Friday, September 29, 2006

Matti Yrjänä Joensuu


Hoy, mi mujer y mi hijucha me han regalado «Escrutaba la locura en busca de la palabra, el verso, la ruta», de Charles Bukowski, un libro que tenía muchas ganas de leer desde hace tiempo, que pedí varias veces a mi librero y que nunca conseguí que me lo trajese. Mañana le daré entrada y fin.
Por otro lado, ando reflexionando sobre la obtención del Premio a la Libertad que mañana nos será otorgado de manos del Ministro Jesús Caldera. No hay duda de que es un bonito empujón que nos llena de responsabilidad y de ganas renovadas, sobre todo un magnífico empujón para Juan, sobre cuyas espaldas siempre ha pesado la responsabilidad de nuestra actividad social y solidaria. Espero que mañana sea el día que marque el principio de nuevos proyectos y de mayores riesgos.

Dejo aquí mi abrazo de hermano al compañero de fatigas Juan Hernández, el Juanito de siempre, a la vez que le aseguro que es uno de los tipos más importantes de mi vida –y de la de muchas otras personas–. Eres grande, hermano, el más grande. Gracias por existir y estar siempre a mi lado.
(22:51 horas) Es inevitable sufrir en el transcurso vital, pero si ese sufrimiento no lleva consigo una carga de conocimiento, resultará absolutamente inútil, lo que lo multiplicará y terminará por hacerlo mucho más arduo. Sufrir es saberse vivo, y tal circunstancia –tal conocimiento– terminará siendo gozosa si se sabe procesar.
Lo más práctico es ser consciente de cómo vibra el dolor –sea físico o psíquico– y arañarle cada esquina para saber superarlo y aprender de él.

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