Decir jamás es como decir luego.
Morir simplemente porque sientes envidia de los muertos.
¿Cefalea?... pues que no lea [para Gu].
Cada voz lleva su eco a la espalda.
Un hombre es la mujer que aún no se ha ido.
Todas las iglesias me huelen a bodega.
Dijo: “eso que has pintado es una cochinada”.
Dije: “pero si todos los hombres la tenemos ahí, entre las piernas”.
Dijo: “será por algo que la llevemos siempre tapada”.
Dije: “quizás sea por las cistitis”.
Dijo: “es una cochinada”.
Dije: “quizás la cochinada esté en la mirada sucia y no en lo mirado”.
Luego hizo una cruz en su cara.
Cosas del catolicismo.
Con los años terminamos siendo una geología.
Me preguntó mi hijo: “¿Papá, no sería mejor decir ‘sangrario’ en vez de ‘sagrario’?
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