Friday, February 29, 2008

La utilidad siempre es botín de otros.


¿Para qué dedicarse a ser útil, si esa utilidad siempre es botín de otros, viejo F?
El mundo es una guerra constante en cada centímetro cuadrado y nada se sustenta si no es por ese afán de vencer o de levantarse de la última derrota.
Te encanta sobresalir, que te miren y te envidien y te quieran o te odien… todo, menos resultar indiferente, viejo de mierda. Hasta la inocencia es una opción que valoras y tomas como arma [de eso saben latín los jodidos católicos]. Y es que la inocencia propia y escogida está hecha del muerto por hambre en cualquier país del Tercer Mundo, del clochard de París hurgando en los contenedores de basura, de la puta del Bronx golpeada por su chulo, de los torturados en Guantánamo o en cualquier bajo de un edificio de Gambia… así es la inocencia de los tipos como yo y como tú, una inocencia de ojos tapados y de conocimiento tácito de lo que pasa sin hacer nada de nada. Por lo menos búscale el posesivo a la utilidad y sé sincero, viejo. Di que no te importa el mundo, grita que no te importa el último muerto, sé honesto en eso, aunque solo sea en eso… pues morirás igual, pero no sufrirás lo mismo.
Acepta en público que tus palabras solidarias están totalmente vacías, que son solo justificación cobarde para parecer lo que no eres. No te rebajes a ser como esos a los que siempre llamaste culos planos, esos que parecen dueños de la palabra ‘justicia’ desde sus discursos grandilocuentes, pero que luego se guardan hasta la moneda más pequeña entre la mierda de sus nalgas, que se comen todo a solas con la mirada huraña, como las fieras hambrientas. No termines como esos desastres sociales, viejo, que te queda poco tiempo… ¿a ti qué te importan sus triunfos, sus casas, sus coches, sus trabajos regalados y estupendamente remunerados? Son los cínicos, los que lamerían las pollas más infectas por tener consideración social, por hacer méritos y por pasar a la triste historias de los que hablaron bien mientras blindaban lo suyo. Tú no eres de esos, viejo, y quiero que te salves, coño.

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