Sunday, October 8, 2006

Lauri Soininen


Cada semana, sin falta no justificada, me da un arrebato dominical y matutino y me zampo dos programitas seguidos de la tele que están entregados a la religión. El primero es una ensalada judía con estética años 50 y el segundo es el famosísimo «Pueblo de Dios» –estética 36– con una tal María Ángeles que presenta muy castamente.
Hoy, los judíos han estado más comedidos de lo normal, celebrando una fiesta de rememoración de viajes de antepasados por tierras difíciles –estos tipos siempre atraviesan desiertos, se dejan barba y trencitas y, luego, se ponen a celebrarlo– (felices fiestas, muchachos).

El chascarrillo descojonante llegó con la programación católica, cuando la casta María Ángeles entrevistó a un tipo vestido de negro y con alzacuellos que daba nota de un congreso mundial de televisiones católicas. El cuervo dedicó unos minutos a enumerar los pecados mortales de las nuevas tecnologías y todos los peligros que contienen contra la moral cristiana. Cuando se vació de tanto pecado –una vecina mía diría de forma más castiza: «¡¡¡Echa tu veneno!!!»–, se arrancó con que los medios de comunicación audiovisuales son fundamentales para llevar la palabra de Dios a todos los rincones del mundo, con lo que –a pesar de mis tiernas legañas producidas por el sueño recien acabado– enseguida até cabos y deduje que las palabras sórdidas del involucionista Jiménez Losantos son palabra de Dios.

Ya era hora de que públicamente los cuervos reconocieran de qué jaez es su baba divina, por lo que me santigüé y, sin más, aporreé el mando a distancia para que me llevara a ver caer a otro dios en las pistas niponas: Shumy jodió su motor por acelerar más de la cuenta, poniéndole así un pequeño clavo más a su cruz.
Lo mismo es un aviso del que debiera dar nota mañana don Losantos en la COPE a la vez que agradece a los cuervos que le nimben la voz por la tele.
Palabra de Dios.
(19:42 horas)
[CHARLES BUKOWSKI: Yo era joven cuando mi héroe era joven, la única diferencia es que él se hizo famoso enseguida... ... luego se fue a Malibú y se sentó en la playa a mirar las olas que rompían en la orilla como embustes, como embustes, como embustes...]
Todo llega a encadenarse siempre, de forma fortuita, si, pero todo llega a encadenarse. Y es una ironía ver cómo el fracasado –el realmente fracasado, porque para llegar a lucir su Jaguar ha tenido que mamar mil pollas arrugadas– sonríe desde su poltrona sin saber más que el truco absurdo de crecer en falso, y sonríe porque su farsa funcionó y funciona cada día... Yo era joven cuando el fracasado también era joven, y le vi temblar de ira por conocer su propia incompetencia, y le vi tomar el camino torcido, subirse al carro del integrismo católico para medrar y llegar hasta una cima de asco bruñida de dinero... ....luego se fue al interior y se sentó en una playa inexistente a mirar las olas que rompían en la orilla como embustes, como embustes, como embustes...
[JOAN MARGARIT: cuesta entender la vida, no la muerte. La muerte nunca encierra enigma alguno.]
Vivir en legítima defensa es a veces lo que no se nos ocurre para vivir, porque existen los demás y nos agreden con su sola presencia muchas veces, y te sientes extraño, fuera de lo que estimas que debiera ser la vida, y te acostumbras a sufrirlos y no haces otra cosa que dejar pasar todo por encima o por debajo. Y la única riqueza que te queda en los bolsillos es recordar un tiempo que quizás ni existió o imaginarlo.
[CESARE PAVESE: La tremendad verdad es ésta: sufrir no sirve para nada.]
Y se me caen las religiones, las patrias, las revoluciones, los dentistas, los partos, el trabajo, el matrimonio, las guerras, los masajes tailandeses, los mártires, las prisiones, el hambre, la faja y los sostenes de blondas.
Es mejor indignarse y volver la cabeza antes que sufrir.

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