Sunday, August 1, 2010

Día completito con cernícalo.

Resulta curioso cómo las crías de cernícalo que caen todos los veranos desde el tejado de mi casa, siempre buscan refugio en mi coche...
o se esconden debajo de él o simplemente, como el que veis en la foto, se posan en el techo y esperan a que los recoja.

La verdad es que ayer el día salió completito... tuneé trece huevos, besé a mi Aisha bonita [que ya sale de paseíto con Sandra y You cuando cae el sol y la temperatura es soportable], abracé al tío Antonio [que andaba en camisetina de tirantes por la calle Colón a las once de la noche] y salvé a una cría de cernícalo que había caído desde el tejado de mi casa ensayando sus primeros vuelos [todos los años me toca salvar a algún cernícalo –este mes es el segundo– y ya tengo muy aprendido el sistema, pues tengo localizados los nidos y el acceso al tejado desde el que devolverlos a su seguridad... antes los entregaba al Seprona, pero eso no me dejaba buen cuerpo –estaban conmigo mis hijos y sacaron unas fotos del proceso–]. Así que dormí medio feliz, aunque poquito, que el calor está cabrón y me tiene acotadito el sueño.


El bichito de anoche era realmente dócil y en ningún momento hizo el gesto de picarme...
yo acercaba mi mano a su pico y él giraba su cabeza para observar mi mano.


Siempre los cojo con un pañito para no impregnarles de mi olor y, así, no provocar el rechazo de sus padres.


Y ahí lo tenéis, en el tejado donde tiene su nido...
se quedó un par de minutos mirándome y luego bajó a saltitos hasta el canalón donde están los nidos,
que en mi tejado tengo contados cuatro.


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