Wednesday, December 30, 2009

Me digo...



Me digo... primero tienes que centrarte en lo posible, viejo, en esa tensión entre lo que pretendes y lo que puede ser... luego, debes concentrarte en lo necesario, en lo que no puede ser de otra forma, lo inapelable... y por fin puedes meterte de alguna manera en ese mundo irracional que no deja salidas al hacer, pero sí al imaginar. Y me quedo tranquilo. Mi mente funciona y me ubico sin más en ese proceso sartreano en el que soy lo que hago con lo que hicieron de mí... ¡puaj¡
Y me vuelvo a decir... viejo, tú siempre has sido un hombre pragmático al que le encantan los problemas del Arte y la Literatura... y te fascina engolfarte en buscarles soluciones prácticas [de praxis] que no estén fuera de la razón [una razón laxa, claro]... y buscas raíces [por eso eres a veces radical]... y te meas de risa cuando valoras los saberes contingentes [los que pueden ser de muchas maneras] y los necesarios [los que solo son de una forma], sobre todo porque desde Aristóteles hasta aquí no ha habido demasiado avance [pobre hombre el Hombre]... así que me quedo con conceptos como “llegar a hacer”, “no parar de idear”, “pensar en el valor de lo que no puede ser”... y me disfruto como individuo.
Luego me pregunto... ¿por qué cojones el saber tiene que ser siempre práctico?... viejo, coño, no seas tonto... es que así avanza el mundo, no empieces a retorcer... el hombre tiende a ser efectivo, porque el hambre es verdad, como la enfermedad o la muerte.
Y me digo otra vez... ¿pero estamos hablando de inexorables o de estados transitorios?... porque yo paso de lo inexorable, de lo hecho, de lo inapelable... eso es como es y yo no puedo variarlo... me importa un rábano todo lo que yo no puedo variar.
Y me respondo... que somos el mismo tipo, viejo, que esta conversación es entre yo y yo, ¿no entiendes?
Vaya lío que es esto de desdoblarse de vez en cuando, coño.
Retomemos... ¿qué puede aportar la razón práctica a la hora de solucionar problemas de Arte o de Literatura? Nada, desde mi humilde punto de vista, o todo, desde mi menos humilde punto de vista... hacer arte sin razón práctica es fracasar como hombre en proyección, y hacerlo con razón práctica es situarse en el entramado social [cosa que cada día me interesa menos]... ¿qué hacer entonces?... y yo qué sé, viejo, yo qué coños sé... solo atisbo que a veces pienso mi poema o mi dibujo antes de hacerlo, y que otras veces ambos llegan solos, siendo pensados después de hechos, siendo materia antes de haber sido incubados en el pensamiento... y ambas posibilidades me sirven y también sirven al otro... y lo que me satisface es el justo proceso, siempre el proceso, el camino hacia la obra finalizada [luego, pierdo el interés]... y a eso le llamo ‘pasión’, y sin esa pasión no hay valor, o por lo menos para mí no lo hay... y no hay otra finalidad que el gozo del proceso y la sorpresa de lo acabado [me acuerdo en este punto, y mucho, de mi amigo Alberto Hernández]... y me gusta demasiado moverme en mundos sin parámetros en los que puedo prescindir de mis rudimentos y de las pequeñas técnicas aprendidas... o utilizarlos mal a voluntad... a lo que se ve, estoy entonces fuera de la razón práctica... pero de ahí proceden los hallazgos, los nuevos caminos en los que disfruto como un chiquitillo o me pongo hermosamente gatinino...
Y me pregunto... ¿a qué cojones ha venido hoy todo esto?... pues a que hay ‘pintores’ y ‘poetas’ que solo utilizan su técnica depurada para rematar trabajos vacíos... oye, viejo, y que eso nos cabrea, ¿verdad?, porque encima buscan resultados prácticos [su práctica fundamentalmente es el dinero y el narcisismo... pobres ricos].... ¿y para qué sirve pensar en esto y contra esos tipos?... y yo qué sé.

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