Me levanto con la triste noticia de que el amigo Nel Amaro nos ha dejado, que ha hecho sin más su última boutade para ponernos, como siempre hacía, en el vilo de la pregunta más difícil... y con él nos vamos un poco todos los tipos de su generación, los que crecimos con él aprendiendo lo que es el verdadero valor de una vida.
Voy a quedarme, sin más, con la estatua de Zenobia empaquetada en la plaza de Moguer y el tipo de SEUR queriendo llevársela porque era un encargo de Nel Amaro.
Nel ha muerto, pero jamás lo hará su impronta.
Adiós, amigo.... siempre nos quedará Pulgu para poner a cada uno en el lugar que le corresponde.
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