13 de enero de 2009
Imagina que la banca no fuera pérfida y no me hubiera devuelto ayer los seguros sociales, que las instituciones soltaran la gallina cuando deben o que dejaran meterles efectos a descuento, que Hacienda fuese condescendiente y aplazase sin cargas cuando hay apretón hasta que Dios quisiera, que los clientes en quiebra entrasen en un fondo de garantía que salvase las deudas que han dejado hasta el infinito y más allá, que los autónomos tuviéramos derecho a paro o a pillarnos una baja digna... todo demasiado prosaico, ¿verdad?, desde los planteamientos de realidad hasta las soluciones imposibles.
Imagina que los hombres incompletos gritasen como lobos durante las horas de descanso y que las mujeres no amadas se lamentasen con gemidos durante las horas de sol... excesivo, ¿verdad?
Imagina entonces que escribieras descomponiendo todo orden después de encontrar la cajita de monedas que tu hijo escondió un día entre los calcetines viejos, que los espejos dividieran tu imagen por no multiplicarla, que eres el azafrán sobre la disgresión o la celda abierta... mejor, ¿no?
Imagina, por ejemplo, que Bárbara Blasco fue joven en 1916 y se hizo una fotografía, y que la buscas, y que la encuentras, y que la adjuntas a este texto que es tan solo una imaginación de lo imaginado.
Entonces, la realidad llega, porque es la voz de una imagen, creada como un canto de moneda o la misma irrealidad.
•••
NADA HAY QUE DURE
a Julio César Navarro
Nada hay que dure, amigo, o verdadero,
ni que no te desgaste o te envejezca...
nada que te haga eterno en esa gresca
de muchachos abriendo el monedero.
Tampoco serás uno en el mortero
de la vida, porque de la grotesca
pasión arrebatada de la pesca
del uno, no lo dudes, sales huero.
Con esta arquitectura, ¿qué decirte?...
estrecha tu valor en lo indecente
y apura el haz que eres con la boca,
agota lo que puedas antes de irte,
y en la hora de todos sé el ausente,
el que apaga la luz y el que la invoca.
© lfc
Nada hay que dure, amigo, o verdadero,
ni que no te desgaste o te envejezca...
nada que te haga eterno en esa gresca
de muchachos abriendo el monedero.
Tampoco serás uno en el mortero
de la vida, porque de la grotesca
pasión arrebatada de la pesca
del uno, no lo dudes, sales huero.
Con esta arquitectura, ¿qué decirte?...
estrecha tu valor en lo indecente
y apura el haz que eres con la boca,
agota lo que puedas antes de irte,
y en la hora de todos sé el ausente,
el que apaga la luz y el que la invoca.
© lfc
No comments:
Post a Comment