Sunday, January 2, 2011

¡Coño!, un dibujo para Enma...


Duro trabajo mantenerse vivo desde al asco brutal de lo tangible, saberse satinado en lo invivible o follar con un dedo de la mano... y que todo sea cuatro: cuatro coches, cuatro cuartos de baño, cuatro pagas al mes, cuatro mujeres [ninguna previsada, soy de estrenos], cuatro polvos diarios [sin Viagra], cuatro trajes de sport, cuatro venenos... “el infierno es aquí, aquí y ahora”, me dice el meapilas al oído. No hago caso.
y pongo en el casette a Cammariere... “Vita d’artista, vita da cane, senza una lira per settimane, schiavo del fumo e di un pezzo dipane, senza una donna è vita da fame. Vita di noia, di creatività, vita in catene di libertà, vita ai confini di chi arriva e chi parte, con l’umore che cambia e la testa su Marte. Vita d’artista, vicino ai folli, sempre nel dubbio che a volte sciogli, come aspirine o vecchie tisane, vivere d’arte... che vita da cane...”... llamar con los nudillos en las puertas, pudrirse de erudito en una silla, morir antes de muerto o pagar porque te digan que no tienes futuro... sí, la vida es eso: desperdicio y naranjas de temporada.
Sí, todos imbéciles... y este año, elecciones.
Déjame que te diga que todos los parientes políticos son malos, pero también que a veces cambiarlos nos sirve de menos... ahora, como poco, puedes salir al centro de la calle y gritar lo que te venga en gana... pero no fumar, fumar no, por dios, que un fumador lo mata todo a su alrededor... me cago en rus... todo se mueve en un ‘al fin y al cabo’, pero nos queda poder soñar, coño, poder soñar.
Y gritar : “¡todos fuera, a la puta calle!”... y pasarte a ti mismo esa lista que barema: “no soy un asesino, apenas robo, dejo comer, vomito siempre en el baño, no me drogo lo suficiente, meo dentro, no exploto a mis obreros, obro con puntualidad horaria, soy faltón y gracioso, me avergüenzo, no denuncio a mis vecinos aunque a veces quisiera matarlos, no voy al médico, me ducho a diario y me perfumo, odio a solas...”. Luego mirar atrás para cerciorarte de que toda tu vida ha sido un desperdicio [“no hace falta mirar”, te dices], pero “un desperdicio indispensable, faltaría más”.
Venir del “siempre bueno” es jodido, lo juro... el buenotonto del colegio, el bueno social, el bueno en el amor y hasta en el odio, el que se deja pegar por falta de cojones, el bueno en el mercado, conduciendo, en la cola del teatro... ¡una mierda!
En fin... que tomé el rodillito de fondear y eché unas manchas negras sobre un cartón para ver qué salía... “¡Coño!, un dibujo para Enma!”, me dije cuando lo terminé.

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