La fragmentación social está en uno de sus puntos máximos y el momento se muestra extremadamente amargo y con una mirada a futuro que solo promete desesperación para los ciudadanos, todo si nos basamos en tres o cuatro datos reales, como que el partido que debiera hacer políticas de izquierda está poniendo en marcha las más duras políticas neoliberales, circunstancia que nos lleva inexorablemente a dejar el poder en manos de quienes harán políticas aún más duras para el ciudadano, una paradoja que solo tiene sentido si se indica que la izquierda siempre racionaliza su voto y, por tanto, lo usa con verdadero afán democrático, y la derecha tiende a unirlo independientemente del carácter político, extremo o no, de quienes le demandan el voto y de las situaciones reales con capacidad de hacer variar el sentido político de una masa social. Y hay lo que hay, un país dividido en el que siempre son muchos más los que están en una onda reflexiva muy cercana a los postulados verdaderamente democráticos, y otros, que siempre son menos en número, que acumulan el voto y se llevan su gato político al agua que más les gusta. Un fracaso, por donde se mire, que viene propiciado por una ley electoral que hace las cuentas más extrañas que he visto en mi vida... todo hasta que la verdadera necesidad nos acucie y sea capaz de indicarnos un mejor camino fuera de colores políticos hechos de relleno y de marcas en las que creer a pies juntillas llevados por la propaganda y el subliminalismo técnico y mediático.
No voy a engañar a nadie cuando digo que quien sufre las lacras actuales del paro, el embargo, la necesidad pasado el día diez de cada mes... las va a seguir sufriendo gobiernen los rojos azulados o los azulones de camino al negro... va a dar igual, porque son más de lo mismo, los de siempre, los que cobran por jodernos bien jodidos tengamos una pequeña empresa o seamos parados de larga duración. Desde estos mimbres, y dejando claro que al constructor que no puede construir y al que no tiene hoy para comer les va a ir igual hoy con unos que mañana con otros [las cosas están como están y ya no tienen vuelta], solo nos queda poner sobre la mesa todos y cada uno de nuestros problemas de entorno y buscarles solución sin contar con esa mediación viciada de los políticos ‘profesionales’... compartir los problemas y buscarles soluciones “juntos” enfocando medidas con las que presionar a quienes tienen en sus manos las firmas y las tomas de decisiones. Ya es tiempo de volver a las calles para sentir el latido de los demás y compartir el nuestro con todos, tiempo de emocionarse porque aún es posible que esta derrota hecha nos lleve a una salida razonable y más justa.
El movimiento DRY tiene que ver mucho con todo esto y hoy estoy mas ilusionado que ayer por lo que esta sucediendo, todo a pesar de que tenga que seguir aguantando las estúpidas voces anónimas de quienes se sienten molestos por mi simple existencia... me tocan los cojones... y, además, también hago lo que hago por ellos.
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