Sunday, November 26, 2006

Nasir al-Din Nasir Hunzai


Ya va siendo necesaria una revolución en condiciones, una de aquellas con Bastilla o con Potemkin, una revolución de carritos de bebé rodando por escaleras, de sangre encharcándose y mezclando la miseria de los nuevos ricos con el triunfo de los viejos pobres –los ricos de siempre ya se ocuparán de irse a sus castillos de invierno a verlas pasar–. ¡¡¡Una revolución, coño!!!, sí, una que se cepille de un plumazo a los especuladores, una que no permita la presunción si hay pelas y la condena si no las hay, una que deje en camiseta de tirantes al gilipollas de corbata y traje de fina alpaca, en camiseta de tirantes y en calzoncillos blancos, una que se carge de un plumazo la cocina de diseño y las mingadas currucucú de todos los minimalistas mundiales... una jodida revolución con su estética de aquí se acabron los coches distintos y los ojos pagados para mirar y los oídos tapados para todo... una revolución sin colonia y sin jabón, sin cremas y sin aloe vera... una de agua clara y fría, un agua que despierte y despeje, que encienda motores sin más. ¡Ay!... aquella «Canción ritual que habla de España» del Pablo Guerrero que llenó mis días encendidos e incendiarios... «Tu cabeza está llena de bicicletas blancas, tu corazón un tren desbocado y oscuro. Por tus venas galopan caballos alarmados. Amas el sol y el riesgo, el fuego y el futuro. Islas hay en el tiempo donde vivir querrías y pueblos donde son las tareas comunes: En la escuela se aprende a manejar cometas y a vivir, que es lo mismo lo mío que lo tuyo. Y sales a la calle y la ciudad te niega, y dos y dos son cuatro y mañana hace frío y hay una chimenea debajo de tu cama y alguien dictando normas dentro de tu bolsillo. Y en la pared escribes tu granada de sueños, tu estallido de nuevos horizontes auroras. Y tu imaginación contra la gris costumbre pide: ¡la vida es nuestra!, ¡¡¡paraíso ahora!!!». Sí, coño, ¡¡¡PARAÍSO AHORAAAAAA!!!

(17:58 horas) Después del pasote currero del fin de semana –currando para «que me lo agradezcan»–, cabreado como un cura salesiano y sintiendo con rabia varios intentos de humillación profesional y personal de un par de pericos... cerré el garito a cal y canto y me leí a Raúl Vacas: «Al fondo a la derecha», una colección de sus artículos en «Tribuna Universitaria» que no me han llegado en el mejor momento –lo siento, colega– y su «Consumir preferentemente», con chulas ilustraciones de Pep Monserrat y una poesía ocurrente que me ha hecho sonreír y hasta pensar un ratito. Gracias al colega por aguantar mi cabreo con sus prosa, su versos y su tranquilo paso. Prometo un mejor día de relectura, que lo merece.

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