Sunday, November 30, 2008

El Kuriaki


El Kuriaki subía de la Plaza Mayor cuando yo bajaba a hacer fotos hasta la muralla. Iba cogiendo la nieve de los coches y armándose de bolas bien promediadas, apretadas, duritas, que metía en los bolsillos de su zamarra marrón. Le pregunté y me dijo: “se va a enterar la vieja, que anoche me tiró un jarro de agua desde la ventana, con la noche que hacía, se va a enterar hasta su puta madre…”, y tosía hasta las lágrimas, como congestionado. Le dije que no hiciera burradas, pero solo conseguí que se le calentara la boca… “por el coño se las voy a meter todas, me cago en todos sus muertos…”. Y le dejé tosiendo y jurando en arameo.
Ya en la muralla, me crucé con la peluquera, que había salido a pasear al perro por la nieve con una bata azul celeste de boatiné y unos calentadores de lana en la piernas… “¿cómo está tu mama, mi niño?, dale muchos besos, que es mu buena”. Sonreí y le conté que mi madre está magnífica, y le devolví los besos mientras me zafaba de la conversación que andaba buscando la mujerina… “voy a hacer unas fotos, llevo algo de prisa…”.
Durante media hora pisé la nieve virgen y tomé algunas instantáneas jodido por el obligado contraluz [no era la mejor hora para hacer fotos de nieve], me fumé un par de cigarritos sentado en una roca y mirando el paisaje, pensé en el frío y en los que lo padecen [debe ser muy jodido] y regresé hacia mi estudio por el mismo camino que me había llevado hasta allí. La peluquera seguía con su perro y con su bata, y me dijo de lejos un adiós hecho gestos al que respondí con mi mano.
Al llegar a la plaza, otra vez El Kuriaki, se le habían deshecho las bolas de nieve y tenía la zamarra absolutamente calada, chorreando. Estaba hablando solo hasta que me vio… “me cago en to lo que se mueve… tío, anda, dame un cigarrito, anda, ¿sí?, que estoy congelao, la hostia… y ¿fuego?, que no lo tenga yo que poner todo?…”. Le encendí el cigarro y le dejé sonriendo bajo los soportales del ayuntamiento mientras me decía: “a la vieja la dejo pa luego, que se va a enterar, se va enterar…”.
Subí la cuesta y me encerré. Hasta ahora.


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Como por el monismo neutral de Bertrand Rusell, que propugna que el mundo se constituye por los acontecimientos y no por los datos que nos otorgan los sentidos, transito hoy por el día entre sabiendo y esperando que la lógica me aplaste o me empuje un poquito. Voy fotograma a fotograma haciendo mi película, construyéndome el yo de hoy [que no se parece nada al de ayer y quizás se parezca menos al de mañana] con momentos de sentido común –pocos– y con otros de falta absoluta de sentido.
Me hago y me deshago en percepciones que llegan azarosas, analizo mi relación con cada cosa que me roza un poquito, busco la propiedad de lo que toco y lo que razono –¿cómo hacerlo mío?–, indago buscando las formas más simples de cada una de mis ideas para llevarlas al papel en forma de palabras o dibujos… y siempre me salen mujeres para interpretar cualquier cosa que me ocurra o se me ocurra… y da lo mismo, porque cualquier cosa puede suceder o no suceder y el mundo seguirá igual –que lo argumentó en su día Wittgenstein, no yo; y si él lo dijo, que pensaba mucho y bien, quizás tenga razón–. Vistos los mimbres [que haga lo que haga, todo seguirá igual], me dedico a buscarle el placer propio –el gusto personal– a este oficio de ser para mí mismo y, cómo no, le voy sumando variables que, como poco, me entretengan.
Lleguen los acontecimientos y me encuentren empeñado siempre en otra cosa, de tal forma que los vea con sensación de paso y llegue a creerme que ‘es’ lo que yo soy y no lo que sucede fuera de mí. Es decir, que me explico mejor, coño, que busco ser vocación, pero que el exterior me resulte siempre relativo… pero también quiero ser escéptico y creer a la vez en todo, científico en la mirada y también absolutamente idealista, lógico e intencionadamente ilógico, la nóesis y el azar mismo en todo.
Estas tontunas son siempre los previos a un poema o a un dibujo… es cuando entro en este absurdo de pensamientos cuando necesito buscar una salida limpia y me enredo en la intención de escribir o dibujar, quizás con la idea de entenderme con el mundo sobre algo concreto [Gadamer fue un monstruo indagando en estos temas, lo recomiendo, sobre todo su trabajo “Verdad y método”]… sí, escribo y dibujo para entenderme con Sinda, con Alberto, con Manolo, con Antonio, con Marina, con Donce, con Mojadopapel, con Isabel… con cualquiera que decida en un instante entrar en ese campo de entendimiento y busque comprenderme y comprenderse…
¿Y qué obtengo?
Yo qué sé. Solo puedo afirmar que escribir y dibujar me relaja, me vacía y me llena, otorga sentido a mis minutos y a veces los llena de sensación de verdad [que eso me calma mucho]… y me pueblo de ambigüedad –que es algo chulo, casi como un éxtasis físico– y me creo que existo, y me interpreto e interpreto todo lo exterior a mí…
Pero siempre dibujo mujeres, poetizo mujeres como un ser primitivo, y las hago arquelogía de lo que fui y arquitectura de lo que seré… por ellas me conozco y me presiento, por ellas me descubro poco a poco, por ellas leo a Moore y paso el trago de empaparme en Foucault… por ellas degusto los poemas de Nerval y de Villon, de Larronde y de Keats, de Laforgue y Corbière, de Artaud y de Rimbaud, de Chatterton o Villiers, de Ángel González o Severo Sarduy [“… el ambar que me baña / opaca transparencia que espejea, / no macula ni daña. / Lo que más se desea: / que el ser de su retiro escape, y sea.” (Sarduy dixit)].
Día rarito el que llevo. A lo que se ve.

Saturday, November 29, 2008

Es hermosa esa nieve.


Cuando salí a la calle esta mañana, estaba nevando intensamente y sonreí [la nieve siempre me trae recuerdos alegres y me pone el cuerpo a tono]… y al llegar a mi estudio comprobé que aquí adentro también acababa de caer una hermosa nevada, pues al abrir mi mail me encontré con el aviso de La Caixa de una fuerte colaboración con ‘SBQ solidario’ por parte de los colegas Jesús y Sinda [para que os hagáis una pequeña idea del valor de las aportaciones económicas que nos hacéis llegar, os comentaré que tenemos determinado ya un terreno en Alto Moche y estamos valorando su compra. Son 2.000 metros cuadrados y su precio oscila entre 600 y 800 euros]. Así que me puse a dar brincos y a reír a carcajadas gracias a vosotros, hermosos vencidos que aún no sabéis lo que es rendirse. También estoy gozando de esa sensación antigua que me indica que lo estamos haciendo bien esta vez, sin mediadores grandes que se dejen un bocado importante del pastel en gastos de gestión y en sueldos solapados a ‘voluntarios’ [guardo de eso muy malas experiencias, circunstancia por la que me he decidido a gestionar estos proyectos directamente y hasta el final, me cueste lo que me cueste, para conseguir que todos los recursos, absolutamente todos, lleguen limpios hasta quienes los necesitan].
Hermoso día se presenta, compañeros.
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Recién comido y solito, como más me gusta, subí con mi coche hasta el montecito de El Castañar y me di un paseíllo por la nieve virgen, jugando a dibujar con mis pisadas el lamido esqueleto de una mujer aterida de frío, su columna vertebral como calada entre las agujas caídas de los pinos sobre el manto blanquísimo. El frío me acogió hasta penetrarme con ese rigor suyo que golpea y enciende la nariz como un piloto. Lo sentía voraz en esa simetría que supone la muerte con la vida y hasta atiné a burlarme de su aliento y de sus gélidos puñales colocando mi mano durante un minuto largo, abierta, sobre el pudor del blanco.
Tocar la nieve, apretarla, requiere la cautela de saber cuándo dejarlo… penetrarla, precisa de una heráldica del frío minuciosa y alquímica… llevártela es asunto algo más delicado, como apresar el viento de una tarde o el cómico chillido de cuclillo.
Mancillé el blanco con auténtico gozo [me encanta mancillar lo que es diáfano e impoluto, lo reciente, lo perfecto, lo estrictamente desnudo] y me figuré espejo de carne buscando una presencia que se hiciera reflejo en mi volumen… pero no la encontré.

Volví aterido a refugiarme en mi estudio, con las manos ardiendo como carbones encendidos, con la nariz golosa en su goteo, con la boca lanzando humaredas de vaho como pequeñas nieblas, con los pies azulados y la cistitis mía latiendo como un párpado en el centro.
Disfruté del silencio y del sordo crujido de mis pies en la nieve, de algunos derrapajes con mi coche contento en el campo de fútbol de los PP teatinos, de las fotos que hice en lo oscuro del día, de las bolas de nieve que tiré a los erizos, de los copos cayendo racheados y vivos, de algunos resbalones, del verde contoneándose en las plantas perennes, de mi risa en el centro de aquella soledad incomparable.
El santuario tenía sus dos puertas abiertas… la imagen de la virgen estaba sola, a oscuras, esperando a que alguno pusiera una moneda para hacerla de luz [el vil dinero].

Friday, November 28, 2008

Dame luz.


Qué artificial es todo, qué indecente…
Contra el mundo debo tomarme la vida como un sacerdocio o ser el extranjero que no fue capaz de aprender el idioma de los otros, el que sonríe para que le tengan por imbécil, el que asiente con la cabeza a cualquier gesto.
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Hoy vi a la familia completa de Luisito y María [una suma hermosa que casi se ha hecho multiplicación] y me gustó la pinta del asunto, con mi amigo feliz [que se le nota a la legua] y sin permiso para salir ya de parranda [él lo asume encantado]… y me dio en la nariz que todo tiene arreglo si dejas que exista el horizonte. Luego hice resumen del día y me volví a acordar de que hay buena gente por ahí dispuesta a lo que sea [de las últimas horas me quedan los hermosos detalles de Joselín, Manolo Casadiego, Lorena, Dani y Ana, Concha, Gerardo, Guadalupe, Antonio G. T. …].
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Dame luz hincando tus rodillas sobre lo aniquilable, pues soy la triste acrópolis de un esplendor pasado que masculla su ruina y necesita asedio. Que se haga mediodía entre los ojos y todo en mí destiña xantófila inflamada, y me haga grito y gruñidos hermosos, como los de una selva.
Me miro en la botella que reposa vacía sobre la mesa llena… y soy como una esquela sin el nombre completo hasta que tú decidas.
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Siempre sumo mi cuerpo con el colchón por el lado izquierdo y mi cabeza herida se acomoda a la almohada como un rinoceronte mientras los cabellos caen desde su trono hasta el hueco del pozo. Así, y abrazado a la almohada como a una mujer blanda y luminosa, asigno a cada sueño uno de mis ojos [siempre tengo dos sueños] con intención de atraparlos [lo que jamás consigo].
Cuando, ya derrumbado y preso de las sábanas, entro en el mundo blanco, no sé lo que sucede porque todo se borra.
Y cuando me despierto con esos golpecitos de mi hijo Guillermo y no sé dónde estoy ni qué ha pasado, la boca está pastosa, el vientre blando, los genitales prestos, lo riñones punzando sobre la carne anexa… hago siempre un empuje de memoria y no hay nada en la bolsa… estoy lavado.
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¿Quieres el ademán de tocarte y las convulsiones, que te talle como a un diamante con esta afasia mía de mangas sobre mangas, que haga la ceremonia rara de las aves del paraíso para tus ojos, que intente disuadirte mientras punzas mis músculos más blandos con tus uñas recién pintadas?, ¿quieres que me exija y te apodere, que rodemos por el suelo y seamos el ovillo, que te roce y te encarnes, que te repita entera con esta lengua de ceniza que escondo en la corola?, ¿quieres que te sahúme con incienso y apure en la escalera la copa que me ofreces, que te muerda el sombrero de rafia y te estuque la espalda y te haga un altiplano sobre lo espeso y te junte las piernas y te pliegue?, ¿quieres que te dibuje en tinta negra y todo se hinche como el arroz, que me precipite Niágara desde los orificios y quedemos maltrechos como la pulpa batida y seamos el reverso de todo lo que somos?

Thursday, November 27, 2008

La mirada adelgazada.


Abrígame, porque el fulgor aniquila y mis ojos apenas y resisten mirar los faros encendidos de los coches, porque crujen los huesos y hay una vendedora de castañas asadas en la acera aseando del frío los carámbanos, porque el mundo existía hasta ayer y hoy solo veo sendas cerradas de espinos y afiladas zarzamoras, porque el atlas acumula fronteras y el cuerpo grillos y la muerte una alfombra de musgo espesa y húmeda.

Salí con la mirada adelgazada por los cuatro grados bajo cero que enmascaraban el día con su tacto de lija. La calle estaba quieta, como en un contraluz, mientras el difumino del aliento ponía un flou delante de mis ojos.
En estos días hay que ser astuto para engañar al frío.
Los héroes contados andaban a sus cosas [unos barrían con prisa las aceras, otros rastrillaban las hojas caídas de los plátanos y las amontonaban en pequeñas torres de babel sin idioma posible, otros corrían a mirar sus cartillas en los bancos]. Yo me concentré en el escozor constante de mi tallo [frío, igual a cistitis] y corrí hasta la imprenta como un ciclán buscando el río de alcohol para olvidarse. Allí estaba la crisis hecha carne, con su mono azulón y una maleta grandona de herramientas. Le saludé. “Hay que cambiar los rodillos… y estas piezas de aquí… y esos engranajes… y luego…”. Me lo dijo como sin darle importancia a que la avería nos va a joder el mes entero. Y yo a mi nada, al escozor mantenido del tallo y al aguantarme mientras el desastre se hacía museo en mis paredes.
Me calmé un poquito con la subida de grados y con ese acostumbrarse que tenemos los humanos a los días torcidos. Pero había más, que los días cuadrados lo tienen todo escondido en sus esquinas, y me saltó el personal con esa gilipollez de que más que un empresario parezco una ONG, porque suponen que mis amigos no pagan los libros que me encargan [no pensaban que quizás tengan razón, pero por otras causas, tales como las que ellos crean y propician, y a las que suelo contestar siempre con sonrisas y con ese ‘no pasa nada, colega, que somos humanos’]. Y me cisqué en todo lo que se mueve por ser un empresario de mierda que arriesga y no ve un duro, que mantengo unos puestos de trabajo aunque me cueste no dormir algunos días, que procuro mediar para que haya constantemente un ambiente de puta madre [asunto harto difícil siempre y siempre]. Así que la cistitis me volvió a joder fuerte y me dobló, que esa mamona tiene un duro componente psicológico y abrasa.
Así que decidí descargarme con cinco minutos de voces e improperios para quitarme la tensión y los picores, y lo hice, y ahora me arrepiento de haber dicho bien alto todo lo que pensaba –lo que aún pienso–, porque no quiero esto en este justo instante de mi vida, solo quiero armonía, soledad y palabras suaves como plumas, sonrisas y destellos, una sillita para sentarme a pensar y algo con lo que poder escribir las palabras que me resten.
Y así me hice silencio y no volví en la tarde a pronunciar palabra. Me quedé oscuro, estrecho, apagado, sin aire.
Mañana será otro día… ya veremos.
Lo siento por Dieguete, que pagó mi cabreo por teléfono sin saber qué pasaba. Un abrazote, hermano, y perdona mi estúpida llamada [sabre recompensarte como tú te mereces].
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No todo iba a ser hoy una puta mierda, pues llegó mi amiga Mamen Blanco [White] vía mail con una foto que tenía perdida en la memoria de mi antiguo equipo de baloncesto. Una delicia.

Wednesday, November 26, 2008

El café templado de Garbancito.


Entre que garbancito me puso el café templado y los clientes de PdT se estaban metiendo entre pecho y espalda ese cocidito molón de los miércoles, entre que recibí con alegría la adhesión del Roberto Bueno a la cosa SBQ y departí con Guadalupe media horita de reloj [también en PdT y con café], entre que mi You andaba diciendo a grito pelao [porque yo se lo había dicho antes] que los jugadores del Madrid son una pandilla de atracadores y que mi Felipón tiene que practicar con Excel para un examen de mañana, entre que tengo vacaciones intermitentes [media hora sí, media hora no] y que me he puesto flup con un litro de zumo de manzana Zumosol que he tragado a gollete… se me ha pasado el día como si nada.
Y, mientras, se medio caía el mundo, como todos los días, con la Aguirre en Bombay pasándolas más putas que Caín [y no me alegro, aunque quizás le sirva para pillar un poquito de humildad y sosegarse], con José Cedón secuestrado en Somalia, con los curritos de Nissan y Acciona gritando por las calles, con Congo hecho unos zorros por el jodido coltán [columbita/tantalita], con los talibanes amenazando otra vez, con Sacyr repsoleando y Rajoy amagando… en fin, lo mismo de cada día, como el disco rayado de Martínez Sarrión… otra vez, otra vez, otra vez…
Me piro a casa y sonrío por no hacer otra cosa.

Tuesday, November 25, 2008

Yo, buey solo, bien me lamo.


Siempre fui partidario de aquella respuesta que Marx le espetó a Feuerbach: “hasta ahora los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo de distinta forma, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Con el tiempo y la edad he llegado a darme cuenta de que interpretar el mundo resulta tan absurdo como imposible se me aparece el intentar cambiarlo; pero persisto en ambas opciones desde mi escasa posibilidad.
De todo lo pensado hasta el día de hoy acerca de lo que me rodea, de lo que supone para mí y de lo que yo supongo para ello, me quedo con una agria sensación de inexorabilidad contra la que solo puedo oponer cierto voluntarismo [más o menos, según el día y los ánimos], y de esa interpretación del mundo como inexorable y de ese voluntarismo llego también cada día a la conclusión de que solo soy hábil para una transformación desde lo individual [el otro día, en una conversación rápida con un cercano , mientras ibamos en mi coche a recoger a Guillermo, cometí la estupidez de pedirle que me echara una mano en el tema de los proyectos SBQ solidario, y me contestó que eso sería si yo me dejase ayudar… y continuó con algo que, por ser real, me dejó perplejo y sin contestación, me dijo: ‘tienes grandes defectos, Felipe, piensa…’, y lo pensé hasta darme cuenta de que mi mayor defecto coincide exactamente con mi mejor virtud, que no es otro/otra que la de fíar al instinto tanto lo que digo como lo que hago, no dejar reposar las cosas e intentar llevarlas a término yo solo, creer en mí mismo sobre todas las cosas y no saber medir el trabajo que me echo a la espalda cuando decido tirar adelante… puro individualismo cabrón.
Pero pensando más, intentando buscar las razones que me han traído hasta esta forma de estar y hacer [siempre fui hombre de trabajo en grupo… fie en un grupo político de relativa izquierda el desarrollo de mi ideología y participé cargado de ilusión en varios entramados de carácter social, político, cultural, deportivo, solidario…], enseguida caí en la cuenta de que quienes me han traído hasta aquí han sido los compañeros de partido, los colegas de ONG, los coomiembros de asambleas, federaciones deportivas, redacciones de revistas y periódicos, equipos, asociaciones… y, sobre todo, a los que alguna vez pedí que me echasen una mano y lo hicieron.
Mi error mayor, visto el asunto, es trabajar en colaboración y pedir ayuda… mi peor defecto, no dejarme ayudar porque tiendo a imponer mis criterios cuando creo en ellos y cortar por lo sano cualquier colaboración que los tuerza… mi tontuna, reiterar en el error de buscar compañía para lo que deseo hacer.
Así que procuraré caminar solo y no volver a tropezar con las piedras de siempre, lograr lo que pueda por mi cuenta y fracasar lo que sea preciso en justa soledad.
Tengo otros defectos, muchos y grandes, pero, si sigo solo el caminito, a nadie le importan y únicamente les afectarán si se meten en mi mundo sin que yo se lo pida.
Estoy como una puta regadera, sí, pero me lamo estupendamente, como el buey solo.
Así que seré taxativo en mi expresión para que no exista ni un ápice de duda: al que le gusten los proyectos en los que me meto y los vea viables, le invito a participar como mejor le apetezca, pero yo pongo las reglas, yo decido, yo hago y deshago, yo enciendo y apago la luz. Si las cosas salen adelante, será un logro de todos… si se tuercen, yo seré el único responsable [mi experiencia me dicta, y es triste haber llegado a esta conclusión, que es la única forma de hacer que todo ruede con fluidez… una idea, una voluntad de desarrollarla, un éxito o un fracaso].
Algunos me llamarán de todo… y tendrán razón.
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Afilado, te culpas de ser estéril como la noche a solas, te sientes entregado desde los labios hasta el justo relámpago que escondes en la alacena de los muslos.
Eres el tambaleo, cuerpo mío, extranjero de ti como ese viento que llega del oeste arrastrando despojos, casi hostil, escueto, insatisfecho.
Te miro con estos ojos de noche, que apenas ya responden al temido contraste de las horas, y te percibo enredado palimpsesto, abrupto y hasta oblicuo… te veo sin memoria, sin ese olor explícito a eucalipto que llevabas mientras te perseguía la esencia de un amor inalcanzable.
Te culpas… y aún eres el refugio para cualquier exilio de mí, aún el hábitat donde me vuelvo turba, el país con su mar exterior y unos rebaños pastando… te culpas sin saber cómo boquean los peces sobre la hierba reciente o cómo mana la sangre del cuello del becerro recién sacrificado.
¿Mereciste alguna vez otra dimensión o simplemente te basta ser un numen menor que juega a transgredir desde las vísceras?
Contente, cuerpo, espera, mira pasar el bólido mercurio de los hombres frente a tus ojos quietos, observa su ridícula pose de censores, su extraña vocación por los obstáculos, su juego despeñado por la desigualdad, sus armas más comunes [las manos hechas puños], sus llaves para todo.
Espera en el embrollo de tu teclado viejo a que despierten las palabras, una a una, para hacerte el difunto y su aneja factura indescifrable.

Sunday, November 23, 2008

No a los 'nómoi'


¿No sería extraordinario acercar nuestras convenciones [ese ‘nómoi’ griego] al hecho natural, y así darle un reves a todas las teorías filosóficas que vienen contraponiéndolos desde que el pensamiento humano empezó a escribirse? [yo en esto soy cada vez más platónico]. Pensemos simplemente que el mundo es transitable y abierto a caminarlo por naturaleza y tiene fronteras por convención, por ejemplo [Platón habría postulado el simple tránsito libre, mientras que los sofistas –que eran convencionalistas– defenderían con uñas y dientes el establecimiento de fronteras].
Al final todo se reduce a esas dos posiciones, y de ellas parten múltiples problemas que acucian y dividen a los hombres [por naturaleza, Canarias es un un archipiélago… por convención es española]… y del convencionalismo nacen los terribles relativismos que llevan al hecho religioso y a las batallas ideológicas y políticas [un indú famélico jamás comería la carne de una vaca, que por naturaleza es un alimento sano y proteínico, pero que por convención es sagrada]. Y de esos relativismos nacen los absurdos tabúes que hacen que en una parte de Asia la leche sea rechazada por convención o media humanidad no consuma la carne de cerdo por pecaminosa.
De las convenciones parten las obligaciones [tantas veces absurdas] y las prohibiciones [más absurdas todavía]… y el hombre llega a sacrificar su necesidad natural más urgente esgrimiendo ridículos argumentos de convención.
Yo me pregunto con cierta frecuencia a quién beneficia un mundo de convenciones y cómo es posible que la humanidad entera trague constantemente ruedas de molino intragables… y por qué se armó la mente del hombre así… y, sobre todo, cómo después de un buen puñado de siglos de civilización y tantos pensamientos cruzados, sopesados, experimentados, el hombre aún siga en ese ‘in albis’ de las patrañas para imbéciles.
Me basta mirar, por ejemplo, al mundo de la enseñaza para darme cuenta de que no hay remedio, de que todo está trabado y bien atado.
Yo no quiero ser de este mundo, coño.

Saturday, November 22, 2008

El mito de la desmitificación.


Me encanta del tiempo en el que vivo esa cosa torera de los postprogres [yo soy uno de ellos] de desmitificarlo todo con la trampa segura que eso contiene, ya que hemos hecho de la desmitificación un mito mayor a los ya existentes. Eso me gusta, me gusta mucho, sobre todo si lo uno a la sensación magnífica de estar viviendo un periodo de transición que deja ver en el horizonte unas consecuencias de cambio bestiales [ahora no sé si esas consecuencias serán buenas o malas]. De esta sociedad de la tercera revolución industral está naciendo un rápido cambio de paradigma, y sus síntomas son la sensación de crisis en todos los sentidos y la enorme incertidumbre que baila sobre nuestras cabezas.
¿Qué podemos aprovechar de este periodo de transición hacia un nuevo paradigma? Pues la riqueza de los símbolos y ese magro pedazo del mito de la desmitificación en todas sus vertientes. Me da que asistiremos [ya lo estamos haciendo] a un tiempo en el que la creación se desate y brille en todos sus apartados, hasta lograr la destrucción del modelo en el que respiramos y nos movemos. Habrá miles de oportunistas, pero también habrá mentes lúcidas que sepan llevarnos al nuevo modelo social pendiente.
La revolución ya está aquí, colegas, y hay que poner reaños para liquidar al sistema viejo y dejar que el nuevo emane y crezca.
¿Podrán verlo mis ojos? [siempre confié en la teoría de Alvin Toffler de que la evolución del mundo del hombre sucede con un mantenido crecimiento geométrico… sobre todo en la velocidad de los sucesos].
A ver si tengo suerte.


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Si apareces, me pongo paleontólogo y voy a la nevera a hacerme frío… luego pienso en el sastre que cose los sudarios de la gente y me busco poeta en la blusa carmín que llevas puesta… y te propago, y te ayuno, y busco la autofagia de las manos que son necesidad casi científica.

Si no apareces, soy noosfera quieta y zanjas, hambre y sus disfunciones, contratiempo… y me invado de un algo modernista hecho de optalidón y bacardí, y juego a reprobarme y pienso en verbos como tener, arder, tocar…

Si te olvido un instante, me castigo con el tenedor de carne en el muslo derecho hasta que te recuerdo.

Si no logro olvidarte y no apareces… los muertos prematuros me rozan, y soy el mapa viejo, la pizarra, el vidrio del tintero, la hoja seca… y busco por la imprenta un poco de chucrut para cenar a solas como un octogenario.

En mi memoria hay restas, cartones, vasos viejos.

Si apareces y te vas y te recuerdo… busco en los chivaletes que guardo tras el páncreas la mano del tipógrafo que vuelva a componerte.

Friday, November 21, 2008

¿Dirán los labios lo que vieron los ojos?


Los días como estancias calientes, cerradas, no tienen pasillos para los amantes furtivos, ni salidas ciertas por las que escapar. Todo es un incendio en esos días, y hay sofoco y ciruelas… y cierto olor a suburbio en los temblores.
Entonces, la piel crepitaba entre los cuerpos, como la hierba seca.

Reíste a carcajadas y se abrió el mundo, pero… ¿dónde quedó tu esbeltez de ciprés, dónde el ascua y la pelliza que fue tu torso apretándome, dónde el candil de tus ojos, mi tegumento de todo lo amputado, el chorro canela de tus pechos indígenas, dónde el perturbador acaso de tu voz de zapato de charol y de aguja?

Quizás ahora me pienses en el regreso de los garabatos, y en tus lacrimales mane un bolsillo húmedo donde guardar mi frente y mi perfil o una ventanita donde me asomes benigno y tuyo.

Mujeres que vivís y morís en mi cabeza, que la habitáis como el tapir hasta lograr desbocarme… sabed que mi mentira es tan impúdica como vuestros desnudos, que mi musgo está hecho de vello genital de vuestros vértices, que me siento ceñido por vosotras con el blanco rubor que crece entre las manos como flores lascivas… sabed que sigo intacto y vertebral, casi fósil de todo lo que dais cuando estoy solo, que mis células os piden constantes el bulímico alimento del abrazo, que mis membranas se hincan de rodillas hasta vuestro abandono… sabed que hacéis mi soledad mansa, que libáis la ceguera en mis pupilas y he aprendido a saberos por el tacto de mí…

Y leo con vosotras a Bowles por las noches…

The head is where the cricket sings
The cheeks are what the teeth will bite
The lake is where the lover flings
The other in the dead of night
The lips are where the blood goes in
The eyes are what the fingers claw
Knowing now what might have been
Will the lips tell what the eyes saw?


… ¿Dirán los labios lo que vieron los ojos?

•••

Siempre me ha molestado de esta sociedad nuestra ese cambio que ha propiciado en la intelectualidad, modificando el modelo de intelectual polifacético [aquel que dominaba filosofía, letras y ciencias... y las intercomunicaba y las mezclaba y les sacaba el jugo] por el dañino intelectual especialista o específico que, si lo sacas de su especificidad, no es capaz de dar con una idea medianamente decente en su cocorota… tal circunstancia parece que le viene de perlas al poder capitalista, pues aquellos intelectuales decimonónicos [por llamarlos de alguna manera], con el alma renacentista, eran capaces de mover los sistemas con razones preclaras y de remover las conciencias con su mirada cenital amplísima sobre la cultura y las civilizaciones.
Habría que hacer algo, ¿no?
¿Qué?

Caminos, ¿ decisiones?, crossroads

Jacek Yerka



Childe Hassam



Charles Lapicque







  1. Comprendía Daniel, el Mochuelo, que ya no le sería fácil dormirse. Su cabeza, desbocada hacia los recuerdos, era una febril excitación, era un hervidero apasionado, sin un momento de reposo. Y lo malo era que al día siguiente habría de madrugar para tomar el rápido que le condujese a la ciudad. Pero no podía evitarlo. No era Daniel, el Mochuelo, quien llamaba a las cosas y al valle, sino las cosas y el valle quienes se le imponían, envolviéndole en sus rumores vitales, en sus afanes ímprobos, en los nimios y múltiples detalles de cada día.

Fragmento: El Camino, Miguel Delibes
( gracias Fernando..compañero..amigo)


Van Gogh




Hay caminitos tristes, retorcidos,
por donde vamos siempre
cabizbajos y solos...
donde hay recodos hondos como nidos,
donde hay nidos de sedas
y cabecitas de oro...

Caminitos tan nuestros, donde entramos
con devoción fanática y humilde...
caminitos divinos,
que nos llevan tan lejos
del ambiente grotesco en que vivimos!

Una tarde lluviosa
penetré a otros caminos:
hallé algunos tan tristes
así como los míos,
donde dejó su paso
la sangre de una huella...
Otros solos... tan solos,
que no tienen más lumbre
que dos ojos oscuros,
lejanos como estrellas...!


Recodo azul
de María Antonieta Le-quesne


Joan Miró



José de Togores



Pierre Albert Marquet


Lars Osting



Henri Rousseau



Rufino Tamayo



Gregorio Prieto Muñoz



Erich Heckel



Van Gogh



Ramón Casas



Munch



Matisse



Karl Schmidt Rottluff



José Moreno Villa



Erich Heckel



August Macke



Ulf Westman



Emil Nolde



Bonnard



Cezanne


La idea de las pinturas de esta entrada, me surgió a raíz de ver la entrada de mi compañero bloggero: Miguel Ángel, en su magnifico blog COCOFOTOLANDER , me hizo pensar en los diferentes caminos que a veces la vida te hace decidir, tomar decisiones...elegir, decantarse por un camino y dejar atrás otro, ó seguir el rumbo del camino más fácil....ó el más difícil...no sé, por supuesto me vino a la mente Kavafis, con su precioso poema Camino a Ítaca...pero si tienes varios caminos.....resulta a veces difícil disfrutar completamente del viaje., . ...disfrutemos de lo que podamos y compartamos momentos de arte.


Espero que os agrade la selección de cuadros que hice como siempre, con emoción de principio a fin.


Alfred Sisley




Irueta Artola




Frans de Momper




Amadeo Modigliani






Chagall



Chaim Soutine



Gauguin



Chaim Soutine



Joan Abelló i Prat



Camino despacio, no hay prisa...

entorno los ojos
abro mis sentidos
escucho el silencio
palpo el aire
huelo la lluvia

colores
olores
piel
100 sentidos
los míos
los tuyos

camino despacio, no hay prisa.

André Louis Derain



Saülo Mercader


Alejandro Xul Solar



Alejandro Xul Solar