Tuesday, October 7, 2008

“Bonheur domestique” de Pat Andrea.


Hoy solo comió arroz la musa delicada, porque estaba tristísima, desolada por el mal trato de otros. La consolé mirándola a los ojos y me pareció por un instante que empezaba a florecer. Entonces se me vino a los ojos como el “Desnudo en cama” de Plutarco Andujar o como el “Bonheur domestique” de Pat Andrea… mejor como el ‘Bonheur domestique’, con su mano perdida en el sillón azul, haciendo florecer a su ocupante.
La triste recogía sus rodillas con los brazos y alcanzaban la rabia sus ojos zambullidos en el celeste.
Le dije entonces: ‘tú eres la eternidad, busca en la almohada el norte y hazte alma de trapo’.
La musa delicada sonrió sin querer, y estuve a punto de hundirme en sus mejillas como un traspiés.
La dejé con su arroz y me amputé de su mirada blanda y desfelina.
Me dolió un poquito.
•••

Ya tarde, hablé cortas palabras con el indeciso [nunca sabe si hará o no hará, siempre busca atónitas razones para ser el contrario de su nada]. Ya no insisto si pronuncia sus noes o sus síes condicionados, ya no indago si le perturban tramas que imagina en su prosodia… le dejo tramitar sus malos rollos y espero a que derrame su tormento [único y ancestral, centro de todo]. Yo sé que no va bien con esas formas, con esos pensamientos tan doblados… pero es tan a la contra, que prefiero dejarle en sus dobleces.
Si decide, aquí estoy, lo estuve siempre.

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