Ricardo Falla Barreda es un Gabo limeño enamorado de la obra de Cervantes que te saluda y te enseña, te invita a café y te enseña, se fuma un cigarro contigo y te enseña… asombra su postura intelectual ante la fiera política y social que barre el Perú, sorprenden gratamente sus atinados comentarios a lo que sucede y convence siempre su discurso entregado a conocer y reconocerse en una sociedad que necesita de la crítica madura y de una seria focalización de sus problemas para tomar el camino seguro de las soluciones.
Comimos en su casa [que también es la de Sonia Luz Carrillo] una suerte de calderillo bejarano muy limeño que estaba delicioso, acompañado de limonada, frutas y un café riquísimo que sirvió para mediar en una conversación que se extendió mientras Sonia descansaba en su cuarto de la mañana agotadora que pasamos juntos [yo conociendo Lima y ella enseñándomela con verdadero entusiasmo].
Gabo Ricardo me habló de la familia como institución salvífica y segura, me contó que en Perú no hay soledad gracias a ella… me habló de los enormes recursos del país y del raro reparto de una riqueza que podría tener en un nivel de vida magnífico a todos sus habitantes… me contó algunos pasajes de la vida de Pizarro en Perú y todos los consecuentes de lo español en Latinoamérica… me habló de la mezcla de sangres y del barullo de razas con verdadero conocimiento y me deleitó con deliciosos pasajes de sus estudios de investigación sobre la literatura del diecisiete en España y Perú…
Yo escuchaba embelesado toda su plática, cuando me dijo… “amigo Luis, si usted volviera a Perú, me gustaría pedirle un pequeño favor que para mí sería motivo de gran alegría”… se levantó de su silla y se acercó hasta una de las librerías del salón para tomar una figurita negra y acercármela hasta la mesa… “este pequeño busto de Cervantes lo adquirí en uno de mis viajes de trabajo a la Universidad de Salamanca, es una pieza sin demasiado valor, es baratita, y, como verá, la dejé caer y se destrozó su nariz… he intentado repararla con pasta blanca y ahora quiero pintarla en el mismo color negro del resto de la figura… pero no quedará bien… me gustaría que usted me consiguiera en Salamanca una figurita igual, pues le tengo mucho cariño…”. Yo me comprometí a conseguirle la figurita a mi amigo, así como a realizar un encargo suyo de llevarle un librito a la doctora Carmen Ruiz Barrionuevo en la Universidad de Salamanca.
Cuando rematamos nuestro segundo café, Ricardo me entregó su poemario “Interludios” con una hermosa dedicatoria en la entrada… hoy leo en el silencio los poemas de Ricardo y todo me transporta a lugares en los que he estado y en los que me he sentido ebrio de impresiones y de sentimientos… “ Silba el viento entre recuerdos y razones / Los fantasmas sin nombre aparecen / en lo confuso que se mueve / canta el fuego de un incendio / y de sus llamas surgen / los jefes que pueblan las páginas de este mundo extinto / sin embargo vuelven a esta hora a mi memoria / como almas despertándose / de un pasado que se cumplió / y de tanto haberse realizado /me imprecan por el futuro que soy // Todo es silencio…”.
Ricardo Falla Barreda es poeta, periodista y profesor universitario; ha sido fundador de las revistas “Gleba” y “Nueva humanidad”, es Magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad San Marcos de Lima, ejerce la docencia y es investigador del Instituto de Investigaciones Humanistas de la Universidad San Marcos, habiendo participado como profesor visitante en la Universidad de Salamanca y teniendo una actividad docente intensa en la Universidad de La Sorbona de París. Tiene Gabo Ricardo multitud de obra publicada [tanto de creación con de ensayo] y su mayor valor es saber recibir al visitante con los brazos abiertos y con la mente dispuesta a compartir.
Fue un verdadero placer conversar con él, leer su poesía y anotarle sin más en la lista de mis amigos importantes
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