Sunday, March 8, 2009
Día gris... o una de chihuahuas.
8 de marzo de 2009
Que estuve con José Luis Morante después de muchos meses [llegó cargado de libros: un paquete enorme para vender en la historia SBQ de “1 libro = 1 euro” y un montón de buenos títulos para mi biblioteca personal, entre los que se incluye la golosa edición de “Al fin y al cabo”, una antología poética realizada por Pérez Siquier a la que le metí el diente rapidito] y le encontré como siempre, que cuando uno pasa de cierta edad, parece que tiene un paréntesis de treinta años en el que los cambios apenas se notan en lo exterior.
José Luis, igual que Antonio Orihuela, Antonio G. Turrión, Celestino Miguel y Mª Rosa, tenían una cita conmigo para darle el segundo trazo grueso al encuentro de escritores que realizaremos en Béjar los días 3, 4 y 5 del próximo mes de julio. Antoñito Orihuela –que es muy previsor– ya traía el asunto bastante cerrado y la cosa fluyó hasta el punto de que ya quedaron sentadas las bases y ahora queda el tedioso trabajo administrativo de hacer cuadrantes, llamar a los asistentes para que confirmen, crear un blog del encuentro e ir cerrando todos los agujeritos que se vayan abriendo... pan comido.
Quitando el objeto de la reunión, esa cosa tediosa del organizar, me quedo, sin dudarlo, con la presencia entrañable de mis amigos y ese ratito hermoso de charla distendida que siempre llega [además de haber posado mis nalgas blancas sobre el bólido descapotable de Antoñito, una pasada].
De las conversaciones, la que más me gustó fue la que tuve a solas con José Luis, una conversación de puesta al día de nuestras cosas, en la que salió la próxima edición de su libro de aforismos en la editorial “La luna de Mérida”, del entrañable Marino González, así como circunstancias vitales que nos tocan, achaques de la edad, ganas de hacer y deshacer...
De las demás conversaciones, me quedé con un corte sobre cómo hay que escribir en un blog... ¿planteamiento, nudo, desenlace? Y yo creo que no va por hay la historia, ni mucho menos, ni tampoco por la cosa de desarrollar un tema en cada entrada y tratarlo como si de un ensayo se tratara... un blog es algo vivo que continúa y no acaba, algo que no tiene por qué responder a estructuras fijadas de antemano, un espacio en el que volcarte de forma inconexa y variada, un lugar donde reflejar la tensión, el espasmo, la alegría, las chispas y las cuitas... un espejo diario en el que mirarte para que te vean los demás... no sé.
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Enredo en los libros que me dejó Morante, leo páginas sueltas de “El caballero de la carreta”, de Chrétien de Troyes, y algún poema de la antología de poesía “Ventanas interiores”, de Paco Ruiz Noguera... y no estoy para letras esta tarde, pues caí de pronto en la cuenta de todo lo que me sucede y se me quitaron las ganas... y, además, tengo que ir en un ratito con Guille a ver “Un chihuahua en Berverly Hills”, que le apetece mucho ir a ver esa peli, y a mí me chirrían los dientes [lo que hay que hacer por los hijos, coño].
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Llegué de la peli... un coñazo Disney con esa visión norteamericana de que los críos son imbéciles... en fin, diez euros en las entradas, más otros cinco en el refrigerio, y, como resumen, la tarde perdida.
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