Friday, November 13, 2009

Perú [5] :: Pepito Pajares ::



Pepito Pajares “es lindo de oírle hablar”, serio, católico hasta para montar en taxi, elegante en sus gestos, cariñoso, entregado… me abraza fuerte cada vez que me ve, y también lo hace cuando nos despedimos… “sabe, Lucho –aquí soy Lucho para todo el mundo, y me encanta el nombre–, yo estoy solito desde que se murió mi esposa, hace poquito… y aunque tengo a mis hijitas que me cuidan y me tienen entretenidito corriendo de una casa a otra, pues que la casita se me queda como grande… amigo, y que me tiene para lo que quiera, lo que precise… alguna gestión o llevarle a los lugares que me diga… yo soy ya viejito, le digo, pero para eso valgo aún, que conozco Trujillo a la misma palma y tengo todo el tiempo para servirle humildemente… me preocupa que no tenga sus cigarritos Chester, pero yo le buscaré y le traeré… qué menos puedo hacer por usted, Lucho, que buscarle sus cigarritos a buen precio… los tendrá y los fumará, que usted se lo merece, que Dios le bendiga”…
Pasadas unas horas, recibo la llamada de Pepito… “verá, no hay Chester por ahora, aunque tengo movilizadas a varias personas buscando… hay Winston rojo y blanco, Hamilton en paquete pequeñito y grande, ¿sí?, River, pero no el equipo de fútbol, no se equivoque, sino el tabaco… Inca blanco, Winston en algunos colores, Hamilton en una caja pequeñita con pocos cigarros y también lo hay grande, River, como ya dije… pero el señor me indica que el más parecido a Chester es Marlboro, me dice que hasta es algo mejor… estoy verdaderamente preocupado por no conseguir Chester, aunque aún ando en gestiones y espero conseguirlo… ¿ya?... como le digo hay el Hamilton… y también Moore, River, Winston…”.
Pepito me trajo dos paquetes de Marlboro y se negó a cobrármelos, pues eran el reconocimiento a nuestra nueva amistad y “a todo lo que está haciendo por el pueblo del Perú, que Dios le bendiga”.
Su mirada es ciertamente triste, casi tocando el llanto, pero se sabe muy querido por sus hijas y sus nietos… “todo le saldrá bien en el Perú, amigo, pero no se fíe de nadie, que aquí hay demasiados mañosos, demasiados para un hombre tan bueno como usted, que Dios le bendiga…”.

No comments:

Post a Comment