Sunday, March 28, 2010

Leyendo 'Tornfallet' mientras descanso.



Hay un campo verde por detrás de mis ojos
en el que siempre estoy tumbado mirando a las nubes...
allí, un par de álamos son testigos mudos de mi sed
y se presiente el río como una canción vieja...
siento que una mujer nada desnuda en un remanso
y que las sombras vendrán cuando atardezca...
la mujer canta “Golondrina azul”
y el pelo vuela sobre mis ojos movido por el viento...

Esta es la sensación de leer a Joseph Brodsky a media mañana, mientras los hombres con sus máscaras van a recibir a la puerta de la iglesia a un Cristo presto para morir otra vez, como un disco rayado por el uso, y lo hacen con palmas trenzadas y ramas de olivo, acompañados de sus hijos pequeños. Yo no... yo estoy tumbado en ese campo verde, mirando a las colinas que hacen horizonte con mi frente, escuchando cantar a la mujer desnuda que ni siquiera presiente mi presencia.
Han vuelto los cernícalos ayer y ya están anidando en los tejados, han vuelto a echar con ímpetu a los pájaros negros que ocuparon sus nidos en invierno y andan tramando ya sus danzas de apareo sobre las uralitas... los ciclos se repiten a pesar de los hombres y sus cosas, y volverá el verdor en el monte de enfrente igual que cada año, y volverán los días claros con su calor a cuestas... nada cambia si no desaparezco... y si desaparezco, nada cambia.
Mañana impartiré una charla sobre creación a unos chicos de ESO [Educación Secundaria Obligatoria] y no sé muy bien sobre qué hablarles, no sé de qué forma intentar abrirles los ojos a la verdad relativa que es el sobrevivir en un mundo lleno de depredadores y hacerlo con felices y pequeños hallazgos diarios... Banksy* siempre es un buen apoyo gráfico para explicar a los adolescentes que el gozo de la creación consiste simplemente en llevar lo ordinario [que es todo] a la calidad de extraordinario, pues cuando ven sus graffitis comprenden enseguida el valor de la metáfora y la potencia de la descontextualización como medios expresivos y como valores de crecimiento personal. Yo creo que a los chicos no hay que engañarlos, ni hay que engañarse pensando que debemos protegerlos de todo poniéndonos mordazas [cada mordaza que nos autoimpongamos, terminará siendo una mordaza mayor en las bocas de nuestros jóvenes]... así que haré lo de siempre, me pondré como mal ejemplo, contando la historia de mis días hasta la fecha e intentando regalarles caminos por los que quizás decidan pasear algún día, dejándoles preguntas que despierten su curiosidad y mostrándoles obra de algunos artistas brillantes a los que simplemente les bastó una idea loca y sus ganas para llegar a conformar su universo creativo.
La verdad es que siempre me ha encantado estar entre chavales intentando hacerles llegar el veneno de las ganas de hacer cosas ‘inútiles’ capaces de conseguir que sus cerebros funcionen fuera de esa tontería que es la educación en nuestro tiempo [conocimientos absurdos acumulados sin razón alguna]. Espero poder estar a la altura de sus miradas y poder cambiar algún punto de vista en sus cabezas, aunque sea solo por unos minutos... espero conseguir que entren al engaño de la risa que voy a provocarles y que se enganchen sin querer a lo importante: dar rienda suelta a suS potencias sin temores.
Ellos se lo merecen, pues aguantan cada día un sistema hostil que los deja alienados en un trasunto absurdo pensado para la competencia y la competitividad, un trasunto que habrá de convertirlos en esclavos seguros de la sociedad mercantilista en la que estamos naufragando.





















*OBRA EFÍMERA DE BANKSY.

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