Ayer pasé un ratito con Fernando Jover [director del corto “Todos somos Adrián”] y con Juan Carlos Pajares [guionista y actor], y me parecieron unos tipos estupendos. Es lo bueno de este pueblo, que de pronto te encuentras con gente interesante y terminas tomando una cañita y haciendo amistad… hoy llega Jaime de Armiñán y no quiero perdérmelo por nada del mundo. Por cierto, que Fernando Jover me regaló el título para un poemario: “Noche con dos lunas”, así que tendré que aprovecharlo, que un regalo es para eso, para aprovecharlo hasta estrujarle el gozo entero.
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Y me comí el calor como ningún día de este verano, a puros mordiscos… pero todo se arregló con el abrazo fuerte que pude darle al maestro y con ver su mirada [una de las más interesantes que tengo guardada en mi catálogo de miradas]… y me fui al trabajo, pero luego me escapé un ratito para estar junto a ese hombre sabio [me encanta la compañía de gente como Jaime… y a lo mejor hasta se me pega algo]… y también al lado de Juan Antonio Pérez Millán [un tipo siempre entrañable por el que siento un afecto especial… siempre hubo feeling entre nosotros] y de la amiga Ángela [a veces el trabajo se convierte en gozo, coleguilla]. Y eso, que me sentí estupendamente tocando el verdadero polvo de estrellas, que es el que sale de las manos de los buenos directores de cine, como lo es Jaime… y que pude abrazarle y decirle las palabras justas que deseaba decirle, ni una más.
La foto nos la hizo Ana, mientras Jaime le marcaba cómo encuadrar y dónde encontrar mejor luz.
Hay días realmente especiales… y éste ha sido uno de ellos.
Y me comí el calor como ningún día de este verano, a puros mordiscos… pero todo se arregló con el abrazo fuerte que pude darle al maestro y con ver su mirada [una de las más interesantes que tengo guardada en mi catálogo de miradas]… y me fui al trabajo, pero luego me escapé un ratito para estar junto a ese hombre sabio [me encanta la compañía de gente como Jaime… y a lo mejor hasta se me pega algo]… y también al lado de Juan Antonio Pérez Millán [un tipo siempre entrañable por el que siento un afecto especial… siempre hubo feeling entre nosotros] y de la amiga Ángela [a veces el trabajo se convierte en gozo, coleguilla]. Y eso, que me sentí estupendamente tocando el verdadero polvo de estrellas, que es el que sale de las manos de los buenos directores de cine, como lo es Jaime… y que pude abrazarle y decirle las palabras justas que deseaba decirle, ni una más.
La foto nos la hizo Ana, mientras Jaime le marcaba cómo encuadrar y dónde encontrar mejor luz.
Hay días realmente especiales… y éste ha sido uno de ellos.
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