Dibujo de hoy en mi Tricassi Cerasa.
Hoy, a la hora del primer café del día, me faltó Pablo, compañero matinal de comentarios y chascarrillos... pregunté por él al amigo Manolo y me contó que ayer por la tarde fue víctima de un infarto y que lo llevaron a Salamanca de urgencia... mis mejores deseos para el amigo y toda la fuerza que tengo para que salga prontito y perfecto de ese mal rollito... un abrazo fuerte, Pablo.
Luego la cosa tiró por los caminos de la Duquesa de Alba, que hace un par de días pasó por Béjar con su noviete para ver la iglesia de El Salvador, pues parece ser que ambos están buscando un templo peculiar para su boda carcamala y heredera... Josema les hizo algunas fotos con su teléfono móvil y me las enseñó como prueba fehaciente de que esa pareja ursulina, latifundista, supermediática y multimillonaria pisó, a lo poco, los escalones que dan paso al templo del vaticanista cura Félix... lo que nos faltaba para entrar en los anales televisivos del amarillismo cagaleril, que la ‘duca’ y el señorito decidan hacer sus votos ancianos en nuestra ciudad estrecha y cusaquiana... eso sumado a que hace unos días toreó el tal Canales en nuestra plaza centenaria y también vinieron los mierderos periodistas amarillos a filmar al matarife para sonsacarle mondonguerías de sus asuntos sexuales... una suerte, como digo, para esta esquina mundial perdida, hasta ahora, de los ojos molineros de la prensa.
Otro recuerdo para Pablo en el turno del segundo café [que algunos de los contertulios se toman siempre dos... yo con uno ya voy listo] y un repaso comentado a la fortuna de la noble y vieja procoima, que es dueña de media España y mantiene un montón de privilegios que muy poco tienen que ver con lo democrático moderno.
Y me tiré al curro, que hoy es poco, mientras esperaba la lluvia necesaria y prevista por el claustro meteorológico español... maquetación de un librito para mi amiga Mayca, tarjetas comerciales, envíos diversos de material por mail, ratitos de valoración de los próximos trabajos con la compaña, visita a “Zapatón” para hacerle unos tuneos de fachada [le compré un afinador para mi guitarra al amigo Caldera]... y llegó la lluvia, hermosa y vivificante... y salí a la calle a mojarme un buen ratito para sentir de nuevo esa liberadora sensación de los chubascos... me encanta el día de hoy hasta el punto de que lo firmaría para los restos... y luego empecé a leer a Elías Canetti, un texto muy recomendado por Antonio [tres veces en diez minutos me dijo con gestos intensos que no deje de leerlo], “Libro de los muertos”... y en ello me quedo para pasar la tarde hasta que llegue algún currillo que hacer, que de momento estoy limpio.
Otro dibujo de hoy en mi Tricassi Cerasa.
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