común para la Humanidad a la que llamaron “Carta de los Derechos Humanos”, para intentar evitar que los totalitarismos invoquen éticas parciales con las que puedan justificar sus desmanes llenos de muertes violentas y crueldades de todo tipo y condición.
Así, desde hace unos años, el hombre intenta imponer –con todas las dificultades imaginadas– una ética común y universal con la que todos entendamos que los medios y los fines van categóricamente unidos a unas formas y a unos usos [es decir, que debemos conseguir que los fines jamás justifiquen a los medios... que nadie tenga que optar –incluso con buenas intenciones– por soluciones de fuerza que llevan siempre a terribles espirales].
Aquí me gustaría hacer un apartado, Claudia, para explicarte que nunca debemos medir con la misma vara a todos los hombres en cuanto a su cumplimiento de las normas éticas establecidas... que no es lo mismo un tipo bien asentado y con uso de poderes que uno vilipendiado y hundido en la miseria y la pobreza, que no se le pueden exigir los mismos niveles de cumplimiento y responsabilidad a un hombre cultivado que a un analfabeto, que no es lo mismo –en lo que se refiere a llevar a término una ética– una comunidad rica del primer mundo que una sociedad empobrecida del tercer mundo... exijamos responsabilidad social a quienes tienen el beneficio de una cultura vasta y el poder de unos adelantos técnicos y científicos de primer orden... y exijamos responsabilidad de pequeño entorno a quienes tienen que sacar adelante a una familia con la única herramienta de sus manos [los primeros tienen la obligación ética de hacer llegar sus conocimientos y sus tecnologías a quienes no las disfrutan... y los segundos deben mantener en pie a su familia –su pequeño entorno– con una condición moral que les imprima dignidad]... termina siendo todo, chiquilla Claudia, una lucha constante contra la ‘indiferencia’ de los que tienen, intentando que en ellos crezca cierto sentimiento social.
También me parece de vital importancia que comprendamos el sentido de la ética en toda su extensión, y que desde esa comprensión trabajemos... ya que no es lo mismo acatar una ética desde el ‘no hacer’ [no matar, no robar, no violar, no torturar... que termina siendo un autoengaño en términos individuales... no mato, pues estoy en la ética que me indica no matar] que tomarla desde la exacta voluntad de ‘hacer’ [yo no mato, pero trabajo para que otras personas tampoco maten]... ese sentido íntegro de la ética es el verdaderamente valioso, el que nos lleva al tan ansiado ‘compromiso ético’ que da paso a posiciones personales activas.
¿Qué pretendo con todo esto?, te preguntarás... pues sencillamente adelantarte de forma breve una serie de procesos reflexivos por los que yo he pasado –y que me han llevado mucho tiempo de lecturas y experiencia, de equivocaciones y de pequeños aciertos– y que me parece que te serán útiles si te los doy ya medio masticados... porque todo parece sencillo cuando ha sido asimilado, pero la verdad verdadera [me encanta esta expresión] es que, generalmente, uno llega a la comprensión de lo sencillo a base de golpes y fracasos... y me gustaría ahorrarte alguno de esos procesos dolorosos de aprendizaje.
Quizás te parezca tonto y pretencioso por mi parte el que haga lo que estoy haciendo... y lo mismo tienes razón, pero me encanta intentarlo.

Saturday, January 30, 2010

Sextillas de entrenamiento.


EL AUTOR SE PIEQUIEBRA Y JUEGA A MANRIQUE

Ahora que me siento viejo
para lo de hacer deporte
como antes,
me vacío en el espejo
para buscarme otro norte
sin delantes.

Mirándome allí me encuentro
que del físico gastado
por los años
me queda un resto en el centro
al que recurro asustado,
sin reaños.

Miro el rostro y sus señales,
el cuello y sus nervaduras
preocupantes,
la espalda con sus puñales,
la tripa con sus gorduras
diletantes...

Observo bien mi perfil,
que un día fuera pagano,
primoroso,
y hoy se parece al alfil
que movido por mi mano
va hasta el foso.

Las nalgas se van cayendo
por esa gravedad dura,
inexorable,
y el sexo se me va yendo
y no tiene envergadura
ni ya es sable.

En resumen, a qué más,
de esta mirada de cerca,
que desola,
me quedo con el compás
que me mantiene en la terca
caracola.

Vista ya la dentadura
de este marchito jumento
mal trotado,
me pregunto si en la dura
cuenta de lo que ahora cuento
queda un dado.

Si queda, yo he de lanzarlo,
que hay que jugar aunque truene
hasta el final;
si no queda... he de inventarlo
para que su suerte suene
bien o mal.

Confieso que lo maltrecho
no está tanto en este jopo
desgastado,
sino que está en el contrecho
cerebro que ocupa el chopo
desmigado.

Si fuera capaz ahora
de salir de este círculo
vicioso
que me agota y me desdora
desde la cabeza al culo
tembloroso...

podría empezar de nuevo
a intentar ser como quise
cuando era
ave salida del huevo,
Capitán Trueno y Cochise
de madera...

En fin, para qué seguir
intentando lo imposible
si el ahora
me está diciendo en su ir
que, fundido mi fusible,
ya es la hora.

Lector de este entrenamiento
hecho en piequebradas coplas,
compungido,
si encuentras un argumento
para salvarme, me soplas
al oído.

© lfcomendador 2010

La copla de pie quebrado está compuesta por seis versos de arte menor, con rima consonante, y con la siguiente disposición: 8a-8b-4c-8a-8b-4c. Se le llama pie quebrado al verso de cuatro sílabas. Este tipo de estrofa fue muy utilizada por Jorge Manrique (siglo XV), por lo que también es conocida como copla manriqueña. Ha sido utilizada en todas las épocas de la literatura española, sufriendo algunas variaciones en la distribución de las rimas y en la situación del pie quebrado. También puede recibir el nombre de "sextilla".

Palabras para Claudia (III). Hacer para hacerse.


Mira, Claudia, ‘hacer’ es fundamentalmente para ‘hacerse’ uno mismo, crecerás en la medida en que te mezcles con el mundo y tomes decisiones, irás siendo a la vez que tomas consciencia de que debes entender el mundo y te pongas a ello... y los temas son dos o tres, no te creas que hay más...
Sí me parece fundamental tener claros algunos conceptos. El primero es el de la ‘inexorabilidad’, eso que va a suceder independientemente de que tú lo quieras o no lo quieras, eso sobre lo que no tienes decisiones posibles [la muerte, los fenómenos naturales...]. Tener claras las circunstancias inexorables que te rodean ayuda mucho a racionalizar tus tomas de decisiones, pues te descarga del peso que supone el trámite de pensar en ello [va a ser, para qué darle vueltas]. Luego está la ‘lógica’, ese trámite que te indica que algo va siempre antes de otra cosa, y no después, ese tener claro cada proceso antes de iniciarlo. Después está la ‘sensibilidad’, que siempre es fruto del desarrollo individual y de la mirada a lo colectivo [la mirada al otro]... de ella nace el impulso de la solidaridad, la voluntad de ser y estar de una forma definida en el mundo de los hombres... y con ella la capacidad hermosísima de asombrarse cada minuto.
Con estos tres conceptos bien asentados casi podremos decir que somos capaces de definir nuestra forma de ‘estar’ en el mundo, porque desde ellos puedes gestionar tu ‘voluntad’ con ‘criterio’...
Mira, Claudia, a mí siempre me ha gustado creer en el hombre en positivo, ser confiado con quien se acerca a mí e intentar no poner jamás barreras, que ya habrá tiempo para las deserciones... y en este punto sí te recomiendo que te detengas en otro concepto que me gusta, la ‘intensidad’... sé intensa en todo lo que hagas, en cualquier relación con los hombres y sus asuntos, implícate y pelea... pero también guarda un espacio diario para tu individualidad, un espacio en el que poder escapar del tedio o de la tensión, un espacio de serenidad en el que pueda llegar el análisis y funcione la razón sin cortapisas y sin obstáculos. Un buen desarrollo individual [con sus introspecciones y sus nadas] es capaz de lanzarte a lo social con ímpetu.
Verás, mi abuela Antonia, que era una gran filósofa [además de una mujer íntegra y llena de amargura], me decía con mucha frecuencia: “Corindilla, cuanto más gastes, más vas a tener...”... y yo, entonces, a mis diez o doce años, pensaba que se refería al dinero... pero con el tiempo supe que era a lo único a lo que no se refería... ella hablaba de la vida, de la amistad, del amor, de la entrega... y desde que lo entendí, lo he tenido como una máxima siempre presente a la hora de ‘hacer’... también me decía: “Chispita, acuérdate de que tú lo puedes hacer todo, como cualquier hombre; solo tienes que tomar la decisión y ponerte a hacerlo”... y es cierto, es absolutamente cierto... pruébalo...
Yo ahora ando gatinino, Claudia, en horas bajas, como asténico... pero sé que es un ‘estado’ [los estados son pasajeros] y que lo mismo mañana me vengo arriba y todo se ilumina... cuando estés como yo estoy ahora, procura sacar toda la mierda hacia afuera, descárgate del peso de los pensamientos negativos compartiéndolos [yo utilizo fundamentalmente la escritura], convéncete de que los problemas que vienen del trámite diario de los hombres, y van hacia ellos, no son más que asuntos sin interés que siempre encuentran solución con el factor tiempo y el factor calma, que a pesar de que caiga el euro o suba el euríbor, que a pesar de que alguna relación personal decaiga o pierdas cosas, mañana seguirás viva y respirando, que el mundo seguirá sus ciclos y nada acaba si tú no te acabas... y verás que empieza a abrirse ante tus ojos el hermoso abanico de ‘la posibilidad’ y que abundan infinitas salidas a cada asunto... no es malo tener momentos bajos, Claudia, pues en el contraste están los fundamentos de tu aprendizaje, y del contraste, solo desde el contraste, pueden conseguir plenitud nuestras vidas... y siempre ‘intenta’, ‘busca’, hazte preguntas... no desertes ni te rindas ante uno de esos ‘estados’... date tiempo y sé tozuda, no desertes jamás de lo que quieres.

* En la foto, con Joan Margarit y José Luis Morante en Lucena.

•••
A pesar de que no manejo el lenguaje del cómic [perdóname, amigo Max], prometí a algunos amigos de Mérida que colgaría este 'ensayo gráfico' sobre la poesía para que puedan acceder a él. Ahí queda, aunque con sonrojo.
De poesía

Friday, January 29, 2010

Palabras para Claudia (II). De la Injusticia.


Mi querida Claudia, no sabes cómo me ha impactado conocerte [y eso que solo cruzamos palabras un par de minutillos]... creo que voy a dedicarte algunas entradas de esta bitácora con intención rebelde y quizás también con cierta voluntad didáctica... espero que sepas entenderme.
No te fíes jamás al primer golpe de vista de quienes se rebelan contra la injusticia, Claudia, pues todo tiene sus dobleces y este tipo de rebelión guarda bastantes puñales detrás de cada una de sus esquinas, pues, en nuestra candidez, solemos pensar que quien se alza contra alguna injusticia posee un sentido claro de la justicia [nada más alejado de la realidad]. Normalmente, quien más alza la voz, quien saca las uñas más largas, quien muestra más interés contra una causa injusta es el ‘injusto’ que se siente engañado por algo o por alguien... el verdadero rebelde es un tipo tranquilo que no muestra furia ni pide venganza, un tipo que no muestra su indignación con desmesura y que es capaz de mirarse siempre antes de pedir a los demás que se le unan.
No te fíes de quienes argumentan con odio la defensa de unos ideales ‘justos’ y siempre intentan aturdirnos con generalidades [en las que encuentran miles de millas marinas para sentir la absurda libertad de escupir lo que les apetezca con pomposas hipérboles, y en las que no tienen que demostrar nada ni responder ante nadie en concreto]... el verdadero rebelde es el que actúa contra injusticias concretas e intenta soluciones factibles [del aturdido discurso de lo general nace la dispersión, y de ella las más terribles mentiras y los peores fraudes]. Apártate de esos gurús que atontan y busca siempre concreción e intenta que jamás medie el odio y que tus defensas siempre traigan al lado soluciones verdaderas [de lo contrario, tu lucha contra la injusticia puede propiciar situaciones más injustas].
También debes saber que quien siente verdadera indignación ante cualquier injusticia y pelea contra ellas, es también quien más posibilidad tiene de padecerlas como precio a su justa razón... es por ello que debes estar bien preparada a los golpes... y es ahí donde vas a saber nítidamente si sirves para intentar ‘arreglar el mundo’ y desde ahí desde donde debes crecer de forma individual, aprendiendo a juzgar tus propios actos y valorando tu situación en términos del otro... y no te equivoques jamás en buscarte en la ‘propia dignidad moral’, en tenerte como ‘ejemplo de bondad y de lucha’... que eso es dañino narcisismo... haz lo de debas hacer, soporta lo que debas soportar y olvídate de que eres parte de una lucha noble [tu nobleza y tu valor siempre los deciden los demás]... mantén siempre tu mente fresca y activa, intenta autogestionar tu ideario, no te dejes aletargar por las palabras de otros... que solo tú eres capaz de hundirte y de salir a flote con todas las consecuencias... haz continuo examen de conciencia y no dudes en dar giros de ciento ochenta grados si tu razón te lo indica... que la corrupción individual nace siempre de la falta de criterio... sé valiente, Claudia, concreta, cabezota... y habrás dado el paso más grande de tu vida.

* En la foto, con Juanjo Barral en el patio de la casa de Antonio Orihuela, en Moguer.

Thursday, January 28, 2010

Palabras para Claudia.


Me gusta compartir algo de tiempo con los jóvenes, saber de qué va su rollo, qué buscan, qué esperan, qué pretenden... me siento bien con ellos y me asombro gratamente al verme en sus miradas exactamente igual que cuando yo tenía sus ganas y sus miedos...
Ayer, en Mérida, me medio riñó una chiquilla de ojos vivos porque me confesé vencido en público... me dijo: “que sí, que podemos cambiar el mundo y no hay que rendirse...”. Yo sonreí mientras me perdonaba por haberle dado, también en mi charla, pistas sobre la falsedad de mi confesión de vencido. Le di dos besotes y le firmé el cuadernito que contenía mis versos... y después pillé mi coche para volver a casa. Durante todo el viaje, que fue largo, no se me quitaba de la cabeza su mirada... ni tampoco sus palabras.
¿Qué coño puedo hacer yo a estas alturas para cambiar el mundo?... ¿qué no habré hecho ya para intentarlo?... ¿cómo podría yo unirme al ímpetu de esa chiquilla para hacer que salten chispas?... eran las preguntas que me asaltaban en el trámite ‘in the road’ de ayer... repasando, puedo enumerar algunos intentos en mi vida [y todos fallidos]: milité a su justa edad [la de mi interlocutora hermosa, que se llama Claudia] en agrupaciones radicales de izquierda, salí a gritar a la calle, tiré panfletos y estuve detenido [y acojonadito], me formé por mi cuenta en algunos aspectos con el fin de ser como yo quería ser [todo para intentar hacer lo que nunca he podido hacer], milité en un partido poderoso y tuve representación pública [todo para acabar destruido y desencantado], fundé un periódico ‘antiacomodaticio’ y lo mantuve durante más de seis años [todo para sentirme vilipendiado, presionado, acosado, insultado... y quedarme si un puto duro], creé una editorial y recibí fundamentalmente palos de muchos de mis editados [además de deudas... apenas nadie conoce el concepto de ‘compartir’ y todos confunden solidaridad con dádiva, conformándose así un mundo lleno de ingratitudes], me metí de lleno en el mundo solidario [el ‘profesional’] y se me aclararon rápidamente los conceptos de ‘voluntariado’ y de ‘cooperación’ [hasta ese momento no podía imaginarme que en ese campo hubiese tantos intereses creados y que tanto porcentaje de dinero se arañase en gastos administrativos y en gastos varios], monté una empresa con varios empleados e intenté llevarla en parámetros de pura justicia social [es imposible, pues el mundo de la empresa y el del trabajo están viciados por la puta individualidad y el peor de los egoísmos –tanto por parte del trazado patronal como por parte del arañazo obrero, que no se salva ninguno–], acogí a dos hermosos vencidos que vinieron a España en patera [hoy los llamo “mis hijos”] y entendí que por ahí podría encontrar una trocha en la que buscar una salida, y me puse a ello, y monté mis propios proyectos de cooperación, que es en el asunto en el que camino ahora, pero presiento tigres al fondo y se me vacía el aire de los pulmones hasta no poder pensar...
Mi querida amiga Claudia, tú partes limpia ahora, tú inicias el camino con ímpetu y con intención, ves posibilidad donde yo dejé ruinas... y eso me gusta y me anima mucho... pero te darán palos terribles y debes estar preparada para soportarlos, se te caerá tu mundo en un segundo como un castillo de naipes y debes tenerlo bien previsto para saber volver a empezar, verás cómo desertan tus mejores amigos y cómo se venden los que eran para ti norte y ejemplo, verás cómo el sistema abduce todo y lo desangra hasta dejarlo de su mismo color, te llegará el desencanto, perderás todas tus fuerzas y pensarás en integrarte y dejarte llevar o simplemente en desaparecer... pero debes seguir intentándolo, debes insistir hasta agotarte... porque yo aún creo que es posible, estoy convencido de que es posible, sé que es posible... pero estoy realmente agotado de equivocarme, agotado de caer y volverme a levantar...
Y quiero decirte que me tendrás siempre que lo precises, y que el hecho de tenerme –sentirlo yo y que tú lo sientas– es para mí verdadera gasolina y me llena de esa vitalidad que tanto necesito. Estoy harto [y ahora también me siento derrotado, vencido], pero me conozco y sé que aún me queda capacidad para ilusionarme y volver a pelear, que solo me falta una chispita como la tuya para decir: “¡Qué cojones!.... vamos a comernos el mundo, coño...”.
Un beso fuerte y todo mi ánimo... no dejes de buscarme cuando lo desees.

Sobre cierto tipo de fidelidad y unos textos golosina.


En la amistad y en el trabajo hay un concepto irrenunciable para una persona que, como poco, desee serlo en términos positivos y humanistas. Ese concepto es la ‘fidelidad’, el mantenerse firme siempre junto al otro a pesar de lo que suceda, el valorar el tiempo pasado en convivencia y en mantenerlo sin pararse a sopesar ganancias o ventajas nuevas, en ser juntos bajo cualquier condición y en salir adelante con apoyo mutuo... sin esa fidelidad vamos mal, vamos justo al ideal fascista que tan bien me definió hace un par de meses el amigo Antonio Garrido [al que desde aquí le envío un abrazo inmenso]... cuando uno no mira más que para sí mismo, cuando todo lo mide en centímetros de beneficio propio, cuando por un miserable tener algo más se echa por tierra todo un tiempo de relación y de experiencias comunes, cuando la acción en el propio beneficio [grimio el común de las veces] destruye los lazos hechos durante años, cuando se pone el oportunismo por delante de los valores... el tipo que lo lleva a efecto no merece otro calificativo que el de fascista y antisocial... y no merece más que desprecio y olvido.
Algunos tipos así me han tocado ya en la vida, y os juro que me han llevado hasta los límites de la enfermedad, pues no hay asunto que soporte peor que éste. Su castigo termina siendo su soledad, que siempre llega de forma inexorable.
•••
Me regaló Antonio Orihuela en Mérida el texto de presentación que escribió para mí... lo acabo de leer ahora y me he emocionado. Lo dejo en este espacio lleno de agradecimiento a mi amigo:

“Veréis que es raro el poema en el que Luis Felipe no dialoga con el objeto poetizado, sea este el amor, los afectos, la vida, la muerte, la chica de los vaqueros, los parientes, los hijos, los amigos, los desconocidos... con gente admirada o extraña, con inquietantes personajes o mitos que, perdida su sustancia, se han convertido también en materia literaria. Con todos ellos, Luis Felipe, vuelve a componer acontecimientos y contingencias dispares de la cercanía, desde la complicidad que establece con el lector, con quien se pare a escucharle, a charlar con él en esta otra forma de estar juntos que es la poesía.
Hay gente que hace de la escritura un negocio y gente que hace de la escritura su ruina, al elegir la poesía estaba claro que Luis Felipe se apuntaba a lo segundo, a defender un discurso doliente y solitario y, en la misma medida, a alejarse de aquellos que nos dan gato por liebre en sus publicitados libros.
Frente a este desolador panorama, también quiso en su día reaccionar Luis Felipe Comendador y, además de regalarnos su trabajo, cometió la osadía de de montar una editorial con la que dar a luz a los precarios sueños de otros autores que, por heterodoxia o porque las leyes del consumo de libros no transitan los mismos caminos que ellos, siguen teniendo muy difícil eso de publicar.
Pero volvamos a la poesía de Luis Felipe, que es lo que esta noche nos interesa y nos convoca. Vais a tener la oportunidad de apreciar que es la suya una poesía ordenada y sin grandes estridencias, fácil de seguir, desnuda y, sobre todo, que trasmite al lector una poderosa sensación de íntima confesión, de secreta comunión que Luis Felipe nos propone en la mayoría de sus textos.
En efecto, Luis Felipe Comendador elabora una práctica de escritura que elige una relación interrogativa y nada pudorosa con lo social, produciendo una contraépica que cuestiona la existencia de un orden coherente y estable a través de imágenes, fragmentos, collages y textos recolectados y mezclados desde algunos de sus mundos predilectos: los libros, las películas, los cuadros, la música... con ellos trasgrede códigos que, más allá del experimento formal, constituyen en la poesía de Luis Felipe un intento de transmutar lo decible, renegar de lo que se muestra provisional y perentorio o bien remitirnos a otros acontecimientos, otras huellas, a otros documentos, a nuevos fragmentos que son, en suma, la metáfora del sujeto desmembrado contemporáneo expuesto a la vanidad del mundo y atravesado, aplastado por el peso del pasado, desconcertado ante el presente y escéptico por lo que el futuro le tenga reservado.
Transparencia, experimentación, independencia y ejercicio de libre expresión de una mente ni sometida ni sumisa al poder y sus discursos es lo que veo, lo que agradezco y lo que comparto con el poeta Luis Felipe Comendador y, como él, no creo que haya hoy otra opción posible para la práctica y la producción literaria... y como ya saben, imaginar un lenguaje es también imaginar una forma de vida.”

Y luego leí, también emocionado, la presentación que me hicieron Aurora y Claudia, dos alumnas del IES Extremadura, para el acto del día 27, de la que extraigo los dos últimos párrafos [pues los primeros son biobibliográficos]...

“...Su literatura es la de un hombre que cree en un doble compromiso del ser humano: el compromiso solidario con la propia Humanidad a la que pertenece y el compromiso con su conciencia moral. Si ésta se adormece, o muere, perdemos la dignidad que nos hace llamarnos humanos.
Luis Felipe Comendador considera la poesía como una tarea muy seria de creación de un mundo distinto dentro de este mundo. De su propia poesía ha dicho que es confesional y combativa, rebelión contra todo y contra todos. Afirma, nos permitimos parafrasearle, escribir sobre la muerte, sobre la gente al desnudo y sobre el sentimiento trágico de nuestra mediocre y cómoda existencia. Y como quiere que se le entienda a la perfección, lo que quiere decir no lo dice ‘poéticamente’, sino con una expresión simple y clara...”

En fin, que uno necesita a veces golosinas como estas para pillar algunos kilitos de ánimo.

Wednesday, January 27, 2010

Bonito lo de Mérida...




La Literatura es muy generosa conmigo, pues me propicia de vez en cuando viajes estupendos con los gastos pagados en hoteles magníficos y además con algunas pelillas para salvar el mes al uso.
Salí de Béjar ayer y estaba nevando. Mi coche lucía un blanco hermoso y el frío era intenso. A la altura de Hervás ya se había deshecho toda la nieve que acumulaba el auto y el termómetro exterior del coche marcaba 7º C. Hice de un tirón el recorrido hasta el Cruce de las Herrerías, donde me gusta hacer una parada siempre que hago este recorrido. Allí me tomé una Coke y me trajiné un bocata de lomo caliente, eché un ratito en revisar la prensa extremeña que había en barra [exactamente el ejemplar del día de “HOY”] y me descojoné al encontrarme en la sección de cultura con que me habían confundido con la escritora ultraconservadora Ángela Valvey [mantengo un maridaje extraño con Mérida y la Literatura, pues ya me sucedió allí hace tiempo otro hecho mínimo extraordinario con Alfonso Ussía, otro torrezno letrero de la derecha nacional]. Desde las Herrerías tiré hasta Mérida y me alojé en su Parador, donde tenía hecha la reserva por la Asociación de Escritores Extremeños [un local vetusto que en su día fue un convento de monjas]. Me acomodé y rápidamente me tiré a la calle para pasear la ciudad. Mérida es una ciudad hermosa, realmente hermosa, y le eché un par de horas para hacerme con algunas tomas fotográficas. Cuando me entró un poquitillo de gusita, entré en un local que se llama “100 Montaditos” [lo recomiendo encarecidamente] y me metí pal cuerpo unas delicias calientes a 1,30 euros la tirada, con una cervecita, que me dejaron estupendo y satisfecho.
Había quedado a las cuatro de la tarde con Antonio Gómez y llegué al lugar de la cita con un cuarto de hora de adelanto para poder tomarme un cafetillo relajado y a solas, que me hacía ilusión. Llegó Antonio y nos abrazamos fuerte –es un amigo al que quiero de verdad–, hablamos de todo lo divino y lo humano [hasta de cómo encontrar papel de arroz chino para el gran Alberto Hernández –me explicó Antonio que la clave pueden tenerla Antonio Damián y Jim Lorena en su web de libros objeto y libros de artista, donde dan información muy trabajada sobre diversos temas, entre ellos el papel (http://librodeartista.ning.com/groups)–, paseamos la ciudad juntos y nos acercamos a visitar el Museo Romano, toda una experiencia plástica e inolvidable –hice allí algunas fotos medio robadas.
Luego vino el encuentro con Pilar Nieves, grande en todo, hermosa, con esa sonrisa divina que yo recordaba nítida de nuestro primer encuentro en un curso de verano de El Escorial junto a Ada Salas... un amor de mujer en todos los sentidos... me entregó una pila de ejemplares del cuaderno editado para la ocasión con poemas de mi extraña cosecha y charlamos los tres, animados por unas cervecitas para acortar el tiempo de espera hasta la hora de mi intervención. Mientras esperábamos, unas manos femeninas me taparon los ojos con esa cosa infantil de ‘¿a que no aciertas quién soy?’... era Mercedes, que había viajado desde Cáceres junto a su santo, el amigo Antonio Merino, para asistir a mi puesta en escena... me hizo mucha ilusión y me sentí realmente querido por el hermoso detalle [gracias, amigos M y AM, conseguisteis que todo fuera para mí más especial]. También se nos unió Elías Moro, otro campeón en el arte de acoger.
Me presentó Orihuelita con un texto emotivo. Mi intervención en el salón de actos del Parador de Mérida fue entrañable, aunque no estaba yo en uno de mis mejores días, que todo hay que decirlo, pues en mi cabeza sonaban aún esas trompetas cabronas de Hacienda, lo que me hizo sentirme algo incómodo en algunos tramos de mi lectura [incómodo por mí, no por el público]. Al final me dio la impresión de que el personal se quedó satisfecho, lo que, unido a las múltiples muestras de cariño que recibí, me dejó relajadito del todo.
Fue entonces cuando llegó Marino González, que venía de Badajoz de presentar su nuevo libro... más abrazos y más risas [Marino es alma de fiesta siempre]... y nos pulimos unas cañitas junto a una gente maja amante de la Literatura, y cenamos conversando [me queda un buen recuerdo de un amigo mexicano con el que hablé un buen rato, de mi Leni Ortiz –qué tía más maja– y de las compañeras rechulis de Pilar], y pillamos un par de copazos de Havana 7 con cola y limón con risillas, y caí en la cama como transido, como un crío chico.
Por la mañanita me levanté temprano y disfruté de largo de la ducha paradora mientras veía el patio gustosito de las monjas y a una cigüeña en su nido a unos diez metros de mi ventana, desayuné zumito con café y un par de bollos suizos y me tiré a la calle bien abrigado para saber de la amanecida emeritense y comprarme un boli [que me dejé las plumas de pintar en mi estudio], hice algunas fotos y volví al Parador a eso de las diez y media para esperar a la profe que había quedado en pasar a recogerme para llevarme a la biblioteca Delgado Valhondo. Vino la profe y me llevó. Allí me presentó al director del complejo cultural, un tipo muy jovial, y a los profes de los distintos institutos que iban llegando poco a poco... y se llenó el salón de actos... y dos chiquitillas rechulis del IES Extremadura [Aurora y Claudia] leyeron una presentación hermosa que luego me regalaron... y hablé a los chicos de largo, y los noté enganchados, y me extendí en mi tiempo y seguían allí, callados y escuchando... una experiencia realmente hermosa para este viejo F con panteras en la nuca... se lo quiero agradecer a los chicos y a los profes, a todos, uno por uno... ¡Gracias por hacerme sentir importante!
Y volví a casa.
Justo cuando entraba por Cantagallo comenzó a nevar. Qué frío otra vez, coño.
Hosti... y se me había olvidado José María Cumbreño, que estuvo allí con sus chicos estupendos y apenas pudimos hablar [un abrazo para él].





















Cuartetos encadenados, mi entrenamiento de hoy.



UNA HISTORIA GUTENBERG, Y CASI REAL, DE ENTRENAMIENTO EN CUARTETOS ENCADENADOS

Vino a verme don Pero, que es un mero
que me encarga trabajos en la imprenta,
y me pilló entre el yellow y el magenta
pensando en mis problemas para enero.

Invitele a pasar a mi despacho
con el respeto justo a su consumo,
aunque no recordé que olía a humo
porque había fumado hasta el empacho

y a don Pero los humos no le gustan,
porque no es fumador y es puñetero
cuando ve preñadito un cenicero
de colillas que huelen y que asustan.

Ofrecile yo asiento y se sentuvo,
y yo me acomodé en el orejero
esperando con ojos de imprentero
que don Pero encargase por un tubo.

Abrió su cartapacio con boato
y sacó de su entraña papelotes
que mostrome seriados y por lotes
mientras me daba idea del formato.

Le entendí a la primera, soy buen socio,
y anoté su encargote con detalle:
cuarentamil revistas de ese talle
que lo llaman acuatro en el negocio,

todo en cuatricromía de la buena,
con maqueta completa y revisiones,
con las pruebas precisas y los nones
que crezcan a la luz de esta verbena.

Del papel dijo poco, que no entiende
don Pero de gramajes ni de tactos.
Solo dijo “que brille... y que en dos actos
sus hojas pasen raudas, alipende”.

Me puse con mi gente a trabajar
maquetaciones de lo más moderno
e incluso llegué a hacerle algún cuaderno
con propuesta de asuntos a cambiar.

Llamé a don Pero a los catorce días
para que viese las primeras pruebas
y se acercó a mirar en las galeras
si habíamos acertado con sus guías.

Puso mil pegas, coño, siempre lo hace,
dio unas voces al tiempo que tachaba,
cambió todo a la vez que yo me hartaba
de aguantar su costumbre de rechace.

Rehicimos hasta darle forma al mulo
y después de una ristra de visitas
de don Pero con borra, corta y quitas...
quedó el arte final... y yo hasta el culo.

Vista la maquetota y aceptada,
don Pero pidió precio y se lo hice...
“me parece carísimo”... y maldice.
Lo rebajo... lo acepta... y muerte a espada.

Con el contrato en firme... lo valoro:
no tenemos imprenta suficiente
para hacer este curro de un repente...
así que subcontrato y no me azoro.

Pasan los quince días de rigor
y llegan las revistas en paquetes
[un trailer enterito] y en dos bretes
las tiene ya don Pero en su redor.

Facturo y pongo el IVA en la factura,
la envío sin demora a mi cliente
y quedo en esa espera consecuente
de que don Pero suelte la gordura.

Pasa un mes y don Pero no da signos
de acercarse a pagar la intimorata
y me toca llamarle, vaya nata,
para ver si apoquina. Me persigno.

Llamo y Pero me dice muy amable
que me pase a buscarle a su despacho.
Yo me paso, pues no me queda empacho,
y espero que me pague y me eche un cable.

Don Pero, sonriente, en plan calé,
saca de su cajón una chequera
y con una Mont Blanc dicharachera
me firma de inmediato un pagaré.

Lo tomo, le sonrío, me despido...
y corro sin resuello hasta la altura
del banco que me cobra con usura...
presento el pagaré al cajero henchido

que me dice que espere a que don Joro,
el director bancario de esa cueva,
regrese de un asunto que le lleva
tomando un cerveza en Piel de Toro.

Le espero, se demora, me encocoro...
y le digo al cajero de la vera
que me eche una manita pinturera
y llame a Piel de Toro al tal don Joro.

Le llama, y en un tramo, con su traje,
llega don Joro al banco y me saluda
con esa cosa tonta tan boluda
de todos los que cobran los peajes.

Le enseño el pagaré y se parte el culo...
“Felipe, te engañó otra vez don Pero...
no te dije que no tiene dinero
y de crédito va peor que en rulos”.

Y yo, escupiendo sapos y culebras,
regreso hasta la imprenta desquiciado,
pues vence lo de lo subcontratado
y tengo que pagar aunque sea en hebras.

Visito varios bancos de la zona
y nadie da valor al pagaré,
así que debo hacer el paripé
y quedar más corrido que una mona.

Pago de donde puedo mi factura
e intento respirar por unos días,
aunque haya puesto perras de las mías,
hasta ver cómo sangro al caradura.

Y entre ese muévete y estate quieto
recibo con acuse el gordo aviso
de que mi banco me ha devuelto liso
el trimestre del IVA. Me encroqueto.

Resumamos un poco, que es tan largo
el trámite imprentero que les cuento
que es fácil que se pierdan en el cuento
de tanto sinsabor y rato amargo:

Veamos: Pero encarga y yo trabajo;
enseño pruebas, cambio y pongo precio,
me rebajan, acepto y a otro tercio...
subcontrato sin más ese trabajo.

Llega el trabajo y yo, presto, lo entrego,
no se le ponen pegas y facturo,
me dan un pagaré y no hay ni un duro
en la cuenta de cargo del charnego.

Pago la subcontrata con lo mío
y me quedo a dos velas hasta ver
si a don Pero le puedo convencer
de que me pague y ponga fin al lío.

Entre medias, Hacienda, a quien recaudo
las pelas de sus ivas primorosos,
me exige el pago urgente, son golosos,
y me acusa sin más de que defraudo.

Al mes de no pagar, me carga un veinte,
y un cinco más a los sesenta días...
y un mes después, que Hacienda nunca fía,
me avisa de un embargo procedente.

Yo alucino y me siento alicaído
mientras don Pero goza sus revistas,
don Joro suma y resta de mi lista
y Hacienda no comprende mi latido.

Así que, sin pensármelo dos veces,
tomo la faca grande del meriende,
la de cortar jamón... ¿a que se entiende?,
y salgo a trajinarme a los tres peces.

A Pero me lo encuentro en su despacho
y antes de ver mi faca me pregunta
si hubo dificultades con la yunta...
le meto un navajazo... ¡toma, macho!

Y me voy ya caliente a por don Joro,
que no está en su oficina, lo sabía...
así que, sin preguntas ni folías,
lo busco y lo trajino en Piel de Toro.

Después le toca a Hacienda... y son bastantes.
Una faca no sirve, así que busco
mi vieja recortada, esto va chusco,
y me corro a ciscarles sus delantes.

Me cargué como a cinco hasta que vino
la poli con sus coches a cazarme.
No puse resistencia y, al grillarme,
sentí que había cumplido mi destino.

Ahora, feliz, sonrío y vivo en Topas,
hago balones para los de Adidas
y solo me perturban las movidas
de dos exdrogadictos con sus mopas.

© lfcomendador

El 'Cuarteto' se compone de cuatro versos endecasílabos, con rima consonante. Su esquema es ABBA y llegó a España a mediados del siglo XVI.

Monday, January 25, 2010

Vigilad vuestros pasos...


Castores en la charca edificando en círculo una isla, la hora de la merienda, Costafreda, redomas en el mar de los sargazos [el mundo es pura química y ensayo], la luz en el umbral del cielorraso, los zapatos corinto del 80 [eran Sebago], los mirtos en alguna primavera, Gardel en Sonigram, las noches en la luna de Valencia, Gotthold con su discurso Lacoonte, la hierba en el Edén, el ritmo Gorostiaga al fondo de Las Armas, el pisco, Rampa, Odette, casullas en silencio por las calles, un Minute Maid free french, una boina de chica, tú de espaldas, el horizonte, el tren, Govinda, Fendetestas, Coca-cola, Ducados, el Zurguén, caritas primorosas a las doce, ¿qué hay para comer?, dislates, causas justas, globulina, Girondo, Cadaqués... y llamar a clientes para ver si necesitan que les haga algún trabajo, y aguantar sus historias tristes [que son como la mía], y acudir a la Caja de Ahorros para calmar las cuentas, y firmar las cartitas con acuse de Hacienda, y desdoblar los días de trabajo sin trabajo... no sé ya cuál es la realidad, si la de los tragos intelectuales o la de los vómitos de mi economía diaria... todo se mezcla y se hace nebuloso... y hay una gana rara de impudicia que convive con otra de ruptura... todo se cae y en los ágapes me dan lecciones de urbanidad y hasta de moral... a mí, que caí ya un par de veces en la vida [caí con todo el equipo] y supe resucitar, que hice realidad mis proyectos y los vi destruidos, que tuve y perdí, que creí y luché hasta conseguir [y hasta volví a perder]... lo que llevo peor es aguantar las miradas torvas de quienes no tienen problemas reales y se los inventan, de los que no tienen crisis y juegan a padecerla... en fin, que unos guantes de fina piel naranja condonan unas manos, que quedan unos meses para la próxima berrea de los ciervos nacionales, que hay un texto de Borges que me deja sublimado, que a pesar de que el mundo es esto y esto y esto, persevero; que las garzas se elevan con las térmicas para migrar y a veces siento al mandril que fui junto al estómago...
Ha vuelto el humo desde las chimeneas, las quemas del invierno en el monte de enfrente, la luz clara tras los ratos de niebla, el fulgor del sol después de la nevada, el silencio en las calles... y el mundo sigue poblado de sordos y de ciegos, de inútiles y mártires, de gruesos funcionarios y viudas... ha vuelto ese no estar de las cigüeñas en la torre de San Gil, ha vuelto esa nostalgia de estación y pañuelos donde decir adiós era algo plástico... y leer a Elmer Dktonius o a Edith Södergran, y escuchar en silencio a Youssou NDour, y mirar algún cuadro de Thomas Fogarty o de Hopper...
Este no saber qué hacer me tumba y me llena de tabaco, pero así está el mundo en estos días, lleno de hombres ociosos a los que se les viene encima un fruterito de asuntos sobre los que no tienen control ni podrán tenerlo jamás... y todo es tan azaroso como que llueva o suba la temperatura, tan incontrolable como eso.
Y tumbado me pienso cazador y cazado, pitecántropo e incluso ameba... qué absurdo el devenir del hombre, qué absurdas sus preocupaciones y sus cuitas, qué absurdo el juego de la seguridad en todas sus manchas, qué ridículo su gesto religioso y su trazo político, qué tonto su estar sin consciencia del mundo y sus ardores reales, qué frágil todo, qué inexorable...
Fumar, beber café, sorber leche caliente, tomar sopa de lluvia, masticar carne hecha... y todo hasta la muerte, cualquiera, que da igual... dormir, viajar, asistir a un trabajo como los penitentes, robar o dar, tener... todo es asunto de la misma química, todo es anécdota e imperceptible paso, todo es un gran asunto de la justita nada... y cada uno desaparecerá cuando desaparezca, a pesar de su bolsillo lleno o vacío, a pesar de su angustia ridícula, a pesar de todo su saber o no saber... cada uno desaparecerá y sufrirá su muerte en función de lo acumulado y de lo no compartido, cada uno será los huesos blanqueados o las cenizas... en fin, que esto solo admite la misma definición que se le da a la ‘trócola’, y también el mismo interés [compuesto, cómo no].
No sé para qué me pongo transcendente, si da igual, si mañana me voy a Mérida para hacer lo que me gusta [que es leer poesía] y me voy a olvidar de todo esto por unas horas... mi privilegio es ése, mi beneficio en todo este tiempo gastado es ése: salir al mundo a leer mi poesía a quienes deseen escucharla, leerles mi resumen del ser y de lo sido, mi percepción del hombre, mi universo... soy un privilegiado, claro, sí que lo soy, pues aún puedo escribir y compartir lo que escribo con algunas sensibilidades afines... coño, claro que soy un privilegiado... pero también el justo culpable, de eso no abdico, el culpable de todo, el autónomo que no paga ni tiene derechos mientras va con la cabeza gacha y los hombros caídos, el que da de comer a los que ‘liban’ de la bolsa común y ‘regalan’ lecciones de todo [pero solo lecciones], el que roba y defrauda, el que le hace el jueguito al capital y a su puta madre...
Lamidos hombres, miserables de cualquier color, egoístas integrales, hijos de puta diarios... os aviso desde el fondo infecto de este pantano en el que vivo [no puedo caer mucho más, pues me sujeta el limo]... guardo puñales para cada una de vuestras espaldas... vigilad vuestros pasos, mirad tras las esquinas, no os fiéis en las noches de las zonas oscuras... pues estoy harto, colmado en este asco, y quizás salga al mundo a morder vuestras vísceras con esta rabia hecha de días interminables... ya no puedo perder mucho, porque no tengo.
O quizás sí.

Vuelta a Mérida...

Os dejo noticia de mi actividad para los próximos dos días en Mérida. Si andáis por allí, estaré encantado de saludaros.


El autor salmantino Luis Felipe Comendador

visitará este martes el Aula Literaria

'Jesús Delgado Valhondo' de Mérida


Autor polifacético, ha publicado poesía, novelas, aforismos y ensayos.


MÉRIDA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

El autor Luis Felipe Comendador visitará este martes, día 26, al Aula Literaria 'Jesús Delgado Valhondo' de Mérida, visita que supondrá la número 66 de un escritor al aula emeritense.

Luis Felipe Comendador es un poeta, editor e impresor español nacido en Béjar (Salamanca) en 1957. Autor "polifacético, ha publicado poesía, novelas, aforismos y ensayos.

Parte de su amplia obra está contenida en 'Notario de las horas'; 'Sentado en un bar'; 'Paraísos del suicida'; 'Vuelta a la nada'; 'El amante discreto de Lauren Bacall'; 'Con la muerte en los talones'; 'El gato sólo quería a Harry'; 'Esa intensa luz que no se ve' y 'Dientes de leche'.

Entre los importantes galardones que ha obtenido destacan el Premio Gabriel Celaya por 'Sesión continua'; finalista del Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura y Premio Rafael Morales por 'Travelling'; Premio Internacional Tardor por 'Paraísos del suicida'; y el Premio Ciudad de Mérida por 'El gato que sólo quería a Harry'.

También ha recibido el Premio Palabra Ibérica a su labor editorial y el premio Libertad a su labor solidaria y de cooperación internacional.

Colabora habitualmente en prensa provincial y nacional y cuenta con diversos trabajos literarios de creación y ensayo en revistas especializadas en poesía y literatura, según informó el Aula Literaria 'Jesús Delgado Valhondo' en nota de prensa.

* Puedes verlo en los siguientes enlaces:

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=245891
http://www.extremadura.com/ocio/el_autor_salmantino_luis_felipe_comendador_visitar_este_martes_el_aula_literaria_jes_s_delgado_valhondo_de_m_rida
http://www.europapress.es/extremadura/cultura-00443/noticia-autor-salmantino-luis-felipe-comendador-visitara-martes-aula-literaria-jesus-delgado-valhondo-merida-20100124152730.html

Sunday, January 24, 2010

Un soneto doblado de entrenamiento.


LA AMADA DA MUESTRAS DE LA BONDAD DE SU AVARICIA

Paseo entre los coches como ido,
contrito y revenido,
porque el mundo deviene desquiciado
para estos ojos verdes de un cansado,
despoliglotizado,
que ya no entiende nada de lo sido.

Intento entretenerme en lo fingido,
por estar distraído,
pero nada propicia que mi estado
me lleve a ser un dios del otro lado,
absurdo anonadado...
Quizás es que lo tengo merecido.

Así las cosas, sueño con la muerte,
con su razón final y su justicia
–y no es que sea delicia–
para encontrar descanso en su aguafuerte.

Y mientras pienso en ello, tu caricia
viene a salvarme presta, tengo suerte,
–justo la de tenerte–
porque siempre me salvo en tu avaricia.

© lfcomendador 2010


* El 'soneto doble' o 'soneto doblado' es una variante del soneto que consiste en añadir un verso heptasílabo tras cada verso impar de los cuartetos [1º, 3º, 5º, 7º] y otro tras el segundo de cada terceto [10º y 13º], con lo que el poema resultante tiene, en lugar de los catorce versos canónicos, veinte: catorce endecasílabos y seis heptasílabos. En otras variantes del 'soneto doblado' se le añaden dos heptasílabos más tras los versos 9º y 12º.

Saturday, January 23, 2010

Orfebres...


'Orfebres'... hoy me he levantado con la palabra ‘orfebres’ metida en la cabeza como un tapón de cava... ¿por qué suceden estas cosas?... no lo sé...
Ayer me dio de pronto por rasurarme la cara... tomé la maquinilla Jata de desbarbar y me puse al asunto sin ese tope que te permite dejar tu barba con uno o dos centímetros de espesor... entré a matar sin más, como un torero malo... y se me fue la mano al primer intento, así que proseguí en el trámite buscando dejarlo todo más o menos igualado, pero no tengo pulso y acabé con cara de mona Chita... hoy todo el mundo me mira raro de cojones y a mí me da la risa... la puta mona Chita, coño... el caso es que me miro al espejo y me doy cuenta de que ha salido el rostro de un tipo al que no conozco, facciones duras, papadita doblada, labios pequeños [no imaginaba yo que los labios iban a mermar así]... sobre todo me asusta la zona del labio superior, que ha surgido poderosa para decirme lo mayor que me encuentro y que tengo un gesto amargo que resulta imposible esconder... pero es mi cara, son mis labios, es mi gesto hecho a base de cincuenta y dos años de estar y de gesticular, de ser lo que he sido... con tal golpe de imagen, me pongo frente a la cámara web de mi ordenata y gesticulo, hago muecas, intento buscarme y reconocerme dejando huella de imagen para analizarme mejor... luego juego con mi Adobe Ps a buscarle alma al rostro, a sacar resultados de mis nuevos rasgos para indagar en lo que he sido para que mi rostro haya evolucionado hasta lo que es hoy... y he pasado un buen rato jugando con mis gestos, deformándolos, buscándoles mi esencia e imaginando un norte o mi desnorte... al rato me he encontrado, sin más, con algunas muertes cercanas en la caída del labio, con demasiadas deserciones en la ojeras, con cierto fracaso en la entrenariceta y un descreer constante en el fondo de ojo... en fin, que soy lo que soy... y no me hace ninguna gracia.
Luego me dejé caer una ratillo en la silla para madurar sobre mi estado... una pura ruina en casi todos los sentidos, tanto en mi descolocado interior como en el tranco de quienes me rodean... no puedo pertenecer a un mundo que lo pone todo en mi contra... los negocios, la economía personal y la general, los afectos, las amistades... no sé llevar ya este carro por los caminos correctos... en fin, a mí los buitres, que debo tener aún algo sabroso en las entrañas.
En todo caso, ¿por qué cojones me habré yo levantado hoy con ese ‘orfebres’ y no con ‘olifantes’ o ‘viznagas’?... será un postsueño raro o cierta misantropía de la lengua... no sé.

Friday, January 22, 2010

Escritura chorro para pasar este ratillo sin curro...


Oye, y si esa porquería del Proyecto Haarp norteamericano fuera verdad, si fuera cierto que Guillermo Chaquespeare no escribió ninguno de los libros que se le adjudican, si fuera cierta la invasión de los ultracuerpos, si fuera cierto lo del cambio climático y que se va a acabar un día el petróleo, si fuera cierto lo del juicio final... a veces me encanta que mi padre me explique su cosmovisión y a lo que nos lleva, sus exactas creencias de que el hombre jamás pisó la Luna o su convencimiento total de que el mundo se hundirá porque lo estamos vaciando de petróleo y de gas... y me fascina que lo mezcle con el tipo que le instaló la calefacción eléctrica y aún no le ha hecho el papeleo para poder usarla o con la comunidad de vecinos empeñada en cambiar el ascensor viejo por uno nuevo...
Lo de las creencias, las fantasías y las relativas realidades es todo un mundo... a mí, por ejemplo, me molesta mucho que el pan se ponga boca abajo sobre la mesa [cuando mis hijos quieren molestarme, eso es justo lo que hacen], a mi madre le mosquea no abrir todas las ventanas de la casa hasta en los días de más duro invierno y a un colega que conozco se le aparece un abuelo de su madre para decirle los números de la Bonoloto [pero nunca se acuerda de cuáles le dijo a la hora de jugarse el boletito semanal]... lo malo de estas cosas es que a veces marcan las decisiones de las personas con auténtica determinación y se hacen locuras de todo tipo... también está esa cosa de la fe ciega, de la admiración absurda... resulta que hace unos días salió la noticia de que un rico empresario fallecido le ha dejado su fortuna en herencia a los príncipes de Asturias, y no los conocía más que de haberlos visto por la tele... el tipo en cuestión, que se murió ya, no calculó que hay millones de personas que podrían arreglar un poquito sus vidas con esa pasta gansa... quiso ser narciso hasta el punto de que la fortuna personal le llevase a ser conocido y famoso –puto narcisismo– después de su muerte... y puso castillo nuevo a los Asturias.
Tampoco está mal vivir un poco de estas dosis de imaginación incontenida, de dejarse llevar por creencias absurdas, porque la verdad verdadera, el esto esto y esto de cada día está hecho de purito terror, de fusiles AK, de muertos con la cabeza bien pisada, de pobres entre la mierda siendo la mierda misma... de natural, cada uno está deseando que mueran de mala manera unos cuantos que pululan a su alrededor... de natural, robaríamos la comida de la mano de un crío si sintiéramos hambre... y todo eso es muy difícil de llevar sin esos desfases imaginativos de extraterrestres, fantasmas, contubernios, gatos negros o proyectos haarp... que solo con el contenido real nos puede dar un jamacuco o que nos lo den sin que nos enteremos.
Yo, últimamente me hago entender muy mal por la gente con la que me comunico, y quizás sea porque me explico fatal [y mira que le llevo echadas horas al asunto de explicarme]... así que dejo pistas generales en caso de un ‘palporsi’: soy un varón caucásico que reside, por suerte o por desgracia, en un país que se llama España; mis ojos son verdes y tengo el pelo finito y largo [aunque ya con alguna calva en el coronillete], luzco barba desaliñada y me visto por los pies como me enseñó mi abuela, soy medio rebelde por ideología genética, gruñón, malhablado, directo en la escritura y apocado cuando la palabra tiene que salir de la boca, no soy racista –me esfuerzo en ello cada día– ni tengo una idea de los hombres que no responda a sus actos y a las consecuencias de los mismos –es decir, no saco conclusión de los colores de la piel o de los países de origen, sino de los hechos que conozco–, escribo mal e intento ir mejorando cada día, busco tiempo para que mi razón trabaje –aunque lo haga mal–, intento ‘hacer’ en la medida de mis posibilidades para que el mundo sea un poquito mejor –y fallo en un alto porcentaje–, no estoy contento con el mundo ni con sus líderes galácticos, no soporto los medios de comunicación que lo mediatizan todo, tengo muchos recelos de lo norteamericano, creo que los pueblos son en parte culpables de sus tristes destinos –y también de sus éxitos–, me encantan los bocatas calientes, bebo Coke a diario –y fumo mucho–, trabajo por no ser intolerante, me encanta decir con exageración y provoco bastante –más de lo que debiera, según mis padres–, sé envainármela cuando siento que no tengo razón, a veces me pongo misógino como defensa ante el feminismo absurdo, doy lo que puedo para lo que haga falta [sobre todo doy tiempo], a veces se me va la gotinina y tengo que ir a cambiarme con urgencia [no lo llevo mal], me siento algo mayor y me molesta mucho que no me entiendan cuando creo que me he expresado claramente, tengo algunas manías que no puedo quitarme [me muerdo las uñas, me arranco los pelillos de las cejas cuando estoy muy nervioso y necesito beberme un vaso de leche chocolateada antes de irme a dormir], acepto que me corrijan –pero me cabrea en lo más íntimo–, nunca supe decir que no a casi nada y, como ya expliqué, me jode un punto que el pan repose boca abajo en la mesa... pero me hago entender muy mal.
No sé aún si soy una mala persona o un equivocado, aunque sí tengo muy claro que pertenezco a un grupo humano que debe cargar con todas las culpas del resultado actual del hombre, entre otras cosas porque la tenemos... pido perdón por ello... y por lo que haya que pedirlo, coño.

Sin novedad...


Sin novedad... a no ser que la novedad sean los malos entendidos o las ganas de discutir por valoraciones que no merecen discusión.
El problema de la comunicación entre personas consiste fundamentalmente en que cada uno procesa en parámetros distintos y, cómo no, en que el idioma es propicio a la confusión [y muchas veces al desaliento], sobre todo el nuestro. ¿Cuándo entenderemos que en el trámite humano todo se hace desde el punto de vista del teatro?... si quieres obtener algo de tu contrario, normalmente cargas las tintas para que todo tu discurso se ponga en tu favor y en su contra, es decir, exageras, pero no como forma de decir ‘esta es mi verdad invariable’, sino como argumento extremo de lo que ‘podría ser’ para que al final coincidamos, negociando, en un ‘término medio’.
Esta claro, también [y ahora vamos con el idioma], que no es lo mismo llamarle a uno ‘hijo de puta’ en el País Vasco que hacerlo en el centro histórico de Sevilla, y ya no digamos en los trazos que nuestro idioma tiene en latinoamérica... que ‘coger’ en España es ‘asir’ y en gran parte de aquel allende se entiende que es ‘follar’, que ‘coñito’ aquí es un sexo femenino pequeño y en Venezuela es una forma cariñosa de llamar a un niño chico, que aquí un ‘cachete’ es un golpe en la cara y allí es la justa nalga, que aquí la ‘concha’ es el caparazón de un molusco y allí es el sexo femenino, que aquí ‘constiparse’ es estar resfriado y allí es estar estreñido, que aquí ‘correrse’ es tener un orgasmo y allí es desplazarse, que aquí ‘currar’ es trabajar y allí es estafar, que aquí ‘facha’ es un fascista y allí es el aspecto exterior de una persona, que aquí ‘ligar’ es buscar una relación amorosa o sexual y allí es recibir una paliza, que aquí una ‘pollera’ es la señora que vende pollos y allí es una falda, que aquí ‘taco’ es cualquier término malsonante y allí es el tacón del zapato... mal asunto si tenemos que fiar al idioma los acuerdos y los desacuerdos... y luego están esos otros sesgos de actitud, ésos en los que hay quien habla entre líneas a quienes nunca oyen más que lo que quieren oír, quien habla del mundo y solo se le escucha desde la absurda palabra ‘patria’, quien expresa en lo concreto y recibe respuesta en lo general... todo un batiburrillo de confusión que lleva inexorablemente a no entendernos jamás [a no ser que queramos entendernos de verdad, claro].
Ante estas situaciones lo mejor es callarse y apretar los músculos, esperar a que el de enfrente recapitule y procese para bien o para mal y que cada asunto busque su final en alguna decisión... uno no es lo que es por lo que dijo alguna vez, ni siquiera por lo que dice ahora mismo, uno es lo que es por el todo que representa en hechos y deshechos, en arreglos y desconchones, en el fui y en el soy... y tampoco nadie es más que nadie... ni menos... y ya no solo en el ser, sino en el estar...
Uno nace por azar en donde nace y tiene por azar el idioma que tiene [así el patriotismo/patrioterismo resulta absurdo... como resultan absurdas las banderas –todo a pesar de que los mandatarios buscan carne arrebañada con el uso de esos conceptos–]... y la emancipación, con sus decisiones, siempre viene del desarrollo intelectual, no de ser de tu selección nacional y de vestirte con tu bandera hasta en los trozos corporales que acostumbran a la ropa blanca...
Y luego, para complicarlo todo aún más, hay que valorar que todo puede ser por hecho y por pensamiento o intención... estafar, por ejemplo, es lo mismo en quien anota una ganancia irregular y fuera de justicia en su bolsillo, que en quien valora un servicio en términos de estafa [el impulso es el mismo y lo que se busca, también].
En fin, que será mejor mirarnos a los ojos y valorar en silencio qué es lo que dicen, que ahí hay mucha menos confusión y en la mirada somos todos más verdad.