Thursday, December 10, 2009

Como desabrigado...


Este andar como desabrigado no lo llevo nada bien… y todo se retuerce enfrente de los ojos.
Necesito una evasión para hacer todo esto soportable, una vida que sea más humana y más sencilla, necesito que las cosas dependan de mí, de mi trabajo, de mi esfuerzo, de mi hacer o no hacer… no encajo en los parámetros del mundo de los hombres, no sé adaptarme a esta selva que deglute a sus individuos sin pararse a sentir algo por ellos –los elimina y basta–, no encajo en este sistema que secreta continua competencia y busca derrota en vez de logros comunes… no entiendo en qué anda metido el hombre…
El castillo de naipes se zarandea y siempre hay alguien que sonríe entre dientes, alguien que se frota las manos, alguien que entra en éxtasis por la destrucción y el fracaso ajenos… y eso no está bien, no está nada bien.
¿Qué he hecho mal?... no lo sé, no tengo ni puta idea… mi cabeza no alcanza a entender qué es lo que he hecho mal… pero todo se viene abajo… si yo hago lo de siempre, lo mismo de siempre, nada distinto que pueda propiciar esta caída… no he creado el problema ni tengo soluciones… hago lo mismo que hace cinco años, y entonces iba bien… sigo en el mismo tono, soy la misma persona, tengo un ímpetu parecido, respondo a los dictados sociales como el que más, a los económicos, a los legales… y ahora debiera tener más crédito que antes, pues he demostrado que soy capaz de sobrevivir en esta sociedad consumista generando trabajo y hasta quizás riqueza, que mi proyecto es viable y da curro a buenas personas que lo precisan para sentirse dignas, que alimenta a varias familias y propicia un pequeño crecimiento en mi entorno… ¿pero qué he hecho mal?, ¿qué coños he hecho mal?...
Y me digo en silencio que todo esto no debe afectarme, no puede afectarme… y me grito hacia adentro pidiendo calma, serenidad, cabeza fría… ¿para qué?... si no tengo la batuta en mi mano, si hay otros que apagan la luz y basta… si a pesar de luchar hasta agotarme, sé que la batalla está perdida, porque otras manos mueven las piezas o las dejan paradas en su casilla aunque yo me empeñe en lo contrario. Tengo que salir de esta mierda, tengo que seguir intentándolo… ¿pero cómo?, ¿a qué recurro?... si el suelo se vacía bajo mis pies a cada paso, si no hay moral que sirva, si no queda vergüenza, si el hombre es el peor enemigo que tiene el hombre.
Sí, necesito una evasión, una puerta de huida… o me volveré loco… o quizás el más reclacitrante de los antisistema… yo solo quería estar aquí, pertenecer a esto, edificar algo con lo que vivir dignamente y con lo que mis hijos pudiesen gozar de cierta seguridad en el futuro… pero no depende de mí, haga lo que haga no depende de mí, depende de que otros como yo se decidan a levantar la voz y pongan los principios del fin de las prebendas, de las leyes injustas, de todas las diferencias que propician las gentes que creen que tienen una buena vida segura para siempre, los que no cumplen con su cometido y cobran, los que mienten y roban con sus manos recién lavadas, los que exigen y nunca aportan nada, los que se aprovechan, los que no saben gobernar con verdadera justicia social, los que permiten que se destruya el tejido obrero que lo sustenta todo, los que le dan al poderoso y le quitán el pan de la boca al que pasa hambre, los acomodados… esos son los peores, aunque no lo parezca, los jodidos acomodados encerrados en sus micromundos de falsa eternidad, esos que nunca deciden otra cosa que no sea viajar a la costa con el bolsillo repleto o sentarse plácidamente a ver el fútbol en un sofá muy cómodo… esos son los peores, los culpables reales de lo que nos sucede, los que adormecen a quienes debieran alzar la voz, los que ruegan silencio y dan lecciones de palabra [nunca de hecho], los del sí pero no, los que reconocen a media voz que todo va mal mientras agarran con fuerza las monedas en sus bolsillos para que no desaparezcan…
Necesito una evasión de verdad, reír con ganas, sentir que estoy vivo y vivir, gozar de mis amigos y con ellos, hacer lo que realmente quiero hacer [y no estar maniatado cada segundo del día porque unos tipos vacíos no saben establecer unos parámetros lógicos de uso social que consigan que todo fluya], necesito creer en algo más que en mí… pero parece imposible en estos días.

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