Saturday, March 13, 2010

Los avisos bancarios...



:: viernes, 12 de marzo ::

No niego que estoy algo irascible últimamente –tengo montones de razones para estarlo–, pero hay gotitas que colman vasos y cabrean... el viernes pasado me llamaron de La Caixa para decirme que no había saldo suficiente para pagar el recibo de uno de los créditos de la imprenta... yo contesté que pasaría por allí a poner la cuenta al día en cuanto pudiese, y que si no podía el mismo viernes, lo haría el lunes [debo explicar que lo que había que ingresar ascendía a 167 euros de nada]... la cosa es que hasta el martes por la mañana, a primera hora, no tuve tiempo para acercarme hasta la oficina de LC [que ando muy apretado con algunos trabajos de diseño y confié en que mi amigo del alma, que es dire de esa oficina, no haría saltar alarma alguna por mi corto retraso]. Como digo, apoquiné el martes a primera hora y me volví tranquilito a mi curro. Bien, pues hoy, viernes, recibo dos cartas en mi domicilio particular, una a mi nombre y otra al nombre de Ángeles, intentando acojonarnos como avalistas de ese crédito por haber dejado impagado ese recibo a su vencimiento [repito que ya estaba pagado el martes]... llego a la imprenta y hay otra carta en los mismos términos a nombre de la sociedad... y mi socio me dice que ha recibido otras dos, una a su nombre y otra al de su esposa –que también son avalistas–, con el mismo amenazante contenido... y me cabreo un montón, me cisco en LC y en todo el puto sistema bancario... sobre todo cuando explico que ese crédito procede de una cuenta de crédito anterior que LC se negó a renovar en su día, obligándonos a transformarla en un crédito con esa historia del no poder hacer otra cosa que poner la pasta de golpe o aceptar sus condiciones, con esa mierda adherida de tener que hacer un seguro [no es obligatorio, te dicen siempre... pero te obligan a hacerlo], con unos intereses poco competitivos y nada parecidos al euríbor del día.
Los bancos y cajas son una mierda pinchá en un palo [todo a pesar de que en ellos trabajen como sicarios algunos amigos grandes, de siempre y míos... amigos que se tuercen a veces y a días]... se dedican a lincharnos y a acojonar a nuestras familias por cuatro putos euros [es más, estoy seguro de que nos van a cobrar las cinco cartas enviadas y la jodida llamada del viernes], no nos dan trabajo [todo lo hacen en sus imprentonas y con sus equipazos de diseño... y seguro que explotando al personal], le quitan curro a muchos de sus clientes autónomos vendiendo de todo lo imaginado... vajillas, cámaras fotográficas, ordenadores, juegos de toallas, marcos digitales, impresoras, televisiones de pantalla plana... y fomentan que sus empleados te den palmaditas en la espalda [‘puñaladas’, diría yo] cuando te ven por la calle.
Así que hoy, a pesar de mi amigo grande y de siempre con mando en plaza, me cago en las putas madres de todos los banqueros [a algunos bancarios sumisos también les toca], en sus consejeros de administración, en sus cargos intermedios... y me limpio el culo con sus corbatas horteras y con la puta gomina que se ponen en el pelo... son la casta más rastrera de todo el conjunto social, la más sucia, la más pérfida y la más dañina... peor que las ratas.
Debieran aprender de una vez que un hombre no está hecho de frío papel moneda, que el humanismo se gesta en el cuidado de los sentimientos propios y ajenos, que existe una palabra que ellos aún no conocen y que se escribe así: ‘dignidad’, que cada hombre nace y muere [ellos han de morir también, y les va a joder quizás algo más que a mí el desaparecer], que la confianza es la mejor apuesta para hacer negocios decentes [yo jamás les he fallado... ¡jamás!... y se han llevado buenas cantidades de mi bolsillo, en comisiones, en mis casi treinta años de autónomo... y ahora me envían estas cartitas de aviso... ¡cabrones!]... y las buenas maneras.
Estamos en una dinámica en la que nos quieren hacer creer que son omnipotentes, que son los únicos capaces de manejar el mundo y hacer que funcione... y el vulgo se lo cree, se acojona ante ellos, los teme y los respeta, entra por cada aro que ellos montan sin rechistar... pero todo se acaba... todo.

•••
:: hoy, a las 18:36 horas ::

Llevo el fin de semana en una vorágine pintora para quitarme el mal rollo enterito de mi calidad de fracasado empresarial... he pillado un cuaderno de actas antiguo que me regaló Antonio Gómez y me he puesto a dibujar mujeres con esa gula de quien se las quisiera comer enteras... y a todas las estoy acompañando con textos desatados, procaces, burros... me encanta hacer estas cosas cuando estoy en tensión y a puntito de estallar... dejar que la mano corra a su bola y se libere de toda la mierda contenida, de la presión de los bancos y las instituciones cobradoras, de los clientes rijosos que quieren humillarte porque no tienes salida... en fin... dejo aquí unas deformaciones informáticas del cuaderno, pues aún no quiero mostrarlo en su dimensión real, ya que pienso reintervenir en las páginas ya realizadas...
Oye, que me sienta bien hacer estas cosas, eh.














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