"Poema de amor", de Antonio Gómez.
Amiga Donce, muchas veces he hablado con Alberto de las falsas fronteras del Arte, de esa tendencia del hombre a dividirlo todo en apartados estancos definiendo [definir en creación es matar] y argumentando lo que ‘debe ser’ con duras fronteras... pintura, fotografía, poesía, cerámica, cine, grabado... Alberto se ha quejado muchas veces de que la cerámica es considerada por quienes ‘deciden’ como una artesanía o, en el mejor de los casos, como un arte menor de carácter decorativo. Su apuesta siempre ha sido –Alberto es un pionero en este campo– la de pelear la cerámica como Arte, pero no en un apartado estanco, sino en una mirada global y completa del hecho creativo. Su cerámica mural [absolutamente pictórica unas veces, totalmente escultórica otras veces, y profundamente poética siempre] patentiza su forma de ver el terreno del Arte como un 'continuo' sin fronteras plásticas ni físicas. Así pues, en esos apartados estancos, decididos arbitrariamente por estudiosos y críticos, hay hermosos terrenos nebulosos en los que se mezclan los distintos sistemas y todo tiende a emborronar esas definiciones marcadas y asumidas. La poesía concreta es una parte hermosa de ese terreno de nieblas, una parte hermosa y peligrosísima, difícil y totalmente agobiada por la mediocridad [has de saber que cuando se abren caminos creativos nuevos, siempre se apuntan miles y miles de fracasados para intentar epatar con mediocridades y bazofias amparados en la novedad, y eso hace que resulte muy difícil establecer cánones y aceptar valores].
En principio, la poesía concreta nace como una recusación formal al concepto clásico de ‘poesía’ [ellos llaman a la poesía al uso ‘poesía versal’]. La historia del ‘concretismo’ toma forma oficial en 1953, con la publicación del “Manifiesto por una poesía concreta” por parte del sueco Oyvind Fahlstrom. Pero todo viene de mucho antes, pues se pueden tomar como punto de partida ‘los ideogramas’ que diversas civilizaciones utilizaron como forma de comunicación y expresión hace muchos siglos... en la Grecia clásica ya existían poetas con formas físicas conocidas [busca obra de Simias de Rodas], en la Edad Media puedes encontrar hermosos ejemplos realizados por miniaturistas o por los judíos de la Cábala, que escondían palabras en cuadrículas para dejar mensajes múltiples... y así hasta Mallarmé, que nos descubre en la poesía un espacio nuevo: el espacio donde se ubican las palabras del poema y el vacío de los silencios y los blancos [Mallarmé juega con los blancos del papel para tensar o destensar, para dar ritmo o cortarlo...]. Luego llegó el Futurismo con sus aboliciones [quitó del poema adjetivos, adverbios y signos de puntuación] y la suma de la pintura a los sonidos, valorando las cacofonías y hasta el peso y el olor... dándole poco a poco un valor poético a lo sensorial [especialmente a lo visual, trabajando fundamentalmente con los conceptos ‘velocidad, ‘simultaneidad’ y ‘ubicuidad’ aplicados a sus textos]. Los Futuristas fueron capaces de conseguir la primera ruptura con las formas tradicionales de leer y escribir poesía.
A la vez, en Rusia se reaccionaba contra el Simbolismo de una forma muy curiosa: dando a la palabra valor autosuficiente en sí misma, es decir, valorándola por lo que sugerían sus signos, no por su significado... y luego Apollinaire con su “Calligrammes” lleno de poemas ideogramáticos... y después el Dadaísmo con la poesía fonética y su renuncia al lenguaje conocido hasta esa fecha... y más tarde Artaud y el Letrismo [hay información a lo bestia de todos estos movimientos y de los tipos que los llevaron a cabo, información a la que puedes acceder en la red sin problemas si te pica la 'cueriosidad', amiga Donce]...
El caso es que a partir de los años sesenta comienza la gran moda del Concretismo y múltiples autores de diversas procedencias comienzan a experimentar y a presentar sus trabajos creativos, estableciéndose apartados diversos que van agrupando a los autores en poetas fonéticos, poetas visuales o poetas de la poesía objeto... y esa historia llega hasta nuestros días con demasiados altibajos, con mucha morralla y poca mena, con multitud de propuestas fallidas y algunas realmente brillantes...
El asunto ahora precisa de tiempo y de serenidad para ser centrado y para que el tiempo haga sus descartes... y es aquí donde ubicamos a Marcel Duchamp y a Joan Brossa como dos de los creadores que permanecerán por sus propuestas de calidad en todos los sentidos.... y también a Antonio Gómez y a Chema Madoz, que desde mi humilde punto de vista son los naturales continuadores de la magnífica obra de JB.
Voy a dejarte algunas obras diversas para que te hagas una idea del asunto más gráfica.
Ideograma sumerio.
Detalle de un códice miniado medieval.
La Cábala Judía.
Caligramas de Mallarmé.
Obra de Apollinaire.
Obra de Antonin Artaud.
Obra de Oyvind Fahlstrom.
Obra de Marcel Duchamp.
Obras de Joan Brossa.
Obras de Antonio Gómez.
Obras de Chema Madoz.
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