Thursday, October 12, 2006

Etty Hillesum


Tres días de silencio preparando una presentación para el grupo de investigación SDLM de la Universidad de Salamanca, y todo ha girado alrededor de la diarística entendida como estética de vida sin otro fin que el gozo personal y el placer hedonista del que suscribe. Ya veremos en qué acaba el asunto. Yo, por mi parte, estoy satisfecho del trabajo que he realizado y espero poder ponerlo en valor a su tiempo.
Terminado –o medio terminado, que yo no sé acabar nada–, le paso una copia a Antonio Gutiérrez y él me corresponde prestándome un arrebato fresquito, el «Panfleto antipedagógico» de Ricardo Moreno Castillo, prologado por F. Savater y editado en la colección «Leqtor discrepancias» –ya he comenzado su lectura y me encanta, coño, me encanta.

Como opción de reposo, me doy un paseote con el fin de hacer algunas fotos para los calendarios 2007, y eso me sirve para respirar hondo por la incipiente otoñada de la Fuente del Lobo. 76 imágenes para estudiar son el resultado de mi relax. Entre medias, me dio por fotografiar la ropa tendida que veía en los balcones bejaranos –es todo un ejercicio de conocimiento de la gente ver cómo cuelga su ropa y analizarlo... las bragas siempre por la cintura elástica, las camisas por los jarapales, los sostenes por los tirantes, los jerseys por los bajos y del revés, las zapatillas por la lengüeta, los pantalones por la cintura, las sábanas dobladas al medio... así funciona el percentil, y todo lo que se sale de estos parámetros da que pensar.

[RICARDO MORENO CASTILLO: ... la libertad y la igualdad son cada una frontera de la otra. Casi cualquier avance de una de ellas lo hace a costa del retroceso de la otra.]
Es jodido que dos conceptos tan ilusionantes, tan de crecimiento, sean resta el uno del otro. El problema es que mientras que la libertad parte y desemboca sólo del/en el individuo, la igualdad requiere siempre al grupo y le hace protagonista. Está chunga la cosa, sí, Ricardo.
(17:05 horas) Me entero de que le han otorgado el Nobel a Orhan Pamuk a la vez que me entero de su existencia, y me parece bien que un turco antisistema sea galardonado con tan alto reconocimiento «político». A mí me abre la mirada, porque ahora voy a leer algo de este tipo –ya opinaré entonces.
(19:14 horas) Ha venido a visitarme Malik, que ya hacía tiempo que no pasaba por aquí, y le he encontrado feliz, aunque jodidamente encebollado en su ramadán. Hemos estado charlando sobre las grandes posibilidades que tiene de irse a trabajar como traductor voluntario de inmigrantes en Plasencia, y le encuentro muy ilusionado con esa posibilidad. Vamos a tratar de conseguirlo en las mejores condiciones.

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