Monday, May 26, 2008

Impertinencias.


• Desde el convencimiento de que soy manejado [por hombres o por fuerzas naturales explicables o inexplicables] es justo desde donde puedo arbitrar mi campo de libertad, que termina siendo el acotado espacio en el que puedo tomar decisiones o tornarme en un impenitente indeciso. La libertad, pues, parte siempre del conocimiento de las cadenas.
• También consiste mi libertad en el poder de cambiar el valor de las cosas que me rodean. Decidir, por ejemplo, que el cuchillo de postre es un destornillador, que mi lata de Coke es un arma letal y arrojadiza, que los cordones de mis zapatos son la soga que ahorca… descontextualizar es jugar a ser libre.
• Me decía ayer el coleguilla Antonio G. Turrión que cada día se siente menos capacitado para enjuiciar lo que le rodea. Lo malo del asunto, desde mi punto de vista, es que enjuiciar tiene que ver con la capacidad de tener respuestas previas, y no me gustan las soluciones que imagino:
1. Tener respuestas y no someterlas a juicio.
2. No tener respuestas.
Ambas soluciones me joden bastante, siempre que lo que en realidad diga Antonio consista en no enjuiciar ni a nivel mental [lo que me parece a estás alturas poco menos que imposible]. Sin embargo, si a lo que se refiere es a no hacer públicos sus enjuiciamientos, estamos hablando de otra cosa muy distinta, estamos hablando de temores, de dudas y hasta de conmiseración con el otro y con uno mismo… pero no de incapacidad.
• Me sentiré bien cuando consiga que cada uno de mis actos responda a una precisión de mi intelecto… es decir, jamás podré sentirme bien.
• ¿Somos posibilidad del segundo que viene o somos probabilidad del segundo que acaba de pasar? En fin, no creo que sea demasiado importante… aunque no vendría mal procesar esto con conceptos como la memoria, la conciencia, el alma, el espíritu, la imaginación, el pensamiento…
• La Filosofía está en pañales, pues aún no ha pasado de tramitar el verbo Ser… anda que no le quedan verbos.
• ¿Lo futuro, lo que ha de venir, pertenece al capítulo de ‘inexistencia’ o al de ‘olvido’? Llegar a conocer esto haría mi vida más difícil.
• No me importa tanto saber lo que quiero como hasta dónde puedo llegar.
• Las mejores respuestas siempre acaban llegando desde la ingenuidad. ¿Por qué coño somos tan complejos?
• Para Donce: La exacta percepción de la realidad por la cabeza tiene sus límites muy definidos. La exacta percepción de la realidad por el idioma es indefinida por pura confusión de posibilidades. [Visualizar un objeto y acotarlo en la mente es fácil… definirlo –tramitarlo en palabras pensadas o dichas– es tan dificultoso como impreciso, pero a partir de ahí se puede crecer en progresión geométrica; de ahí, amiga, mis diatribas sobre el idioma y la forma del ‘ser’ en función del mismo –sobre todo de ser imbécil–].

Me encanta esta foto en la que estoy junto a mis padres.

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