Cuando nos comunicamos, todo es tiempo, autorreferencia y referencia a lo otro... y nada más. Conociendo estos mimbres y dominándolos podemos establecer un discurso lógico con el que hacernos entender y explicar el mundo al otro o explicarnos a nosotros mismos. Y esto es fácil de comprender... no tiene demasiadas vueltas: tres herramientas que bien usadas dan resultados óptimos... pero aquí comienza el juego... ¿y si intentamos expresarnos procurando evitar el uso de esas tres herramientas?... expresarnos prescindiendo del tiempo, de la autorreferencia y de la referencia a lo otro... ¿sería posible?
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