Sunday, March 30, 2008
Y que volví a la calle de los Maristas Salidos.
1. VIAJE DE IDA
Joder, que me levanté a las 3,30 horas gracias al despertador de Felipe, uno que le regaló Pablo y que tiene un juego de alarma hortera de día y absolutamente cabrona de noche [colores barça y unas puertecitas que esconden a varios muñequitos jugando al fútbol a los que les da por girar al son del himno culé mientras lanza destellos de luz azulgrana]. Ducha rápida jurando en arameo, lavado de boca a la remanguillé, peinado a ciegas [así quedó], acción zombi de ponerme la ropa, chicle de menta fuerte y al coche… me acompañó durante todo el viaje una luna amiga en cuarto creciente, colgadita en lo oscuro de una noche despejada como una linternita a la que perseguir, y también la banda sonora de 2046 [llegué a tararear los temas a grito pelado]. Y que me puse en Sevilla con la amanecida y entumido por no haber parado en todo el trayecto. Decidí meterme en la carretera de Málaga y, ya ubicado fuera de la vorágine sevillera, detenerme a echar gasofa, a estirar las piernas y a tomarme un café calentito con algo sólido. Así lo hice, pero me mosqueaba no reconocer el camino por el que iba, el no encontrar los referentes de otros viajes, así que en mi parada pregunté a una pareja de la Guardia Civil por el trayecto que debía seguir hasta Lucena y, muy amables, me indicaron que llevaba el camino equivocado, que debía volver atrás unos kilómetros y tomar la primera desviación que indicase Córdoba. Desayuné opíparamente y me dispuse a seguir las indicaciones beneméritas [¿quién me mandaría preguntar?]. Cuando ya llevaba cuarenta kilómetros de camino desde lugar de mi consulta, decidí detenerme en un bar de carretera para volver a preguntar, y la respuesta del camarero escuálido con bigote a mis preguntas y a mis dudas fue como sigue, que no se me olvidará: “¡Zanta Virgen!, ¿cómo le pregunta uzté a loz guardia, zeñor?… zi aquí mandan a todoz loz tontoz del rezto de Ezpaña para hacer práztica… Ze la han preparado buena, amigo… Verá, que ze lo pinto [y me dibujó el recorrido que debía hacer para encontrar el camino correcto]… vuelve uzté por donde ha venido, juzto hazta el cruce. Allí hay una redonda que le marca a Zevilla la primera zalida y a Málaga y Ozuna la Segunda, puez ze marcha uzté por éza hazta Puente Genil, y zi ve a loz guardia lez hace uzté un zaludo militar con el dedo eze que ezta al lado del que lleva el anillo… luego, en Puente Genil, ya le zalen loz letreroz de azín, todoz seguidoz: Lucena, Lucena, Lucena…”. Me tomé otro café allí, por eso de agradecerle al tipo su información y, mientras lo hacía, me dijo: “¿No zerá uzté el artizta eze? Ze parece a uno que veo por la televizión, el de la zerie eza de loz vecinoz… me río con ella… ¿no zerá uzté? [negué con la cabeza]… Puez ze parece como una gota de agua, zí, zí…”… Y otros cuarenta kilómetros para recuperar el camino bueno en dirección a Lucena.
2. MANUEL LARA CANTIZANI
Casi ye-yé encontré a mi amigo, con despacho molón municipal en la flamente biblioteca lucentina [llamada ‘botellódromo de las letras’ en el lugar], hiperactivo, con brío en cada palabra y en cada gesto, lleno de cosas que hacer, pero con una sonrisa siempre para mí y los brazos abiertos… y que no sabría por dónde empezar con este tipo que no tiene parangón en la política española, así que enumeraré algunas de las cosas que hicimos:
• Desayuno con zumito y bocata de jamón con tomate [conté como 8 llamadas a su móvil durante ese tiempo].
• Recogida de Amalia Bautista, que acababa de llegar de Madrid.
• Órdenes a Jacob Lorenzo para que hiciera su tarea como presentador de mi lectura.
• Reunión con el concejal de Hacienda y con el director de la Banda Municipal de Música.
• Órdenes a la directora de la biblioteca, órdenes a las chicas de recepción, órdenes…
• Diez minutos para contarme sus proyectos de señalización literaria de la ciudad.
• Desplazamiento en su coche hasta el IES donde debía actuar yo.
• Desplazamiento hasta el IES donde actuaba Amalia y presentación de Amalia.
• Entrevista con una radio por teléfono.
• Llamada para encargar la comida para nueve o diez personas.
• Inauguración de una exposición en el Casino de Lucena [entrevista con tele incluida].
• Inauguración de exposición en la biblioteca [entrevista con tele incluida].
• Entrega de premios de teatro y preparativos con órdenes múltiples a empleados municipales varios.
• Asistencia al certamen de Teatro.
Y más cosas que ya he olvidado, porque me escapé media hora a pasear a solas por la ciudad.
Vamos, un campeón mi amigo, con una programación cultural importantísima en su ciudad y una gestión envidiable [también me contó que se había hecho coleguita de Alan García, el Presidente de Perú, a lo que yo aproveché para indicarle que buscase una posibilidad de viaje cultural conmigo a esa tierra hermosa, que es uno de mis deseos mayores al día de hoy].
Un tipo al que hay que querer porque sabe hacerse querer. Gracias, amigo, por acordarte siempre de mí.
3. EL INSTITUTO MARQUÉS DE COMARES
Es, sin duda, un centro especial este instituto, y es especial porque lo hacen así sus profes y porque da la impresión de que los alumnos se encuentran muy cómodos en él [un abrazo desde aquí para ese poeta profesor que lleva Llamas por apellido, un tipo lleno de sensibilidad y de conocimiento]. Yo me sentí bien tan solo con pasar el umbral de aquel portón y ver la mirada de los chicos y el afecto de los profes que ya conocía.
Hice una lectura para jóvenes, cabrona en algunos momentos e hilarante en otros, y percibí atención y cercanía por parte de los chavales, que se mostraron muy atentos durante toda la charla.
Lo mejor fue al final, cuando salí corriendo a fumarme un pitillito en la calle… un grupo de chicos y chicas se acercaron a mí para charlar un rato y se les notaba entusiasmados [uno hasta me pidió consejo para pedirle perdón por una infidelidad a la chica con la que salía… soy como Elena Francis, coño].
Me gustó mucho este rollito y me aportó gasolinita para seguir.
Gracias a todo el personal del Marqués de Comares, mil gracias, de verdad.
4. JACOB LORENZO
Mi coleguita chico, el punto filipino de Lucena, el niño preferido de Lara Cantizani [y no me extraña] va a tener librito en Algaida en unas semanas gracias a que ganó el Ciudad de Badajoz con un poemario lleno de sangre joven y de fuerza. Pues que le tocó hacer mi presentación en el Comares y que lo hizo rechulo solo para joderme [él sabe bien que estas cosas me joden], que quedó claro en su inicio: “Quien te quiere, te hará sufrir… y yo quiero a este poeta, lo quiero mucho, y por eso hablo bien de él, porque sé que le jode y que le molesta”. Y terminó de cine sacando a colación un aforismo mío para aconsejar a los chavales, y así dejarme al personal bien dispuesto a escuchar: “A los que os guste escribir, os dejo una frase de Luis Felipe Comendador: para escribir bien debes hacerlo por el lado correcto del bolígrafo…”.
Nos tomamos unas cositas juntos y nos pusimos rápidamente al día de nuestras vidas impares. Le encontré bien, centrado, con muchas ganas y con la mirada pícara e inteligente [será un poeta para tener en cuenta muy pronto].
5. EMILIO
Fue la sorpresa de este viaje, una sorpresa hermosa con un proyecto golosísimo bajo sus brazos de oso tranquilo.
A Emilio le conocí hace años mientras cubría para Canal Sur, junto a su compañera, un encuentro literario en el que yo participaba, y nos caímos de puta madre desde el principio, hubo feeling, y desde entonces nos hemos visto de mucho en mucho en saraos diversos y en alicantinas literarias… el caso es que Lara me dijo: ¿Sabes que viene a verte hoy Emilio desde Sevilla?, y yo me quedé flipaíto por el esfuerzo del amigo y ansioso por volver a abrazarle y que me pusiera al día de sus cosas.
Y Emilio llegó a la hora de la comida, y comimos juntos haciendo los paripés precisos y esperando a que llegase el momento del café tranquilo para charlar… y llegó… llegó nada menos que con un proyecto hermosísimo de Emilio para realizar una serie de documentales para RTVE por todo el mundo sobre el fomento de la lectura, un proyecto en el que se mostrará el trabajo de tipos hermosamente empecinados en que la gente lea hasta en los más recónditos lugares de la Tierra… y que la cosa iba de que al Colega Emilio se le ha ocurrido que es un proyecto en el que encajo perfectamente como presentador. Él me ve en la historia como una especie de Richard Attenborough, desaliñado y entusiasta, mostrando el trabajo de esos locos por el mundo del libro en su exacto terreno, contando la aventura dentro de esa otra aventura que es el propio documental.
Me dejó atónito cuando me entregó el proyecto para que lo revisase [en el que ya figuraba mi nombre] y un cuaderno con el desarrollo completo del guión de uno de los documentales. Vamos, que aluciné en colores y le dije que sí, aunque lleno de temores, pues nunca me he visto en algo parecido. Así que a esperar su gestión y a ver en qué hermoso lío me meto esta vez [los líos con Emilio tienen buena pinta siempre].
Y nos tomamos otro cafetín en el patio cerrado del hotel donde me alojaba, y Emilio me contó su última experiencia colombiana entre los indígenas, una experiencia apasionante en la que le robaron todo su material, lo que propició una historia divina para contar y ser escuchada [yo lo hice absorto].
Nos abrazamos fuerte y quedamos para lo que haga falta quedar.
Gracias, hermano.
6. AMALIA BAUTISTA
Oye, y por si la cosa no estaba completita para un solo día de escapada al Sur, pues que tuve la suerte de conocer por fin a Amalia Bautista y pasar un ratito con ella. La cosa empezó mal –yo soy un experto en malos comienzos–, pues la felicité nada menos que por haber escrito “La mujer de Job”, cuando tenía que haberla felicitado por haber escrito “La mujer de Lot”, pero me bailaron los nombres de forma inesperada y ella rabotó con frescura diciéndome: “Seguro que Job tenía la paciencia suficiente como para tener mujer, pero yo escribí sobre la mujer de Lot…”… a así empezamos… de lujo, ¿no?… pero luego nos fumamos tres cigarritos a solas y al sol… y sentí a la poeta de verdad y a la mujer finísima y sensiblemente despierta [es buena de atar la jodía… recomiendo encarecidamente la lectura de “Tres deseos. Poesía reunida”, que editó Renacimiento en 2006].
No pude escuchar su lectura porque coincidió en tiempo con la mía, y me dio mucha rabia.
Un besote gordo, Amalia… y sé como Job conmigo, anda.
7. EL CASINO LUCENTINO
Impresionante, por mágico, esta especie de centro modernista de la nada más cándida… en su lujo desteñido hay un patio con fuente, dos canarios cantores, estufas del cincuenta con su carbón dispuesto, esquelas en los viejos sillones, partidas de ancianitos fuleros en un rojo de humo… auténtico ‘subrrrrrrealismo’ con concejala del PP que habla de puta madre de sus ‘compañeros’ del PSOE [encomiable esta excepción, de aplaudir y ponerle nombre a una calle], con desfile de modelos en salón postrrefectorio (?), cúpula con un fresco deliciosamente cándido, exposición de la romería del Rocío con trampita en los fondos al modo fotochó, vídeo de la Madre de Dios en superpantalla plana, lámparas de morirse de gusto, salón de tele llena de socios mirando, prensa haciendo entrevistas… una delicia, al fin, con la que deleitarse los ojos y hacer viajar al espíritu a un tiempo que ya no será jamás.
Quedé alucinado con el lugar y sus ocupantes.
Abrazo emocionado para todos.
8. JOSÉ MORUETA
‘Y para postre, las bañistas…’, que escribió mi Ángel González con esa maestría que compendia… nada más y nada menos que José Morueta con su compañera de sonrisa guapa de verdad, inventando trémolos en el aire, siendo alma de blues y también cuerpo… un tipo que ha tocado con Raimundo Amador y con el mismísimo B. B. King, con su tabarda de cuero hasta los pies [que fue objeto de chanza del manquito del bar que le decía…’quilloooo, ande vas tan abrigao…’, con sus rizos Amador y una cosa especial que produce sosiego al que le escucha. Fue un encuentro fantástico al que hube de sumarle mi agotamiento y un puntito de alcohol que llegó de mil cañitas y un par de ‘Havana 7’ con cola en local de blues con jefe molón que se dejaba llevar por aquel ritmillo.
José me regaló la maqueta de su nuevo disco, que está a punto de ver la luz, y me contó sus próximos proyectos entre risas y Chester.
Un gran tipo con una gran mujer al lado.
9. NOCHE DE HOTEL
Llegué hecho unos zorros a la habitación de lujo nubio que me había reservado Lara [no sé qué hora era] y me metí en la ducha recordando el día completísimo y hermoso que me habían deparado mis amigos… la familia de Lara [un compendio de amor donde los haya], el paseo en solitario por los rincones lucentinos, las exposiciones diversas a la que pude asistir, la magia del casino, la música, la gente… la cama se me hizo enorme y me sentí en ella huérfano, sin poder pegar ojo hasta que llegó la amanecida, que lo hizo relativamente pronto.
Los hoteles, a veces, son realidad corpórea y en ellos se descalza la acidez de los días prestados. Hacía mucho calor y me quedé desnudo entre las sábanas para ver si llegaba el sueño… pero solo pude rememorar mi día de gloria y pensar en la gente que quiero… estaba agotado, pero no pude dormir.
10. VIAJE DE VUELTA
Salí temprano de Lucena y hacía calorcito ya. Todo fue bien hasta que perdí la salida a la SE 30 y me metí en todo el mogollón de Sevilla, donde pasé casi dos horas hasta encontrar la salida. Llegué agotado a casa, pero absolutamente feliz.
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Acuso recibo de “Bohemios, raros y olvidados”, una edición de Antonio Cruz Casado en la que participo con la ponencia “Bohemios de provincias (las vanguardias en las comarcas de Béjar y Ciudad Rodrigo)” ; la revista “Saigón/8” con inéditos de la nueva poesía española; el catálogo “Ciencia y sugerencia”, editado por el Ayuntamiento de Lucena [en el que participo con un poema] y los libros “Cosecha de Ángeles” y “¿Qué es poesía” [regalo del inefable Pipo, librero ejemplar]. Gracias por tantas letras.
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¿Por qué los placeres proporcionan tan poco placer y el dolor, sin embargo, lleva a cotas inimaginadas de ese trance delicioso? Fijaos que cuando cesa el dolor, cuando se aminora, el placer que se siente es de un orden superior y su gozo se mantiene durante bastante tiempo. Son los contrastes y los grandes altibajos los que producen intensidad, nunca las situaciones mantenidas con monotonía.
Valéry me ha despertado hace un ratito con su cosita de que perder la vida es perder la posibilidad de mañana, y me duelen los riñones, y me pican los ojillos del poco dormir, y siento esa cosilla de la resacota en los tobillos… y es que, como un machote, me quité la camiseta esta mañana pensando en que ayer pasé calor, y hoy tengo las chichitas frías y reblanconas, como asustaditas de la bajada de temperatura. Y en esta situación comprendo que todo lo que no aprendí fue porque me lo quisieron enseñar a la fuerza, y que lo que aprendí, siempre me llegó a solas, dándome mojicones en el cogote a mí mismo por ser un cabezorro.
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