Sunday, June 12, 2011

De una presentación entrañable y unas fotos robadas...

Ramón Hernández Garrido, Reynaldo Lugo y Marino González Montero durante la presentación de "El Principe que leía el Tarot y soñaba con mujeres".


Fue una presentación entrañable la que hizo Ramón Hernández Garrido del libro de Reynaldo Lugo, una presentación llena de referencias a un tiempo vivido aquí y entre algunos de los que estábamos presentes en el acto. Me gustó mucho y me hizo volver atrás en el tiempo durante unos minutos, cuando peleábamos con uñas y dientes por conseguir papeles a inmigrantes de diversas nacionalidades y de diversos estadios culturales. Recuerdo aquellos días como tramos vividos de verdadera aventura, escondiendo a nuestros amigos en pisos bejaranos, buscándoles trabajos esporádicos para que consiguieran algo con lo que sobrevivir y haciendo intentos con embajadas y comisarías de sus países para lograr encajarlos en la ley de inmigración... más de una vez nos la hemos jugado seriamente con esos trámites y con algunos actos decididos que sabíamos previamente que eran ilegales, pero era el hombre contra una ley absurda, y así lo entendíamos.
De aquellos días me quedó una impronta hermosa sobre el valor de la posibilidad y de la lucha [todos, absolutamente todos los inmigrantes que se pusieron en nuestras manos, lograron conseguir sus papeles y hoy viven entre nosotros con dignidad, trabajando y cotizando en España, con sus viviendas y hasta con sus pequeños lujos occidentales]... con casi todos mantengo una relación cercana y entrañable [solo una familia argentina –quizás de ahí vengan mis recelos con los argentinos, y pido por ello públicas disculpas– rompió los lazos en cuanto tuvo arreglada su situación, y no puedo negar que me dolió y aún me sigue doliendo cuando lo recuerdo... le pedí al cabeza de familia que asistiera a un acto público que organizamos sobre inmigración y me contestó que él no pertenecía a esa clase de gente y que no pensaba mezclarse más en esos temas... me pareció un gesto absolutamente ingrato con todos los que habíamos echado el resto por su familia durante más de un año y corté la relación... ahora creo que ese tipo tiene un puesto ejecutivo en una gran empresa y vive mucho mejor que cualquiera de nosotros... el puto egoísmo es verdaderamente cabrón... y hace daño... siempre hay alguna oveja negra, coño].
Cuando terminó la presentación, tuve la oportunidad de hacerle, por fin, algunas fotos a mi amigo José Manuel Andrino, que nunca se deja... y lo hice justo para poder hablar de él en esta bitácora con justicia y desde el gran afecto que le tengo. En la vida hay tipos grandes por donde se los mire, independientemente de su statu o de su trabajo. Mi amigo Andrino es director de una sucursal bancaria [‘cajaria’ sería mejor término], circunstancia que ya hace dar un pasito atrás a cualquiera y ponerse a la defensiva, pero él es uno de esos tipos especiales con verdadera capacidad humanista y con un alto valor sobre la amistad... generoso, siempre positivo ante cualquier circunstancia, con capacidad e intención constante de poner solución a cualquier problema y con una mirada muy tranquila al mundo [siempre me recuerda a ese ‘hombre tranquilo’ que tan bien plasmara en su día el gran John Ford bajo los gestos de John Wayne, que en la película hacía el papel protagonista de Sean Thornton... no sé por qué Andrino siempre me trae la imagen de Sean]... el caso es que saqué una ristra de imágenes que hablan por sí solas del valor de este tipo grandón y absolutamente generoso, unas imágenes que voy a dejar aquí para que os lo digan todo a partir de su mirada y de sus gestos.
Josema, gracias por ser mi colega, compañero.
Un abrazo fuertote y mil perdones por las fotos robadas.











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