Monday, April 26, 2010

Hoy me gustaría escribir que hay un algo de dunas en mis ojos...


Hoy me gustaría escribir que hay un algo de dunas en mis ojos o que soy la Ginevra de Almieri en el poema de Velletti, la que murió dos veces... o que persigo al puma por los riscos rizados de Los Andes... o que simplemente me transmuto en el Lafcadio de Gide para hacer lo que me plazca...
Yo, que vi desde las fallas del Riff pastar a una manada de elefantes y me quedé absorto, que me abandoné una noche en las calles de Coimbra como un enmascarado, que paseé con zapatos gastados La Alameda y bebí agua en Longuido... yo, que comí un cocido madrileño con Pepe Hierro y perseguí jirafas en Karatu, que dormí en cama blanda cuando lo de las Torres Gemelas y escuché cantar a Mercedes Sosa una tardenoche de lluvia en los cristales... yo, que me emocioné bajo un baobab en Mangola y me dejé a la lluvia en el barrio occidental de Arusha, que pisé el volcán de barro y tuve en mis manos el pie recién cortado de un gorila... yo, que cené con glamour y la Montiel y pisé las salinas del Eyasi, que comí tortilla de avestruz y bebí en un hoteli junto a un Chaga... yo, que bebí con Ángel González y con Claudio, que sentí un temor ancestral en la Huaca de la Luna o paseé entre los cascotes del anteúltimo terremoto... hoy quisiera escribir con cierta cosa Steerforth, aquel irreflexivo de Dikens, y pediros en letras que recordéis de mí lo mejor, como yo hoy lo recuerdo... y me sintáis en las islas remotas jugando a trenzar palma o admirando el gran géiser de Strokkur con mi cámara alerta... que estoy cansado de este tedio diario y siento un yo qué sé de andar como perdido y tan sin norte...
Supe de la piel algunos días y también me asomé a un acantilado, sentí entre mis manos a mis hijos recién nacidos y ayudé a un hombre a erguirse justo antes de su muerte, lloré de impotencia y sentí amor y odio, caí y me levanté... y apenas he aprendido aún a decir que no cuando es preciso...
Recordadme de pie e imaginando mundos nuevos, cosas que hacer, disparos... imaginadme rendido por cualquier fracaso y dispuesto a empezar como si nada...
O, mejor, que no quede ni un rastro de mí mientras la hierba crece y el hombre sigue supurando en generaciones nuevas...
Hoy me gustaría escribir que hay un algo de dunas en mis ojos...

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