Monday, April 13, 2009

The spirit of spring, paintings

William Clarke Wontner


Guillaume Seignac



Llegarán los almendros en flor a tu ventana
huídos de mi pensamiento,
y el temblor del olivo
que se estremece al paso de la noche.

Pero yo, cada vez más perdida en tus palabras,
no tendré fuerza para llegar hasta tu puerta,
me quedaré vagando por las calles,
desgranando temores por la tierra de Kampa,
dialogando confusa con el aire,
bailando cortesmente con el río la danza de la muerte,
con delicados arabesques
y oscuras reverencias.

No intentaré siquiera hablarte con la lluvia,
ni cabalgar el viento
y escondida en sus crines
devolverte el perfume de las rosas

que tú de un solo gesto, de una vez para siempre,
has desenterrado para mí
con toda la encendida primavera.

Llegarán los Almendros...
de Clara Janés




Emile Vernon


Édouard Manet


Emile Nolde


  • ¡Toda la primavera dormía entre tus manos!
    Iniciaste en un gesto la fiesta de las rosas
    y erguiste, enajenada,
    esa flecha de luz que impregna los caminos.
    ¡Toda la primavera!
    Fervores del instante transido de capullos,
    gracia tímida y leve del perfume sin rastro,
    caricias que despiertan el sexo de las horas.
    Brotaron de tus palmas en éxtasis gozoso
    los trinos y las brisas.
  • Y tu ademán secreto
    despertó en rubores la pubertad del mundo.
    ¡Todo vino por ti! Porque tus manos lentas
  • ciñeron brevemente mi carne estremecida,
    porque al rozar mi cuerpo
  • despertaste una flor que trae la primavera. "
  • Ernestina de Champourcín
  • Primavera


Mari Fe Romero Campo


Benjamín Palencia


Javier Clavo


John William Godward


Georges Rochegrosse


Claude Oscar Monet


Hiro Yamagata


Albert Moore


Alberto Durero


Clare Annice


Alexandre de Riquer


Alexi Zaitsev


Alfred Sisley


Aron Buj


Camile Pissarro



Antonio López García


Andreas Harsch

  • Alabada sea tu alba carne, mi telúrica.
  • Bendito el tuyo vientre que me consume.
  • El centro sin centro de tu cuerpo,
  • una esfera que lentamente nos llueve.
  • Unidos por lo frágil me conmueve la suave trama de tu piel.
  • En la lenta corrupción de las horas, la soledad y su húmedo poso de caricias nos callan.
  • Eres agua y de agua me cubres.
  • El hombre cuando ama se lamenta,
  • sabe a lloro el llanto de su delicado afán.
  • Alabada sea tu alba carne al mediodía.

Poema Consagración de la primavera
Luis Alberto Arellano


Andrey Aranyshev


Anónimo Romano


Béla Iványi Grünwald


Benjamín Palencia


William Bouguereau


Camille Pissarro


Carlo Bevilacqua


Carlos Schwabe


Chen Yongle


Claude Oscar Monet




Edward Matthew Hale


Emil Nolde




  • No tienes tú la culpa si en tus manos
  • mi amor se deshojó como una rosa:
  • Vendrá la primavera y habrá flores...
  • El tronco seco dará nuevas hojas.
  • Las lágrimas vertidas se harán perlas
  • de un collar nuevo; romperá la sombra
  • un sol precioso que dará a las venas
  • la savia fresca, loca y bullidora.
  • Tú seguirás tu ruta; yo la mía
  • y ambos, libertos, como mariposas
  • perderemos el polen de las alas
  • y hallaremos más polen en la flora.
  • Las palabras se secan como ríos
  • y los besos se secan como rosas,
  • pero por cada muerte siete vidas
  • buscan los labios demandando aurora.
  • Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
  • ¡Y toda primavera que se esboza
  • es un cadáver más que adquiere vida
  • y es un capullo más que se deshoja!


Poema Lo Inacabable
de Alfonsina Storni


Emma Florence Harrison


Eric Harald Macbeth Robertson


Erich Heckel


Evelyn Pickering De Morgan


Eugene Grasset


Evelyn Pickering De Morgan


Ferdinand Hodler


George Hitchcock


Masa Freszty


Frances Macdonald


Francisco de Goya y Lucientes


Francisco Iturrino


Francisco Sebastián


Franz Xaver Winterhalter


Frederick Stuart Church


George Pierre Seurat


Jean Léon Gérôme


Victor Gilbert


Gusev Vladimir


Gustav Klimt


Joaquín Mir


Vincent Van Gogh


Giuseppe Arcimboldo


John William Waterhouse



Gusev Vladimir


Gustav Klimt


Gustave Caillebotte

  • El amor te convierte en rosal
    y en el pecho te nace
    esa espina robusta como un clavo
    donde el demonio cuelga su uniforme.

Al tocar lo que amas te quemas los dedos,
y sigues, sigues, sigues hasta abrasarte todo;
después,
ya en pie de nuevo,
tu cuerpo es otra cosa,
…es la estatua de un héroe muerto en algo,
al que no se le ven las cicatrices.

  • El amor te convierte
  • Gloria Fuertes



Henrietta Rae


Henry Meynell Rheam


Henry Siddons Mowbray


Hermen Anglada-Camarasa


George Hitchcock


E. Antipova


Jaime Morera y Galicia


James Jacques-Joseph Tissot


James Jebusa Shannon


Joaquín Mir

  • Rosa divina que en gentil cultura
    eres, con tu fragante sutileza,
    magisterio purpúreo en la belleza,
    enseñanza nevada a la hermosura.
  • Amago de la humana arquitectura,
    ejemplo de la vana gentileza,
    en cuyo ser unió naturaleza
    la cuna alegre y triste sepultura.
  • ¡Cuán altiva en tu pompa, presumida,
    soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
    y luego desmayada y encogida
  • de tu caduco ser das mustias señas, con que con docta muerte y necia vida, viviendo engañas y muriendo enseñas!
  • Sor Juana Inés de la Cruz





Joaquin Sorolla y Bastida


John Byam Liston Shaw


John William Waterhouse


Pierre Auguste Renoir


José Villegas Cordero


Julio Romero de Torres


Karel Masek


Cornelis Théodorus Marie Van Dongen


Mari Fe Romero Campo


Mariano Salvador Maella


Guillaume Seignac


Mela Escalera


  • Gota a gota se me esfuma la vida
  • esta lluvia que hace florecer mis mañanas
  • se resbala a golpes de silencio
  • retumba en mis oidos este vano intento de olvidar
  • aquella primavera,
  • se me cuela en la sangre
  • pronóstico torrencial que enmudece mi alma
  • a ritmo demencial de recuerdos
  • de tu boca bebiendo en mi acera.
  • Aquella primavera
  • C.P.




Mikhail Aleksandrovitch Vrubel


Jean François Millet


Alphonse Mucha


Nadiesda Chernikova


Norman Rockwell


Paul Cornoyer


Pedro Alejandrino Irureta Artola


Pierre Auguste Cot


Pierre Bonnard




Henry Ryland


Salvador Dali


Sandro Botticelli


William Lester Stevens


Santiago Rusiñol Prats


  • Juegas todos los días con la luz del universo.
  • Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
  • Eres más que esta blanca cabecita que aprieto como un racimo entre mis manos cada día.
  • A nadie te pareces desde que yo te amo.
    Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
    ¿Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
    Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
  • Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
    Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
    Hasta te creo dueña del universo.
    Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
    avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
    Quiero hacer contigo
    lo que la primavera hace con los cerezos.
Pablo Neruda


Sergei Chaplygin


Sir Edward Burne-Jones


Sir Edward John Poynter


Michael Norviel


Sir Frank Dicksee


Sir Lawrence Alma-Tadema


Pierre Bonnard


Grant Wood


Thomas Blacklock


Thomas Millie Dow


Vincent van Gogh


Vittorio Zecchin


Walter Crane


William Waterhouse


William Chadwick




Frank Cadogan Cowper


Nikolai Efimovich Timkov


Sir Edward John Poynter


Allan R. Banks


Odilon Redon


Diego Rivera



Jaime Morera y Galicia


Harald Sohlberg


Arthur Hacker




  • En tanto que de rosa y de azucena
    se muestra la color en vuestro gesto,
    y que vuestro mirar ardiente, honesto,
    con clara luz la tempestad serena;
  • y en tanto que el cabello, que en la vena
    del oro se escogió, con vuelo presto
    por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
    el viento mueve, esparce y desordena:
  • coged de vuestra alegre primavera
    el dulce fruto antes que el tiempo airado
    cubra de nieve la hermosa cumbre.
  • Marchitará la rosa el viento helado,
    todo lo mudará la edad ligera
    por no hacer mudanza en su costumbre.
  • Garcilaso de la Vega
  • SONETO XXIII



Franz von Stuck



Gino Severini

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