Cuando Paquito Ortega me dijo que somos soledades que saben agradecer la compañía pequeñita, ya andaba el concierto Serrat&Sabina con el pirata cojo con pata de palo, con cara de malo… Yo me quedé pensando como colgado entre las palabras sentidas de mi amigo y la letra machacona de la canción… el pirata solo, con cara de malo, sin pata de palo… el pirata cojo, con cara de malo, con pata de solo… el pirata rojo, con cara de solo…
Me divertí como hacía meses, disfruté de mi gente especial, salté, grité, bailé y pillé cierto puntito entre cándido y salvaje… el pirata solo, con cara de raro.
Entre la multitud –que lo era– me topé con un poeta antiguo del que no pude recordar el nombre ni antes [ayer] ni ahora [iba con una moza que se empeñó enseguida en dejarme claro que era la directora de Tribuna… encantado, coño, encantado… y salí pitando, que me da canguelo todo lo que huele a prensa]; achuché a Paco Novelty y a su eternamente bella Marina [una dulzura mágica la de esa mujer], fumé justito junto a Jessica [la argentinita Yess de Paco Ortega que me dice bajito: ‘no bebás, nene’], reí a carcajadas con Ricardito Luis Moral [tocado con un sombrerito hongo de plástico y cantando a voz en grito todos los temas sabinos], me despanzurré de ver a Pedrito Cubino con carita de zurrasparse [las jodidas almejas, Pedrito, las jodidas almejas], gané un ratito Ana y hasta mereció la pena que perdiese la cartera para ver el contraste de su preocupación junto a esa soltura natural que siempre lleva y atrae, me emocioné mirando a mi Mª Ángeles disfrutar como una grupi [se lo merece mi reina, que lleva un tiempo de constantes desolaciones y ya era hora de ver su gozo aflorar por unas horas], encontré cierto azar inexplicable y solitario en mi Julia del alma [me preocupa un poquito verla en su faz cansada y no sé cómo armar una estrategia para que sea lo que siempre fue: la alegría exacta con vocación de eternidad], abracé a mi hijota y la noté vivísima y en el camino [sabe la libertad y la va gestionando… me gusta mi niña, me gusta mucho], abracé varias veces con auténtica fuerza a mi Paquito Ortega [acreedor cada día de mucho más afecto del que yo pueda darle], degusté a la Charito más social [‘el comodín de la llamada’, como la nombra Ricardo con esa hermosa retranca entre zamorana y vasca]… y bebí cervecita, y me comí un bocata, y conduje de noche… y fue todo un recuerdo hermosísimo para guardar entre gasas y seda.
Me gustó el espectáculo a pesar de que yo siempre fui de Lluis Llach y de Bob Dylan…
(17:19 horas) Veo con horror y con cierta extraña esperanza los sucesos que se desarrollan durante estos días en Birmania y no puedo por menos que recordar aquellos duros días del final de Salvador Allende y el principio del asesino Pinochet o las noches incendiarias con los colegas de Frente Sandinista que sobrevivían en la Salamanca estudiantil que yo gocé con 17 años… aquellos hombres tenían en su contra que en sus causas ponía pesas falsas la bicha norteamericana… en esto de Birmania, la verdad, no tengo ni puta idea en dónde se calzan los intereses… pero me aterra ver que el mundo sigue con sus horrores y me emociana que la gente siga sintiendo esa necesidad de conquistar la calle.
Hay un contraste en lo birmano que no existió en lo sudamericano, y no es otro que el poder religioso [la comunidad de monjes budistas] aquí se alía con el necesitado y allí se alió [salvando dignísimas individualidades] con el poder asesino y sojuzgador [la rijosa, piramidal e interesada iglesia católica oficialista].
De aquellos días me queda un rumor de música que toma rostro en Inti Illimani, Mercedes Sosa, Rosa León, Ana María Drak, Lluis Llach, Raimon, Pablo Guerrero, Luis Pastor, Luis Eduardo Aute, Paco Ibáñez, Víctor Jara, el Cuarteto Cedrón, José Afonso, Joaquín Carbonell… siempre mezcladas con aquella otra cosa más lúdica de Bob Dylan, Leonard Cohen, Credence Clearwater Revival, Rolling Stones, Donovan, Carole King…
De todos ellos tengo magníficos recuerdos intensísimos, tristes y alegres… a varios los he llegado a conocer en persona delante de unas copas, a algunos los he podido escuchar en vivo varias veces y a todos los oigo con una frecuencia casi maniática en mi estudio y en mi coche… con ellos recupero días de vino y rosas, amores perdidos y amores recuperados, noches de miedo militante y vietnamita, días de lucha y días de auténtica abulia…
Junto a ellos, que son el justo sonido de mis recuerdos, viven en la misma morada discográfica y afectiva Paolo Conte, Nicola Conte, Madeleine Peyroux, Paco Ortega, Carita Boronska, Jonathan Richman, Zizi Possi, Cássia Séller, Caetano Veloso, Yann Tiersen, Willy DeVille, Umebayashi Shigeru, Tracy Chapman, Manhattan Transfer, Tom Jobim, Toquinho, Vinicius de Morais, Toninho Horta, Skeeter Brandon, Sergio Cammariere, Sarah Vaughan, Ray Charles, Renato Carosone, Patricia Barber Companion, Paloma Berganza, Norah Jones, Mildred Bailey, Lhasa de Sela, John Lee Hooker, Jack Johnson, Fátima Guedes, Etta James, Djavan, Dayna Kurtz… todo un universo de sensaciones en el que crecer o, por lo menos, intentar sobrevivir.
De FUMADORAS |
INGLÉS AL DÍA: Smoking he(she) undresses
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