Thursday, May 20, 2010

Perdiendo el norte... y un par de conversaciones de sobremesa.



Pero si somos más o menos la célula primaria imperceptible al ojo y a la vez el Big Bang, el granito de arena minúsculo en un desierto infinito y a la vez puro universo complejísimo, la gota y el océano... ¿a qué las facturas y los créditos?
Si somos la mixtura de los cuerpos y el grito seminal capaz de un hombre, si tenemos el dominio parcial de las dendritas y armamos pensamientos elaborados, si entre nuestras capacidades están el llanto y la risa, si hasta echamos en falta a nuestro perro si nos deja un vacío o ya no ladra... ¿a qué ese especular con la absurda entelequia del dinero?
El Hombre está perdiendo el norte de su animalidad y está desperdiciando el magnífico don de la racionalidad con un absurdo de asuntos irreales.
Veamos... despiertas con la amanecida y el paisaje es el mismo de ayer y la gente que te rodea tiene la misma cara y se dedica a las mismas cosas, siente las mismas necesidades fisiológicas [respirar, comer, beber, defecar...] y su chorro vital no tiene pausa [exceptuando alguna muerte esporádica]... cada uno se dedica al uso de su vida con afán y altibajos... y todo sucede, todo se desarrolla con el tedio normal hasta el día siguiente... unos se aman ardorosamente a las doce de la noche, otros discuten con pasión sobre el último ganador de la liga de fútbol [ese Olimpo de aquí que hace que algunos filosofen sin gracia y se lleven las cosas a un ‘más’ que no es ni será nunca... el fútbol, por lo menos, divierte y saca adrenalinas que, de otra forma, serían verdaderas bombas atómicas en muchos hombres... y, al final, la verdad verdadera es que jode un puntito que gane el equipo de una ideología que odias, de un grupo al que denostas y de forofos a los que no aguantas como personas sin el fútbol metido por medio... en fin, que visca el Barça aunque yo sea un precharnego que envidia las estructuras catalanas y la organización que aquellas gentes tienen en lo suyo... y, además, la minusvalía vital y existencial anida en asuntos de mucho más calado que el fútbol, pero de eso casi nadie hace lecturas similares, y menos lecturas ocurrentes con resultados de vida efectiva], otros simplemente vegetan mientras algunos piensan en arreglar el mundo sin saber cómo hacerlo...
Así transcurre el día de cada uno, mientras las fieras rijosas de la especulación hacen su magia negra modificando el valor irreal de las cosas, enriqueciéndose mientras empobrecen a sectores completos y a países enteros... cuatro imbéciles cambiando el ritmo de todos por sus santos cojones, cuatro alimañas consumiendo vidas infinitas con su greña de billetes usados... ¿pero esto qué es?
Hoy tuve comidilla de trabajo y hablamos de algunas de estas cosas... escuché a regañadientes eso de “yo no soy político”, pero la verdad es que mi interlocutor era simpático y parecía buena gente... y sobre todo era emprendedor, un emprendedor dinámico y alegre... así que, mientras me hablaba y le dábamos fin a un plato de ventresca con pimientos asados, decidí que prefiero a un tipo alegre que dice ‘yo no soy político’ [y mira que me jode] antes que a tanto amargado que se sabe político y destroza la vida de los de al lado con malos humos... en la conversación –larga– salieron frases hechas del jaez de ‘yo no busco clientes, busco amigos’ junto a otras tan maravillosas como ‘me levanto por la mañana y sonrío, hago cosas y sonrío, inicio proyectos y sonrío, me muevo como un ratón y sonrío... y, aunque no consiga nada, me acuesto por la noche satisfecho... eso es la vida, amigo... o eso es mi vida’... debo decir que me agradó la compañía.
Ya por la tarde, que el día se me vino visitero, un amiguete poderoso vino a verme para invitarme a un café... y no comenzó bien, pues su boca se llenaba de imprecaciones al Z gobernante, y en un volumen bastante subidito... de pronto, intentando cortar el ritmo de sus quejas y bajar el nivel de su cabreo, le pregunté sobre la longitud de la crisis y, específicamente, sobre las dos graves caídas recientes de la Bolsa en EEUU y en Europa, y la reacción de los gobiernos de aquí con recortes duros y medidas difíciles y urgentes... y volví a sorprenderme al oírle decir que habría que acabar con la Bolsa, pero también con los partidos políticos... sobre todo con los partidos que encabezan sus listas con verdaderos inútiles que no sirven ni para tenderos... y ya flipé cuando me espetó de pronto... ‘hay personas que hablan y argumentan con auténtica maestría, personas formadas en lo ideológico y capaces de hacer planteamientos complejos brillantes... pero que solo hacen eso, no hacen nada más por los demás, no se toman riesgos, no saben compartir la calle ni son capaces de tomarse una caña entre risas... esos son los peores, Felipe, los realmente culpables de lo que nos sucede... y no los especuladores del suelo o los económicos, que esos lo son porque hay alguien que se lo permite y la genética del hombre se hizo para las oportunidades, porque hay tipos como el que te he descrito que solo hablan muy bien, que razonan de puta madre, tipos que saben lo que hay que hacer, pero no lo hacen, solo se dedican a decirlo...’... y yo en el fondo pensaba que mi amigo tenía razón, mucha razón... ‘la sociedad civil debe ser la responsable de las leyes, de que se escriban bien y de que se hagan cumplir con justicia y ecuanimidad... y la sociedad civil debe saber respetar a los que hacen algo concreto y tangible, a los que se toman riesgos de verdad, no esos riesgos de mentira que están hechos de palabras grandilocuentes... y debe castigar con dureza a quienes no hacen nada... y más a quienes dan los peores ejemplos, esos que saben cómo debe desarrollarse bien un sistema y se quedan de brazos cruzados porque les resulta más cómodo que ponerse manos a la obra... estos últimos no sabrán nunca lo que es equivocarse, porque no puede equivocarse el que no intenta hacer algo tangible cada día...’... oye, que estaba encantado de ver a mi colega tan encendido y tan clarividente... ‘en tu mundo de intelectualitos, Felipe, hay mucha bazofia de esa especie... ten cuidado con ellos... mira, yo siempre he sido claro, me he tomado riesgos en mis intentos y unas veces me ha ido bien y otras veces me ha ido mal... si he traspasado alguna línea y me han parado los pies, lo he aceptado y he seguido peleando... y he dado trabajo a muchas personas, a más de las que puedas imaginarte... y también he ganado mucho dinero... y lo he perdido, claro... hacer, Felipe, intentar, buscar y no conformarse ni dejarse llevar por sensaciones ajenas... ahí está la clave... y cualquier político será bueno, sea del partido que sea, si hace que las leyes se apliquen con rigor y si propicia que evolucionen hacia un mayor beneficio para toda la sociedad, y que nos dejen crecer dentro del sistema’... y me lo robaron de la mano un par de mediocres para llevarlo en volandas a reunirse...
Yo, entonces, me quedé solo un ratito frente a mi copa y pensé en sus palabras... sobre todo en esos ‘intelectualitos’ de los que me hablaba... la verdad es que mis amigos no son de esa cuerda, aunque sí que es cierto que conozco a muchos tipos así y me he rozado con ellos en múltiples ocasiones... por lo general son tipos insoportables, indecentes y absolutamente inhábiles para la amistad y la convivencia... su asunto es su dinero, sus cosas, su egotismo total y su egoísmo enfermizo... se arrastran por un puto euro, por un puesto, por unas palabras en letra impresa, aunque sean en la revistilla más cutre del pueblo... no dan ni los buenos días y siempre hablan cargados de razón y de mierdoso conocimiento... esos tipos solo se arriesgan a cruzar la calle con el semáforo en verde, nunca invitan a nadie ni a nada y tienen una expresión de contra en la cara que se hace insoportable a la vista... y su verdad es su constante amargura, que también es su fracaso...
En fin, que comí estupendamente donde mi amigo Cubino y luego departí un ratito con mi colega cabreado y cargado de razón.
Luego me fui a casa dándole vueltas a ese asunto tan extraño de que hay personas que te caen mal con solo echarles una mirada encima... yo procuro intentar cruzar unas palabras antes de componer mi criterio... pero eso me lo ha enseñado la edad, que antes no lo hacía.


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