Thursday, March 27, 2008

Sobre el amor bucanero y una addenda sonetera para Sinda [solo porque le gustan mis sonetos].


Idea del amor bucanero [proceso individual de obtención de placer por los sentidos]: Buscar siempre el botín pensando en tu exclusivo gozo físico, estético y psicológico [enredar las miradas con predisposición lasciva propia, buscar cómo se abren las aletas de una nariz perfecta como signo de aceptación y deseo, indagar en la voluptuosidad de los labios, quedarse con un gesto completo de la cara cuando arma una frase silenciosa de deseo no forzada, deslizar los ojos por el cuello en torsión, robar en el escote las curvas que se aprietan intentando una intersección imposible de circunferencias presupuestas, imaginar la eréctil orografía de los senos en la camisa posada sobre ellos, robar carne entre botones, aprovechar el agacharse para tomar medidas y matices de caderas y nalgas, de cintura y cerviz; buscar los vértices marcados en el pantalón justito y averiguar ropa interior en tal paisaje, disfrutar en silencio un caminar, blondar el desnudo bajo la ropa puesta, indagar los lunares y su juego, sopesar lóbulos y vello perpetrando estrategias de combate, imaginar gemidos, descubrir pliegues, calcular pesos sobre la balanza de nuestro cuerpo, compactar teorías de ángulos de penetración y de salida, idear un teorema de caricias y tactos, ver la mujer empírica y aplicarle ecuaciones complejas, hallar la recta del placer en las curvas del cuerpo y verificar a solas los resultados…] … “No todo va a ser follar…”, que decía Javier Krahe, y continuaba: “… ya follé el año pasado a la orillita del mar con una mujer sin par que después me dio de lado… no todo va a ser follar”.
Ese amor bucanero es más de producción literaria que de reproducción, de imágenes que de tactos, de sumas que de restos humanos tendidos, de valor que de hechos. Amor para imaginar lo que no ha sucedido ni sucederá… mmmmm.
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SIN QUE ME VEAS, MIRO TU CINTURA

Sin que me veas, miro tu cintura,
que en inversos paréntesis me ciega
con esa voluntad del estratega
que predice la mano en la moldura.

Y es que adoro de ti ese clandestino
dibujar sin saber, ante mis ojos,
un universo lúbrico en manojos
de calientes perfiles. Mi camino

se hace entonces deseo desatado
que en el matraz del cuerpo mezcla y ata
una alquimia limosa, espesa, clara

que me hace percibirte con la rara
pasión de fiel voyeur que se remata
en un acabar siempre desnatado.

Sentirte sin que sepas no es pecado.

© Luis Felipe Comendador

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Otra de Paul Valéry: “La fe consiste sobre todo en no creer… en la razón”. Un muerto divino, cabrón, con bigote y sin gafas.
Pues eso, que mañana me mudo a tierras cordobesas con viatge noctívago y solitario, con mi Nikon en ristre, con mi ejemplar parapléjico de “Los cipreses creen en Dios” para tunear, con mis lapizotes y mis pincelillos para enredar si me aburro. Serán solo un par de días y otra vez en casa. Nada del otro mundo… pero tanteo de éste…

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