Monday, July 7, 2008
Una mierda pinchá en un palo.
Está hoy como de baja la prosperidad en este país y no sé si es culpa de la energía atómica por frotación humana o del eolismo cocoliso que se ha hecho presa de las cabezas políticas. El caso es que a la ‘acelerada desaceleración’ se une la mediocridad de los nuevos políticos que sacan los partidos a sus escaparates [lo mismo lo hacen para que se den de bruces con la realidad y mueran en el intento, salvando así los culos de barones y reinonas]. Ni PP ni PSOE han sido capaces de ofrecer equipos del garantía al ciudadano [ni siquiera ministros, que los de esta tirada son flojos de cojones], y la cosa va de culo y cuesta abajo, con el consiguiente sufrimiento de las clases apuradas, que son los que siempre pellan con los platos rotos y con las milongas pagaderas.
A joderse tocan… y yo creo que sí hay culpables nacionales que se suman a los consabidos árabes y bushes, culpables que meten su dinero en inversoras [a mí me llaman cada día dos veces de una que se piensa que tengo pasta… infelices] que se dedican a la pura especulación y al tiburoneo petrolífico y arrocero sin que nadie les pare los pies, haciendo que lo que se juega en el virtual terreno de las bolsas repercuta en hambre y deudas… Ahí es donde debiera entrar nuestro gobierno a segar patitas por los tobillos, en las tramas corporativas que retienen materias primas y en los tontosdelculo que ponen su pasta a reproducirse en esos nidos de víboras.
Ya está bien, coño, de tanta ruina devenida de la falta de seriedad política y la baja idoeneidad de nuestros gestores directos y de sus opositores. Esto es una puta mierda pinchá en un palo.
•••
Tres marineros viejos miran desde mis ojos cómo vuelan los cormoranes, pero no hay mar ni aves. Tres marineros viejos lloran desde mis ojos porque en la tierra firme las camas son tan sólidas como los espigones y ahogarse no es un drama. Tres marineros viejos se comunican desde las comisuras de mis labios moviendo sus banderas y el viento desarregla su ortografía de gestos.
Y suenan las sirenas en mi vientre llamando a los servicios naturales del día.
Tres marineros viejos regresan a mis manos por la tarde, y allí miran curiosos los mapas de navegación y escriben con desorden en la bitácora el rumbo que hay que darle a este cuerpo hasta el próximo cementerio marino.
Yo, mientras tanto, me deslizo a favor del viento sin un destino fijo que no sean las sirenas cantando la tragedia por llegar:
“Deudas tengáis y podáis pagarlas, pleitos y los ganéis, amantes y las llenéis de anillos y collares, casa y se os queme para que la pague el seguro, negocio y se os llene de trabajo hasta dejaros secos, criadas y os sirvan la sopa con el dedo dentro… lalalalala…”.
Y el pomporompón con el alzacuellos de verano mirando a las niñas sin mácula, y La Roncesvalles enseñando las bragas negras de blonda, y mi You con traje y corbata roja, y la gitanilla chica orinando en las escaleras de la iglesia, y el crucifijero vestido de albañil y mirando las costura de La Campeona, y el viejino sin notarse nada entre las piernas, y la rusa abrazada como un caracol al escayolista de Plasencia, y el rumano cocinero en paro, y El Peluca Matusalén con un año más [felicidades], y la pastelerita haciendo masa sobaquera [que para eso es el verano], y Dios en todas partes menos en las mías, y las bragas tendidas al oreo junto a un par de camisetas y unos tejanos viejos, y las birras a cuarenta céntimos la lata, y ponme un litro de gasofa y me lo envuelves para regalo, y mira cómo vengo, y los chinines con un stock sobrante de banderas españolas, y El Brillantina haciendo pis en su negocio nuevo [que los pijos no mean], y el peluquero que ha vuelto a cortar a tazón, y Josema de albatros, y el mangurria de abajo metiendo mano a saco a una venezolana, y la vecina siesa voceando a su hombre [como siempre], y el Filito en la puerta esperando clientes, y La Aurora sin abrir todavía, y el relojero desenrollando su manta de Citizen de señora, y el pintor con su copa trenzándose el bigote, y el librero de morros… y que viene la tele para hacer un reportaje sobre el problema botellón en Béjar [anda la cosa rechunga] y que solo se les ocurre hacer una entrevista al desinhibido para que de su opinión sobre el asunto [como si el tipo fuera la voz del bejarano medio]. Dios santo, ¿qué pensará el mundo de nosotros?
Jodidos periodistas de mierda.
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