Tuesday, July 17, 2007

Un poema cruzado mientras espero.

Porque hoy he repetido el difícil arte del equilibrismo en farola para colgar un cartelón de blues y me han regalado cuatro camisetas negras, porque un poema triste de Belén Artuñedo se cruzó de pronto con el “Crossroad” de Tracy Chapman, porque el técnico de Xerox está instalándome una máquina nueva y no sé, porque siempre hay una cosa sexual en todo lo que miro, porque tengo sed y un teléfono móvil que no entiendo, porque no he ido a París tampoco este año… y quizás nunca, porque el dinero me toca los cojones y el tráfico está loco, porque Juanito lleva hoy una camiseta de Mazinger Z y su padre es un león herido, porque Diego es feliz y me encanta imaginarlo en su particular sueño americano, porque no me escribe Alexandra hace unas semanas y mi hija anda levantando el vuelo, porque J.R.J. es un simple esqueleto y Zenobia el retrato de la mujer que adoro en sueños, porque tomo café helado mientras G.S. come a mi espalda, porque no tengo ni un puto chavo en el bolsillo peronoimportaporquetengoamigos, porque hay invitados a comer en casa y no puedo quedarme en pelota picada, porque el Sol lanza rayos sin medir consecuencias y el horror norteamericano marca sus últimos muertos, porque hay varias visiones del mundo y todas son buenas y malas a la vez, porque miro cómo se agacha la camarera y me gusta, porque Álvaro Medina de Toro me ha confiado su “Hielo sobre un corazón vacío”, porque ando medio agotado y olvidé ir al magro encuentro PAN de poesía a gozar de mis amigos, porque Reynaldo está perdiendo la confianza en mí y no me extraña, porque me acuerdo a ratitos de Antonio Izard y no comprendo cómo no voy a volver a verle, porque Dios llora con lágrimas ajenas y falsas, porque he de maquetar dos revistas de nieve, porque sé que Riobó anda ahí con su bañista desnuda, porque se acerca un tiempo de melancolía y otro de pérdida, porque Magdalena sólo aguarda al riego diario y Ángel está en la luna de Valencia, porque me faltan cartas en el buzón y espero, porque hay ricos a mi alrededor y me dan lástima, porque ya no busco nuevas ideas y me resbala, porque un poema de Margarit me hace llorar y siento que estoy vivo, porque sigo actuando por impulsos, porque el sostén que avisa de unos pechos me enrojece los ojos, porque aún soy del Barça hasta la muerte, porque las horas son marcapáginas del recuerdo, porque Ada Salas existe aunque no me recuerde, porque el hombre es francamente superior a sus obras y lo sabemos pocos… … es mejor esconderse y gozar de lo que en la cabeza flota.

(22:28 horas) Me hubiera gustado haber escrito “Cuando vas silenciosa […] / y pisas las aceras / y pasas circunspecta entre la gente / con el periódico en la mano y una bolsa de pan […] / uno no puede más que preguntarse / cómo es posible que todas esas cosas / que componen el mundo / en este instante / –la realidad / tu realidad / la mía– / singan como si tal / indiferentes […] / y no hay un verdadero cataclismo / ni pase nada […] / (Salvo claro / la debacle que armas en mi cuerpo / y en este mirar mío que te acecha / obsesionado / torpe / detrás de una retina y unas gafas).”, pero lo hizo Víctor Botas para [me juego lo que sea] mi Paulina Cervero…
*Nota para la anónima y tímida quinceañera de edad no temprana: a mí me desarma este poema de Víctor Botas casi con la misma fuerza con la que describes esa “simple mirada”, me “descontrola” y me deja muerto…
Es casi lo mismo que te sucede a ti, pero de otra manera y por otro suceso… pierdo mi seguridad poética, mi engañosa seguridad poética…
¿Me preguntas que qué ocurre? Bien has de saberlo, aunque el resumen mejor es que estás viva, bellamente vivaz, hermosamente herida… y eso es grande a la edad que se te antoje… rubor, ardor, deseo… ¡No vas por mal camino!
De Tontopoemas ©...

No comments:

Post a Comment