IF VISITS THIS ENTRANCE, LEAVES A COMMENTARY ON, FOR EXAMPLE, THE FIGURE OF BUSH IN THE WORLD (is a reading experiment... Thanks)
Ayer me preguntaba un amigo por qué ‘pierdo mi tiempo’ escribiendo en un blog, mientras afirmaba que ‘eso no lo lee nadie’. Lo pensé con cuidado antes de contestarle, y lo hice amparándome en mi necesidad de libre expresión que, comparada con la que me ofrecen los medios escritos, es magnífica [recordaré que escribí como colaborador habitual durante bastante tiempo en diversos medios, sufriendo dos expulsiones fulminantes –‘El Adelanto’ y ‘Tribuna de Salamanca’–, múltiples censuras y cambios milagrosos en mis textos que daban la vuelta a la idea original de mi propuesta]. Entonces mis escritos llegaban a colectivos determinados de personas y solo se movían por escuetos espacios territoriales… siempre con el misterio de saber si era leído por una, dos o seis personas –o por nadie.
*Detalle de mi geolocalizador de visitas desde el 2 al 30 de diciembre de 2007.
El blog me permite hacer público lo que me apetece, cuando me apetece y como me apetece [nadie controla mis palabras y solo yo decido sobre su exposición y su presentación]… el blog me da una idea del tipo de lector que tengo, pues permite comentarios a mis entradas, y propicia el diálogo inmediato entre autor y lector, circunstancia que, desde mi punto de vista, supone un avance expresivo y de comunicación de gran importancia… el blog me permite estar a la vez en todos los ojos del mundo que quieran encontrarme, no solo en un espacio territorial determinado… el blog me permite saber cuánta gente me lee, cuántos repiten y qué tiempo dedican a la lectura de mis escritos, por lo que sé determinar quién entra y sale en un paso de clic y quién se detiene [mi blog arroja una media de 200 entradas diarias con 2 comentarios de mínimo por entrada; lo que supone que quien comenta, lee –dos lectores fijos diarios–, y que quien visita puede leer –doscientos posibles lectores atentos diarios–. Jamás hubiera imaginado que sobre mis letras posasen su mirada una media de 73.000 personas al año –los libros que me han editado durante mi vida han tenido como máximo una tirada de 1.000 ejemplares y estoy seguro de que no han llegado ni a 100 personas interesadas por volumen–].
Con estas premisas, tengo muy claro que verter los textos de mi diario en un blog –lo escribiría igual si no existieran los blogs, con lo que el único tiempo que pierdo es el de subida de entradas a la red, que es mínimo– es una labor que permite que mi expresión sea libre hasta donde solo yo lo decida y que produce facilidad de acceso a quien la busque, así como posibilidad de respuesta.
No sé hacia dónde caminará este tipo de propuesta expresiva, pero imagino que terminará teniendo tal influencia en el mundo de la política, la economía y la sociedad en sus múltiples estadios, que habrá quien quiera poner control y dirección.
Yo, de momento, me siento feliz con mi blog, consigo lectores nuevos y amigos extraordinarios, expreso lo que quiero y como me apetece hacerlo… y quizás hasta he ganado algún lector para mis obras extrablogueras.
Seguiré en el tono y en el espacio virtual porque me apetece.
De FUMADORAS |
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