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"... te digo que no, yo no puedo quedarme aquí,
si tú quieres, quédate tú,
esta vida no es para mí.
Yo quiero vivir...
Busco libertad, amigo mío, tengo que volar
Tengo que volar, tengo que volar..."
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Por fin me desaté y dejé que mi cabello volase con el viento de la noche, mientras unas breves gotitas de lluvia me ponían justito en las ganas precisas.
Los Delinqüentes me arrancaron de bien adentro el optimismo y las ganas, y salté, y bailé, y me pensé sin problemas y sin cuitas, mientras Guillermo me decía agotadito: “¿cuántas canciones quedan, papá?”.
Béjar y su comarca han estado en la calle como nunca, disfrutando… y yo casi me lo pierdo.
Hoy, para rematar, comeré con mi amigacho Paquito Ortega [que me ha invitado] y luego asistiré a su concierto con el alma abiertita de par en par para quedarme con ese ‘más’ que me dará energía para unos meses.
Y a primera hora, pues que me llamó Albertito (Halarberito) desde Xi’an, donde se encuentra ahora para asistir a la reunión de la Academia en la que será nombrado miembro de número oficialmente… su voz sonaba apagada y cargada de un agotamiento divino [no en vano eran las cinco de la madrugada en China]… “Esto es irrepetible, amigo… he vivido en la China profunda y he trabajado hasta agotarme… las mujeres son bellísimas, pero son flores de un día… ve a México, por favor, no desaproveches tu oportunidad… ya te contaré, ya te contaré… llego el martes próximo…”. Es magnífico sentir la amistad cada día como yo la siento, saber que hay cien otros que me quieren y a los que quiero hasta lo que haga falta.
Y me queda el sonido Delinqüentes en la cabecita y sus letras de purita libertad [Antonio G., son flipantes, amigo. Su escuela es la de Kiko Veneno y son alumnos que quieren comerse al maestro. Las letras me encantan, y la música es exactamente la que precisan esas letras… dices hoy en tu blog: “Me juego ciento contra uno a que en la letra de cualquier canción que cantan los de ese grupo se pueden encontrar, si es que están editadas en disco, al menos quince o veinte errores ortográficos, de concordancia, anacolutos, faltas de conexión y otras menudencias…”, y yo te digo que aunque eso sea cierto, que no lo sé, saben comunicar, erizar y meterte en un paraíso especial. No es un grupo musical al uso de las modas, Antonio, de verdad. Escucha el disco dedicado que he colgado para ti y siente lo que sucede en tu interior al escucharlo].
"... te digo que no, yo no puedo quedarme aquí,
si tú quieres, quédate tú,
esta vida no es para mí.
Yo quiero vivir...
Busco libertad, amigo mío, tengo que volar
Tengo que volar, tengo que volar...".
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Comí con Paquito, Jessica, Pedro Cubino y Germán. Una comida chuli y relajada para seguir caminando mañana. Algo saldrá de aquí que aún no puede hacerse palabras, estoy seguro.
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