Thursday, July 23, 2009

Se vencían las marioplumas...

Y de pronto Cotázar se transforma en Oliverio, pero peor, aunque se atina el dejado homenaje y se perdona... y a mí me sirve para desenroscarme de la duda de ayer, que fue dolosa y dolorosa, casi como un cilicio de sufriente profano. No importa si en la letra se hace homenaje al padre, no importa siempre que se sepa, que uno mismo lo sepa...

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.”.

crecen los cumulonimbos en el cielo de hoy, y hay viento, un viento que aminora la sensación de grados positivos en el cuerpo... pero aún no llueve, aún no quiere la tormenta traerme sus rayos y ese baño salvífico del aguacero... y se ha ido el nonato como una ardillita, se ha quedado en lo amniótico sin atreverse a ser entre nosotros, sin tener que apurarnos ni abrumarse de abrazos... y confieso que he llorado a solas como una Magdalena mientras buscaba otra vez las imágenes de Sara para hacerme una idea de mi niño perdido antes de haberlo amado... crecen los cumulonimbos y se acupulan en el cielo de hoy como queriendo desatarse en impotencia, y me arrastro, porque hoy no sabría caminar ni mirar a los ojos a ninguno de vosotros. Me he quedado sin lo que aún no tenía y hay cierta sensación de fracasito que es como un deseo malogrado... y sé con pelos y señales cómo es la tristeza, pues su mapa se ha trazado de pronto en mis oídos, en mi boca, en mi estúpida pose de todopoderoso... pero miro a mis hijos, y están sanos, están vivos e impelen cualquier estado de animo a seguir y a adaptarse.
Sé que mañana vendrá y será inexorable todo lo que nos llegue, que pasarán más días y volverán las sonrisas precisas y otras lágrimas, sé que hay que seguir camino y deglutirlo todo con asombro y con ganas, sé que hay que procurar que el paso sea posible para que otros se amparen en su huella... ya sé también que la verdad tiene unos trazos duros que marcan los perfiles de la vida, los arañan, y que nos resta querernos y arroparnos en el tramo que quede... y hacerlo todo más fácil, más diáfano... y también más intenso.
Dejo aquí un poemita para Sandra, por entrar en el mundo real de está forma tan cruda y tan llena de misterios.

Quizás sea lo mejor
o, quién lo sabe,
quizás lo más correcto.

Quédate con el mar que contenías,
con las tareas hechas
y cada eclipse adentro...
quédate con la sensación dulce
de haber sido mujer
entera y nítida,
y de seguirlo siendo
hasta que el tiempo aparque
lo que en su afán te es dado.


Serás lo que procures
más lo que te suceda...

Sonríe, en todo caso,
pues duerme en tus entrañas
el más bello proyecto.

Lo dice este chamán
hecho en la vida a muerdos.

No comments:

Post a Comment