A veces, cuando los ojos son manos, es mejor no detenerse a mirar.
Oye, que otra vez llegó el blues [este año con unas semanas de adelanto sobre la norma] y me puse mi polo viejo y los pantalones negros de bluesear, los calzoncillos rojos Simpson, calcetinillos y zapatos cómodos... pillé mi bolso de bandolero [con el tabaco, las llaves y la Nikon] y me hice la subidita al Castañar a eso de las 22:20 horas. Tenía cierto temor de que no hubiese tanta gente como otros años [muchos de mis amigos que comparten afición por el blues andan estos días de vacaciones en la costa]... pero estaba muy bien de público el asunto. Nada más entrar, empezó el rito de saludar a la gente de todos los años, gente de aquí [la de todos los días] y bastantes amigos que viven fuera a los que solo veo en estas fechas y en el festival... todo tenía el mismo regusto molón de siempre y me sentí muy feliz nada más pisar la arena de la plaza de toros bejarana.
Ya estaba actuando Larry Garner y me fui directo a primera fila para escucharle... realmente magnífico [para mí, el mejor de la noche]... blues clásico, caliente, implicado, a veces desgarrado y otras con una mezcla de alegría y tristeza muy interesante... lo disfruté solo, en silencio, moviéndome al ritmo de la música y tomando algunas fotografías cuando sentía el impulso de hacerlas [este año he jugado mucho con los barridos]. El tema final me pareció francamente magnífico.
Durante el descansito entre la actuación de Larry y Canned Heat, me fui a la barra de bocatas a ver a mi negrito You [ahora apodado “rubio” por su colega Mario], que estaba de despachante, y a tomarme una birrita con bocata de panceta y queso... y allí andaban ya mis iguales generacionales [Alberto Hernández -y su chica, que es un cielote y bien gauapa-, Luisito ‘Fune’, Eloy...] y la generación entera MPDL, que se aglutinan siempre cerquita de mi You con sus risas constantes y esa alegría que jamás les abandona... y llegó Canned Heat, con algo menos de blues que Larry, pero con un sonido espectacular... su repertorio fue diverso y unos temas me fascinaron y otros me dejaron frío [no porque lo hiciesen mal, sino porque yo no soy jevilete y ese tipo de música no pertenece a mi tradición musiquera]... repitieron el mismo tema final que hizo Larry Garner, pero no hubo color en la comparación... y otro descansito hasta que llegasen los Climax... algo de charla y la aparición salvaje en la arena de una chica latina con un enorme tatuaje en el vientre y con un argot corporal absolutamente latino, un argot que no iba para nada con el asunto bluesero, pero que nos dejo a todos los ojos como manos... un verdadero espectáculo de plasticidad, lubricidad y erotismo en un como quien no quiere la cosa... ¡flipante!... dos cervecitas más y a escuchar a Climax, de los que destaco el sonido de la armónica, la puesta en escena de su organista [y el solo que hizo] y un tema delicioso que me enganchó, del que Alberto me explicó que era un tema famoso de los 70 que a él le gustaba un montón en aquellos tiempos albertos... me alegré de compartir ese gusto puntual con mi amigo e intenté buscar ese sonido en mi memoria, pero no lo encontré. Durante todo ese tiempo estuve con mi hermana y mi cuñao Manolillo... bailamos, nos reímos, fumamos hasta donde se pudo y nos retiramos a las cuatro de la madrugada para guardar fuerzas para la siguiente jornada, que es muy prometedora.
El tipo de Climax se parecía al 'Suy' en una mala noche.
Barridos diversos de Canned Heat.
El matrimonio Hernández junto a Eloy.
JASP sí visita a su odontólogo con frecuencia.
Larry Garner... el que más me gustó de la jornada.
El matrimonio Antúnez... gente estupenda a la que quiero un montón.
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