Sunday, January 16, 2011

Apuntes de mi cuaderno.


De un buen pesimista se aprende muchísimo... yo conozco a varios.

La piedad exige tanta mierda a su alrededor...

Solemos despreciar las funciones vitales para darle importancia a los absurdos espirituales y eso nos lleva a una humanidad de hombres confundidos en los que Dios o el Arte son más importantes que comer o ir al baño [oyendo hablar a un tipo después de una lectura pública de Miguel Hernández].

La moderación a veces es la peor de las máscaras, pues le hace daño a uno mismo [mirando una exposición en el Casino Obrero de Béjar].

Todo es relativo... menos la ‘semana fantástica’ de ‘El Corte Inglés” [en Salamanca, comiendo un bocata de calamares junto a la estación de autobuses].

El Arte triunfa cuando hay quien le puede sacar partido económico... inclúyase en el término ‘Arte’ a la Literatura [leyendo en el baño una entrevista de ‘El País’ a Vargas Llosa].

Dejar de creer en algo siempre nos lleva a intentar destruirlo... y me parece bien.

En política, resolver un problema consiste simplemente en ponerle sombra con otros problemas [escuchando a Rosa Díez por la radio].

¿Por qué pensará tanta gente que somos aburridos? [pensando en mi amigo Diego durante el café de las tres].

El profesor es un intermediario del saber... en la intermediación siempre se pierde.

Vales exactamente lo que vale tu capacidad de improvisar... el hombre debe ser acción e improvisación [haciendo patatas rellenas en la cocina de mi casa].

‘Suele suceder que el lector no está a la altura intelectual del escritor y por eso no es capaz de acceder a las múltiples capas de sus escritos, con el consiguiente desastre para ambos’ [Gonzalo Torrente Ballester en “la 2” de TVE]... sucede tantas veces lo contrario y con el mismo resultado...

Los aduladores siempre guardan puñales... cuídate de ellos.

Comer es verdaderamente importante para todo... pensar no lo es tanto.

Leer termina siendo lo más nefasto para quien desea escribir.

Media vida para esconder todas tus debilidades y un montón de páginas para contarlas como si fueran las de otro... la novela de siempre [pensando en Vargas Llosa mientras leo el Laocoonte de Lessing].

Mientras escribo, pesan sobre mi conciencia todos los hombres que están trabajando en lo que no les gusta... y es que yo me divierto.

¿Qué me seduce?... creo que principalmente la muerte, a la que imagino femenina y de una belleza rara... también ir al baño con regularidad.

Si lograse escribir ‘sin pasado’, ya no tendría más que decir [leyendo a Nietzsche en mi estudio... sobre la genialidad de Haydn].

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