Monday, August 31, 2009

... pero lo llevo a medias.


La generación de mis padres fue jodida… venían de la pobreza más absoluta y tuvieron que trajinar su juventud en una postguerra cabrona y asfixiante, respetando la severidad de sus mayores y cuidándolos hasta la muerte, trabajando como cosacos para sacar cada día adelante y poniendo a la nueva generación [la mía] en una situación incomparable… esclavos de sus padres y esclavos de sus hijos… pero aprendieron el valor del ahorro mientras conseguían hacerse con una esquinita digna hecha de cosas, lo que les dejó curados de por vida para la miseria… fueron de la nada al ‘algo’… y ahí se quedaron, guardando las cuerditas que encontraban por la calle y no tirando nada a la basura hasta que estuviera agotada su utilidad… no se formaron nunca [en el aspecto académico], no pudieron, pero salieron adelante con cierto éxito.
Nuestra generación [la mía, itero] llegó con todo hecho… la mesa puesta, estudios universitarios, cosas a manos llenas, dinero en el bolsillo, viajes, yerba, comediscos portátil, ropa buena… y, además, un momento social indescriptible en el que por un tiempo pareció que podíamos cambiar el mundo… como no había que preocuparse por comer ni por tener, mascamos ideología e imaginamos un futuro mejor que podía partir de nuestras manos… creímos firmemente en la utopía, contestamos con fuerza al fascismo imperante, fumamos en comuna lo que nos echaran y leímos hasta casi perder la vista… pero todo fue en vano. Yo, personalmente, hasta me metí en política con afán positivo [acabé medio muerto de asco y convencido de mi absoluta incapacidad para arreglar nada]… y concluimos recalando en esta anodina clase media que lo completa todo con un piso en propiedad, un auto, un par de teles, una conexión de tarifa plana a Internet y un mar de créditos… así fue nuestro naufragio, así es hoy, y nos convencimos de la realidad existencial para percatarnos de que nuestra generación fue del ‘todo’ a la más terrible ‘nada’.
Ahora vienen nuestros hijos y yo me pregunto cada día qué mundo les hemos dejado, qué valores, qué ganas de salir adelante con su propio empeño y, sobre todo, si partiendo de esta nada en la que virtualmente lo tienen todo… llegarán a hacer algo positivo con sus vidas [lo tienen duro de cojones]… pero no es culpa suya, como no la fue nuestra ni de nuestros padres… es culpa del lo mal trazados que estamos los hombres como especie, de la mala folla que llevamos dentro del genotipo de cada núcleo celular de nuestros tejidos y de nuestras vísceras… somos unos grandísimos hijos de puta por ley de selección [que es norma en todo el reino animal… y también en el vegetal], pero además somos cabronazos endémicos por cultura y espiritualismo mal traducido en las diversas religiones… nos encanta ser más que el otro, hundirlo, pisarlo, dejarlo derrotado y sumiso para ser siempre por puta comparación… “yo soy porque tú no eres”… y contra ese trazado genético, cultural y espiritual puede hacerse muy poquito… solo desde una buena idea de la individualidad podremos salir de esta mierda [quizás para meternos en otra], mientras los políticos solo piensan en ganar las próximas elecciones para llevárselo caletinto [ahora pienso en la forma de actuar del Partido Popular con sus ladrones Gurtel, negando la mayor y acusando a Dios y a su santa madre de haberles realizado escuchas ilegales… como diciendo que sus ladrones son menos ladrones porque los han pillado con escuchas ilegales… ¡anda ya!... así nos va y así nos seguirá yendo hasta que salte una chispa de individuos que digan basta y que esa chispa sea capaz de animar el incendio que necesitamos, un incendio en el que arda a dolor vivo toda esa piara de sinvergüenzas con corbata… me encantaría vivir para verlo, coño].
En el fondo todo se resume en la ‘suerte’ de nacer y morir en uno de esos ciclos positivos que tocan de vez en cuando, pero también en un territorio del primer mundo… y quizás también en una familia poderosa… ¿a qué entonces los valores y el empeño por ser y estar?... cuando a uno sin valores le llega regalado lo que a otro con ellos le cuesta la vida, es que algo no funciona bien, y es por ello que vuelvo a mi empeño sobre la idea de poner en valor la individualidad… y también al asunto urgente de la revolución necesaria.
•••
Estos días ando piporro con el trasunto de los recuerdos, no hago más que mirar fotos antiguas, revisar mi colección de recortes de periódicos con noticias en las que aparecí algún día, leer antiguas críticas publicadas sobre mis libros, pasar las páginas de libros que leí hace muchos años para detenerme en subrayados y anotaciones… y buscarme en objetos que un día tuvieron un uso especial para mí y que hoy solo decoran los estantes.
De todo ello me llegan a ráfagas ideas fijadas grabadas en mi mente como a fuego… mi padre trabajando todo el día entre la pastelería y el pequeño negocio de venta por las casas, mi madre siempre riendo como una musa hermosa frente a mí [de ella heredé ese “no pasa nada, tranquilo”], mi abuela Antonia empecinada en ese negro sideral que era bandera de todo el sufrimiento acumulado en una vida [el de ella fue grande y largo], el tío Ricardo con su risa clara y esa bondad inmensa de la que se aprovecharon todos hasta dejarle postrado, el abuelo Saturnino liándose un cigarro en la taberna de El Gordo y acomodándolo en la oreja [fue un hombre bueno sobre todas las cosas], Vitoria con sus cuitas y sus enfermedades, Juncal con su ristra de novios, Enriquito siempre enfadándose con todos [no hacíamos buenas migas cuando chicos], ese swing tan Requena que lograba la magia si entrabas en su estudio fotográfico [siempre flotaba una historia negra en aquel sitio], los mozos de carreta que llevaban paquetes a domicilio desde los autobuses e incluso desde la estación de RENFE, las niñas con trencitas y lacitos jugando en La Puerta de Ávila a la comba, el rol de los amigos [piratas encantados con caras irrepetibles], el cole con sus palos y sus tretas, el primer paraguas automático y la gabardina larga, los zapatos crema de rejilla, los calcetines de rombos, la cartera llena de cachivaches y secretos, el cine del domingo y castigado, el tocaculos en misa de doce y las mujeres moviéndose azoradas para salvar sus nalgas de los roces, los coches chocones en septiembre y las primeras tormentas, la nieve en mi cumpleaños, las pastas de yema y los empiñonados, el fútbol dando voces en el teleclub del Casino Obrero, la loca enseñando sus bragas en el parque, el incendio de Las Hermanitas y los días aquellos de “Ustedes son formidables”, las natillas con galleta María Fontaneda, el cubo de zinc para acarrear el cisco, los pies descalzos sobre las baldosas frías, los días de castaños tendidos en la hierba, la sombra en un verano, bañarse en calzoncillos en el río, la miel de Las Quilamas, el terror de las noches después de ver “¿Es usted el asesino?”, los tebeos el sábado, la paella el domingo, una sandía, el tirachinas de palo con la gomona negra y el parche de cuero, aquel primer viaje a Salamanca [una aventura en toda regla], rezar los padrenuestros de castigo en la esquina de atrás del patio viejo del colegio, las urnas en la escuela para votar a Franco [se votaba SÍ o NO… y más te valía acertar], Chencho con su pistola [el mayor hijo de puta de este pueblo… en paz descanse], los discos dedicados en la radio, el tipo que se tiró por el puente viejo, el primer beso, los bañadores Meyba de rayitas, el violín y el cofre del desván de la abuela Joaquina, las uvas pasas en diciembre y en enero esta tundra inexplicable, los poemas de Abraham sentado en la ventana, el atún en conserva, el VIP en la alcobita de Gerardo, aquel niño Caldera, bañarse en las lagunas en agosto, el pan de pueblo, Estela con boinita y rizos rubios, aquella vez primera, los ojos de mi chica en los años setenta, la luz de la cocina, Castaño con sus bambas, Garrudo y sus esencias, el bacalao en Máximo, el biscúter plateado con su del Amo a cuestas, la motona de Tito, la baraja perversa con mujeres desnudas que yo miraba a tientas, los sostenes colgados en las terrazas viejas, las medias con carreras, el brasero, la pesca con Jerónimo en los días de trepa, el amor, las meriendas…
Y toco los objetos como buscando anécdotas, las lágrimas perdidas, la vida sin recetas… estoy algo mayor… pero lo llevo a medias.

Sunday, August 30, 2009

"Tres poemas" [un libro de T. S. Norio]


Dormí en una posición extraña [soy de dormir agitado] y al intentar levantarme esta mañana, sentí un leve mareo que me devolvió ipso facto a la cama. Con la cabeza sobre la almohada estaba bien y me quedé como media hora mirando al techo, aguardando a que desapareciese de mi cabeza esa sensación desagradable de vértigo… en el trámite de despostrarme, recordé los membrillos robados en la huertita aneja a Filiberto Villalobos, la prisa que dio con mis huesos en el suelo un día que iba a examinarme de Microbiología, el culito de Áquel temblando mientras escribía frases de francés en la pizarra –luego se casó con el profe de mates–, la noche que orinamos la pared de la comisaría de Salamanca –seríamos quince tipos con barba recién salida–, la noche bruja con Paco Ibáñez en Puerto de Santa María –estábamos tan bebidos, que acabamos riendo como gansos sin pronunciar palabra–, los helados de mantecado del puestito del Caño Comendador, Sara Montiel besándome con ganas en aquel restaurante de lujo de Castellón –me regaló una copa con sus labios marcados–, la parada en la A6 para que Pepe Hierro aliviase su vejiga –“tápame bien, chaval, que me sacan la chorra en los periódicos”... le dijo a Antonio G.–, los pijos con sus motos jodiendo los veranos del ochenta, mi madre haciendo roscas fritas en la cocina de casa, el póker en The Boris por las tardes, los hermosos silencios de mi Pepe Servando, la tarde con Rafaelito Pérez Estrada a más de cuarenta grados malagueños, las manzanas reinetas del árbol de la entrada de la finca de Palma, las tardes de dentista con el miedo agarrado entre las piernas –se llamaba Campito el sacamuelas–, el Fauvismo alemán en el Barrio de Salamanca –perdí el coche–, el rol de fenotipos en las tardes Latina con Isabel y Caro, aquellas bragas mínimas de encaje que llevaba la americana becada en Salamanca en el 77 –fue mi primer asombro erótico… se llamaba Lucila–, el tren parado en Cangas y lloviendo, la pistola en el vientre en el meeting que Fraga dio en el pabellón de La Alamedilla –creí que me meaba encima–, la peluquera mesando mis cabellos recién lavados, Amparitxu Gastón besando mis mejillas en la entrega del Celaya, la jodida máquina en envarillar calendarios que me dejó sin uña en el dedo pulgar del pie derecho, las horas de Gimnasio Colón haciendo el ganso, el primer crédito… y el último, el día Margarit en el calor Lucena, las horas de manchada en El Judío –pura ebriedad, lo juro–, el topo pelirrojo de la poli en la Facultad de Ciencias –nadie le tocó nunca, aunque ganas quedaron–, el calabozo oscuro de Ribadesella después de lo de Raimon en el faro, el arresto de un mes en Menacho por insultar a voces a un sargento primero, los ojos de Pablito Milanés cuando le di la mano –estaba muy enfermo–, Malick en Los Montalvos con un camisón blanco y en estricto aislamiento, la camarera de Gorfan, las tardes de La Otra Casa –inolvidables–, los años de político nefasto en los que aprendí tanto, la primera edición de un libro mío –Narciso diez minutos… luego, nada–, mi abuela en su ataúd un día de lluvia, Andrés Neuman en casa comiendo una ensalada, las comidas Santonja y aquel extraño mundo que algunos definieron como “El Grupo de Béjar”, la copa con Claudio en el bar del Felipe II, mi primera canción, mi primer disco, los días de editor arruinado, Salim junto al Toyota en la casa MPDL de Mangola, el miedo en Cáceres con mi Tacuma destrozado en un sembrado, mi primer Motorola haciendo clac al colgar las llamadas, Javi Bauluz con su cámara vieja en el 12&23, los días en La Toja… y que me levanté sin más, y ya sin vértigos, y me metí en la ducha como un zombi, y que salí un poquito más despierto y me puse la ropa [gayumbos de rayitas marrones, los pantalones Chinos color crema, el polo negro y las chanclas de rafia]… y me vine a mi estudio a leer de un tirón el último poemario del colega T. S. Norio [Braulio García Noriega], que lleva en cabecera el título de “Tres poemas”, y que ha sido editado con un gusto exquisito por los hermosos vencidos de “Baile del Sol”. Me ha gustado el libro y le he encontrado en muchos tramos bastante Ginsberg [y hasta un puntito Pasolini en aquel delicioso poema “Who is me”]… muy norteamericano en su estructura y en su presentación poética, con mil cargas de fondo que me han llegado fuerte y en un tono social que, por generación, da en la diana de mis años… Braulio toma el camino del prosaísmo en estos poemas y con ello consigue claridad meridiana, la justa claridad que demandan las ideas que quiere hacernos llegar como balas y preguntas. No niego que, desde mi punto de vista, el contenido intelectual [altísimo] hace una sombra dura sobre los aspectos poématicos, entre los que echo de menos en algunas ocasiones el trasunto del ritmo, pero repito que no importa, que a mí no me importa la forma ante un fondo tan clavado como un salto perfecto desde el trampolín más alto. En definitiva, tres poemas que dicen con emoción y con verdadero conocimiento del trasunto existencial que ahora nos lleva. Muy recomendable el libro, lo aseguro.

Saturday, August 29, 2009

Fue aquella mirada...


Fue aquella mirada o no sé, pero a los ojos me llegaron especias y falditas plisadas conteniendo una carne reciente, coletas con cintillas de raso y pasadores de colores al tono con los bolsos de mano… y me vino como un rubor parejo a ese que sentí al ver a la camarera con su tanga atigrado asomando bajo el pantalón de faena en uno de sus agacharses… sí, fue la mirada, estoy seguro, y con ella la realidad entera en fotogramas rápidos… el café y luego el beso para cambiar salivas en las ruinas amplias del instituto viejo, Sandino en una foto sobre un caballo raro y pequeñito, Aute y Ana María Drak cantando bajito para los doce rebeldes que andábamos hablando de cambiar el mundo por aquellos días –fue en Salamanca y ya no recuerdo cuándo ni cuánto tiempo hace–, los textos infumables de un Marx que era el orgullo más Cafrune sin caballo y en Montiel, la turba corrida a golpes por los ácaros del General en sus últimos días y los besos con sabor a libertad y sexo prometido… claro que fue aquella mirada, y los ojos suyos… en ella estaban los textos más preclaros de edición argentina, las queimadas desnudos en el Tormes, la utopia de ser y hacerlo todo nuevo con marihuana seca en los pulmones recordando a nuestros breves muertos cada hora… luego, las caricias y las manos trenzadas, los pechos generosos apoyados en el vientre y ese miedo a ser padres que tanto nos ardía en las pestañas después de cada coito furtivo entre cascotes… y también los viajes, claro, los viajes a Llueves o al santuario Itaca que era Bellaterra, los viajes a Hernani y las lentas subidas al Monte Uría, Albariño sin más en Rías Baixas y Madrid sintiéndonos proscritos y siendo sin saberlo adocenados, las noches en Oviedo hablando de poesía y libertad, ahogados de esa sidra que dobla y que convence, Ho Chi Ming en las tardes de las Conchas, Bakunin tras cada tormenta en la pensión de mierda de la Calle Meléndez, los bollitos con crema y los churros calientes al amanecer y el cubo de cola en la mano izquierda como una herramienta de falsos obreros… pasteles de Burgueño o de Gil, un irlandes caliente en Rojo y Negro, la mano penetrando despacio en unas bragas grandes y apretadas… el cielo tachando nuestros nombres uno a uno después de las jornadas de botánica con el cruel Casaseca…
Fue su mirada la que me mostró hoy cuándo llegó el fracaso… comprar el primer coche, estrenar casa nueva, comer caliente y a una hora marcada cada día, comprar el pan reciente, limpiar y hacer las camas como una oración rara para agnósticos… tener un par de cuentas en el banco, creerte el mismo dios y ser la mierda más miserable y zafia, vender, comprar, tener, tener, tener… treinta años de olvido que llegan hasta ahora, treinta años de putos clase media, vendiendo las sonrisas al precio de mercado, firmando cheques cruzados o al portador, gastando tiempo en vano hasta encontrar el mismo desencanto que algún día sintieron en sus carnes nuestros antecesores… algunas tardes nos llegaba un respiro leyendo a Tsvetaiva o fumando de nuevo aquella mezcla mágica de tabaco y maría…
Hoy ya nada perdura y el sexo sigue flaccido buscando su estatura entre las piernas, los besos saben a faceboock o a un sencillo hastaluego y ya nada es posible en este estado de caída geométrica.
Pero esa mirada… oye, y no era de mujer ni de deseo, que era una mirada de banderas prohibidas y de salto al vacío sin pensar demasiado… en ella andaban juntos el rayo de septiembre y la sandía helada, las hordas de chiquillos que en Tanzanía sometían mis pasos y la pareja gay besándose en la plaza a mediodía, los hijos refrescando tu memoria con ese ser iguales de inocentes que tú a sus pocos años…
Ya han tachado mi nombre, me consta y lo agradezco, de las listas de tipos con futuro… mis amigos no hablan de todo lo que escribo con las vísceras del ansia, pero me reconocen, generosos, en sus foros de gente amortizada… me llaman editor y solo fui poeta cuando pude y cuanto supe… sí, ya han tachado mi nombre y como con algún exministro y con políticos nuevos como quien está en el jardín de infancia, me rozo con autores de músicas de éxito y con mitos de la literatura última, sin más, sin gestos raros ni expresiones de asombro, sin admirarles más que en su saber ser amigos y abrazarnos.
El mundo no es complejo –también estaba escrito claramente en aquella mirada–… lo complejo es el hombre que busca en el enredo beneficios o rascar diferencias que lo pongan un centímetro más sobre los otros. Todo admite el resumen de vivir y morirse, sin más, sin dejar nada.
Hoy me ha salido un chorro que no pienso ponerme a releer, porque ha venido de la mirada aquella y me ha dejado el vómito preciso, el que necesitaba ahora, a las 17:34 horas de un domingo maldito en el que me siento solo y algo desconsolado… será el calor… lo siento.

Cumbreño en el mundo.

Dejo aquí este PDF con una entrevista que el diario "El Mundo" le ha hecho a mi amigo José María Cumbreño. Le agradezco en lo que me toca su afecto y su consideración. Un abrazo, amigo.

Entrevista Para El Mundo

Thursday, August 27, 2009

El enlace...

Vengo de leer poemas en la Casa de la Sal de Candelario [chuli, por cierto] y me encuentro con un mail que contiene este enlac:
http://www.casadellibro.com/libro-el-amante-discreto-de-lauren-bacall/2900000924921/pt_pt

Jajajaja... es muy fuerte.

Wednesday, August 26, 2009

Chiripitifláuticos.


Hoy estoy cansado, pero no sé de qué, cansado y abúlico, sin ganas de hacer y sin ganas de mover el cuerpo por los lugares comunes… en fin.
Puso Ibsen en boca del director de la casa de locos de Peer Gynt: “La razón absoluta ha muerto. ¡Viva el hombre!”… y yo soy existencialista sobre todas las cosas porque me siento concreto e individual, y siempre en tensión con los asuntos universales; porque existo como individuo y puedo dar fe de ello, porque no me siento acabado y peleo cada pregunta nueva, porque cada día me asomo a su posibilidad y nado en ella, porque tengo la potestad de elegir y elijo, porque me siento responsable de mi existencia y sé que se acabará un día, porque me ando edificando una ética a la que ser fiel, porque soy consciente de que acabaré sin estar terminado, porque siento pasión cada día por algo o por alguien y porque he aprendido a fracasar tranquilamente, porque necesito hacer sin trascender –ya que comprendí hace años que soy, como bien dijo Sartre, un ser para la nada–, porque creo en mí mismo sobre todas las cosas y sé que Dios es un jodido invento del hombre para sojuzgar al hombre, porque sé que hay una libertad pendiente y hay que buscarla, porque soy hombre y basta, porque me siento profundamente subjetivo, porque busco verdades que sean verdaderas para mí –S.K.–, porque odio los modelos universales aceptados y me enfrento a ellos por la razón, porque no entiendo la moral impuesta por los grupos humanos y suelo contestarla, porque me comprometo con situaciones humanas y me implico en ellas buscando la verdad –nunca la encuentro–, porque no creo en la ‘alta razón’ de los que solo piensan sentados en sus sillas, porque huyo de todo lo sistematizado y busco constantemente en el campo heterodoxo, porque sé que mi vida no tiene más sentido que el que yo me trabaje, porque –aunque no puedo hacer nada– me siento responsable de todo lo que sucede en el mundo de los hombres, porque he aprendido que los valores no permanecen y porque recelo de los demás hombres y de sus intenciones tanto como de mí mismo y de mis intenciones.
Y en mi existencialismo me siento individuo y crezco o me quedo mermado, conozco y sé también que no conozco –y me importa–, respeto al otro hasta cierto punto y también me rebelo con frecuencia para mi mejor estado físico y mental.
Y mientras ando escribiendo esto, llega a visitarme un tipo que es como un tiburón grande con sus rémoras y sus pececillos limpiadores, un tiburón que anda como en medio trámite de quedarse varado o de seguir nadando –cosas de la ecología marítima social–… y que me entra la risilla sin más, porque al verle con toda su troupe, me acuerdo de aquellos Chiripitifláuticos de cuando era niño a la hora de la merienda, justo al salir del cole… el tiburón es una suerte de Capitán Tan mezclado con los hermanos Malasombra [aquellos que cantaban lo de “somos malos, malasombra, somos malos de verdad; somos como una espina que solo sabe pinchar, y más malos que la quina… pumba, pumba, pumba”]… y junto a él, la pandillita de locomotoros y tioaquiles, de payasos poquitos y de filettos capocómicos, todos malos y buenos a la vez, todos atentos al gran Leocadius Augustus Tremebundus dispuesto a decir desde su calidad de muñeco todas las verdades del barquero [pero el leoncito de trapo se quedó mudo hace ya demasiados años]… ver a esta troupe me desestabiliza y demasiadas veces me cabrea, con su instinto de supervivencia hecho del “sí bwana” y del “no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”… pero hoy me han parecido divertidos en su actuación… y me he reído para adentro y casi para afuera. Lo peor es que todo lo ven en clave de una verdad absurda que es parte de la gran mentira del mundo y del hombre.

Tuesday, August 25, 2009

Hazte a la par que el beso...


Hazte a la par que el beso o en el agua o recostada sobre el verde recién regado… siéntete desnuda en el arroyo y flota como las pupilas cansadas por la tarde, cuando las meriendas y las sombras de napa… rózame tartamuda y luego hazte madeja sobre mi tórax como queriendo ser lámpara o luciérnaga…
En los nidos de mármol las mujeres desnudas amamantan silentes a los faunos y yo siento su sombra de colimbos sobre la espalda espesa… muere la tarde y aún no he aprendido a sentir lástima de mí… y me tumbo sobre la tarde entera, que está muerta como una mujer cansada…
Los dedos guardan siempre desmesura para engancharse húmedos a los rincones blandos… recorren las aristas y las rayitas lúbricas, se adhieren a las matas de piel que se despiertan… y todo es apacible, como los mangos verdes en un frutero o las últimas gotas de semen que presumen un ritmo de muerte en la fuente del glande…
Oí llover, pero no supe dónde, y aquel rumor sabía a crótalo y especias… también olí la lluvia, como los ungulados en la sabana seca, y me trabé como un geranio nuevo en ese olor de tallos y estructuras.
Hazte a la par que el olor de la lluvia, musa, mujer entera y con los ojos vueltos… hazte en mí como si fueras a los pastos nuevos con tu camisa abierta desabotonada, blanca… hazte de nuevo en mí las palabras precisas y los caballos, hazte redonda e inflama el galope tendido del ritmo que preciso… que mis pobres palabras vuelvan a ser legumbres y el hartazgo, que vuelvan a ser muslos o el esquisto… hazte para lo incierto nuevamente, para todo lo grávido y lo lento… drágame con tu siempre para que vuelva al riesgo de ensayarte en esa eucaristía de papeles en blanco.
Quiero escribir, mi musa, pero aún nada me indica el gesto de tus huellas.

Monday, August 24, 2009

Revisando textos...


Gracias a mi amigo enfadado con el mundo, he vuelto a revisar algunos textos del anarquismo filosófico [es curioso que varios de esos textos los pillé en Mérida cuando fui a presentar “El gato solo quería a Harry” en la feria del libro de aquella ciudad… olvidado entonces por la clase política, que andaba atendiendo a un escritor de derechas, me acurruqué entre los brazos de mis dos antonios –Gómez y Orihuela– y me dediqué a mirar y a adquirir títulos del puestecito librero anarquista… allí pillé algunas cosas de Godwin, otras de Herbert Spencer y un librito interesantísimo de Proudhon sobre la filosofía de la miseria]. Como digo, hoy he repasado subrayados que en su día hice en esos textos y, por qué no decirlo, estoy muy de acuerdo con bastantes ideas que he extraído de ellos [quede claro que todo este batiburrillo viene dado por mi empecinamiento en armarme una idea que me sirva sobre la individualidad]. Veamos algunas de esas ideas:

• El Estado carece de legitimidad moral ante el individuo.
• Se puede aceptar al Estado como mal necesario.
• El Estado en su esencia impide la mejora del pensamiento.
• Hay que creer en la capacidad de perfeccionarse del ser humano.
• El control de hombre por el hombre resulta intolerable.
• La maldad procede de condiciones sociales corruptas.
• Cada hombre debe ser juzgado por sus propios méritos.
• El individuo es creador de ‘valor’ y, por tanto, puede hacer uso de su autodeterminación con libertad.
• La democracia es eficiente siempre que se respeten las decisiones de las minorías.
• Cada individuo debe conocer las necesidades de sus cercanos y ayudarles a solventarlas sin pedir nada a cambio.
• Se respetará el juicio privado siempre que no amenace la seguridad común ni la libertad del otro.
• La censura evita el conocimiento de la verdad.
• La propiedad debe existir para el que más la necesite [esta frase la tengo anotada al margen con una letra ilegible… ¿qué cojones pensaría yo cuando la leí?].
• La autoeducación es el mejor principio para crear un hombre humanista.
• Debemos oponernos radicalmente a cualquier tipo de autoridad.
• El mejor gobierno es el que menos interviene en la vida de los individuos.
• El Estado jamás debe intervenir en la educación.
• No hay que eliminar al Estado, sino que hay que actuar siempre según nos indique nuestro propio juicio, permitiendo a los demás individuos que también actúen de la misma forma.
• El individuo debe ser optimista en su desarrollo intelectual.
• La educación debe ser laica y científica.

En verdad, no sé si todo esto me lleva a algún lugar mágico o al puro desastre de lo utópico. Sé que mis pensamientos se acercan mucho a los de los autores citados, sé que la actual dirección del mundo hace imposible el poder conformar una sociedad en la que el individuo sea respetado como tal en toda su extensión, pero también sé que si mi mente me indica que ése es el camino más correcto, debo seguirlo hasta donde aguante [en pensamientos, en valores y en hechos]. Buscar mi libertad como individuo, gritar las corruptelas sociales como pueda, respetar el juicio de los demás con un espíritu crítico, mostrarme optimista en mis elucubraciones para intentar llevarlas a la práctica, intentar conocer las necesidades perentorias de quienes me rodean para intentar echar una mano, pasar del Estado en todas sus formas de alienación [y de los colectivos alienantes] y denunciar su intervencionismo constante, evitar en lo posible el ‘control del hombre sobre el hombre’… si aprendo a vibrar en esas cuerdas y logro vibrar en ellas, sé que lo que me resta de vida será magnífico y me sentiré colmado.
En ello andamos, ¿no?

••••

SIN DESPERDICIO ESTE ARTÍCULO DE PÉREZ REVERTE

PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES
Por Arturo Pérez Reverte [en "XL Semanal"]

Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda.Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico».
O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p'alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.*


*Enlace a este artículo artículo
http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_firma=5150&id_edicion=268
7

Sunday, August 23, 2009

Un Felipe de verano.



Día 23 de agosto de 2009

Estoy feliz porque han vuelto las ganas de comer y de reír después de varias semanas de malestar, circunstancia que ayer decidí celebrar con un baño largo y gozoso. El virus cabrón que me ha pillado, me ha dejado un saldo de cinco kilos menos, una tos borrosa y densa, dolorcillos en la espalda y un desarreglo gástrico bastante grande… eso y una desgana general para todo que ha supuesto un parón importante en mis actividades diversas [ésas que hacen de mis días un pabellón de usos múltiples]. El caso es que ya me siento estupendamente y noto cómo hay ganas otra vez aquí adentro [justo entre los riñones y el estómago], lo que, como digo, celebré ayer con un baño largo con mis hijos [esas cosas de las peluchas y las aguadillas, los partidillos de waterpolo y los buceos, los concursitos de a ver quién aguanta más debajo del agua y las carreras piscineras…] y con una cena pantagruélica [reconozco que puse en riesgo mi tocado aparato digestivo, pero me apetecía un güevo cenar como un animalillo después de muchas semanas sin poder hacerlo]… también tuve tiempo para escribir un ratito y para tunear algunas páginas de mi nuevo librito de tuneos [que se titula “No sé saber”]. Luego dormí como un campeón y hoy me siento igualito que el Felipón de finales de primavera.














Leyendo a Croce esta mañana, he llegado otra vez a la conclusión de que el camino inacabable hasta la libertad pasa inexcusablemente por la consolidación de los derechos particulares del individuo [lanza Croce una interesante disertación sobre el individuo, que vive la vida del todo, pero que sin ‘el todo’ resulta pura accidentalidad], ser fundador de lo social [aquí siempre he chocado con los postulados de Marx, cuando indica que “el individuo, en su realidad, no es más que el conjunto de las relaciones sociales y como tal no existe; existe, más bien, la clase que lo determina totalmente en el pensamiento y en la acción”].
Para que exista libertad civil y libertad política, debe existir antes libertad individual y un respeto muy bien trabado a las minorías… debe valorarse al individuo como creador de la libertad social desde su propia libertad individual.
Pero, claro, para que esto suceda con segura proyección de futuro, deben cambiar demasiadas cosas, entre ellas ese trámite de valor que es la ‘Historia’. Mientras no consigamos que la Historia decida ser solo afirmación de la vida y de la realidad, y no disfraz modulado por quien la cuenta, que la historia lo sea de los individuos [pero no en un tono borgeano… que eso es literatura] y no de los patrones imperantes en cada época. Sirve mucho más al humanismo conocer cómo el individuo se ha defendido en cada época de quien le sojuzgaba que saber cómo tramitaba su opresión el poderoso [que es el general historiográfico hasta nuestros días].
Y para que exista el individuo como célula madre de lo social, debe existir la voluntad social de reconocerle como fuente de progreso y, por tanto, proteger su ‘vitalidad’ hasta las últimas consecuencias [aquí es fundamental que la máquina social entienda con claridad que la moral es solo una evaluación de relación entre individualidades y no se puede aplicar al individuo en su proceso de ser único e irrepetible… el individuo debe ser absolutamente libre en su pensamiento y la expresión del mismo… y la máquina social solo debe intervenir mediante la moral en la puesta en práctica o no de las ideas individuales, pero siempre debe conocerlas y estar dispuesta a debatirlas con tranquilidad y voluntad de progreso].
No sé si le servirán a alguien las ideas destartaladas que obtengo y muestro después de mis lecturas de filosofía y de mi proceso reflexivo sobre ellas… la verdad es que sigo teniendo muy pocas cosas claras… veo luz al fondo, pero solo veo luz al fondo.

Saturday, August 22, 2009

Las claves de lo que me interesa.


Las claves de lo que me interesa nadan en un espacio absolutamente mío, un espacio que se ha ido conformando exactamente por descartes de objetos, sentimientos, actividades y personas.
Siempre pensé que el hombre debe empezar a interesarse por crear su espacio con pasión justo cuando comienza a sentir los síntomas del descenso, que llega cuando comienzas a sentir que tus potencias desaparecen poco a poco y todo en ti se va volviendo óxido. La vida desde ese punto puede empezar a verse como un regalo o como un infierno… tú lo determinas, tú y nadie más.
Yo empecé a sentirme en el descenso justo cuando tuve que dejar de practicar basket por orden facultativa [mis iones potasio no se recuperaban después del esfuerzo y eso me procuraba una especie de “mal de altura” bastante difícil de llevar con aquellas palizas físicas diarias que me metía entre pecho y espalda]… después fueron llegando los pequeños dolorcillos [la eterna lesión de mi rodilla derecha, fruto de los malos entrenamientos], las manchitas imborrables en la piel después de cada heridita, los constantes ataques de cistitis, la artrosis en dos dedos de mi mano derecha, el levantarme de la cama hecho unos zorros y tener que utilizar un tiempo valiosísimo en recuperar la puesta a punto [cada día dura más ese tiempo de recuperación]… y luego el ver crecer a mis hijos hasta ser lo que yo era y ya no puedo ser.
La verdad es que me llevó demasiado tiempo aceptarme en mi descenso, hasta el punto de que algunos días forcé la máquina y el cuerpo dijo basta… lloré [sobre todo por no poder practicar basket], me enrabieté, me enfadé con el mundo, me dejé caer por un tiempo y no hice nada… pero poco a poco fui entendiendo que la magia sucede si buscas predisposición y decides completarte en los aspectos en los que aún conservas capacidad potencial de crecimiento. Así comencé a focalizar mis intereses y a ir haciéndome con un florerito de actividades que me dejasen vital cada hora de cada día… y llegó la escritura como fundamental fuente de expresión y conocimiento de mí mismo, llegaron los paraísos paralelos en los que soy capaz de ser y hacer lo que me venga en gana, amaneció la idea del carpe diem como fundamento de mi proceso vital y descubrí una curiosidad morbosa de mí que es capaz de hundirme y levantarme en el mismo segundo.
Fue entonces cuando me importé como hombre, cuando tomé consciencia de mi individualidad como verdadero tesoro de lo posible y cuando empecé a disfrutar como un crío de mí mismo.
En mi afán de simplificarlo todo, hoy tengo la suerte de conocer a la perfección el trámite que hace que una vida resulte mejor: todo sucede inexorablemente y solo mi mirada es capaz de conseguir que esos sucesos inexorables sean la tragedia misma o la felicidad completa. Todo consiste en mirar con ojos positivos, en escoger siempre la risa como reacción al suceso y, así, banalizarlo para que no te afecte negativamente… la muerte es muerte tanto si lloras como si sonríes… ¿a qué llorar entonces? Así, simplificando y banalizando siempre [alguna veces hasta parecer estúpido a los ojos de los demás], consigo que el problema no exista más que cuando a mí me interesa que exista, y eso me aporta spleen y una tranquilidad interior bastante interesante.
Desde esa plataforma, logro expresarme como me sale de los cojones y consigo racionalizar mi mundo en el sentido que realmente me interesa… sí, paso por el mercado del hombre y me dejo joder por él [no en vano estoy encastrado en el sistema como un tonto más y debo pagar mis deudas diarias], pero también me río de él cuando me place y le aplico las críticas más duras sin pudor alguno.
Sé que el tiempo que me llegue ya es un regalo, y pienso utilizarlo con decencia, pero no con una decencia pacata, sino con una decencia anudada a la sinceridad conmigo mismo y con los demás.
También he aprendido que se pueden hacer cosas importantes sin moverte de tu silla, que se puede movilizar a grupos de personas con afán positivo, que se puede modular su opinión si expresas tus argumentos vitales con sinceridad, que se puede implicar al mundo en un proceso de cambio sin necesidad de salir a la calle a gritar como un energúmeno… todo consiste en ilusionarte e ilusionar [y también en no permitir que tus proyectos se te vayan de las manos hasta dejar que sean otros quienes tomen las decisiones].
En fin… que todo este asunto viene porque sigo pensando en mi amigo que está enfadado con el mundo… y también porque hoy me he vuelto a mirar desnudo en el espejo después de la ducha y no me he visto mal del todo porque asomaba una sonrisa irónica en mi boca… me he tirado a la calle y he ido a comprarle unas braguitas y un sujetador a mi maniquí [baratitos, eh, que ando a dos velas] y luego me he venido a mi estudio para hacer una lista de mis potencias… y he alucinado, porque aún son muchas y bastante golositas.

Friday, August 21, 2009

Otra parrafada sobre la individualidad [singularidad].


La constante que supone la relación marcada por nuestro juicio hacia todo lo exterior es el soporte de la individualidad [observo / valoro / tomo decisiones propias], y eso determina cada una de las definiciones particulares [individuales] sobre los diversos aspectos que atacamos como seres únicos. No hay, por tanto, lugar para la generalización o la normalización en un canon que sirva para todos y para todo [lo bello, lo plástico, lo artístico…]… tan solo existe una valoración particular calificadora de la mirada individual [lo que para mí es bello, puede ser que solo sea bello para mí]. Así pues, creo que queda determinado que los juicios de gusto o disgusto, placer o asco, son por naturaleza subjetivos y absolutamente particulares… es por ello que cualquier imposición al otro en dicho sentido supone coartar su libertad.
Así pues, debe quedar muy clara la bondad de la opción individual en cuestiones de ‘gusto’, pues tal opción no puede regirse en caso alguno por criterios científicos demostrables a base de hechos diferenciados marcados de claridad… no puede imponerse jamás un canon o una estética emanada del subjetivismo individual [queda patente, por tanto, que hay espacios en los que solo la individualidad es el espacio natural en el que moverse y desarrollarse]. Permítaseme entonces que concrete que todo lo referente a la individualidad y a la singularidad del individuo tiene que ver con aspectos tan sugerentes como la sensualidad, el impulso creativo o el sentimiento.
Desde esta propuesta, no puedo admitir que la individualidad [singularidad] sea un rasgo de corte político conservador, pues eso es otra cosa que quizás se parezca más a lo que se ha dado en llamar ‘individualismo’, visto como carácter de una clase dominante y adinerada a la que no pertenezco. Mientras que en la individualidad el individuo crece en parámetros racionales y humanistas, y se desarrolla como ser único y capaz del acto creativo… en el individualismo se busca siempre el beneficio material propio aprovechándose de las ventajas que ofrecen los sistemas sociales [más bien debiéramos llamarlo ‘oportunismo’].
Así, dejadme que intente concretar con brevedad algunos conceptos:

• Solo desde la singularidad, como valor intrínseco del ser humano único, se puede ser crítico con los sistemas globales y, de ese modo, intentar modificarlos para mejorarlos.
• Sentirse uno y único le aporta al hombre la dignidad precisa para ser hombre entre los hombres.
• Solo desde la lucha por la singularidad se puede alcanzar la plenitud de la existencia humana.
• El hombre se construye en soledad con pasión y eso propicia el nacimiento de nuevos sistemas o la evolución mejorada de los ya existentes.
• El proceso de homogenización al que los sistemas sociales someten al hombre, destruye la individualidad por alienación [esto me parece muy peligroso].
• La potencialidad del hombre singular es enorme y, sobre todo, capaz de multiplicarse geométricamente en los sistemas humanos si se crean canales para que ello suceda.
• Saberse único e irrepetible [pero sin mariconadas] hace que se aprecie en su verdadera dimensión el valor de la vida, tanto de la propia como de la ajena.
• La individualidad es la dimensión ‘humana’ del hombre, mientras que la ‘colectividad’ contempla a un hombre animal que funciona por parámetros estrictamente naturales [la ley de selección natural actúa siempre cuando el hombre comparte su opción de hombre con otros hombres]. Mientras que en el individuo singular existe un crecimiento espiritual e interior, en el hombre colectivo inciden parámetros tan peregrinos y despersonalizados como lo numérico o lo estadístico, parámetros capaces de despreciar a hombres o grupos de hombres singularizados en las llamadas minorías.
• La verdad a secas solo puede encontrarse en el hombre único… la masa propicia siempre caminos falsos con el fin de hacer la vida más ‘fácil’ por percentiles [lo que significa un alto desprecio a los seres diferenciados].
• La individualidad le proporciona al hombre la capacidad de afirmarse libremente frente al empeño de homogenización de los sistemas imperantes que buscan su beneficio en un hombre globalizado incapaz de pensar por sí mismo.

Thursday, August 20, 2009

Reñido con el mundo...


Marchó toda la compaña africana con esa cosa gradilocuente de las despedidas formales, pero también con cierto puntito de nudo en la garganta… Awa [perdonadme si no sé escribir los nombres senegaleses… pero me fío de la pronunciación e interpreto lo que traducido al castellano sería Eva] nos confesó que la mujer africana lo tiene muy difícil debido a las leyes machistas que permiten la poligamia [lo que tiene que ver siempre la religión en estas cosas, coño] y a esa cultura que no contempla en el rol femenino asuntos tan tirados como la formación o el trabajo remunerado con justicia… Awa es bellísima, con una mezcla de dulce y salvaje en los ojos, poseedora de una mirada inteligente y profunda que aniquila. Tiene una hija que se llama Aram [así me suena a mí su nombre] a la que le encanta besarme porque mi barba le hace cosquillitas [y me besa, y me besa, y me besa… y me encanta]. Besé fuerte a Awa en sus mejillas suaves y le hice cosquillitas en los morritos a Aram como despedida. También marchó Papus [lo hizo ayer camino de Londres y no pude despedirme de él]. Papus, cuyo verdadero nombre es Bocar Kante, es un tipo que despierta vivamente mi interés, lleno de atractivos [desde la mirada, que desprende una paz especial y enfoca una inteligencia sobresaliente, pasando por la forma de expresarse en todo su conjunto y terminando en el ballet de todos sus movimientos… un ballet de lentitud medida que es hermosamente plástico.. y encima baila el tipo de auténtico mareo]. Parece Papus el hombre de suerte de la familia, pues fruto de su valía y su esfuerzo obtuvo una beca para estudiar economía en Estados Unidos y actualmente trabaja en Londres a buen nivel. Lo poco que hemos podido hablar durante estos días me ha descubierto a un tipo lleno de intereses culturales que, además, tiene un buen fondo solidario [un fondo que me empeñaré en explotar todo lo que pueda] y la intención de regresar a Senegal en unos años para poner en valor todo su aprendizaje en aras de sumar prosperidad a su país y a su gente. Paté Kante es la dicción perfecta [es el padre de Bocar], la corrección en todo, la seriedad y la rectitud, el cabeza visible y el portavoz de la familia Kante. Me fío muchísimo de su forma de hacer y no dudo en que él será el alma gestora de nuestro proyecto en Ibel [se ha quedado encargado de enviarme información constante de sus gestiones y de los trabajos, pues cuenta en Dakar con un despacho con conexión a Internet]. Despedirme de él fue muy emotivo, y en el último abrazo quedó patente que tengo un hermano nuevo en Senegal, igual que él sabe perfectamente que aquí tiene a una familia entera que le llenará de afecto cuando lo precise..
Y de Colí Kante, pues que casi prefiero no decir mucho más de lo que dije ayer, aunque sí prometo hacer una larga reflexión sobre lo absurdo de las fronteras y de las diferencias entre los hombres.
Lo más bonito de todo es que me ha quedado un hermoso regusto de que mi vida no está siendo tan vacía como presiento a veces, y eso es muy importante para mí.
•••
Hace nada, yo qué sé, ayer o antesdeayer, un amigo grande me envió un mail ofuscado en el que me cuenta con brevedad que está cabreado con el mundo y que no quiere pertenecer a ningún colectivo… me dice: “… me enfada el mundo y me enfadan los colectivos…”… y sonrío porque sé algo de eso, sé cómo se tramita ese no querer pertenecer a nada que no seas tú mismo, estar harto de todo y haber encontrado esa mirada nítida que te dice cómo, cuándo y dónde está el fracaso [me refiero a un fracaso no individual, eh, a un fracaso común que generalmente viene de la mediocridad interesada y envidiosa, un fracaso que lo llena todo de recelos]. Ya hace muchos meses que no insisto en mi idea de individualidad, entre otras cosas porque creo que es absurdo enseñarle al mundo los mimbres de tu ideología cuando el mundo no quiere saber nada de eso y a cada uno solo le interesa lo suyo con absoluta avidez. Simplemente me dedico a ser como quiero ser y a estar como quiero estar… y me conformo con esta mierda mientras no haya nadie que me moleste.
El recurso del que disponemos como individuos para ordenar nuestra relación con el mundo es el intelecto, que es el que marca los límites de la ‘verdad’ y nos da la pauta personal en la que las cosas pueden ser pensadas, marcando de esa forma nuestro territorio individual… y en ese territorio jugamos a solas al descubrimiento y, sobre todo, a la tensión intelectual que nos va a propiciar algunos éxitos y múltiples fracasos. En el territorio del que os hablo no se necesita para nada al otro, ese ser que tiende siempre a destruirnos por la sensatez absurda de lo cotidiano.
Ahí es donde crecemos como hombres sin precisar del hombre, ahí es donde maduramos nuestra estética y donde ponderamos el valor del hombre que debemos ser, y, ahí, en ese espacio nuestro y solo nuestro, es donde somos capaces del aprendizaje neto y del ensayo atrevido de la novedad… quien comparte este territorio con otros hombres [sus frutos pueden compartirse, ojo, pero nunca el proceso interior], está abocado a un estrepitoso fracaso que le puede llegar por disolución o por desencanto. Nadie se gremializa para crecer intelectualmente [eso se dice con palabras grandilocuentes que siempre son pura falsedad], sino que la gremialización busca tan solo espacios seguros, espacios de protección que propician la diferencia por fuerza, que no por valores… el artista que se agrupa con otros para defender planteamientos estéticos comunes, solo busca una fuerza que le empuje a diferenciarse, primero de otros grupos estéticos, y, después, cuando ya ha eliminado la contestación y se ha asumido esa propuesta estética colectiva como imperante, a diferenciarse por oposición de sus gremiales compañeros de viaje, lo que acaba en el absurdo del enfrentamiento en múltiples aspectos, un enfrentamiento que resulta radicalmente destructivo del hombre.
Mi idea de la individualidad tiene un alto componente romántico, lo sé, pues bebe de la búsqueda interior, del extraviarse para encontrarse constantemente en lo mismo, de la idea de finitud como calco de la vida biológica que nos contiene, de la más extrema subjetividad y del hermoso sentimiento de perdida que viene siempre abrazado a la pasión por la inmediatez… y la consciente creación de una conciencia propia, determinada y diferenciada.
Así, con estos mimbres y desde estos mimbres, resulta placentero y terrible a la vez llegar al estado de ‘cansancio’ –en él llevo yo una larga temporada–, y resulta irrenunciable llegar a querer separarse de cualquier condición de grupo hasta llegar a la condición magnifica de ‘la no pertenencia a nada’… así, uno es su proceso interior, que terminará siendo su decidida definición de ‘verdad’.
Y llegados a este punto, cuando se tiene la capacidad de apartarse y la velocidad de no dejarse adherir [influir/impresionar/cegar] por nada ni por nadie, penetramos en nuestra idea trazada de cada cosa, de cada asunto, de cada suceso… y la vivimos con nuestro propio sentido de espectáculo… la muerte se hace ‘objeto’ reconocible y cotidiano, la melancolía es el justo cromo que nos faltaba en el álbum y que acabamos de obtener con verdadera satisfacción, el acabamiento es experiencia tranquila y, cómo no, el ‘anonimato’ es el mejor punto de vista para mirarnos a nosotros mismo como paisaje humano.
Yo tampoco quiero pertenecer a ningún grupo humano… ya sea artístico, religioso, político o literario… incluso no sé si me apetece ser ‘hombre’ entre esos percentiles en los que vibra ese concepto.
Como hombre, en todo caso me interesa decir con voluptuosidad lo que me gusta y con ira agresiva lo que me disgusta… y como ser individual me apetece experimentar constantemente para buscar conocimiento en el azar de la propia búsqueda… pero no conocimiento práctico, sino conocimiento estético y conocimiento intelectual.
El hombre gremial, amigo enfadado con el mundo, es una enorme mierda pinchá en un palo… y el hombre individual es /somos puro naufragio.
Yo me quedo naufragando… pero no soy reaccionario, ojo… soy solo un empeñado en trascender la bazofia común con experiencias individuales que me hagan sentir colmado y hecho… sé que nada se pierde, entre otras cosas porque todo está perdido… sé que como humano gremial no puedo hacer otra cosa que aprovecharme del otro con esa forma fascista que un día me explico Antonio Garrido o, lo más seguro, que alguien se aproveche de mí y me deje agotado…. y sé que como individuo soy único y, como poco, no llego a sentirme desdichado, circunstancia que siempre concurre en el hombre gremial junto al agotamiento y la sensación de imposibilidad.
Hoy puedo discernir, amigo, que el gremialismo me lleva inexorablemente a la vaciedad de lo seguro y a una vida tristemente anclada en lo trivial, y que la individualidad me deja sugerente y dispuesto al salto y a la sorpresa.
Me quiero, amigo, pero no quiero nada de nada al hombre.

Wednesday, August 19, 2009

Colí Kante


Colí Kante es un tipo curtido en las labores del campo y en los golpes de la vida [nada más hay que cruzar una mirada con sus ojos para tener la certeza de la dureza de su paso por la vida]… tiene un par de años más que yo y, sin embargo, parece que acumula unos cuantos más [cosas de las diferencias entre mundos primeros y terceros] y sus manos son fuertes y ásperas, unas manos para el trabajo y el apretón sincero. Anda como agotado, pero siempre sonríe [ayer descubrimos que tiene un complicado proceso en su rodilla e intentamos ponerle solución con la ayuda de la gente chuli de este pueblo… enseguida encontramos profesionales que se hicieron cargo del asunto por pura solidaridad… gracias].
Colí Kante está en España como en una nube, agradecido a todos por cómo hemos tratado a su hijo You y asombrado por cada cosa nueva que se muestra ante sus ojos [el día de la despedida de soltero de You las pasó más putas que Caín al ver aquella jocosa ceremonia iniciática… pero eso le hizo entrar en ambiente y tomar consciencia del cariño del que se ha hecho acreedor su hijo grande]… Colí Kante sonríe bonito mientras mira, y la sonrisa suele ocultar sus ojos, que están enrojecidos y que contienen toda una historia hermosa para quien los escruta.
Colí Kante me ha dejado una marca al fuego en el estómago y otra al agua en el corazón, y en él he reconocido aquella otra mirada africana del Salim que conocí en 1999 en Mangola… eran iguales, llenas de pasión y afecto, de admiración y ganas de vivir, de vida trabajada a trancos hora tras hora y día tras día…
Luego he imaginado sus ojos el día de la partida de You hacia nuestra Europa, ese desasosiego de cada noche en blanco sin saber nada de su chico… debió ser muy duro…
Colí Kante suelta unas lagrimillas cada vez que su You le abraza… y mi chico sale huyendo veloz para no dejarse trabar por la emoción.
Hemos hablado poco, pues apenas nos entendemos por signos [su francés debe ser tan malo como el mío], pero creo que nos hemos entendido perfectamente en todo momento.
Me gustan los tipos como Colí Kante, con pintilla de duros, pero blanditos por dentro como los mojicones de Castaño.
Queda en mi corazón… y nos veremos pronto en su terreno, que ya lo estoy deseando.

•••
Onzas de chocolate deshecho o los pies descalzos… así está siendo este verano de iguanas y de paisajes de Furedi al fondo… y todo arde mientras los estorninos mueren en el parque por esa cosa humana de la comodidad [al hombre le molesta la vida… manda huevos]… ancianos agarrotando pájaros negros heridos de muerte, aplastándoles la cabeza con saña y con sonrisas en la esas bocas que ya solo sirven para ser muecas… no me gustan los hombres que matan, y mucho menos los que se ensañan… también hay jóvenes persiguiendo a los pájaros heridos y haciéndoles sufrir hasta la muerte con una saña que me da auténtico terror.
Nunca tomaría una determinación como la que ha tomado nuestro ayuntamiento con esos pájaros [ya antes la tomaron otros y fue igual de desagradable y de cruel].
En fin, que decía que es un verano especialmente triste y caluroso, un verano marcado por la sangre bullendo y el sonido asqueroso de las postas por las noches en el parque… sería mejor no tener parque, ni verano… pero tener pájaros.
¿Es que nadie se ha preocupado de contactar con empresas de servicios contra plagas [hay muchas… solo basta con asomarse a Internet]? He consultado algunas páginas y las grandes empresas ofrecen, en todos los casos, medidas “éticas de disuasión” de aves a base de sistemas de cables, redes, mecanismos electrostáticos y de ultrasonidos o las llamadas púas de Rentokil. A lo mejor es que el coste sería muy elevado; pero, aún así, me parece poco el gasto si con él se respeta la vida de esa fauna que es parte de nuestro biotopo [una parte latente y muchas veces espectacular] y, sobre todo, si se evita dejar en nuestros hijos ese ejemplo de ‘especie dominante sanguinaria’ [el verdadero depredador no mata por matar y sabe convivir con toda la pirámide de su cadena alimentaria para que siempre florezca] que no se detiene ante una toma de decisión tan desagradable como la que se está llevando a la práctica… en fin, sin querer herir sensibilidades, dejo escrito que no me gusta nada lo que se está haciendo ni cómo se está haciendo, sobre todo que el parque sea por las noches el lugar de reunión de cientos de personas que parecen disfrutar vivamente con el triste espectáculo de la muerte [y que algunos participan activamente de la masacre con los pajarillos que escapan con verdadera cara de satisfacción].

Tuesday, August 18, 2009

ALGUNAS IMÁGENES DE LA BODA DE SANDRA Y YOU


El vals fue casi carioca.

Con You y Joselín.

De patriarca con You, Joselín y Papus.

Ceremonia del corte de corbata.

Mesa africana.

Los novietes.

Después de bailar (nótese el sudor en las camisas).

Con Paté Kante.


You y Colí, su padre.

Los Kante.







Los Kante con Juanito.




Sunday, August 16, 2009

Alea jacta est...


Bueno, que ya pasé por esa extraña experiencia de casar a un hijo y, a qué no decirlo… el asunto de las formas no me gusta nada… es más, lo odio y lo detesto. Meterse en una boda tradicional [al uso ‘comercial’ de la ciudad de Béjar] es una movida que le quita toda la magia a lo que debiera ser un asunto íntimo familiar del que gozar todos de forma tranquila… toda la parafernalia de trajes nuevos para un día, regalos obligados para dar y recibir, comidas pantagruélicas en las que sobra más de la mitad de lo servido [con el hambre que hay en el mundo], beber hasta desaparecer y hacer el ridículo hasta el éxtasis… y luego andar vivo para recoger los sobres con dinero que te dan los asistentes y mantener la cabeza fría para contarlo todo y ponerle cara a las entregas… una mierda pinchá en un palo de la que se llevan lo magrito el restaurante y otros tres o cuatro negocietes de engañabobos. No me gusta nada y, sinceramente, no la disfruté como me hubiera gustado hacerlo, ya que me ubicaron en la mesa de presidencia, apartado de todos mis amigos, medio solo en aquel mar de gente… en fin, que esto es solo una crítica al sistema absurdo y no a todos los amigos que nos acompañaron con verdaderas ganas de estar a nuestro lado.
Dejo aquí algunas frases apuntadas en mi libro de notas.

• Palabras de Arfa, un amigo senegalés de You que lleva más de 20 años en España, durante la boda: “quiero darte las gracias en nombre de la comunidad de senegaleses porque, en todos los años que llevo en España asistiendo a actos parecidos a este, es la primera vez que nos hemos sentido absolutamente integrados”.
• Las lágrimas de Colí son el mejor regalo que nadie me ha ofrecido nunca.
• Los negros sin estudios abrazan mucho mejor.
• Formarse estropea el trámite de los sentimientos y los hace algo más falsos.
• Sentir que te quieren es suficiente… a qué más.
• Qué jodidamente bien bailan los negros… me muero de envidia.
• La solidaridad debe apartar a la caridad de su entorno.
• Dios siempre es un mal consejero… y no existe.
• Aparentar es una mierda que viene del empeño por diferenciarse.
• ‘Comptabilité mariage’… la primera traba oficial al amor.
• Prefiero que me quieran a que me deban…
• Lo que se hace por compromiso nunca es de verdad.
• La ebriedad hace que aparezca el hombre real debajo del hombre falso… y normalmente no hay nada ahí debajo.
• La amistad es mucho mejor que el amor… ya estoy seguro.
• Me encanta emocionar… hoy lo conseguí durante un instante.
• Demasiadas mujeres se muestran y se ofrecen… y conste que no es un comentario machista… se muestran y se ofrecen.
• La gente que conozco no se desinhibe bien.
• Amar consiste en no cansar a quien amas… ni agotarlo.
• Tendemos a ser crueles con quienes están trabajando mientras nos divertimos.
• Hoy me han abrazado de verdad muchas veces… aún lo estoy procesando.
• Youssouph me ha enseñado a ser mejor persona y yo aún no le he dado nada a cambio.
• Quiero volver a África ya.
• Pate Kante: un puente entre dos mundos… a medio hacer.
• Las mujeres buscan siempre dificultad… todo es mucho más sencillo.
• Me encantaría saber bailar y olvidarme del mundo.
• Todo es extremadamente falso… pero parece que es necesario que sea así para que el mundo siga.
• La peor ayuda es la que espera respuesta y devolución.
• La naturaleza del hombre no contempla en sus normas biológicas la fidelidad.
• Tengo amigos grandes y eso me hace sentirme muy orgulloso.
• A veces se espera de mí mucho más de lo que yo quiero que se espere de mí… y eso me hace daño.
• Me dejó muy triste no estar con Juanito… aún estoy triste por ello.
• Morir es algo que debiera celebrarse por todo lo alto.
• Si bailas bien… ya no necesitas follar.
• La debilidad siempre comienza por la mirada.
• La humildad es la peor pérdida del hombre que prospera… pero Colí la regala sin que se la pidas.

•••

En esencia, disfruté bastante del asunto intercultural de la boda y me emocioné varias veces mirando a los ojos de You y Colí… me encantó ver felices a mis padres y sentir la presencia importante de mi familia y de mis amigos… también me dio la sensación positiva de que la pareja formada entre Sandra y You tiene muy buena pinta y que lo sabrán llevar todo magníficamente… solo pasé un mal momento cuando leí en público la entrada de mi diario del día 8 de noviembre de 2005, fecha en la que You llegó a Béjar junto a otros compañeros en ese viaje casi iniciático por la muerte.
También me emocionó ver la cantidad ingente de personas que asistió al acto por amistad con You… eso me deja muy tranquilo por lo que respecta a su futuro.

•••

ENTRADAS DE NOVIEMBRE/ DICIEMBRE DE 2005 QUE LEÍ EN LA BODA DE YOU & SANDRA

8 de noviembre de 2005

Son las once de la noche y acabo de llegar del hospital Virgen del Castañar, en el que han atendido a uno de los desplazados subsaharianos que desde anoche están pasando unos días en nuestra comarca para reponer fuerzas de su terrible itinerario desde países como Gambia, Mali, Senegal… con parada en campos de Melilla, Canarias y Granada. Todos son jóvenes y llegan en unas condiciones bastante tristes, especialmente tres de ellos: dos con graves problemas respiratorios –a uno de ellos es al que acaban de chequear en nuestro hospital– y uno con un fuerte golpe en el costado. Se les ha repartido ropa y se les está proporcionando un menú diario completo, aseo y habitaciones bien equipadas para el descanso digno. Su llegada fue impresionante, con caras de auténtico temor, pero con un rastro de esa emoción que sienten los vencedores pequeños –que son los más grandes– de haber conseguido pisar nuestro jodido primer mundo. Pero esta mañana, ya aseados y con ropa edecuada para nuestro clima, han llegado a reír e incluso a dejar un ratillo a la diversión practicando fútbol y baloncesto. El cabecilla, Youssouph, es de Mali y habla tres idiomas, tiene una energía especial y sabe el estado de cada uno de sus compañeros de periplo –y se preocupa vivamente por ellos–. Hace un ratito le he despedido con un apretón muy fuerte de nuestras manos. Le he visto muy esperanzado, aunque yo sé que va a sufrir lo indecible para poder sentirse persona en nuestro país. Yo, personalmente, pienso ayudarle en lo que pueda, pues una voluntad como la suya merece un gran esfuerzo de integración. Me decía con una sonrisa de oreja a oreja y en castellano: «Yo soy el primero de mi familia que ha llegado a Europa», y se sentía entre héroe y un dios menor. A mí me han brotado unas lágrimas.

11 de noviembre de 2005

Ayer fue un día malo, un día que no quiero que se vuelva a repetir. Juan y yo tuvimos una conversación con Youssouph para intentar explicarle lo que le espera de aquí en adelante. Le explicamos que es libre de hacer lo que quiera y que el martes se acaban los fondos para su manutención en Béjar. Él sólo nos entendía a medias y acertaba a decir de vez en cuando «OK, OK... merci...». Le explicamos que con los papeles que tiene, una jodida orden de expulsión que no puede ejecutarse por no haber convenio de extradición con su país, no puede trabajar más que en el mercado negro del trabajo y bajo explotación; le indicamos encarecidamente que no debe robar nunca y mediante mímica le explicamos la tipología de personas de las que debe fiarse y de las que no. Juan quedó encargado de prepararle un librito de direcciones y teléfonos para que pueda buscar socorro y ayuda cuando lo necesite... Y el grito se me quedó adentro, pellizcando con fuerza. Un grito contra el sistema que niega y pone cruces negras sobre los hombres por razón de raza o de nacimiento; un grito contra mí mismo por no dejarlo todo y ponerme a echar una mano de verdad, de las buenas, a los tipos que, como Youssouph, han puesto sus esperanzas en nuestro sistema podrido y diferenciador. Sé que no puedo hacer mucho más de lo que ya he hecho, que es justamente nada, que podría meterlo en mi casa y darle de comer cada día, que podría buscarle un trabajo oculto para que empezara a encontrar su dignidad... pero todo en mí es impotencia y me siento vencido por el afecto y por mi incapacidad. Otros no hacen nada y yo he hecho un poquito, pero me siento muy mal por mi falta de determinación y por esconderme detrás de mis cosas y de mi mundo artificial para olvidar los ojos de Youssouph y de Malick. No hay esperanza porque no tenemos la valentía de recrearla cada segundo que pasa por nuestras narices. No hay esperanza porque hemos aprendido a esconder la sensibilidad detrás de la caridad puntual y se nos ha olvidado que hay que luchar constantemente por la justicia. Ayer sufrí como hace años mientras me comía las lágrimas. Hoy soy la pura imposibilidad y siento la derrota total como hombre social. Es dura la vida y es aún más dura la consciencia de su devenir. Y vuelta al trabajo mañana sin saber si el orden natural nos pondrá a todos en situación de igualdad. Luchemos, colegas, aunque sea por el egoísmo de sentirnos un poquito más dignos. (noche) Esta tarde, después del cineforum MPDL, Youssouph nos ha contado a grandes rasgos su periplo hasta llegar a Béjar: Cómo viajó de Senegal hasta Dakar con el dinero que le prestó su tío después de vender dos de sus mejores bueyes, cómo llegó hasta Casablanca y cómo le robaron todo lo que tenía en Marruecos –hasta la ropa con la que vestía– y se alimentó varios días con pienso para pollos, cómo en cinco días atravesó parte del Sahara junto a una treintena de paisanos con una sola barra de pan para comer en ese trayecto, cómo se embarcó en una patera en la que entraba el agua a cubos y cómo se pasó el itinerario achicando agua, el terrible miedo que le asoló ante el acecho de un enorme pez que estuvo siguiendo su patera durante gran parte del recoriido, cómo vio morir a diecisiete ocupantes de otra patera con la que se encontraron en su viaje y de cómo salvaron a siete de sus ocupantes jugándose la vida por sobrecarga, cómo llegó a Canarias y el trato que allí se le dispensó... todo con 22 años, con una formación desmostrada en su expresión y en sus gestos, y con la ilusión de encontrar trabajo para poder finalizar sus estudios. Youssouph nos ha dado hoy una bella lección a todos los que hemos tenido la suerte de escucharle.

16 de noviembre de 2005

Ha vuelto el cielo azul y Béjar ha renacido esta mañana entre ocres, naranjas y amarillos; bella como bellos son los ciclos y como bella resulta la muerte y el paso hasta sus sábanas si se supo vivir y mirar desde unos ojos sencillos. Youssouph se está adaptando muy bien al clima y a la gente, no en vano le hemos rodeado de afecto y estamos trabajando para darle alguna salida digna a su situación. A mí me viene muy bien estar cerca de él, pues estoy recuperando a empujones mi francés –cada minuto me sorprendo de lo bien que lo entiendo y de cómo me atrevo sin más a llevar una conversación fluida en ese idioma– y también mi ilusión por muchas cosas que tenía ya como perdidas. Este tipo es una gran bocanada de aire fresco en mi vida, y me da en la nariz que también en la de muchos de mis cernanos: ha levantado en mis hijos un extraordinario aire solidario y un montón de preguntas sobre la justicia (un gran paso en su educación integral). Cada mañana, cada tarde y cada noche me preguntan por Youssouph, me dan cosas para él, me recomiendan que le lleve a algún sitio para que lo conozca y se preocupan de saber si ha comido, si ha dormido bien y si tendrá frío o tristeza por estar lejos de su país. Él se pasa el día canturreano, riendo, haciéndome preguntas o contándome cosas de su país. Hoy, por ejemplo, me ha contado que tiene cuatro hermanos varones y seis mujeres, y que uno de sus hermanos, David, juega tan bien al fútbol que en el pueblo le llaman Zidane. También me ha dicho que es del Barça, aunque yo creo que lo hace por agradarme, ya que se le nota mucho su venita merengona –todos los inmigrantes que llegaron con él a Béjar eran declarados del Real Madrid... los puñeteros–. En fin, que mis temores se van diluyendo con el roce y cada día veo más salidas dignas para este tipo. Hoy voy dormir como un cosaco, aunque me duela de cojones un dedo de la mano que me he pillado con la máquina de rematar calendarios de pared... soy un torpe para los trabajos de manipulación y se me ha puesto el dedo como la piel de Youssouph. Será el afecto.

24 de diciembre de 2005

La satisfacción me puede hoy con fuerza, pues creo que entre Juan y yo hemos puesto en el buen camino el futuro de Youssouph. Ya tiene una casa digna en la que vivir, amigos con los que compartir su tiempo y unas enormes ganas de hacer y deshacer, comida asegurada y un proyecto de trabajo más o menos estable con el que obtener algo de dinero para enviar a su familia. Y él está absolutamente feliz y me ha hecho uno de los más grandes favores de mi vida: sentirme útil de verdad y capaz de hacer algo con garantía de resultado. Y es que Youssouph me ha dado mucho más de lo que yo pueda darle a él jamás, me ha dado fuerzas renovadas y una fe valiosísima en los valores solidarios. Verle cada día me anima y me construye, y pelear por él me enriquece hasta límites que yo aún no conocía. ¡Gracias, hermano!