Ando obsesionado durante las últimas semanas con mis dibujos y no sé por qué me sucede esto... de pronto encuentro un trozo de papel y me lleno de nervios hasta que consigo minutos para empezar a mancharlo con mi pluma... nunca sé qué voy a hacer... arranco con una espiral, con algunas líneas... y de pronto me llega una idea sobre la que enredar, y enredo...
Cuando el dibujo va tomando forma, empiezo a cansarme de él y debo darme darme pellizcos de voluntad para acabarlo... y no sé por qué tengo tantas ganas de dibujar ni para qué lo hago...
Cuando miro los resultados, me doy cuenta de que siempre son descartables, de que me tiembla la mano y no tengo el trazo seguro, de que no sigo un método [pues no lo tengo aprendido] ni respondo a una necesidad que se parezca un poco a ésa que me lleva a la poesía... es todo muy automático, como un hambre, como una prisa, como una urgencia casi fisiológica.
Luego, cuando doy por acabada la mancha, miro el dibujo durante un largo espacio de tiempo y empiezo a preguntarme por qué, para qué.
Soy un tío raro, coño.
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