Thursday, July 8, 2010

Calor y oxígeno



El día ha sido tórrido, caliente, abrasador... pero ha llegado cargadito de oxígeno gracias a que, por fin, hemos podido acceder a una línea de crédito que me pone en las sienes una sensación de verano tranquilo. Llegar hasta aquí ha sido realmente duro, pues durante más de ocho meses pendía una terrible espada de Damocles sobre mi futuro y el de los míos, y me ha costado bastante aclimatarme a la situación.
A toro pasado puedo comentar que he transitado por diversos estadios anímicos que me gustaría que no se repitieran en mi vida [que no se repitan juntos, por lo menos]... desaliento, nerviosismo extremo, sensación de fracaso, agobio incontenible, decepción, falta de aire, ansiedad ante lo pretendidamente inexorable, rabia, humillación, sentimiento de culpa... pero he sabido salir de cada uno de esos vacíos con más o menos suerte... lo peor de todo este tiempo negro ha sido la sensación constante de desprotección institucional, un sentirme atacado con saña y sin justicia por lo público, un quedarme anonadado por esa agresión despectiva del Estado que consiste en hacer que cuadren sus números por encima de cualquier circunstancia de lógica humana... sentir que a lo público no le interesa mi esfuerzo por mantener unos pocos empleos y un proyecto de vida con importantes ramificaciones que implican a un montón de personas con nombres y apellidos... y, luego, percibir netamente la enorme fragilidad de la figura de un pequeño empresario autónomo en contraste con esa cosa celular que siempre me ha hecho sentirme parte pequeña, pero importantísima, de un todo que debe estar bien engranado.
Durante todo este tiempo me he expresado en estas páginas con desánimo y, algunas veces, con sensación de derrota; he despotricado contra entidades, instituciones y personas [creo que con justa razón en la mayoría de las ocasiones] hasta incluso llegar a tocar algunos límites... y, sobre todo, he centrado mi idea sobre el mundo y sus causas y efectos.
Hoy me siento feliz después de muchos meses y sudo a lo bestia... y solo quiero abrazar a mis empleados y agradecerles el hermoso sacrificio que han hecho durante estos meses y la absoluta fidelidad que han mostrado hacia mí y hacia la empresa que juntos intentamos sacar adelante cada día... sin ellos no hubiera sido posible de ninguna forma llegar hasta este punto esperanzador en el que estamos hoy... ahora nos queda seguir trabajando.
Por la tarde vi el partido de semifinales en el que España ganó a Alemania... la primera parte la vi solo y tranquilo en casa, y la segunda parte la vi en PdT subrayada por la comicidad de Arturo, un viejito pintor local que pasó su vida laboral en Alemania y que su único afán durante el partido consistía en traducir los nombres de los jugadores alemanes a los que allí estábamos, ante el jolgorío general... marcó Puyol y decidí no seguir viendo el partido, porque me puse nerviosete y no me aguanto a mí mismo en estas situaciones absurdas.
Por la noche salí a dar una vuelta con Guille para que disfrutase de la alegría que expresaba la gente por la calle, todos con banderas españolas y vestidos con los colores de ‘la roja’, hasta que nos pilló el sueñito y nos marchamos a dormir sudando en casa.


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