Monday, September 17, 2007

Javier Rioyo me trae a Gabriel Ferrater.


Leí hace unos días una hermosa entrada de Javier Rioyo, en su blog, sobre el poeta Gabriel Ferrater, y de la lectura me pasé a buscar sus libros en mi biblioteca. Gabriel fue para mí siempre un referente vital y literario hasta el punto de que, durante un largo espacio de tiempo, su libro ‘Les dones i els dies’ [con una traducción chusquera al castellano de mi mano infame –venida de escuchar a Lluis Llach y a Raimon–] fue alimento constante a la vez que abono y riego para mis poemas. Su bravo y genial erotismo poético, su vida y su muerte buscada, sus pensamientos sobre el tiempo y los hombres me aportaron clarividencia y ganas de escribir. Es más, creo que cuando arranqué con la escritura de ‘Paraísos del suicida’ mi intención primera nadaba en la cosa de hacer un libro dedicado por entero a Gabriel Ferrater, aunque luego todo acabó en un homenaje más amplio a los poetas suicidas.
Junto a Gabriel Ferrater debo escribir también los nombres de Fonollosa [la luz de las tinieblas], Ginsberg, Catulo, Roger Wolfe [mi despertar a la poesía norteamericana], Luis García Montero [con quien descubrí una forma nueva de escribir poesía], Marina Svt., Frank o’Hara, Bukowski, Silvia Plath, Kerouac, Ferlinghetti, Pavese [el number one sobre los numbers ones], Pasolini [la caña total], Luis Alberto de Cuenca [le deberé siempre que escribiera ‘La caja de plata’ con su ‘Serie negra’], Ángel González [sin palabras], Jaime Gil de Biedma, Rafaelito Pérez Estrada [la sonrisa azul del ingenio], Eugenio Montale, Ricardo Franco [un monstruo poético que recuperar], Gabino Alejandro Carriedo… y con una cosita de después, debo también dejar en palabras a José Luis Morante [mi amigo más fuerte en la poesía y fuera de ella], Belén Artuñedo [musa siempre], Fermín Herrero, Karmelo Iribarren [el ingenio de la facilidad poética], Manolo Moya, Antonio Orihuela [la reivindicación tranquila], Uberto Stabile [el motor de casi todo], Ramón García Mateos, Joan Margarit [un maestro que descubrí ya tarde], Pepe Hierro, Ángel García López, Máximo Hernández Fernández, Ada Salas, Antonio Gutiérrez Turrión [mi mejor contracoversador literario], Abraham Gragera [el futuro poético perfecto], Alejandra Pizarnik [sin palabras], Manuel Lara, Norio, Juanjo Barral, Jesús Urceloy, David Torres, Jesús Hilario Tundidor, Juan López Carrillo, Jaime Siles, Paquito Castaño, Diego Fernández Magdaleno [inalcanzable y en la mano], Ángel Pasos, E. Muntanyola, Herme G. Donis [la bondad y el rigor poético], Claudio Rodríguez, David González… y así hasta acabar con Felipe Benítez Reyes [mi último arrepentimiento].
De todos he aprendido y con todos he estado de acuerdo y en desacuerdo, me han hecho pensar, sentir intensamente, cabrearme, reír, llorar y escribir. De ellos es la culpa de cada uno de mis versos y quizás sean todos suyos y no míos.
Gracias a Javier Rioyo he vuelto a releer la hermosa obra de Gabriel Ferrater y he desenterrado del polvo los libros de todos los amigos y poetas mentados para volver a leerlos con hambre… hasta recordar aquellos hermosos días de ‘La camarera del cine Doré’, del inefable y perdido C. M. Aguirre.
Gracias, Javier…. Mil gracias, amigos.
(18:10 horas) Si existiera un paraíso de las lorzas [alforzas en purismo] me encantaría vivir en él… y es que la lorza lleva como pasajeros a la sonrisa y al buen rollo.
•••
POEMA DE AMOR DESPUÉS DE LEER A GABRIEL FERRATER

Pensarla es un murmullo
tan parecido a penetrarla
–o aún mejor–
que decidí hace tiempo
dejarla expuesta
a cualquier otro hombre
para que por no ser
fuera tan mía
como esos pensamientos
de viejo desquiciado
que en la soledad sabe
dónde
cómo
con quién…

o verla respetable
esperar a unos críos
en un portal
o comprar las viandas
en la tienda de al lado

Es tan bella
que poseerla sería
como desposeerme
de su gracia

© LUIS FELIPE COMENDADOR 2007
De FUMADORAS

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