Sunday, March 21, 2010

Perfil bajo




Ni el mar de unos bollitos... el poema.

Triángulos, triángulos, triángulos...



Vuela la mano... el verso aún tiene tiempo.


Yo quiero un corifeo... que lo traigan.

Deliciosa, sin más... una gozada.



Hay una arquitectura que no existe... y es de otros.



La pose pasa y pisa... pesa poco.

Un beso de verdad es suficiente.


Mmmm... nada más que mmm... o solo eso.

La timidez esconde algo perverso.

Blando lo que has de ver... o blando todo.


Lo oscuro toma cuerpo... interrogante.

Suave la voz, su marcha, su cadencia...





Vino Amélie Poulaine y me di cuenta.




Estoy de perfil bajo, como un higo pasado o una vieja que ni sentarse al sol puede en su silla... estoy de perfil bajo porque espero como un adocenado, porque me quedo quieto en las esquinas sin saber lo que hacer o lo que hacerme, porque ya entiendo mal las actitudes y las aptitudes, porque no tengo ganas simplemente... estoy de perfil bajo porque sé que nada tiene tino esta mañana, ni ayer lo tuvo, ni anoche, ni anteanoche... porque hay nubes lascivas y no puedo o simplemente llueve... estoy de perfil bajo porque me duele un poco [solo un poco] el gesto del riñón y tengo ojeras, porque los pechos siempre terminan siendo el sostén y son mentira, porque todo carece siempre de algo... estoy de perfil bajo porque anidé hace días ilusiones y no son compartidas ni hay un camino cierto... estoy de perfil bajo porque me da la gana, y soy así, visceral en lo mío, caprichoso, mondongo y gatinín... estoy de perfil bajo sin quejarme más de lo que me quejo, simplemente dejándome, como una virgen dormida sobre el mástil... estoy como enfadado, medio en cueros, ni capitán ni nada [solo espeso], engurruñao, careto, sin masmédula, grotesco, infame, lóbrego, deshecho... estoy de mala gana, y no me place ni escribir, ni leer, ni pintar monas... y no tengo razón... o si la tengo, no parece importarle ni a mi sombra.
Pasé el día dibujando y me contuve... me hicieron esperar y me hice ovillo... y, ya entrada la noche, en los corrillos del bar de mis amores me insostuve... tomé la decisión a la una treinta: ‘la cama está mejor que esta polenta de música elevada’... tengo más de cincuenta y ya no puedo aguantar los embistes en el ruedo... tomé camino a casa, hacía frío, llovía a mares puros y temblaba... llegué considerando si quedaba en mí alguna razón para mezclarme... lo vi enseguida claro: soy de carne y solo me limitan los cansancios, algún dolor menor y este ser rancio a solas, en mi casa y sin honor... dormí como un osito... y solo... que, sin lugar a dudas, es mejor.
Esta mañana regalé mis dibujos de espera, que son estos:














Luego del desayuno, ya era tarde, algunos retornaron a sus cuevas con las maletas hechas y esa seda de haber estado aquí o no haber estado... al resto los llevé por carretera a ver nuestro paisaje de corrido... la Fuente del Lobo, El Castañar, El Nido... hasta encumbrar de Candelario en Casa Tolo... vinito peleón, algunas fotos, besos blandos, abrazos, despedidas... y ahora estoy como el toro en la corrida... sin orejas, sin rabo y con heridas por todo el cuerpo muerto... ¡Viva el toro!









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