Monday, August 27, 2007

La luna llena de esta noche.


Al lupanar bejarano le va muy bien la luna llena de esta noche. Una luna perfecta colgada al fondo de mi plaza lúgubre y faraónica… poniendo luz al lumpen de ratillas y gitanos con sus perros y sus botellonas de cerveza… y a los cenones de diario veraniego, que buscan en el Pavón su banquete mejor antes de pasear el silencio local de la entrenoche.
Hoy me encontré a un pesetilla meando en la plaza como si nada, regándola a ver si crecía alguno de los árboles cortados [eso decía]… ‘me daban sombra y fresquito, hermano… Ahora tengo que esconderme en los soportales pa huir del calor… con mi birrita y mis cigarritos, ya sabes… Por cierto, ¿me das un pitillo?… ¡Gracias, salao! Tú siempre me has caído bien, pero caerme bien a mí no es gran cosa, ¿verdá?… Un día te voy a comprar un paquete pa que te lo fumes tú solito… Mear es bueno, coleguita, sobre todo cuando te lo pide el cuerpo, que la chorrita sirva pa algo, ¿no?, que como estamos, ya es mucho mear, hermano, ya es mucho mear…’ Y le dejé disfrutando del humo y del seguro olor a orines de sus manos… ‘No curres mucho… que no es bueno’, me gritó cuando ya le sacaba distancia.
Y remiré la luna como si fuera un ojo par, allí puestito para verme subir como cansado la cuesta de Las Armas… Los hombre lobo tienen a sus lobas sentadas en tajuelas pillando el fresco de la noche, y a sus niños de suelta por la plaza jugando al escondite de rallar coches o a pintar con tiza pitos de mentira en las paredes o a saberse sus cuerpos en lo oscuro en un comosinada.
No aúllan, aunque saben hacerlo, porque cansa.
De LECTORAS

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